viernes, 30 de noviembre de 2007

Primus Vocatus


San Andrés es la fiesta que rige el calendario de Adviento, que empieza el Domingo que cae más cerca del día de San Andrés. Es un Santo popular, y es un Santo singular. Su hermano Simón Pedro le saca ventaja, pero los orientales, los griegos, que consideran a San Andrés "su" apóstol, recuerdan a los romanos que San Andrés es "o protoclétos" (¿alguien sabe cómo se escribe en el blog con caracteres griegos?; que me lo diga, please). Esto es: El primus vocatus, el primer llamado.

Y así es. San Juan Evangelista que es testigo de las primeras vocaciones apostólicas, lo cuenta en Jn 1, 35-42, uno de los pasajes más emotivos de todo el Nuevo Testamento.

Pero además de ser el primero, es también el que conduce a su hermano Simón Pedro hasta Jesús. Y en este original ministerio, San Andrés es un auténtico profesional: No sólo presenta a su hermano, sino que en los otros pasajes del Evangelio en los que sale, siempre aparece presentando a alguien:

En Jn 6,8, es el que lleva al muchacho de los cinco panes y dos peces con los que el Señor hará el milagro de la 1ª multiplicación; y en Jn 12, 20 aparece junto con Felipe introduciendo a un grupo de griegos, deseosos de conocer a Cristo, en los días previos a la Pasión.

Después no se le vuelve a citar en ninguna otra escena, y los hechos de su ministerio después de la Ascensión del Señor y el Pentecostés proceden de la tradición. Aunque la Iglesia antigua tuvo conocimiento de una Epístola de San Andrés, lo que se sabe del Apóstol se conserva en fuentes relativamente legendarias. Los griegos conservan la memoria de su martirio en Patrás, Acaya, en el Peloponeso, y de ahí su patronazgo de la Iglesia helena. Dos dias cuentan que estuvo vivo y predicando sobre la cruz decussata - en aspas- en la que fué colgado, hasta que al fin expiró.

Cuando la caída de Constantinopla, los bizantinos lograron salvar la reliquia insigne de la Cabeza del Apóstol, que fue entregada en Roma al papa Pio II Piccolomíni. Para conmemorar este fasto, se erigió la Iglesia de Sant'Andrea della Valle, donde están los sepulcros de los dos Papas Piccolomini, Pio II y Pio III. La reliquia, sin embargo, pasó luego al Vaticano, y al edificarse la nueva Basílica, una de las capillas instalada en uno de los grandes machones que sostienen la cúpula, fué la de San Andrés, con la cabeza del Apóstol conservada en el sacellum superior, y una impresionante escultura de Duquesnoy en la hornacina inferior. Allí estuvo la cabeza hasta que con motivo de la clausura del Vaticano II, como gesto de comunión ecuménica, el Papa Pablo VI la entregó solemnemente a representantes de la Jerarquía Ortodoxa, para que volviera a ser venerada en Grecia (por cierto que otras reliquias del Santo fueron expoliadas en Patrás por los amalfitanos, durante la IIIª Cruzada, y desde entonces se veneran en la catedral de Amalfi, dedicada a San Andrés).

En España tiene una devoción popular arraigadísima en Galicia, en torno al Santuario de Teixido, en La Coruña. Aparte la leyenda del naufragio de la nave del Apóstol en ese lugar, la tradición de la presencia apostólica en esta parte de España se encabalga con la de Santiago y la evangelización del "confín del mundo".

La simpática tradición galega cuenta que un día andaba San Andrés quejoso porque su hermano San Pedro tenía siempre romeros en Roma, y Santiago, su colega en el apostolado, atraía a los peregrinos de toda la Crisitiandad, pero al santuario de Teixido (San Andrés de "Lonxe" o San Andrés "Do cabo do mundo") no iba casi nadie. Y en esto, el Señor le dijo: "Tranquilo, Andrés, que el que no venga a tu Santuario vivo, tendrá que hacerlo después de muerto si quiere entrar en el Cielo". Y cuentan los paisanos que por los pinares y caminos que rodean al santuario se ven filas de animalillos que son las almas de los difuntos que van a cumplir con la debida visita a San Andrés de Teixido.



Ahora no recuerdo si lo contaba Cunqueiro o es algo que me contó mi amigo Xosé, uno de los curas más sabios de Mondoñedo, pero era el caso que iban unos peregrinos camino de San Andrés de Teixido y en la cuneta del camino se encontraron una calavera que, cuando le dieron una patada, les dijo: - "Muchas gracias", y ante su asombro les contó que iba a Teixido, y que, patadita a patadita, se iba acercando al Santuario. Conque los dos peregrinos se compadecieron y la llevaron hasta la ermita del Apóstol, dejándola luego en lugar sagrado, una vez cumplida la romería post mortem.

Mi amigo el cura de Mondoñedo, me tiene invitado hace años, y yo, que soy muy devoto de San Andrés, estoy deseando ir (de vivo, no de muerto).

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jueves, 29 de noviembre de 2007

Kempis (de amor y dolor)


"No hay amor sin dolor"
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La primera vez que leí esta sentencia fue en el libro de un periodista-escritor amigo de casa, que la citaba a propósito de su madre, recién fallecida: "No hay amor sin dolor"; quizá por la eufonía de la frase, la retuve, y también la referencia: Kempis. Con doce o trece años no pude medir todo su sentido y profundidad, pero como por casa, illo témpore, corrían dos o tres Kempis (más los que andaban perdidos por los cajones de los escritorios y las cómodas), me sonaba a libro de confianza y beaterío, de esos que llevaban mis tías y que me daban en Misa para que los hojeara y me distrajera con las estampitas: O era un misal, o era un Kempis.

Un día me atreví con el Kempis en latín (teniendo al lado la versión en español, la traducida por Fray Luís de Granada, o la del Padre Nieremberg, no recuerdo), y encontré la cita original, tan eufónica también:

"Quia sine dolore non vivitur in amore" - De Imitatione Christi III, Vº,7.

Después la he ido interiorizando y razonando y reconociendo, porque vivir es amar, y amar duele, como dice el Kempis. También supe reflexionarla desde mí para los otros, y saber que yo les dolía porque me amaban. Comprender que la proporción de amor y dolor van ajustadas, da miedo, pero no detiene el amor, ni quita el dolor.

Y así me resulta un extraño metro del amor y el dolor, donde calibro intensidades-proporciones reveladoras.

También sirve para Dios, aunque su amor no tiene medida, y su dolor sea el de la humanidad de Cristo. Pero es uno y el mismo y distinto el Eterno impasible y el Vir dolorum, et non est dolor sicut dolor suus, nec amor.
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Esto último hasta parece del mismo Kempis, que enseña mucho y hace escuela.

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miércoles, 28 de noviembre de 2007

El festín de Baltasar


Se está leyendo en la lectio contínua de la Misa el Libro de Daniel; esta mañana ha tocado el capítulo 5º con la terrible narración del festín de Baltasar:
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Baltasar, uno de los sucesores de Nabucodonosor, celebra en su palacio de Babilonia una fiesta (orgía?) y manda sacar los vasos sagrados que su padre robó al Templo de Jerusalén. En medio tan disipada ocasión, se les hiela a todos la sangre cuando ven aparecer una mano misteriosa que en el muro ante el que luce el candelabro (de los siete brazos, la Menorah?) traza unos signos enigmáticos. Llevan a Daniel a la sala, y Daniel lee las palabras: "Mené, mené, tequel, ufarsin"; esto es, contado, pesado, dividido. Mejor la cita entera:

26 Y esta es la interpretación de las palabras: Mené: Dios ha contado los días
de tu reinado y les ha puesto fin; 27 Tequel: tú has sido pesado en la balanza y
hallado falto de peso; 28 Parsín: tu reino ha sido dividido y entregado a los
medos y a los persas".29 Entonces Baltasar mandó revestir de púrpura a Daniel e
hizo poner en su cuello el collar de oro y proclamar que ocuparía el tercer
puesto en el reino.30 Esa misma noche, mataron a Baltasar, rey de los caldeos
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Tremenda la escena. Calderón tiene un auto sacramental inspirado en este pasaje, con una alegoría de la Eucaristía, muy calderoniano, porque el tema se presta y es muy sugerente.

El pasaje de Dn 5, que expone de manera profética los hechos, significa, entre otras cosas, el juicio de Dios sobre la historia y sus protagonistas: Si Nabucodonosor y su casa han sido la ruína y el flagelo merecido por los pecados de Judá, son meros instrumentos de la Providencia, y llegada la hora pagan severísimamente sus culpas, atentados y blasfemias contra el Pueblo de Dios y lo Sagrado.

Esta mañana, en inet, las noticias eran locamente vanales (unas bodegas valencianas venden un cava hecho con oro de 18 kilates) o dementemente criminales (los sangrientos detalles de los abortos en los abortaderos de Barcelona). Todo eso alternando con la esquizofrénica ansiedad por el cambio climático y las previsiones de los previsores del cambio climático.

No sé si en medio de nuestras Cortes, o en Bruselas, o la White House, o la ONU, aparecerá una mano que escriba "contado, pesado, dividido"; pero como nos cuenten, nos pesen, y nos dividan como al Baltasar de la Biblia, vamos listos...

Mejor dicho: Van listos los baltasares.

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Otra peli


Hace casi un año, más o menos, estrenaba el blog comentando una peli de esas que hacen los americanos, revisando su historia. Ahora, al hilo de la entrada de un amigo en su blog - Otra tuerca de vuelta: Si oviesse buen señor - escribo esta entrada sobre otra peli, "Leones por corderos", se titula.

Dice mi amigo que la peli muy bien, y él entiende y tiene buen criterio y seguro que es una buena peli. Pero mi amigo no concluye según el refrán "verde y con asas, alcarraza", sino que deja en suspenso dubitante la conclusión sobre el fondo de la peli. Y es natural, ya que están las cosas como están en este mundo, en este momento, a estas alturas. La evidencia del no-saber-todo impide el comentario sobre las evidencias que se saben, aunque no se sepa todo.

Pero hay que hacer, se debe hacer un mínimo ejercicio, so pena de que al final estemos como los monos esos que se tapan los ojos, las orejas y la boca y que admiten una razonable y posibe combinatoria gestual (ojos abiertos/oídos abiertos/boca cerrada; ojos cerrados/oídos cerrados/boca abierta; ojos abiertos/oídos cerrados/boca cerrada...y todas las otras posibles combinaciones).

Lo de Bush y lo de Irak no es bueno; y no es bueno que se calle, sino que lo bueno es que se sepa. A veces - cuántas veces? - el mal se ha hecho presidente/se ha hecho guerra, y hay que decirlo, escribirlo o filmarlo. Y que conste.

Claro que la versatilidad de los USA es muy rica: Te funda el KKK, y te escribe La Cabaña del Tio Tom; desangra al Vietnam y se inventa a los hippys con su "haz el amor y no la guerra"; la arma en Medio Oriente, pero se venden como los democratizadores del Oriente Medio. Habilidades todas estas con las que se nace y se hace una gran nación (Griffith tiene una peli que se llama así "El nacimiento de una nación", muda pero elocuente, y digna de ver y comentar). Así ha surgido un género específico en el que los USA se re-interpretan a sí mismos sin solución de continuidad, como una ristra de tesis-antítesis-síntesis hegelianas (no diré marxistas, que sería quasi un acto de terrorismo, dado que escribo de los EEUU).

¿Qué pasará con la peli esta? Pues que se verá el tiempo que esté en pantalla (y mejor mil veces verla que tragarse una sub-peliculucha de las súper-subvencionadas por la piara psoera con cuota forzosa de pantalla, viva la libertad de expresión!). La peli de Robert Redford se verá como se veía El Golpe o Todos los hombres del Presidente o La aventuras de Jeremías Johnson o Brubaker, porque es una buena peli, como casi todas las de Redford actor o director

Pero da horror pensar que mientras se ve, y se la critica, y hasta algunos la consideren apta para optar a un óscar, el presi Bush se esté metiendo en guerra con Irán, o simplemente siga con su guerra en Irak.

Y el año que viene otra peli con la re-lectura made in Hollywood sobre un capítulo de la historia made in USA.

Qué divertido!

En la foto, un león alado con cuernos y garras, ladrillo vidriado en relieve, del palacio de Darío en Susa, hoy en el Louvre de París.

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martes, 27 de noviembre de 2007

Raimundo Lulio


Que no pase el dia del Beato Llull sin un recuerdo, que los tiempos han puesto de actualidad su vida, su obra, su misión, y su muerte.

Himne popular al beat Ramón Llull
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Cercant l'Amic e l'Amat
tot l'ample del món corria,
trescant el mon envelleix
mes los seu cor no envellia.
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Ja puja dins una nau
que a terres llunyes partia,
que diu que vol convertir
els moros de moreria.
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Ja aixeca el braç i la veu
tot-d'una que entra a Bugia:
- "Jo som l'apòstol de Déu
que el Bon Jesús vos envia".
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~ + ~
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lunes, 26 de noviembre de 2007

Dies irae




Dies irae dies illa,
solvet saeclum in favilla,
teste David cum Sibylla.

Quantus tremor est futurus,
quando judex est venturus,
cuncta stricte discussurus.

Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum
coget omnes ante thronum.

Mors stupebit et natura,
cum resurget creatura,
judicanti responsura.

Liber scriptus proferetur,
in quo totum continetur,
unde mundus judicetur.

Judex ergo cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nihil inultum remanebit.

Quid sum miser tunc dicturus?
Quem patronum rogaturus,
cum vix justus sit securus?

Rex tremendae majestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me fons pietatis.

Recordare Jesu pie,
quod sum causa tuae viae:
ne me perdas illa die.

Querens me sedisti lassus,
redemisti crucem passus.
Tantus labor non sit cassus.

Juste judex ultionnis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.

Ingemisco tamquam reus,
culpa rubet vultus meus;
suplicanti parce Deus.

Qui Mariam absolvisti
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.

Preces meae non sunt dignae,
sed Tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.

Inter oves locum praesta,
et ab haedis me sequestra,
statuens in parte dextra.

Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.

Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.

Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla.
Judicandus homo reus,
huic ergo parce Deus.

Pie Jesu Domine,
dona eis requiem.
Amen.

Durante esta semana, última del Año Litúrgico, se reza en el oficio latino de la Liturgia de las Horas la antigua secuencia Dies irae de la Misa de Difuntos, adaptada con ligeras variaciones del original y dividida en tres fragmentos como himno para el Oficio de Lectura, Láudes y Vísperas; a cada una de las partes se le ha añadido para cerrarla una estrofa con una doxología: O Tu Deus maiestatis/ alme candor Trinitátis/ nos coniúnge cum beátis. Amen.

Así ha sobrevivido litúrgicamente una de las piezas más inspiradas e inspiradoras del repertorio del gregoriano. Con la restauración del antiguo Misal (rito romano extraordinario) podrá volverse a interpretar tal cual, como sequentia previa al Evangelio en la Misa pro Defunctis.

Está atribuída al franciscano Tomás de Celano (1200-60), aunque no le han faltado otras atribuciones a autores más pretéritos. Con suficiente inspiración en la misma liturgia romana y el tema de las postrimerías tal y como aparece en los Evangelios, el primer verso parece estar tomado expresamente de Sofonías, 1,15-16.

Despertó una especial atracción en los mejores maestros de la música, que compusieron sus Réquiens dándole a esta sequentia un especial resalte (Fauré sólo pone el verso final Pie Iesu como añadido al Sanctus). Las primeras notas aparecen como motivo en otras muchas partituras, pero también se vulgarizó como símbolo de lo macabro, la música de la muerte por excelencia.

Rara vez se hallan armonizadas tan adecuadamente letra, música y circunstancias como en el admirable, bello y pleno de sentido Dies Irae. Tales coincidencias sólo aparecen en obras maestras, perennes como esta que aúna espiritualidad y arte.

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Esa principessa


Algunas mañanas hojeo La Razón. La Razón es una especie de ABC light, con formato y contenido quasi de prensa gratuíta, pero un poco más paginado. No sé cómo se mantiene, pero se mantiene. El cura de mi Parroquia recoge todas las mañanas dos ejemplares gratuítos que le tiran en el portal de la Iglesia a diario; según me contó lo hacen con puntual regularidad desde Abril o Mayo de este año.

Así que algunas mañanas, luego de Misa, le echo un vistazo a La Razón. Hoy trae una contraportada curiosa: Una infra-entrevista de propaganda a una tal principessa Alessandra Borghese.

La principessa Alessandra Borghese se publicita ella misma a se stessa como una v.i.p. conversa, una aristócrata convertida, una ragazza jet set pentita e pietosa...Má principessa-jet-vip, sempre, attenzione!

Antes, cuanto una traviata se arrepentía, se recogía y hacía vida penitente, por sus pecados, por sus vergüenzas. Antes. Ahora se airean liviandades y reputaciones todas como dando un aire de encanto-charme a la cosa. Y eso vende, que es de lo que se trata: Vender reputaciones para comer (comer vip-jetset y todo lo demás: Vestir, viajar alternar, todo con el estilo debido al rango de una reputación).

En otro articulillo de una agencia cercano a La Razón - supongo - he encontrado una curiosa semblanza de la principessa Alejandra Borghese ; es una frivolidad, pero si la quieren leer...

Resulta que en su "conversión" tuvo de compañera nada más y nada menos que a la princesa alemana Gloria von Thurn und Taxis (¡¿que no la conocen?! Pues baste decir que es otra reputación internacional, de primerísimo orden, especie, y rango).

Y así.

Lo malo es que la principessa pentita Borghese se ha metido a escribir del Papa, flaco favor que le hace. Item más: Hace un año casi dos, se publicitó ella misma a se stessa como candidata a portavoz o algo así de la sala de prensa del Vaticano. Cuando me enteré, me dio un repelús que todavía me dura y por eso le arreo un escobazo en cuanto asoma la gáita a esta reputada principessa conversa.

Los católicos (y católicas, claro) estamos tan infectados de los virus contaminantes que pululan en la atmósfera hodierna, que se encuentran idolillos que aplaudir en cualquier estercolero, hasta en ese de la jet-set, los v.i.p. y la escoria residual de lo que antes se llamó "nobleza".

¿Que esto que escribo no es política-católicamente correcto? Soy consciente, y por eso: Nada menos católico que el ser "políticamente correcto".
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Y por eso.
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*** En la foto, la espalda y demás particulares de una tia, abuela o bisabuela de la Borghese; una familia completísima con Papas, cardenales y princesas de aquesta guisa y reputación, con pocos cambios.

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domingo, 25 de noviembre de 2007

Catharina in Sínai


No me gustaría dejar pasar el dia de Santa Catalina sin escribir algo de la Santa, tan olvidada hoy cuando ha sido una de la santas favoritas de todas las épocas, hasta que empezó a decaer e incluso desapareció su memoria del Misal Romano; en la nueva edición parece que han vuelto a ponerla, con toda justicia porque es de las grandes veneradas en Oriente y Occidente.

Le tengo veneración por Santa, primeramente, y por filósofa después (venciendo por lo de Santa la natural suspicacia hacia una donna que filosofe); pero esta es santa, y por eso. Además alejandrina, platónica, y virgen en la culta Alejandría del siglo III en la que pocas vírgenes & filósofas habría.

El arte hizo de sus místicos esponsales con el Niño Divino uno de los temas más bellos de la iconografía cristiana, durante unos siglos en los que casi todo lo que se pintaba o esculpía era de calidad, con maestría. De SantasCatalinas con su rueda y sus bodas están llenas las iglesias y los museos de Europa; en España, en el Prado, la bellísima de Yáñez de la Almedina, tan leonardesca; y en el Thyssen una de las más imponentes, la del Caravaggio, cuando ya el tema y la devoción caterinistas estaban a punto de declinar.

Yo prefiero, sin embargo, la iconografía, más extraña, que representa la traslación milagrosa del cuerpo de la virgen mártir al Sinaí, como esta delicadísima miniatura de los Limbourg, con la Santa amortajada llevada en vuelo por Ángeles, y debajo una ingénua vista del Monte y el Monasterio de Stª Catalina al pie del Sinaí, según la oración propia del Misal:
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Deus, qui dedísti légem Móysi in summitate montis Sínai, et in eódem loco per sanctos Ángelos tuos corpus Beatae Catharinae, Vírginis et Mártyris tuae, mirabíliter collocasti: praesta quaésumus, ut ejus méritis et intercessione, ad montem, qui Christus est, pervenire valeamus. Qui tecum vivit...etc. Amen.
Ora pro nobis!
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Ex Voto

+T.


O Rex!


Rey nuestro que estás en los cielos
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de los cielos, donde reinas,

de donde descendiste y viniste

a nosotros, nuestra tierra;

Rey nuestro, con trono de pesebre,

adorado por los pobres,

cantado por los ángeles,

llorado por los inocentes,

temido por lo reyes;

Rey nuestro, honor de los humildes,

salud de los moribundos,

virtud de los pecadores,

victoria de los vencidos,

fuerza de los rendidos;

Rey nuestro, humilde y manso

de corazón, paciente,

sufriente, ardiente,

doliente, amante;

Rey nuestro, traicionado,

vendido, prendido,

abandonado, olvidado;

Rey nuestro, humillado,

vencido, injuriado,

flagelado,escarnecido,

enclavado, traspasado,

descendido, sepultado,

Rey resucitado!

Rey que ascendiste,

que subiste, que reinas,

que sabes, que pesas,

que miras, que juzgas,

Rey que reinas,

que alientas,

que animas,

que vences;

Rey clamado,

Rey temido,

Rey esperado,

Rey que viniste,

que vienes,

que vendrás;

Rey de eterna majestad,

de todo poder,

de toda gloria;

Tú que sólo eres Rey,

que riges todo con mano

de bondad y cetro de paz,

Tú, el único Rey,

Tú, el Rey de verdad,

Tú, nuestro Rey,

Oh Rey!





Advéniat Regnum Tuum!

Volúmus regnare Christum!
O Rex noster!

O Rex!



+T.

viernes, 23 de noviembre de 2007

San Clemente

San Clemente es el tercer Papa de Roma después de San Pedro, a fines del siglo Iº. Una de las figuras más interesantes de toda la primera generación post-apostólica. Su nombre aparece citado en las Epístolas de San Pablo y él mismo, siendo Obispo de Roma, escribe una Epístola a los Corintios de enorme valor teológico, testimonial e histórico, uno de los textos más relevantes de los conocidos como Padres Apostólicos. Fue apresado durante la persecución de Domiciano, lo llevaron como esclavo al Oriente, y lo martitizaron arronjándole al Mar Negro atado a un áncora de hierro. Su cuerpo mártir, recuperado de las aguas del Bósforo, fue trasladado posteriormente a Roma.

La Basílica en la que se venera su memoria es una de las más interesantes de entre las menores, por el valor y la originalidad de su estructura y los elementos arquitectónicos y decorativos. La iglesia superior, de planta basilical, con un precioso mosaico en el catino del ábside, conserva la estructura de la época (s.XII, más añadidos y reformas al gusto del s.XVIII romano); es el resultado de la re-edificación emprendida por el Papa Pascual II en 1108, después que fuera arruinada la antigua Basílica durante la invasión de los normandos de Roberto Guiscardo (1084). En el año 1861 se descubría bajo la iglesia, en lo que se creía una simple cripta, los restos de la primitiva Basílica.

Lo singular es que a la vez aparecen bajo ella otras edificaciones romanas, de época imperial y anteriores (la Basílica de San Clemente está a poca distancia del Coliseo y el área monumental circundante, en un enclave del mismo centro de la Roma de los Césares). Los hallazagos fueron más sorprendentes al encontrarse también el recinto de un mitraeum del siglo IIIº, con un ara y otros elementos usados en el antiguo culto a Mitra (una divinidad oriental, asimilada sincréticamente al culto solar de Helios-Apolo, con un peculiar ritual de iniciación mistérica).

Esa basílica inferior fue consagrada en el año 385; en ella se celebraron algunos concilios romanos del siglo V. En sus muros se conservan pinturas interesantísimas, de extraordinario valor iconográfico; entre ellas, unas que ilustran parte de la historia de San Clemente, con las escenas simpatiquísimas de la leyenda de Sisinio:

Sisinio era un impío magistrado romano, de la época de San Clemente; su mujer Teodora, que era secretamente cristiana, asistía con devoción a la Misa que celebraba San Clemente; su marido, sospechando, la mandó seguir y cuando supo que estaba en un culto cristiano, se dirigió dispuesto a detener al Papa y sus acompañantes; pero al entrar en la sala donde Clemente celebraba la Misa, se quedó ciego de repente, y tuvo que ser conducido a su casa, enfermo y sin vista.
San Clemente, piadoso, se presentó en casa de Sisinio, para rezar por él y curarle; pero Sisinio, colérico, mandó a tres de sus criados que agarrasen al Papa y lo tiraran con violencia a la calle. Cuando los criados le echaron mano, Clemente desapareció y en su lugar apareció una pesada columna que los criados apenas podía sostener. Parte de esta historia figura representada en la pintura sobre el muro (arriba la Misa, y debajo la escena de la columna).
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Tienen un valor añadido: Como en los modernos cómics, el pintor ilustró con unas frases la acción representada, escribiéndolas en el romanesco vulgar que se hablaba en la Roma del siglo X-XI, cuando el italiano empezaba a cuajarse desde el latín original.

San Clemente (hablando desde la columna) dice en latín: - "Por la dureza de vuestro corazón, habeis merecido arrastrar piedras"

Pero los tres criados (Albertel, Cosmari y Carvoncelle) y el pagano Sisinio se expresan en el vulgar lenguaje del populacho y uno dice:


- " Falite dereto colo palo, Carvoncelle " (Pónlo derecho con el palo, Carvoncelle)

Y Sisinio dice:

- " Fili dele pute, traíte !" (Hijos de puta, tiradlo !) .

En fin, una basílica romana con un rico tesoro espiritual, artístico, arqueológico, lingüístico, y hasta humorístico, con un insospechado fumetto-cómic del siglo XI. Insuperable.

Hoy, que es su día, podría haber escrito de la Procesión de la Espada, de San Fernando, de la Reconquista de Sevilla, o del Monasterio de San Clemente, todas estas clementinas sevillanerías. Pero he preferido esta otra semblanza, más romana, como el propio San Clemente.

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jueves, 22 de noviembre de 2007

Las manos de Cecilia



En 1600, el escultor Stéfano Maderno realiza una de las imágenes más patéticas de la iconografía cristiana: La Santa Cecilia yacente para el altar de la Basílica de Stª Cecilia in Trastévere. La singular escultura no fue ocurrencia del maestro; simplemente se limitó a trasladar al mármol la figura del cuerpo de la joven Mártir, tal y como fué hallado en el cúbiculo a ras del suelo de una de las capillas de las Catacumbas de San Calixto.

El descubrimiento del cuerpo admirablente (milagrosamente) conservado causó enorme conmoción por la forma en que se presentaba: Reclinado sobre la superficie del nicho, vestido con una simple túnica, con la cabeza envuelta en un lienzo y girada, mostrando el tajo mortal en el cuello. Pero en la disposición del cuerpo, más que las huellas del martirio, resaltaba la peculiar disposición de las manos: La derecha con el pulgar, índice y corazón extendidos; la izquierda, con el índice sólo.

Era una forma cristiana de significar la fe en la Trinidad de Dios: Un Dios-Tres Personas. Un credo abreviado, tan plástico y comprensible como el lenguaje gestual de los mudos y los sordos, tan elocuente en la patética figura de Cecilia.

Por esa fe eran martirizados. A veces se escogia deliberadamente a los miembros más conspicuos, más selectos, más llamativos de la Iglesia de Roma. No fué la única doncella de familia señalada y relativamente conocida que acabó víctima de la persecución. Antes y después que ella otras más fueron conducidas al tribunal y al patíbulo, donde se confesaron cristianas, se conservaron vírgenes, y se entregaron mártires. Luego la Iglesia las honraria con una especialísima gloria, sabiéndolas el séquito del Cordero Inmaculado, Rey de las Vírgenes y Fuente de toda santa virginidad.
En todas se admira la misma fortaleza, virtud, ofrenda. En cada una destaca un particular detalle, que las perfila, que las resalta, firmes como torres sobre roca, puras como lirios sobre nieve.
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Al poco de cesar las persecuciones, durante la devastadora crisis arriana, los falseadores de la Fe olvidaron que por Unus de Trinate qui passus est, habían sido inmolados vírgenes y mártires, sacerdotes y niños, madres con sus hijos, hombres con su familia: Por confesar y mantener la la verdad sobre Cristo, la fe transmitida por Pedro y Pablo, por los Apóstoles que fueron sus primeros y privilegiados testigos; la única fe que salva porque es la que confiesa al Cristo Jesús, el Enmanuel nacido de Vírgen, el Dios con nosotros, entre nosotros, por nosotros.

Cuando vuelven minimalismos de tufo arriano, cuando se parcializa y reduce al Verbo que se hizo Carne, que se hizo Hombre siendo Dios de Dios ab aeterno, las manos de Cecilia son un clamor.

Parece que fueran a pulsar notas en un arpa, en un salterio, en un órgano (sobre un corazón, en una mente, en el alma); dispuesta a entonar, a tocar una melodía de triples notas y un ritmo, de una voz con tres acordes, de tres registros de una única, sola, poderosa y eterna música que canta al Uno y le dice Trino con un Trisagio angélico: Ágios-Ágios-Ágios /Sanctus-Sanctus-Sanctus/Santo-Santo-Santo...!!!



Fragmento de la Oda a Stª Cecilia, de Henry Purcell.

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miércoles, 21 de noviembre de 2007

Beowulf, cómic-tragic versión

Cuando leí que estrenaban próximamente Beowulf, tuve un conato de entusiasmo que duró lo que tardó la razón en ajustarme a la realidad de lo probable. Lo probable será que sea una peli-cómic que destroce al Beowulf como han destrozado The Lord of the Rings con la pelicucha esa.
¿Queda el consuelo de que, por lo menos, la incultísssima plebe post-moderna se entere de qué-quién es Beowulf? No queda si lo que les va a quedar en la impresión al populacho es parecido a lo que hicieron no hace mucho con otra peli en la que "comiquizaron" a Leónidas, las falanges de Esparta, y la batalla del paso de las Termópilas. Horrendo.

Pues eso será el Beowulf en pantalla: Efectos especiales y tios cachas arreándose espadazos y chorreando sangre; mucha cámara, sensorround a toda pastilla, y montaje de impacto.

Me pongo a imaginar, y no me extrañaría que pronto salgan Fingal y toda la saga del Ossian, ¿por qué no?

Además con ese filón para los guiones no hay que pagar copyright a los herederos de Tolkien, porque a ver quién reclama los derechos de autor del Beowulf. Ja!

Me imagino que los perspicaces apreciarán de dónde bebe Maese Tolkien, y lo bien que sabe escoger fuentes e inspiración (no como los petardos de la peli, que ni con las estampas por delante fueron capaces de hacer nada más allá que la ridiculez de esas bochornosas tres partes).

A mí me entusiasmaría un seminario sobre Tolkien y sus fuentes, con el Beowulf, Ossian, la saga de los Nibelungos, los mitos célticos y sajones, etc. Un seminario con sus monográficos, con sus extensiones, con sus ensayos, profesores invitados, quaestiones disputatae & quodlibetales con sorpresa. Eso.
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¿Que si iré a verla? No señorito. Ultimamente lo más hard que soporto son las de Harry Potter, conque ya ves que no estoy para un Beowulf formato cómic para adictos a video-consolas. ¡Qué horror!

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Arpa y voz suave

Un amigo me ha untado de dulzura la mañana, con esto:





Es una canción popular irlandesa que sale en la peli "The quiet man", de John Ford; desde la primera vez que la escuché me quedé con ella, es muy pegadiza. Y es preciosa. Esta versión, con esa celtic woman quasi pre-rafaelista, también.

Como ando lloroso, es una música apropiada para ambientar con un toque de arpa y voz.

La uso como variación circunstancial de nuestro "cantando la pena la pena se olvida", una suave evasión a la isla soñada y poética de Inisfree.

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martes, 20 de noviembre de 2007

Cuentos con lechuza de fondo


Era nuestro miedo muchas noches, noches de otoño o de invierno, cerradas, lloviendo y con viento que sonaba y silbaba en los cristales y por las ventanas. Para dormirnos nos contaban cuentos de ánimas, de muertos que aparecían y pedían Misas, de gente que murió y se las veía de noche en los espejos.

Mis tías contaban que sus tías les contaban que en los espejos, pasada la media noche, si te mirabas salía el reflejo del demonio. Sería por eso, pero nunca las ví ante el espejo pasadas las 12. Y las doce en el reloj de la cuesta sonaban tan lentas, sonando según las trajera el viento, más cerca unas veces, lejanas otras. Y rezaban por los difuntos, y los niños preguntaban, imaginando a los difuntos con las caras vistas en retratos viejos. Y el reloj repetía las doce.

Si rezaban el rosario, los niños se dormían; un rosario lento, tan largo, con tantos mementos y réquienes y difuntos. Yo calculaba que uno por cuenta, por cada perlita negra, por eso duraba tanto el rosario, y nos dormíamos.

Si el cuento lo contaba tia María, se acababa pronto y nos dejaba con ganas de más; si era un cuento de tia Titi, el cuento duraba y nos dormíamos la Titi y nosotros, y el cuento seguía en los sueños.

- Cuando se murió la vieja del callejón del Pinto, volvía en alma todas las noches y su hija la sentía que se acostaba a su lado y respiraba y se levantaba la colcha y el lado de la cama estaba frío como un muerto, como un muerto. Y la hija decía - "Madre, madre ¿es usted?" Y en eso se oía a la lechuza - "Shhiiiiissss...shhiiiiissss...ssshhhiiiisssss...." Porque su madre vino de Bilbao, era bilbaína, y la gente de Bilbao recalca mucho la ese, como las lechuzas.


Y en eso se oía de verdad a la lechuza...La lechuza se oye volar - ...plas...plas...plas...- y cuando vuela chirría -...sshiiirrssss....sshhiiirrrssss....ssshhhhiiiiishhhhjjjuiiiijssss...- y parecía que era el eco de la vieja del callejón del Pinto, que volvía y se acostaba en la cama de su hija por las noches.


- Y cuando se murió el niño de la hermana de la tata Patrito, por las noches se veía en el espejo la carita amortajada, que se la pintaron de albayalde, y el niño murió morito porque no lo bautizaron y está en el Limbo, sin pena ni gloria, y por eso se reflejaba la carita en el espejo de su madre, que se le cortó la leche en la cuarentena y estuvo a la muerte, la pobre...


- ¿Qué es que se le cortó la leche?
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- ¡Cuidado la pregunta del niño! Anda, que ya tienes un pecado de purgatorio: Esas cosas no se preguntan.

-- ¿Y tú, las cosas que les cuentas? Como si no hubiera cuentos con menos detalles.

- " Ea! Se acabó el cuento. ¡Venga el rosario!"


Y empezaba el rosario y después de persignarnos, ya estábamos dormidos, tapados hasta la coronilla, temiendo a la lechuza, a las ánimas en pena, a que se asomara el niño del limbo en el espejo.

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sábado, 17 de noviembre de 2007

Atracciones

Hasta el ejido habían cinco o seis manzanas de casas, con sus calles que se hacían callejuelas a medida que se distanciaban del centro del pueblo. También las casas iban desmejorando; las primeras del ejido eran casuchas viejas, bajas, con el tejado hundido.

Dos hileras de portalones se abrían a uno y otro lado de la anchura, que no era plaza. El taller del talabartero, cuatro o cinco cuadras de caballos, otras tres o cuatro vaquerías, un corralón de cabras, una herrería de rejas, el taller del carretero y, al final, en la esquina de la cuesta de la tahona vieja, el matadero.
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El matadero estaba medio techado, con una patio delante mismo del cancelón de entrada que estaba a la intemperie. Allí, en la entrada, había dos pilares con argollas para amarrar las reses, y un pilón corrido con un caño que traia el agua desde la fuente del Barrero. El pilón rebosaba y el empedrado del patio tenía siempre charcos, que en invierno se helaban y las vacas y los becerros resbalaban.

Lo techado era una nave alta, como una crujía grande. Un poyete doble, como una grada, corria a lo largo de dos de los muros; en el de enfrente había otra pila grande, también con agua corriente. Y en medio de la nave otros dos pilares cuadrados, con argollas en las cuatro caras, y una especie de gradas en dos de los lados.

Al llegar los terneros, los chiquillos se subían excitados a las gradas altas, viendo cómo los hombres tiraban de los cabestros y metían dentro los animales. Si una becerra o un añojo se soltaba, el espectáculo duraba mientras los hombres más jóvenes y los más fuertes conseguían atar otra vez al animal, que daba vueltas por la nave embistiendo a todos los que cogia por en medio.

Cuando estaba la res bien sujeta a la argolla, un matarife subía por detrás a una de las gradillas del pilar, y con la puntilla clavaba un golpe en la nuca del animal, que caía al instante al suelo, abierto de patas. Algunas veces no acertaban a dar el puntillazo en el sitio, y el becerro levantaba violento la cabeza, como embistiendo con la cornamenta hacia atras, hasta que repetían el golpe de puntilla y se desplomaba.

Los chiquillos bajaban de las gradas y se ponían alrededor del animal recien sacrificado, viendo cómo le cortaban a tajos la cabeza, y lo abrían en canal y salían las tripas y la panza, que recogían para lavarlas en la pila, y otros desollaban al animal, colgado en unas argollas del muro, para el descuartizado. La sangre la removían en una tinas de madera, metiendo los brazos arremangados hasta el codo.

El suelo de cemento del matadero tenía rastros de sangre, y de pisadas de los botos altos de goma de los hombres. Toda la nave olía a sangre de reses y a carne recien desangrada, que se pegaba a la ropa y olía después todo el dia, como los carniceros, que llevaban encima el olor, y en sus casas también olía a sangre y a carne.

Siempre había alguno que se hacía con la cornamenta de un becerro o una vaca, y se ponían a jugar a toros ; cuando se cansaban la tiraban y los perros iban a roerla.

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Retro-memoria

Uno de los más peligrosos potenciales de todo gobierno, el que sea, es poder dirigir la atención de la gente hacia un determinado punto, tema, cuestión etc. previamente determinado; así ha sido siempre.

Pero en la actualidad tal potencialidad está más en manos de los medios, que la usan y abusan.

Pero no se puede considerar capaz y apto a ningún gobierno si no tiene habilidades, recursos y/o medios para gobernar y dirigir los medios.

En ese ten-con-tén se debaten las politiquerías desde, por lo menos, la aparición de la prensa amarilla, allá por los años de la guerra de Cuba, el hundimiento del Maine, etc. etc. etc. y Citizen Kane.

Un gobierno que se precie y siga reactualizado y reciclado el programa de Niccoló Machiavelli, hará que la gente vea lo que el gobierno quiera que la gente vea; mientras menos se note que es voluntad del que gobierna que la gente conceda atención a esto u aquello, mejores artes tendrá el responsable de la acción para ser reputado como apto gobernante.

Primero es focalizar la atención; la reacción de la gente será lo segundo, pero será sólo una consecuencia de lo primero. Es como dirigir un cañón de luz sobre el público de una sala e iluminar una parte, un grupo, una pareja, una cara. O como cuando en una clase el profesor escribe en la pizarra y señala luego con el puntero: Captar la atención y dirigirla.

La tropa de Zp lo está haciendo muy bien: Han dirigido la atención de la gente setenta años atrás, nada menos. Además a una zona tenebrosa de la memoria que mejor debería estarse quieta en la memoria de los pocos directamente afectados por aquellos oscuros tiempos que todavía viven. Pero el foco ha iluminado toda la galería de terrores de hace tres cuartos de siglo, y el espanto puede que esté dando resultados de espanto.

En lo que llevamos de semana, en Sevilla, capital de la Tierra de María Santísima (y del cacique Chaves y el señorito Arenas y la ministra reidero de Fomento y la otra ministra que fue de in-Curtura y del caricato Menteserrín etc. etc. etc.) en esta Sevilla decía, profanaron la otra noche con una pintada un retablo callejero de la Macarena, tiñeron con los tricolores ominosos de la republica-ca el atrio de la Basílica de la Macarena, y quemaron ayer en la Alameda un poster de la Macarena (dos valientes encapuchados, que todo se aprende cuando se ve tantas veces y los encapuchados que queman banderas y otras insignias insignes ya no son aborígenes de las Vascongadas, sino que hasta los hay en la Alameda de Hércules de Sevilla - el barrio donde viven las mamás de los encapuchados, supongo -).

Con el refresco de la memoria de la ley de la memoria histórica de Zp y su tropa, se han acordado de que en la Basílica de la Macarena está enterrado el General Queipo de Llano que se alzó en armas contra la republica-ca (la 2ª) un Sábado 18 de Julio de 1936. Y por eso lo de profanar, pintar y quemar lo macareno.

¿Y qué más? ¿Y ahora qué? ¿Qué?

Los prudentes que comen del pesebre del presupuesto general del estado - ya sean psoeros, ya peperos, ya de peor calaña - dicen que calma, que calma; que vamos a callarnos, que ya está bien. Pero no está bien: No-está-bien.

No está bien porque desde las filas de la piara y sus cómplices se mira, se rie, se sonríe, se guiñan, se dan con el codo, y se dicen por lo bajo : "Ahí, para que aprendan!" (esto dicho por lo fino, que en el lenguaje de la calle y la mala lengua de la granujería política se dice y suena peor, muchísimo peor).
A los que han atentado contra los "símbolos", no les va a pasar nada, porque ejercen su derecho de memoria histórica y libre expresión, garantizados por la ley, por supuesto. A los que sí les puede pasar es a los que se atrevan a partirles la boca, la cara, y el morro a los encapuchados valientes (esos que vivirán donde sus mamás, por la Alameda).

Por la Alameda por donde pasa la Macarena en la Madrugá, con sus miles de nazarenos macarenos y su Centuria. Y va a pasar. Y no sé que podrá pasar.

La paradoja es que la canalla se ha acordado de un general muerto hace cincuenta años, y no se fijan en algún asesino de los de entonces que todavía vive y hasta cobra espléndida pensión del erario, el infame.

Y así.

Son los aciertos de la propaganda memorístico-publicitaria que mal-gobierna España señalando con el puntero la España de hace setenta años.

A ver cómo deriva la cosa, de aquí a Marzo...y de Marzo hasta donde Dios quiera. A ver.

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jueves, 15 de noviembre de 2007

Doctor Doctorum


Merece que escriba algo, hoy que ha sido su festividad, a propósito de San Alberto Magno. De todos los grandes de la Escolástica, ha quedado, más que ningún otro, con un halo casi mágico, por la impresión que causó entre los de sus tiempo, que lo tuvieron por una especie de peligroso mago y extravagante sabio.

Como las ciencias estaban en capullo y sin discernir, cualquier aproximación a experimentaciones y manipulación de elementos naturales se juzgaba arte de magia. De ahí a la sospecha de brujería o nigromancia había apenas un paso. Ni Alberto se libró de esa fama aun siendo obispo de Ratisbona, como tampoco se libró en su tiempo Gerberto de Aureillac aun siendo Papa Silvestre II. Para la mente del medievo había actividades que apenas se comprendian, y la mente de los más sabios era siempre, más que admirable, más bien sospechosa.

Quizá la brillantez de su pensamiento, la riqueza perspicaz y curiosa de su intelecto, y la sabia y prudente capacidad de gobierno le valieran al fin la victoria sobre toda sospecha. Además fué sobrio y pobre, caritativo y desprendido, un buen mendicante hijo de Stº Domingo que, a pesar de ser Obispo en mitad del siglo XIII, no dejó en sus cajones ni un florín porque todo lo empleó en dar y socorrer.

Como de otros notables sabios, se cuenta la anécdota de que fue por milagro de la Virgen que adquiriera su prodigiosa capacidad de comprender y memorizar, y para que no le cupiera duda, la Virgen le advirtió que poco antes de morir perdería todas aquellas dotes. Hoy diríamos que tuvo un alzheimer, o que chocheó de repente, como decían antes, pero lo cierto es que en mitad de la setentena, que en su siglo era edad muy provecta, declinó en pocas semanas y se mantuvo en una inocente piedad hasta que se murió mientras rezaba serenamente con sus hermanos de convento.

En un áula de filosofía regida por dominicos, aprendí una mañana de Noviembre una oración sencilla y preciosa compuesta por Alberto Magno, que yo rezo con devoción desde entonces:

"Doce me, Dómine,
radices árboris mei
Coelo et non terra infígere,
ut non in foliis verborum
sed in frúctibus bonorum óperum
fidelis agnóscar."

(Enséñame, Señor, a plantar las raíces de mi árbol en el Cielo, no en la tierra, para que sea reconocido fiel no por por el follaje de las palabras, sino por los frutos de las buenas obras)

Quizá el más excelente fruto de la palabra y la ciencia, de la piedad y las obras de San Alberto fué aquel alumno suyo, Tomás de Aquino, que tanto le honró con su obra y al que tanta predilección tuvo como maestro.


En el pórtico de entrada del Angélicum, en el átrio interior, hay dos estatuas de mármol, a uno y otro lado del portal: Un Santo Tomás y un San Alberto. Las pusieron allí por los años en que Pio XI proclamó a Alberto Magno Doctor de la Iglesia, en 1931: El Doctor Universalis, como se le conoció entre los de su tiempo, porque supo de todo, y de todo supo bien.

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Fructus Iovis iuvabit


Esta tarde he estado en mi pueblo, para la Misa por los difuntos de la familia, en la Novena de Ánimas de la Hermandad, que acaba mañana. He almorzado en casa el delicatessen que mi tia me tenía preparado. Todo: Desde el aperitivo hasta el postre, con dos platos de verdad, no como los que yo me guiso. Y he tenido postre y sobre-postre, porque luego de las manzanas, me ha sacado unas bellotas. Oh!

Las bellotas nos las traían a casa de La Dehesa, una antigua finca que mis abuelos perdieron pero en la que quedaban gente que le seguían guardando querencia a la familia, y su manera de recordarnos era traernos de vez en cuando algunas exquisiteces de La Dehesa, como las bellotas.

Mi pueblo, el pueblo de mi familia, tiene por gracia de Dios una vega feliz y ubérrima, con dos rios; y también planta término en la peana de Sierra Morena. Allí, en la primera sierra suave, crecen encinas y alcornoques. No llegan a ser grandes e imponentes árboles, pero sí graciosos arboletes que dan bellotas. La encina, no lo olvido, es quercus ilex (y el roble, quercus róbur).
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Cuando niños, a mis hermanos y a mí nos encantaban las bellotas; más que las castañas porque se pelan mejor y no tiene áspero el pellejo de dentro. Además mis tias nos contaban cuentos de bellotas; y hasta cantaban un villacinco en el que San José le regala a la Virgen un dedal hecho con el sombrero de una bellota:
"Cogió una bellota,
le quitó el sombrero,
y un lindo dedal
le puso en su dedo"

Las bellotas tiene peculiar sabor, más dulce en la cabeza y menos en la punta; si la punta está verde, amarga. Pero es dulce incluso con el amargor inmaduro, porque si tomas un sorbo de agua mientras las comes, cuanto más amarga, más dulce es el efecto que hace con el agua.

Las que me ha sacado mi tia de re-postre, las ha traído esta misma mañana Cipriano el Rubillo desde la Dehesa. Eran para mi hermana, que está delicada. Dice mi tía que dijo el Rubillo que se las comiera todas, que daban salud, y que ya traería otra taleguilla más cuando se acabaran.

Yo me he traído un puñado a Sevilla, tan contento. No es el contento inocente del niño, pero soy el mismo que se contentaba con las bellotas.

Y estoy seguro que alguna inocencia perdida me rebrotará con las bellotas...aunque sólo me dure el rebrote lo que tarde en comerlas. ¡Ay!



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martes, 13 de noviembre de 2007

Leandro

Recuerdo una vez que comenté que San Leandro me caía bien por santo, por sevillano y por visigodo. A la gente - señores doctos y graves - le hizo gracia la ocurrencia, que me aplaudieron, pero ninguno objetó nada a ninguna de las tres cosas. Y por lo menos dos eran objetables porque ni era visigodo, ni sevillano; y la santidad, hoy se la discutirían, me temo.

Su casa era un catálogo de Santos: Leandro, Fulgencio, Florentina y el chico Isidoro que terminó siendo la estrella de la familia, aunque a Leandro, que era el mayor, se le debe reconocer parte notable en esta poco común circustancia de pluri-santidad. Todos descollaron en cultura, capacidad de gobierno y virtudes, en una época en la que la romanidad se desvanecía y se imponían las formas semi-bárbaras de los visigodos.

Nunca me he aclarado del todo la azarosa implicación de Leandro en el caso de la rebelión de Hermenegildo. Se explica por el matrimonio del joven príncipe con la princesa franca Ingunda, que era católica, y supongo que la influencia de esta sería decisiva para su abjuración del arrianismo y su conversión al catolicismo, pero se ha ponderado mucho la participación de Leandro en este decisivo paso.

Hermenegildo ostentaba desde el 573-4 una especie de virreinato en la Bética, con sede en Sevilla, donde conoció a Leandro. En el 579 se rebela contra su padre y acomete gravísimas acciones como la de acuñar moneda propia, un acto que implicaba alzarse contra la soberanía del rey, su padre. Sería implacablemente castigado por Leovigildo, que le manda detener y finalmente ajusticiar en Tarragona, en el 585. En todo esto algo tuvo que ver Leandro, porque al poco de ser prendido Hermenegildo huye de Sevilla y reaparece luego en la corte de Constantinopla, donde hará una perdurable amistad con el apocrisario Gregorio, legado papal, que más tarde llegaría ser Gregorio Magno. Se conservan cartas personales y recuerdos de esa amistosa y quasi familiar relación entre los dos.

A la muerte del temible Leovigildo, Leandro retorna a Sevilla y le cupo el honor de presidir el III Concilio de Toledo, en el que Recaredo, hijo de Leovigildo y hermano de Hermenegildo, abjuró de la herejía arriana y se convirtió con toda la nobleza y nación visigoda al catolicismo. Era el año 589. Se cerraba un capítulo de la Historia de España a menos de un siglo y medio de distancia de los oscuros años de la invasión y dominación árabe. Y sin embargo la obra de los Concilios Toledanos y la memoria de los insignes Arzobispos Leandro e Isidoro perdurarían y serían una guía, un modelo, para la España incipiente que emergería, poco a poco, durante los siglos primeros de la Reconquista.
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A aquella época en que la valía notabilisíma de los Obispos era una garantía de prudente y buen gobierno, a aquellos Concilios nacionales de Toledo, mitad asambleas canónicas y mitad foros de estado, a esa experiencia remota se debe quizá la afición de cierta parte del episcopologio hispánico por el gobierno, las cosas del estado, las políticas, y otras temporalidades. Una afición que en muchos de nuestros prelados es una fijación atávica y reviviscente, como si las mitras hispanas fueran portadoras del virus político. Quizá se oculte en las ínfulas.
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Esa tendencia, ese atavismo, no es exclusivo de España, pero aquí da la impresión de estar más vivo que en otros sitios, o que por estos pagos se añoran tiempos tales y potencias cuales.
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A mí no me parecería mal si debajo de las actuales mitras estuvieran las cabezas de un Leandro, un Isidoro, o un Ildefonso. Pero no me consta, lamentablemente.

Y espero que se me entienda, sin tener que añadir nada más.

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Duetto dei Gatti

Tampoco desentona como música para Noviembre:




Es de Rossini (ahora dicen que atribuído), y tiene toda la gracia.

A mí me la hace.

Es muy interpretable porque aunque se desafine, como cantan gatos, hasta resulta bien no afinar demasiado.

Yo lo canto mucho; con bastante éxito, además.

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lunes, 12 de noviembre de 2007

Otro que tal baila

La Derecha españoña (perdón "centro derecha", quería decir) tan desencantada con su tropa de tontos de baba y donmarianos, se pone a aplaudir a cualquiera que diga "yo soy católico-yo soy español-Vivaspaña!", y levanta un altarcillo para cualquiera que destaque un pelo.

Prada es uno de los idolatrados, aunque el Federico es el idolón del panteón, y ya quisiera Prada tener la clientela del Federico. Pero el Federico es un peligro, un exceso que la Iglesia y la CEE están pagado caro porque el Federico rabioso ha mordido a diestro y siniestro, arriba y abajo y al centro; y más caro lo van a pagar cuando el Federico rabioso se les revuelva del todo.

En un articulillo de opinión en el ABC de hoy, Prada se toma la licencia de aconsejar a la Jerarquía. Con esa autoridad que se auto-arroga, Prada es un insensato y la voz de su amo (porque amo tiene que tener). Cuando se le acaben y caduquen los encantos y afloren y aburran los desencantos, a ver por dónde tronará Prada, que no se define, precisamente, amante de la oculta senda retirada del mundanal ruído, porque, como se ve, a Prada le va el ruído.

Lo que nos hacía falta en el cuadro es un periodista derechón y catoliquista por libre, tirándose al ring y armando y pidiendo guerra.

Si quiere combate, que se entrene para el sumo: Sólo le falta dejarse coleta y hacerse el moñicle, porque peso, volúmen y barriga, tiene (y el no ser nipón, se le dispensa).

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Marcha fúnebre del Saul de Haëndel

U na deliciosa marcha fúnebre, para ambientar el mes de Difuntos con suave y armónica esperanza :



Y no me digan que no es una preciosidad: Haëndel for ever !!!

Es del oratorio Saul, una marcha fúnebre por el rey y su hijo Jonathán, el amigo entrañable de David.

Tengo otra versión más "animada", en un tempo menos lento, más allegretto, sin dejar el maestoso.

Yo soy haëndeladicto, y necesito dosis frecuentes.

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sábado, 10 de noviembre de 2007

De Leone et adverbis quattuor

El día de San León Magno, el 10 de Noviembre, encienden los candelabros de su Altar en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Bajo la mesa del ara, en una urna, están sus reliquias, lo que queda de su cuerpo; arriba, un magnífico relieve del Algardi, representa en mármol la escena medio histórica-medio legendaria de la huída de Atíla ante el Papa San León y la providencial defensa de los SS.Apóstoles Pedro y Pablo. Durante la mañana, se celebran Misas y por la tarde el Capítulo Vaticano hace procesión con estación ante el Altar.

El mismo episodio del relieve de Alessandro Algardi fué también representado por Rafaello en las Stanze. Formando conjunto con la Misa de Bolsena, La Liberación de San Pedro y El Castigo de Heliodoro, El encuentro de San León Magno con Atila es el más endeble de los frescos de esa estancia; quizá porque a la muerte del enérgico Julio II el entusiasmo ardoroso que anima las otras pinturas decayó, y el refinado León X Médici no da el tipo para ser un San León Magno en el fresco (Julio II sí hubiera valido para el caso).

Roma recordó siempre que gracias a esa entrevista tenida por milagrosa, Atila dejó intacta a Roma, que escapó de la temida devastación y saqueo de los hunos. La tradición-leyenda refiere que mientras León y Atila se entrevistaban a orillas del rio Mincio, el rey de los bárbaros vió aparecer detrás del Papa dos imponentes figuras revestidas de ornamentos sacros que le amenazaban con la espada y la muerte si atentaba contra Roma. La escena ocurrió en el año 452.
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En el 451 se celebró en la ciudad de Calcedonia, cerca de Constantinopla, el IVº Concilio Ecuménico, que cerraría una época de contiendas doctrinales sobre Cristología: Quién y cómo es y subsiste Cristo, el Hijo de Dios. Los Concilios de Nicea (325), Constantinopla I (381) y Éfeso (431) habían ido definiendo y fijando la fe sobre el Misterio de Cristo enmedio de enormes tensiones y crisis que afectaron a la estabilidad de la Iglesia antigua, tan vuelta a sí misma en aquellos siglos en que Roma decaía, se dividía el Imperio, y penetraban en Europa en irrefrenables avalanchas las hordas bárbaras.

Pasados tres siglos de vida interna y perseguida, apenas Constantino promulga el Edicto de Milán, la Iglesia se ve en la necesidad de formular un Credo indiscutible que recoja la fe trasmitida por los Apóstoles y sus sucesores, porque afloraban herejes y herejías que amenazaban pervertir y desfigurar la Fe original. Nicea fue el comienzo de la serie de Concilios Ecuménicos que serían los definidores del credo y el dogma, pero también significó el primer capítulo de la serie de controversias doctrinales que marcaron la historia de aquel período de la vida de la Iglesia.

Después de definir la Divinidad de Jesucristo (Nicea) y la del Espíritu Santo (Constantinopla I) así como lo sustancial y principal del Dogma Trinitario (ambos Concilios), en el de Éfeso se enseña de la unidad e identidad de la Persona de Cristo, Hijo de Dios y Persona Divina, y así la Virgen Madre puede y debe ser llamada "Theotokós"-"Deigénitrix"-"Deipara" con toda propiedad. Esta definición del Efesino, dejó abierta una gran controversia entre los dos grandes y privilegiados Patriarcados del Oriente, Antioquía y Alejandría, cada uno de ellos con una tradición teológico-exegética que, ya afirmando en extremo lo humano o lo divino en Cristo, terminaría gestando las grandes heterodoxias del momento.

Nestorio, patriarca antioqueno, que separaba de tal manera la divinidad de la humanidad que parecía distinguir dos personas: Un Verbo Divino ab aeterno y un Jesús humano nacido de María. El alejandrino Eutiques, radicalizando la doctrina de San Cirilo, el anterior Patriarca, insistía de tal forma en la "mía fýsis" la "única naturaleza" del Verbo Encarnado, que parecía disolverse la humanidad asumida en la Divinidad asumente, con lo que restaba al fín un monofisismo que minimizaba o anulaba la asunción de la humanidad por el Verbo.

Los dos extremos eran heréticos, pero la teología cristológica no esclarecía términos adecuados para precisar la doctrina sin caer en equívocos o reduccionismos que podrían derivar a la vez en otras conclusiones parciales o erróneas. Además, la controversia incluía la equivocidad derivada de las diferencias terminológicas entre el griego y el latín, tan sutiles pero tan definitivas. La discusión versaba sobre los conceptos persona-natura-susbstantia/prósopon-fýsis-hipóstasis y su articulación en la formulación del Dogma Cristológico: Cristo es la Segunda Persona de la Trinidad, hecho hombre; una Persona Divina susbsistente en dos naturalezas, la humana y la divina.

La clara concisión de Roma se impuso a la dura y extrema polarización de antioquenos y alejandrinos, con una admirable síntesis de Cristologia que el Papa León I envió a Flaviano, Patriarca de Constantinopla. En el "Tomo a Flaviano", una carta doctrinal remitida desde Roma al jerarca constantinopolitano, el Papa San León expone la doctrina que luego el Concilio Calcedonense resumirá en cuatro adverbios que precisan cómo se entienden y articulan las dos naturalezas en Cristo: Inconfuse, Inmutabíliter, Indivise, Inseparabiliter = Sin confusión-Sin mutación-Sin división-Sin separación.

Esos cuatro adverbios articulaban y definían el discurso cristológico, de tal forma que cualquier doctrina, afirmación o proposición sobre Cristo debía tener en cuenta esas cuatro "reglas", sin excluir ninguna y afirmando todas cada vez que se hablara de la divinidad o de la humanidad del uno, el mismo y único Jesucristo.

En el áula conciliar de Calcedonia, el entusiasmo al ver de tal forma iluminada la verdad, se expresó con un clamor de los padres que decían a una: "¡Pedro ha hablado por la boca de León, León habla con la voz de Pedro!".



El Magno añadido a su nombre pontificio, fue más bien un honor por la salvaguarda, defensa y buen gobierno de Roma bajo sus años de sabio y prudente pontificado. Sin embargo, la magna obra de León Magno no fue enfrentarse a Atila rey de los hunos, sino sintetizar y confirmar la Fe con cuatro sabias y necesarias palabras.

Todavía es reconfortante leer la admirable, sapiente, y esclarecedora teología de San León I el Magno.
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*** Imágenes: Relieve de Alessandro Algardi con la escena de San León Magno y Atila, en la Basílica del Vaticano ~ Dos sellos de la serie emitida por la Posta Vaticana en Octubre de 1951 en el XVº centenario del Concilio de Calcedonia.

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viernes, 9 de noviembre de 2007

Elizabeth I Regina Anglorum


Estan anunciando una peli sobre Elizabeth I Tudor que es la segunda parte de una que vi y que me gustó relativamente: Me gustó porque esa época isabelina me gusta (menos que la de su padre Henry VIII, claro), y me pirro por una peli que ponga en imágenes la Historia y sus personajes, ese mundo con su gente. No me gustó porque la semblanza era al gusto del director-guionista, sin rigor y con una puesta en escena tan discutible como insuficiente. No me gustó porque, como se suele, se extrapolan cosas de ahora a entonces. No me gustó porque tenía un tufo feminista infectante. No me gustó porque para atreverse a todo eso y que resulte una peli digna, hay que ser un quasi genio del cine, y eso es raro.

Cuando Alexander Korda filma La Vida Privada de Enrique VIII, la novedad del arte le garantiza cierta originalidad arquetípica para el género; desde aquellas primeras pelis a las de ahora, todo lo rodado, bueno o malo, vale a la hora de hacer crítica y/o elegir modelo.

Aparte la peli en cuestión, me alegra la buena fama de la Queen Elizabeth I Tudor entre los suyos. Una mujer en el trono de una nación como la Inglaterra que le dejaron su padre, su hermano y su hermana y que ella dejará a un sobrino lejano a cuya madre persiguió, encarceló y mandó decapitar, una reina así, resulta fascinante. Odiarla por su crueldad, vanidad, complejos, favoritismos...etc. es absurdo. Crear a su costa un figurón emblemático de perfidias, lo mismo. Eso, para su tiempo y sus coetáneos, vale; ahora resulta un anacronismo obtuso.

Estoy convencido - cada vez con más evidencias - de que el que juzga a los personajes de la historia sin encajarlos en la historia no sabe historia, ni sabrá nunca. Si cae en el prejuicio estereotipado o tópico, la ignorancia le deja incapacitado para cualquier reflexión, conjetura, juicio o conclusión sobre el tema y/o el personaje.

Es, dado el caso, lo que va de un español que odia a Felipe II y se lo imagina tirannus tirannorum, y un inglés capaz de entusiasmarse con su Elizabeth Tudor, sin encontrarle un pero.

En esa peli, nuestro enorme Felipe II será el malo; y la mediana Isabel, la heroína. Item más: Tiene que ser el muy inglés Sir Geoffrey Parker el que recuerde a los muy poco españoles la grandeza de un Felipe II, y hasta resaltar su lado humano, tan olvidado.
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No sé si en la peli se contará que Elizabeth estuvo perdidamente enamorada de Felipe; quizá por eso se quedó reina y virgen usque ad mortem (por lo menos oficial, nominal, y reputadamente).

A veces me la imagino fantaseando con que la Armada Invencible hubiera tenido mejores vientos y más favorables elementos, y hubiera vencido y venido a ella Felipe, su cuñado, su soñado, su pasión...

Pero eso no lo contarán sus ingleses de su regina en ninguna peli: Of course!

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jueves, 8 de noviembre de 2007

Doctor Subtilis, Beatus Johannes

Mis maestros fueron tomistas, dominicos, glorias de su Orden: Les guardo reverente y alta estima, y a alguno, veneración. Me tocó conocer y querer una generación formada en la vieja y sólida escuela de las tradiciones, algunas heredadas con tal pasión que el aula se nos convertía en una Univérsitas, una Facultas o un Studium Generale del XIII o el XIV.
Por eso la Summa del Angélico era la referencia axial casi siempre: Scriptura, Magisterium, Traditio, Tommas; un quattuor indiscutible.

De los franciscanos y su escuela, nos quedábamos con la anécdota de las Fioretti y el providencial encuentro de los Santos Doménico e Francesco en Letrán; un poco de San Buenaventura...y leña a Duns y a Ockham, que con ellos empezó el declive.

Tengo que reconocer, yo que tengo jurado voto de sangre inmaculista, que la argumentación de Santo Tomás es tan sólida y coherente, como ligero y sumario el célebre "Potuit, decuit, ergo fecit" de Duns Scoto. Cinco siglos y pico tardó la Teología en hallar una fórmula que explicitara satisfactoriamente la ocurrencia de Duns y resistiera el formidable sed contra tomista, con un contenido que atiende más a las objeciones del Angélicus , que al voluntarismo entusiasta del Subtilis.

Sin embargo, por esta militancia inmaculista, Duns Scoto me es simpático, precisamente; y también por inglés; y también porque me cupo en suerte estar en San Pedro el dia que fue canónica y definitivamente reconocido Beatus, por Juan Pablo II, el 20 de Marzo de 1993. Yo estuve allí, sul Sagrato della Basílica Vaticana.

Y hoy, 8 de Noviembre, es el dia en que se le celebra, especialmente en su Orden, que le profesó particular veneración, en contra de toda la opinión de la de Predicadores, que se oponía a que Duns tuviera culto (mérito!) reconocido.

Y me he permitido esa ingénua ilustración, porque por ser como las demás, inventada, esta es la más simpática, la más ingénua para ilustrar la sutilidad a la que puede llegar un candor franciscano cuando la razón funciona en una mente brillantemente lúcida. El lema del librito que ostenta es altamente arriesgado "Ora et Cogita ~ Cogita et Ora" ; pocos son capaces de vivirlo.
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martes, 6 de noviembre de 2007

Die Grosse Stille ~ El Gran Silencio


Debería haber esperado a Navidad y pedirlo de regalo de Reyes, pero no me he resistido y he actuado tan impaciente como tantas veces: Esta tarde me he comprado el vídeo de Die Grosse Stille-El Gran Silencio. Espero que la adquisición de una peli virtuosa compense la impaciencia que no he mortificado (lo apunto para la consulta con el dire spiritalis).

La película la pude ver en cine de verdad, en Enero de este año, poco después de Navidad. Fue una rareza que la exhibieran desde Noviembre hasta Marzo, en un cine especializado en pelis no dobladas en v.o. con subtítulos. Me comentaron que en las dos sesiones diarias, la sala de unas 60 butacas se medio llenaba en cada pase. Durante las primeras semanas tuvo aun más público, y hubo gente que repitió y volvió a verla. Yo no pude re-verla, me quedé con las ganas, que espero satisfacer ahora con el vídeo...aunque una peli en casa no es lo mismo que una peli en pantalla, claro.
La pureza de imágenes y sonidos es asombrosa, así como el extraordinario y original planteamiento de toda la película: Sin sonido/música adicional, sin iluminación extra, sin comentarios en off, sin apenas subtítulos. La intención de mostrar la Grande Chartreuse sin aditamentos, en la escueta y elocuente realidad de su silencio cartujano se logra admirablemente por ese extraordinario cineasta, Philip Gröning, que debe ser una especie de condensado de la especie: Director-productor-realizador-fotógrafo-cámara en un sólo tomo.

Me llamó la atención que los rostros de los cartujos que salen en la peli-documental son parecidísimos a los de los cartujos de los cuadros de Zurbarán; me refiero a los grandes lienzos de la sevillana Cartuja de las Cuevas que hoy se conservan y exponen en nuestro Museo de Bellas Artes, en especial los de La Virgen de las Cuevas y el de San Hugo en el refectorio, con esos cartujos que casi son un trasunto de los de la peli, como si se transmitieran a través del tiempo no sólo la regla estable, sino también los tipos monacales.

El lema cartujano "Stat Crux dum volvítur Orbis", se ilustra suficientemente en esta extraordinaria película. Merece la pena gastarse 21€ en un documento que guardará toda su validez, belleza, y elocuencia espiritual dentro de tres siglos, tal y como un lienzo de Zurbarán.

El mundo habrá girado vertiginoso, pero los cartujos seguirán quasi inmóviles en el eje de la Cruz.

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