e dudado si escribir o no, pero me he decidido y voy a intentar una especie de articulete de género "promotor fidei", que es oficio muy católico, sí señores, verán ustedes:
Recibí ayer, por correo ordinario, un sobre tipo comercial, blanco, abultado. Yo pensé, primeramente, que eran octavillas de propaganda electoral, o papelorios pios (folletos, revistitas etc.). Y era eso. Abro el sobre y dentro viene una carta circular patatín, patatán y mambrú se fué a la guerra. Mas con la carta, vienen también tres folletos:
- Unas Oraciones Cristianas muy buenas para los nervios etc. Pero les echo un vistazo y veo detallitos que no me gustan, las Letanías Lauretanas regularmente traducidas y otros cuantos puntitos que mi gusto no soporta. Y como la máxima charitatis agendae es "No quieras para los otros lo que no quieres para tí" y tenía cerca la papelera, pues a la papelera!
- Un Mes de María, a buenas horas con flores a María ayer, que empezó Junio y ya estamos con las Letanías al Corazón de Jesús, en Vos confío (se las recomiendo). Y como yo soy muy repío y me sé del tirón y carrerilla el Mes de María para todos los días del Mes de Mayo y a estas alturas, casi cincuentañero, no estoy para cambios ni modernuras, a la papelera también (con cuidadito, a pedacitos chicos, de maniático pio, que lo soy mucho, gracias a Dios).
Había un tercer libretito, que me dejó suspenso, un instante (dos instantes?) perplejo, desnortado. Pues era el tercer opúsculo un cuadernillo con una foto en la portadilla de un señor con corbata, sonrisa cordial, y cara reconocible que, por un momento, yo no atiné a reconocer (el alzheimer que acecha, como la gripe porcina, yes). Después del instante (o dos) de suspensión intelectiva, leo al pié de la foto: "Luís Valls. De la Banca a Dios". Y el nombre del autor (que callo). Y aquí me acaeció el desporrompompero politraumático espiritu-anímico-católicón.¡ Señor ten piedad!
Yes. Ni están ustedes alzheimer ni les he contagiado ningún virus ni bacteria ni microbio por interrete. No. Es que ese es el titulillo y el contenido del folletín:
"Luís Valls. De la Banca a Dios". ¿Que quién es/era Luís Valls? Si lo conozco yo, lo conocerán ustedes, i presume. De todas formas, en la Wiki, he encontrado una
breve semblanza del susodicho, por si alguno quiere leer.
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El folleto que me llegó por correo, si no se lo imaginan ya, es de género "causa de los Santos", que desde los ochenta se puso tan accesible, pues la Santidad es para todos y todas (y no me extrañaría que, proximamente, hasta para "tod@s". Yes).
Yo que para muchas cosas me inclino a ser de "la vieja escuela", discuto y matizo la mayor. Porque ese es el problema, entiendo: Que no se matiza qué y para quiénes y de qué forma y manera, con qué condiciones, es o sea o puede ser la Santidad de los Santos y/o para los Santos. Al hilo, me hace pensar en aquella sentencia (?) que dice que "Hay Santos que la Iglesia impone a Dios y Santos que Dios impone a la Iglesia". Algunas veces me parece claro, y hasta escandalosamente evidente.
El candidato postulado, Luis Valls, es un "dechado" de virtudes...pero a lo moderno. Las palabras evangélicas "...dejándolo todo le siguieron" parecen haberse transformado en una especie de "sin dejar nada también se apuntó a eso", o por el estilo. Y se pudiera entender justo y hasta muy castizo, porque siempre, de toda la vida, se nos ha enseñado la importancia primerísima y transcendental del "negocio de la Salvación", las "empresas espirituales" y hasta la "economía de la Salvación". ¿Me siguen?.
Digo yo que un avispado y perspicaz hombre de negocios y mundo, por nada se dejaría ir el negocio, la empresa, la economía mayor y más alta. Y allá que fué. Pero con todo lo suyo. Sin dejar nada. Entiendo, comprendo, que lo del joven rico que sale en los Evangelios es un personaje de aquel entonces, que no tiene por qué extrapolarse al presente, al Tertio Millenio este nuestro en que estamos, que es otra cosa. Y otra cosa tuvo que ser lo de Leví el Publicano, que dejó de repente el banco de cobro de impuestos y se fué con el Rabbí Jesús Nazareno, y que terminó siendo San Mateo Evangelista, que se lee mucho en Misa su Evangelio, Uds saben. Y por supuesto que Zaqueo el recaudador medio enano de Jericó es un personajete anecdótico, que tampoco es definitivo, ni definitorio ni concluyente. Que no es modelo, vamos, quiero decir. ¿Me explico/se me entiende?
Del ilustre financiero camino de los altares, conspícuo ejemplar, se muestran unas cuantas perlas, prendas de sus eximias virtudes. Como por ejemplo:
- "...Desde aquel día glorificaría a Dios con uno de los medios más difíciles para darle gloria: el dinero" (Sic).
- "...los dones recibidos y su humilde actitud le llevaron a comprender que su trabajo en la Banca era el de mero administrador de unos bienes que Dios ponía en sus manos para que los gestionara adecuadamente..."
- "...Su relación con el dinero fue prudente y brillante..."
- "...Sus obras de caridad tenían un matiz singular: Que los beneficiarios fuesen corresponsables para devolver una pequeña cantidad con objeto de ayudar a otras personas. En su pensamiento, dar dinero a fondo perdido no era bueno para nadie..."
- "...Practica squash como deporte favorito..."
- "...Hizo vida la fe, por eso Luís es para la Iglesia modelo de santidad en el trabajo, particularmente en la Banca".
Entre col y col, lechuga. Es decir, que trae más cosas por el estilo y fioretti, florecillas del santo de la Banca ya camino de los altares. ¡Cosas veredes!
Y yo no sé qué decir. Porque se me ocurren bastantes cosas que decir. Por lo pronto, le echaba al ruedo a un San Juan Crisóstomo y a unos cuantos Padres del Desierto, a ver cómo los toreaba el valiente (y su cuadrilla, incluído el panegirista autor del folleto, muy señor mio). En un primer momento, pensé pasar el articulete. Después decidí dejarlo en Ex Orbe, para que no corriera demasido.
Que nos den bofetadas los malos de fuera, vale, eso está profetizado. Pero que nos desconchen la casa, fachada y salón de estar, los santificadores de dentro mientras juegan al parchís o al juego de la Oca (no quiero decir el Póker, el Mus o el Julepe) de la santidad de los miembros del club, y arriesgan en la Bolsa, comprando y vendiendo, negociando, las acciones del Regnum Coelorum, eso tiene castañas pilongas de repetición y tiro al blanco.
El bajón de la Causa de los Santos que propició Juan Pablo II (¡¡¿?!!) se ha convertido en el coladero de tantas causas mediocres que nunca debieran haberse postulado, ni siquiera en la mente de los "devotos" cercanos . No sé si se dan cuenta de cuánto se desacreditan y nos desacreditan.
Hace unos días se abrió (y yo pienso que demasiado pronto, pero así están los tiempos), la causa de Lucía de Fátima, más de ochenta años de clausura carmelita. Otro "estilo" de santidad, otro "camino", tan distinto del de la Banca. ¿Valen lo mismo? ¿Todo es lo mismo? ¿Pueden significar lo mismo? ¿Caben en el mismo "catálogo"? ¿Son todas las causas igualmente "viables"?
Aparte de todo eso, acomodar el "No podeis servir a Dios y al dinero" interpretando "pero yo sí, pues yo voy a servir a Dios en la Banca" es un temerario discurso muy dudosamente evangélico. Aunque siempre estará al quite el teólogo de turno para darle salida al "dilema" teológico, espiritual o moral. Es su oficio, ¿no?
¿Llegará a los altares? Dios lo sabe. Tengo la teoría de que, en estos casos, los Santos que la Iglesia "impone" los dejan en un poyete del Cielo, ex profeso, como una galería de "raros". De todas formas, seguro que no le ponen silla al lado de San Mateo, que dejó el negocio; ni tampoco al lado de San Lorenzo, tan mal gestor de los bienes de la Iglesia que los repartió a los pobres de Roma ( y a él - que no jugaba al squash - lo asaron a la parrilla en pleno Agosto romano). Y así, tantos, hasta ahora, casi todos, y seguro que en el Común de Santos Innominados, más, muchísimos más.
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p.s. Me están dando ganas de encomendarme a Don Luís y comprarme un decimito de lotería o un cupón de la once, a ver si me tocan y con los milloncetes hago "negocio" de santidad y prospero económicamente. Ya les contaré, si hubiere novedad (aunque, pase lo que pase, squash estoy seguro que no practicaré, no sé si eso será obstáculo para una eventual beatificación).
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