Como a Santa Catalina, lo mismo le hicieron a Santa Bárbara. Tan populares ambas y con tantos patrocinios y patronazgos que atender, las dejaron en dique seco a las dos. Con la significativa particularidad de que Stª Catalina ha sido repuesta en el Misal, pero Stª Bárbara no. Et porquoí? Parce que Santa Barbara n'est pas "ecuménica" y Santa Catalina sí, monsieur.
Y como los artilleros no estan para defender patronas y ya hasta piden retirar las Pilares de los cuarteles de las beneméritas. Y como los mineros dependen más de los sindicatos y las subvenciones tapabocas que de la Santa de los mineros. Y como los examinandos de la Salmanticense ya no se examinan de grados en la Capilla de Santa Bárbara. Y como las tormentas ya no dan susto porque se ven en la tele y las dibujan con isobaras de meteorólogo y ya no se reza a Stª Bárbara tormentera su retahila. Pues por todo eso la Santa está preterida y olvidadita, sólo con sus fieles en algún pueblecito que la conserva de Patrona, y en la memoria y las condecoraciones de algunos pundonosoros militares.
Y en el calendario personal-particular del que esto escribe. Faltaría más. El problema es que tengo que alternar con la otra devoción del dia, que también es de mi particular querencia: San Juan Damasceno, nada más y nada menos. El gran iconódulo anti-iconoclasta, el gran teólogo y mariólogo, el último Padre de la Iglesia de Oriente. El que sufrió quasi martirio por los infieles mahometanos sojuzgadores del Oriente. Mi venerado Juan Damasceno! Conque me veo obligado a repartir rezos y liturgias, entre Bárbara y el Damasceno, que se que no pondrán óbice a la solución que adopto para el pio conflicto. Oh!
La cosa se me encona si elijo el Kalendarium y el Santoral del Rito Extraordinario, que celebra hoy a San Pedro Crisólogo, y no a San Juan Damasceno. Y es que a veces - como se ve por lo que voy diciendo - es complicado celebrar la fe dadas las complicaciones con las que han complicado las cosas de la fe y sus celebraciones. Por impías culpas de impíos culpables, claro. Que pagamos los pios al querer mantener piadosamente la piedad. Oh! Oh!
¿Y ahora qué? Pues sólo cabe una resolución litúrgico-moral-bloguera, y decidir. Y como el año pasado fuí damasceno, este año me toca ser bárbaro, si me explico. Ahí va la oración:
Deus qui inter ceterae tuae mirácula etiam in sexu frágili victoriam martyrii contulisti, concede propitius ut qui Beatae Barbarae Vírginis et Martyris tuae natalitia cólimus, per ejus ad Te exempla gradiamus. Per Dóminun. Nostrum ... Amen.
Destacaría el "etiam in sexu frágili", tan elocuente y aleccionador, dadas las opiniones modernas. Y recalcaría más lo de "Vírginis et Mártyris" por lo poco que se aprecian ambas cualidades (menos aun la 1ª que la 2ª).
¿Y qué más? Pues poco más, porque la historia de Stª Bárbara es muy conocida: Su padre, Dióscoro, es impío pagano y la encierra celoso en una torre, donde Bárbara vive y se instruye, virtuosa y docta. Al conocer el padre que su hija es cristiana, la lleva al tribunal. Sufre los horrendos tormentos sin apostatar, confesando la fe. Finalmente es condenada. El verdugo se conmueve al verla tan frágil y doncella, y su mismo padre, en el colmo de la crueldad, la degüella ante el espanto de los testigos presentes. Cuando bajaba la colina en la que martirizó a su propia hija, un rayo fulminó al impío Dióscoro. La encantadora Legenda Aurea narra una encantadora historia, en la que sale hasta Orígenes de Alejandría. Un encanto, como digo.
p.s. Pero tengo la impresión que a nuestras coetáneas del "sexo débil" les impresiona sobre todo, más que la historia o el cruel martirio, la casta virginidad. Una barbaridad!
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