Hace poco oí hablar del 'horizonte veinte-veinte'. Es una expresión para referirse al futuro año (Deo volente) 2020, un término usado en la jerga de economistas, sociólogos, analistas, etc. para referirse al nivel de progreso que se alcanzará al final de esta década, dentro de seis años.
Pensando en la Iglesia, desde esta inquietante Roma francisquista, el horizonte veinte-veinte católico se vislumbra calamitoso, católicamente considerado. La tendencia de la deriva se describe muy bien con esta escena que los noticiarios eclesiásticos no han puesto en portada, pero que ha sucedido ayer:
El Papa recibe a una delegación de judíos, musulmanes y católicos de Argentina
En titular más pequeño, se informa del alcance y sentido de la audiencia con PP Franciscus:
'Estamos mostrando que las religiones pueden convivir y trabajar juntas y en paz'
No se dice lo que dijo el Papa. Mejor. Si ya hablando Urbi et Orbi resulta, tantas veces, de digestión pesada para el tracto digestivo católico, en petit comité y con paisanos en promiscuidad tri-religiosa, lo que diga probablemente sea fastidiosamente traumático para los oídos católicos. Mejor que no se sepa, pues, lo que dijera.
Pero no nos podemos hacer ilusiones, al contrario. Si en un año se ha ido definiendo así, en el futuro se irá afianzado la tendencia, con consecuencias.
El doble registro seguirá, por su parte, funcionando también: Homilías y alocuciones con un sencillo y sano tono católico, parenético, moralmente positivo, espiritualmente animoso. Y, juntamente, actos, dichos, notas, recibimientos, reconocimientos, aprobaciones implícitas, reprobaciones en tono menor, ausencias, displicencias, nombramientos, promociones...etc. etc. etc. de perfil, tendencia, contenido y consecuencias inconfundiblemente francisquistas.
Si en un año las cosas van así, ¿cómo estarán en el veinte-veinte?
A cada día le basta su fatiga, nos dijo el Señor, ¿por qué agobiarse por el mañana?
Eso me digo yo, me lo repito, lo interiorizo...Y, sin embargo, no dejo de pensar en el 'horizonte veinte-veinte' de la Iglesia.
Y no, precisamente, con serena expectación, Dios nos valga.
Estrambote: La misma noticia, con otros pormenores, y la escalofriante propuesta de una JMJ interreligiosa !!!
Moraleja: Todo es susceptible de ir francisquistamente peor.
¡Válganos Dios!
+T.