domingo, 5 de enero de 2014

Soplando el fuego, aventando el humo


No se entiende el derrumbe del catolicismo en el post-concilio sin reconocer que la descomposición se inicia y progresa en y por la acción de las órdenes y congregaciones de religiosos, con los jesuitas a la cabeza. Esta vanguardia corruptora infectó conventos, colegios y parroquias y, desde estos centros, extendió por todos lados el des-catolicismo general. Los bastiones que subsistieron fueron, casi todos, sectores de la Iglesia ajenos a la influencia jesuítica, aunque, a la larga, la contaminación les afectaría también, de un modo u otro.

Por eso las relaciones Papado-Compañía de Jesús han sido especialmente difíciles, tensas, incluso traumáticas, con todos los Papas post-conciliares, que veían y sufrían cómo la Compañía y sus agentes transgredían los esquemas conciliares y marcaban nuevas fronteras imposibles de asumir por la Iglesia. Con todo, aun con la destitución de Arrupe y una cierta contención institucional procurada muy trabajosamente por Kolvenbach, las andanzas de los jesuitas ni se detuvieron ni se corrigieron. El actual prepósito general es un viejo colaborador de Arrupe; sabe guardar cierta moderación de formas, pero bajo el clergyman gris late la vena de su generación, la que se amamantó con arrupismo, y 'espíritu del vaticanosegundo' (la segunda teta nutriente fue Rahner).

Si ahora me enseñan la foto PP Franciscus celebrando en el altar-cubo minimalista del Gesú y leo, passim, extractos de su sermón a los presentes y otras puntadas francisquistas, es natural (o sobrenatural?) que me corra un escalofrío por el espinazo de mi pecador cuerpo eclesial-eclesiástico.

Porque - me digo - sin cuando los Papas frenaban (y no conseguían frenar) el estrepitoso desenfreno jesuítico, ahora con un Papa jesuita que les anima y entusiasma - me pregunto - qué no podrá pasar, a cuánto se atreverán, por qué extremos se desmandarán.

Mientras, la periferia y los medios, aplaudiendo, encantados con PP Franciscus.

Y el núcleo y sus concéntricos incubando indignación, todos los días.

Todo lo cual, resumido, nos pronostica que el 2014 puede ser para temblar con sudores, como cuando se pillaban la fiebres recurrentes.

Oremus !!! (plus)


+T.