El templo es todo luz, todo aire, como si Stª María Gloriosa dei Frari se hubiera pensado para la pintura de la Assunta del Tiziano, preparándole un ábside milagroso como Dios le preparó Cielo y Trono a su Hija, a su Madre, a su Esposa.
En Venecia es un testimonio espiritual de valor excepcional por arte y por historia. Pero es fe de todo el mundo creyente, desde el Oriente al Occidente, que celebra ese Misterio de exaltación, de subida, de gloria. Es su Asunción.
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