miércoles, 29 de febrero de 2012

Todos juntos, todos conectados: ¿Todos lo mismo?


En Roma, en plena Piazza de San Pietro, en la sala de exposiciones del brazo izqdº del Colonnato llamado de Carlomagno, está abierta al público esta interesante muestra-exposición:

Verbum Domini Exhibit

La muestra se presenta con este subtítulo explicativo: Catholics, Protestants, Jews & Orthodox Christians Collaborate in Rome This Lenten Season (Católicos, protestantes, judíos y ortodoxos cristianos coloboran esta Cuaresma en Roma).

La confusión exquisitamente servida en bandeja cultural. Ecumenismo y comunión inter-religiosa, dirán algunos. Promiscuidad indiferentista judeo-cristiana, resumo yo.

Que la muestra sea atractiva e interesante por la calidad de la colección de códices, textos, volúmenes, fragmentos y otros objetos, no excusa que sea criticable esa presentación donde Catolicismo, Protestantismo y Judaísmo aparecen como elementos de un mismo conjunto, sin diferenciar, sin distinguir, sin separar.

La separación es un hecho histórico que una exposición no debe obviar. Item más: La distinción es una diferencia esencial (en el caso del judaísmo-cristianismo) y accidentalmente sustancial (en el caso del catolicismo-protestantismo): El Cristianismo no es el judaísmo (ni viceversa) y la separación consumada por el protestantismo respecto a la Iglesia Católica merma de tal manera la entidad de las confesiones reformadas que sólo se comparte con el Catolicismo un mínimo básico del Credo original.

Se puede presentar una común identidad bíblica siempre que se enseñe también que es precisamente el desencuentro respecto a las Sagradas Escrituras lo que (entre otras cosas) separa al Cristianismo del judaísmo y a los protestantes de la Iglesia Católica.

Pero no parece ser ese el sentido de la exposición, o, por lo menos, la intención que se intuye en estas y otras iniciativas y/o eventos semejantes, gustosamente recibidos y hasta promovidos por la Santa Sede. De un tiempo a esta parte, una cordialidad proclive a la inter-comunión, el diálogo y el encuentro domina todo un mundo de relaciones, antes vetadas y ahora deseadas y propicidas.

La lectura, la conclusión que de todo ello se saca es una especie de suma de factores cuyos sumandos parecen indiferenciados y el producto final equiparado.

Pero la suma es errónea, los sumandos no son tales, y el resultado es falso.

Me repito. Con otras palabras, en otras ocasiones, he escrito esto mismo a propósito de otras circunstancias, de otros encuentros.

Pienso y sostengo que hay que repetirlo. Con esta máxima, que nunca debe faltar:

Veritatem facientes in charitate - Practicando la verdad con caridad  Ef 4, 15

Pero hay que insistir, aclarar, distinguir, separar.

+T.