miércoles, 18 de octubre de 2017

El tufo neo-litúrgico


Vive Dios que el que esto escribe, reza y dice con piedad sacerdotal-ministrante cuando celebra con el Misal de Pablo VI, pero hay veces que se queda con el reheleo de estar mascando la herejía.

En la Misa de San Lucas Evangelista, esta es la oración colecta del misal novus ordo:

Señor Dios, que elegiste a San Lucas para que, con su predicación y sus escritos, revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

Es decir, que la vocación y la inspiración del Santo Evangelista no tuvo la intención de testimoniar hagiográficamente el Misterio de Cristo, Hijo de Dios, sino que el Señor escogió a San Lucas para proclamar 'la opción preferencial por los pobres'. Es decir, que el Evangelio según San Lucas vendría a ser una especie de 'manifiesto', más bien. ¿Apesta o no apesta esto a ideologización marxistóide de la peor estofa, a teología de la liberación de la peor calaña, manipuladora y tergiversadora?


Después de la Misa he recordado otro sapo por el estilo que nos tragamos en Sevilla cuando Juan Pablo II beatificó a Sor Ángela de la Cruz, en Noviembre de 1982, días después de que el Psoe de Felipe González ganara sus primeras elecciones en España. Pues bien, para aquella ocasión, una de las canciones (la más cantada) que se usó (con el beneplácito de las Hermanas de la Cruz) como himno para la ocasión, tenía esta letra:
"Contigo camina el pueblo unido
buscando otros caminos
que lleven a la paz;
contigo, Sor Ángela, en Sevilla
se vio la maravilla
de darse a los demás.

Eres del pueblo,
y al pueblo tú te das;
eres de todos,
y del que sufre más.
Hoy desde el cielo,
no dejes de mirar,
a tu Sevilla, Sor Ángela"

Y así se ha ido empapando todo de ese tufo populista-populachero que hoy respiramos con el francisquismo de cada día.

Para purificar y sahumar el ambiente, concluyo con la antigua y preciosa oración de San Lucas del Misal tradicional:

Orémus.
Intervéniat pro nobis, quǽsumus, Dómine, sanctus tuus Lucas Evangélista: qui crucis mortificatiónem iúgiter in suo córpore, pro tui nóminis honóre, portávit. Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. R. Amen.


Como podrán apreciar Uds. trasmina el buen olor de Cristo.


+T.