El notición mil veces anunciado ya está consumado - parece - . Y ha pillado por sorpresa hasta a los más avispados. O será que no interesa tanto, o que son las inminentes "conversaciones" con la FSSPX lo que centra, más que los anglicanos, la atención de los blogs y mentideros católicos de internet.
No será una "prelatura" sino un "ordinariato" la estructura canónica que se les conceda a los conversos. Y conservarán sus peculiaridades, que no se sabe bien cuales sean. Sólo se apuntan las más llamativas: Los presbíteros podrán ser casados, pero los obispos deberán ser célibes, como sucede entre las Iglesias ortodoxas orientales. Más o menos, y a la espera de cómo se vaya realizando todo lo que hoy es noticia, una gran noticia.
¿Cuántos serán los que se acojan y de dónde vendrán? Tampoco se hacen estadísticas concretas. Ni yo sé decir si esta "definición canónica" que la Iglesia les ofrece animará a más o hará que otros desistan. Se ha fijado la fecha del 22 de Febrero próximo para la "apertura" de esta sólida iniciativa de "acogida".
No se debería hablar de "reconciliación", simplemente. Los siglos y distancias doctrinales que van desde Henry VIII a Benedictus XVI no han corrido en vano, y estos animosos anglicanos (anglo-católicos) no "vuelven" sino que "entran" y son recibidos. Han transitado un camino de Canterbury a Roma, jalonado por hitos tan luminosos como el Movimiento Oxford y sus protagonistas. Que todo esto esté sucediendo en vísperas de la beatificación de John Henry Newman, no es casualidad; aunque no sabría decir cuánto hay de planes humanos y cuánto de Providencia.
Sin duda que este es el recto ecumenismo, el que repara la historia con la vuelta a una misma fe en la única Iglesia; aunque no digo que sea el "ecumenismo perfecto". Particularmente, me queda el interrogante de cuántas "peculiaridades" vendrán con los anglicanos y cómo se mantendrán y cuánto nos afectarán y con qué efectos. Una "unión" como esta no ha ocurrido nunca, puesto que las Iglesias de la ortodoxia, cuando han vuelto a la unidad con Roma, lo han hecho desde otras circunstancias, con otra historia, y sin haber sufrido "afecciones" tan graves como el protestantismo que ha modelado con mucha huella la identidad anglicana.
Desde el XIX y como consecuencia, sobre todo, del movimiento tractariano, lo mejor del anglicanismo pasó a estar influenciado/atraído por Roma. Ahora me preocupa lo que ellos puedan influirnos a nosotros.
Aunque la paradoja es que los anglicanos que van a ser recibidos, son más "católicos" que muchos de los "católicos" que forman parte de la Iglesia.
Yo espero que ese definitivo "católico" sea el que prime y se imponga sobre el "anglo" que hasta ahora les ha servido de identidad.
Oremus!
+T.