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martes, 15 de julio de 2014
Hembras en Canterbury: Dañados por aproximación
El Movimiento de Oxford fue un episodio de gracia que marcó una línea de luz. Fuera de esa luz amable que lleva a Roma, la Iglesia Anglicana actual es una repugnante caricatura de lo que puede llegar a ser la Iglesia Católica si no se re-concilia con su identidad y - entre otras cosas más - suspende radicalmente la farsa del ecumenismo vaticanosecundista.
Salvo el ecumenismo entendido como reclamo para la conversión y reintegración en la Iglesia Católica (única y verdadera Iglesia), todo movimiento ecuménico debe considerarse, sin ambages, como una equívoca relación que, más pronto o tarde, infecta y descompone.
La aberrante noticia de la admisión de las mujeres a formar parte de la pseudo-jerarquía anglicana nos viene encima cuando ya estamos aberrantemente contaminados con la admisión 'social' de las hembras clérigas anglicanas y protestantes, que hasta se han retratado con el Papa cuando han sido, irreverente e impúdicamente, admitidas en el séquito de algún pseudo-jerarca visitante (la impudicia la cometió el pseudo-obispo que las admitió; la irreverencia el monseñor romano que lo consintió).
La gente común, el catolicismo popular sub-formado y de-formado que aplaude a PP.Franciscus, no entiende ni discierne y se suma a la expectación de los des-católicos que piden el imposible de hembras en la clerecía. El sensus fidei populi no existe si no se forma, y los tiempos post-conciliares no han sido una época formativa, sino todo lo contrario: El dogma se ha substituido por la voz de la calle, a la que parece haberse sumado, incluso, la Jerarquía, que cede a la opinión y silencia la doctrina. Por esto, por falta de doctrina, hay gente poco-católica que se encandila con la aberración de las obispesas inglesas y exige la cuota de clero-hembra con el convencimiento de estar postulando un derecho y luchando contra una marginación.
Queda probado que PP Franciscus no es Papa de magisterio contundente, sino de charla-homilía y entrevistas sazonadas con off the record. De su parte no se puede esperar nada. Milagro será que no mande congratulations al mentecato mitrado de Canterbury y a su plebe, ellos y ellas (y el intermedio de género mediano, of course).
¡La Providencia nos libre de más bochorno!
Pero esto pasa porque en su momento, cuando las pseudo-ordenaciones de hembras empezaron, no se cortaron terminantemente las vías de comunicación ecuménica. De las medias sonrisas vienen estas carcajadas. De las medias tintas, estos borrones indelebles.
Lo peor es que aun estamos oficialmente en el baile del ecumenismo, que, tal y como está planteado, es una gran impostura, insostenible según una recta teología-eclesiología católica.
Liberanos, Dómine !
+T.
jueves, 24 de octubre de 2013
El perlado de Limburgo
Cuando te enseñan el palacio de cuento de hadas que ideó Gaudí para el obispo Grau, te suelen recalcar que ningún obispo ha residido en él: Grau porque murió en mitad de las obras, sus sucesores porque renunciaron a continuarlas, y los que al fin las remataron porque aquel castillo de ensueño no era, prácticamente, habitable. O quizá porque, en verdad, ninguno se atrevió a habitarlo, porque no parece casa de obispo sino alcázar de princesas encantadas. Las locuras que, más o menos por aquella misma época, se permitía Luis II de Baviera, no se avenían bien con lo que se suponía debiera ser el perfil de un obispo español de mediados del siglo XIX
Así y todo, el disparate del obispo Grau dejó un precioso palacio de Gaudí en mitad de la Astorga maragata, siendo hoy el principal atractivo turístico de la ciudad. Pero el insensato Franz Peter Tebartz van Els se ha gastado la barbaridad de 31 millones de €uros en un complejo de edificios y una residencia típicos de la más vulgar y horrenda arquitortura contemporánea (con el torreón del palacio viejo en una esquina testimoniando que lo antiguo es mejor, más bello y más original).
Aunque el disparate arquitectónico no ha escandalizado por feo sino por caro-carísimo. Además, no era solamente el nuevo caserón del obispo Tebartz van Els, sino otras excentricidades igualmente costosas e impropias: Coches, viajes, dispendios varios.
Uno de los articuletes más interesantes que leí al respecto recalcaba que todo esto ha pasado porque un obispo controla y gobierna una diócesis como quiere y hace lo que le da la gana, con todos los derechos y sin apenas freno: A un obispo no hay quien lo pare
Quien lo dice es (me temo) un des-católico peligroso, de esos que aspiran a anular a los clérigos e instalar en el gobierno y la administración de la Iglesia a 'seglares competentes'. Pero tiene razón en lo que dice. Aunque no diga que para llegar a esos escandalosos dispendios el obispo insensato de Limburgo habrá debido contar con alguien más, clero y seglares. El Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung informó que el verano del 2011 los presupuestos para las obras de la nueva residencia episcopal que ascendían ya a 17 millones de €uros se fraccionaron en diez proyectos de obras menores para no tener que pedir la necesaria autorización del Vaticano, como está previsto en casos de sumas cuantiosas. ¿Quiénes sabían e iban consintiendo todo esto? Probablemente algunos de los mismos que después se han movilizado para que interviniera la Conferencia Episcopal germana y, finalmente, el mismísimo PP Franciscus, que ha apartado de sus funciones al prelado limburgués.
El escándalo está consumado. Con otros escandalosos efectos. Por ejemplo, la gente se pregunta por la economía de las diócesis alemanas. Si una diócesis discreta, como Limburgo, se mete en semejantes proyectos y gastos ¿a cuánto asciende la tesorería de una diócesis metroplitana, como Colonia, Múnich, Hamburgo o Friburgo? La pasada semana, un artículo del Die Spìegel denunciaba que ni los propios directores financieros de estas archidiócesis saben cuántos activos poseen.
Todos temen que aumenten las defecciones, que siga creciendo el número de los católicos alemanes que abandonan la práctica religiosa, una tendencia alarmante ya desde hace unos diez (o más) años.
Otro artículo sobre el caso, comentaba que PP Franciscus iba a dar un escarmiento, para que otros prelados escarmienten en cabeza ajena.
Volviendo a nuestro caso de Astorga, yo me he acordado de tantos episodios que, sin ser como lo de Limburgo, se le parecen.
Ayer mismo me enteré del dineral que se han gastado en el Colegio Español de Roma para re-decorar la capilla, con proyecto de carísimos mosaicos del artista eclesiástico de moda, el estridente Rupnik.
Y así vamos, languideciendo como pabilo vacilante, pero sobre candelero de plata y esmaltes.
+T.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Otros hombres, otros tiempos...otra iglesia???
![]() |
El Cardenal Secretario de Estado Rafael Merry del Val signa el concordato con el representante de Serbia 24 junio 1914 (en la foto, de pie junto al Cardenal, el joven Eugenio Pacelli, futuro Pio XII) |
http://www.rtve.es/alacarta/videos/programa/memoria-popular-parla-del-xxxv-congreso-eucaristico-internacionalde-barcelona-1952/920240/
El reportaje recoge diversos momentos del Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona, al que asistió como Legado Pontificio el Cardenal Federico Tedeschini. Yendo en procesión para celebrar Misa Solemne, se detiene ante las cámaras que filman el acto y bendice (suponemos que a los operarios del NO-DO, o, remotamente, a los eventuales espectadores de la grabación); véanlo (disfrútenlo) en el minuto 15 y siguientes del documental. No bendice descuidadamente: Detiene su paso erguido, ceremonial, procesional; se gira, mira, eleva el brazo y traza una cruz reverentemente, un movimiento de rúbrica, no casual, ni rutinario, tampoco es ensayado, o estudiado: Es una bendición consciente, intencional; es un acto sagrado ejecutado por un sacerdote consciente de su ministerio y creyente en su ministerio.
Tedeschini cierra con los años de su nunciatura en España toda una época, que podríamos remontar al siglo XIX. Cuando deja la nunciatura de Madrid, ýa cardenal (electo in pectore desde 1933 y publicado en 1935), en junio de 1936, se lleva con él un estilo diplomático-vaticano que desaparecerá con él mismo y los prelados de su generación. Hasta sus últimos años (cuando el Congreso Eucarístico de Barcelona estaba a punto de cumplir los ochenta años), fue una de las figuras venerables de la Roma de Pio XII, Arcipreste de la Basílica de San Pedro y legado papal en señaladas ocasiones.
A los curiales de entonces se les formaba muy bien como sacerdotes; cuando eran llamados para entrar en el cuerpo de prelados que irían a servir en las legaciones papales, se les preparaba no sólo en las tareas estrictamente diplomáticas de representación y burocracia curial, sino también en la etiqueta y los ceremoniales de las cortes y estados donde deberían actuar. En todos esos ambientes, destacaban por la elegancia y la finura que, era fama, iban anejos al oficio de los agentes de la Santa Sede. Llevaban consigo, además de lo aprendido en la Academia de Nobles Eclesiásticos, aquella inefable impronta de la historia, que les marcaba un indeleble sello de dignidad grave y cortés, sagrada y noble, discreta e imponente a la vez.
En la generación de Tedeschini se notaba la impresión del magnífico Merry del Val, en el que todos reconocían el modelo ideal de 'príncipe de la iglesia'. El estilo del Cardenal Rafael Merry del Val fue un paradigma admirado por los mismos prelados que le trataron y conocieron en activo, ya fuera en los años en que desempeñó la Secretaría de Estado bajo Pio X, o luego, durante los pontificados de Benedicto XV y Pio XI, siendo una figura emblemática del Colegio Cardenalicio. Mantener fama de santidad sin perder la de noble, fascinante y digno entre los dignos, es signo de una aristocracia superior participada por muy pocos.
En esta grabación que recoge la visita de los Príncipes de la Casa de Saboya a SS Pio XI, en Diciembre de 1929, se puede ver al Cardenal Merry (pocos meses antes de su muerte) cumpliendo su oficio de Arcipreste de la Basílica de San Pedro, recibiendo, acompañando y despidiendo al Príncipe Humberto de Saboya y las Princesas. Se le distingue por su porte, alto y gentil, vestido con el antiguo hábito cardenalicio, con la muceta de armiño y la capa de moiré plegada y recogida al brazo (son unos segundos tan sólo, a partir del minuto 5' del yutube).
De todo esto me acordé el otro día cuando ví este otro yutube con unas imágenes del recién electo Secretario de Estado, Mons. Pietro Parolín:
Sin palabras, como el yutube. Sin pompa, sin ceremonia, sin sotana, sin ningún particular solemne. Un simple sacerdote vistiendo clergyman. Lo mismo podría vestir chaqueta y corbata. En un momento del yutube, aparece con otro sacerdote, prelado como él, suponemos, los dos deambulando por uno de los corredores que circunvalan il Cortile di San Dámaso, el centro de los Palacios Apostólicos donde residen las más altas instancias de la Curia Papal, a poca distancia de los mismas (ahora desocupadas) estancias pontificias. Esas loggie con los antiguos frescos del mapamundi, de tiempos de Gregorio XIII, que vieron pasearse la magnificencia de otros tiempos, hoy sólo ven a dos discretos funcionarios de curia, que lo mismo pudieran ir en look de gerente-empresario-financiero de la city o de la bolsa. Atendiendo a la deriva de los acontecimientos - ¡quién sabe! - quizá en un futuro (no muy lejano) los prelados del Vaticano vistan como ya visten muchos prelados de la Iglesia Católica: Traje no-prelacial, atuendo corriente, como la gente vulgar, como todo el mundo.
No hace falta decir nada, sólo comparar la actualidad y sus hombres con el pasado y los suyos. Las diferencias de estilo son clamorosas. ¿Las de 'espíritu' también?
Destaco y subrayo que no son hoy/ahora más santos porque sean más 'sencillos'. Los hechos prueban que no, con dramática y escandalosa actualidad.
Tampoco entonces eran más arrogantes porque vistieran con más pompa.
Curiosamente - Uds. lo sabrán - el imponente Merry del Val rezaba todos los días la Letanía de la Humildad.
Otro signo de distinción.
+T.
viernes, 30 de agosto de 2013
Un parto de los montes?
En VaticanInsider le dedican un artículo quasi hagiográfico, todo elogios. En otro sitio dejan caer que lo mandaron de nuncio a Venezuela para quitarlo de Roma, para evitarle contaminaciones, dado el estado de la atmósfera en la Urbe. También se dice que se desconoce quién sea su mentor, la mano prudente que ha auspiciado su trayectoria.
Para los que esperaban de PP Franciscus un nombramiento 'rompedor', el final de la expectación creada se ha resuelto de la manera más prudente, incluso tradicional: Un italiano formado en la Academia Diplomática, con encargos que le vinculan a los más conspicuos personajes vaticanos de estos últimos lustros, con bien probada experiencia curial.
Sin duda, es un nombramiento prudente, muy ponderado. Algunos dirán que nada nuevo, que más de lo mismo para lo mismo. Sin embargo, dado el carácter resuelto e independiente que caracteriza - hasta ahora - a PP Franciscus no se puede decir aun en qué términos se regulará la relación del Papa con su Secretario de Estado.
Ha habido caso de secretarios que han sido un sólo corazón con 'su' Papa, el más memorable el de Merry del Val con Pio X, un verdadero 'tandem' (también en santidad). El Cardenal Rafael Merry del Val era joven, más joven que Parolin, cuando asumió las labores de la Secretaría de Estado del Papa Sarto. Merry era un curial y diplomático, con experiencia de 'mundo eclesiástico', que complementó admirablemente la sabia sencillez de Pio Décimo, quien supo calibrar muy bien las cualidades de su electo.
El gran Pio XII, tan consciente y responsable de su ministerio, después de la muerte del Cardenal Maglione, su Secretario de Estado entre 1939-1944, al decidir asumir personalmente las funciones de la Secretaría, escogio a los jóvenes monseñores Tardini y Montini como auxiliares inmediatos, con la explícita consideración de que no quería colaboradores, sino ejecutores.
¿Será Parolin el complemento ideal de PP Franciscus? ¿Un cooperador o un ejecutor?
Lo peor sería que se repitieran historias, con capítulos ya conocidos.
Sinceramente, le encomiendo. Para que sirva bien a la Iglesia y al Papa.
Los tiempos y las circunstancias no admitirían fallos.
+T.
martes, 20 de noviembre de 2012
Corolario a Welby
Un cometarista de la entrada anterior reclamaba un corolario y dejaba dos tópicos supuestos:
- 1: tras el cuidado de las formas está la hipocresía
- 2: más allá del cuidado de las formas está la autenticidad
Supongo que el susodicho advertirá (le estimo un comentarista inteligente) el absurdo presente en los dos enunciados, pero, de todas formas, respondo:
ad primum: la forma íntegra/perfecta (cuidada, pues) es parte del ser, so pena de que pueda perder su integridad o perfección como tal ser por incurrir en imperfección formal, por lo cual el cuidado de la forma es una necesidad; lo hipócrita sería el disimulo de la imperfección a costa de una deliberada falsedad/engaño o merma/falta en la forma
ad alterum: más allá de lo formal o está el vacío o el engaño (si la forma no se identifica con su sustancia) o la verdad de una esencia congruente con su forma (si la realidad esencial ha sido bien e integramente expuesta/representada en su forma correspondiente)
No me gustan las dialécticas, pero si hay que razonar, soy bastante razonable. Y ya puesto, como relativamente pertinente ilustración, vean estas fotos:
Cuando la forma pierde dignidad en relación con aquello que debe representar dignamente, se desliza, más o menos perceptiblemente, hacia lo ridículo y/o lo burlesco. Esta es una de las claves de lo cómico-mimético tal y como se utiliza en la pantomima, el carnaval o la sátira humorística. Ocurre siempre como consecuencia de una más o menos consciente degradación/depreciación de un concepto y su representación. Quiero decir que una devaluación conceptual de lo que es un obispo conduce a la depreciación del significado de los ornamentos episcopales y se traduce en una escena final como la de la foto: El intercambio de la mitra del obispo y el casco del policia en un contexto trivial, popularmente divertido, que, sin embargo, significa más de lo que aparenta.
La degradación de las formas afecta a la integridad de las esencias.
p.s. Un apéndice de lo mismo: La hija del arzobispo con una mitra cómica, empatizando con su muy ilustre y digno (?) papá:
Como 'ellas' son pseudo-ordenadas 'obispas' en algunas 'iglesias' de la Comunión Anglicana y el nuevo Archbishop de Cantebury parece ser partidario del engendro, su hija podría ser un día su sucesora como 'archiobispesa' y portar (¡por qué no??) esa misma extravagante mitra que luce en la foto. Así están las cosas en la (no)Iglesia Anglicana, con estos (no)obispos tan light (formal y sustancialmente).
Recordando las muchas escenas de sombrero y empatismo popular protagonizadas por el Beato Magno y también (en menor grado y con menos frecuencia) por nuestro Benedicto, debemos rezar para que no caer en la tentación (para que no caigan, es decir).
+T.
- 1: tras el cuidado de las formas está la hipocresía
- 2: más allá del cuidado de las formas está la autenticidad
Supongo que el susodicho advertirá (le estimo un comentarista inteligente) el absurdo presente en los dos enunciados, pero, de todas formas, respondo:
ad primum: la forma íntegra/perfecta (cuidada, pues) es parte del ser, so pena de que pueda perder su integridad o perfección como tal ser por incurrir en imperfección formal, por lo cual el cuidado de la forma es una necesidad; lo hipócrita sería el disimulo de la imperfección a costa de una deliberada falsedad/engaño o merma/falta en la forma
ad alterum: más allá de lo formal o está el vacío o el engaño (si la forma no se identifica con su sustancia) o la verdad de una esencia congruente con su forma (si la realidad esencial ha sido bien e integramente expuesta/representada en su forma correspondiente)
No me gustan las dialécticas, pero si hay que razonar, soy bastante razonable. Y ya puesto, como relativamente pertinente ilustración, vean estas fotos:
La degradación de las formas afecta a la integridad de las esencias.
p.s. Un apéndice de lo mismo: La hija del arzobispo con una mitra cómica, empatizando con su muy ilustre y digno (?) papá:
(ver aquí)
Como 'ellas' son pseudo-ordenadas 'obispas' en algunas 'iglesias' de la Comunión Anglicana y el nuevo Archbishop de Cantebury parece ser partidario del engendro, su hija podría ser un día su sucesora como 'archiobispesa' y portar (¡por qué no??) esa misma extravagante mitra que luce en la foto. Así están las cosas en la (no)Iglesia Anglicana, con estos (no)obispos tan light (formal y sustancialmente).
Recordando las muchas escenas de sombrero y empatismo popular protagonizadas por el Beato Magno y también (en menor grado y con menos frecuencia) por nuestro Benedicto, debemos rezar para que no caer en la tentación (para que no caigan, es decir).
+T.
viernes, 30 de diciembre de 2011
Intelectuales des-católicos, un par de
No son teólogos, sino gente de ciencias y letras, doctos, con acreditaciones suficientes, con cátedra en la universidad, con prestigio, respetados en su ambiente. Pero son sacerdotes, religiosos de congregaciones muy tocadas por el post-concilio, decrépitas y desvirtuadas hoy, sin eje, sin referencias fundacionales activas. Sólo conservan un cierto barniz, un eco de lo que originalmente fueron.
El perfil es tópico, muy repetido entre los de su género: ca. 70 años, aseglarados, look profesional liberal/solterón, bien conservados físicamente, con ese toque beato que todavía les aflora en algunos momentos, tics profundos de la muy buena educación/formación que tuvieron en sus postulantados y noviciados pre-conciliares. Es un misterio que hayan perseverado en la vocación; se sospecha que los motivos de su permanencia sean más naturales que sobrenaturales (salva siempre la Providencia).
Uno es jesuíta. En la breve entrevista que le han hecho, J.M. Alemany s.j. dice cosas como estas:
- "Creo que hay razones para que todos temamos una radicalización negativa de la religión. Pero eso lo podemos encontrar en el islam o en el cristianismo o en el judaísmo o cualquier otro tipo de sentimiento religioso. Hay razones para que tengamos sumo cuidado en vivir un valor, como es la religión, de una forma abierta, que no nos haga enfrentarnos a otras personas sino al revés, crear lazos solidarios ante los gravísimos problemas que tiene hoy la humanidad."
Habla, curiosa y llamativamente, tratándose de un religioso, un hijo de San Ignacio, de 'religión', valorando al Cristianismo entre las religiones, una más entre las demás. En sus respuestas a las preguntas del periodista no nombra a la Iglesia. Ni a Cristo. Sí cita, sin embargo, a Hans Küng:
-"...Como dijo Hans Küng, si no hay paz entre las religiones no habrá paz en el mundo."
Como se ve (y no son fijaciones ni manías de este blog), las raíces de Asís afloran, passim, por doquier. Resulta inquietante entender cuántas contradicciones anidan en el juanpablismo, incluso estas de compartir tesis con autores justamente censurados por el mismo JP2º. O que Hans Küng convenga con lo de Asís y el comisario para la nuevangelización, Fisichella, casi repita la formulación del famoso heterodoxo: "En Asís recordamos que la paz es el primer objetivo de las religiones". Inquietantes, muy preocupantes estas concordancias.
El otro intelectual des-católico que saco a colación es también religioso, escolapio. La entrevista a R. M. Nogués es más extensa; el que pregunta es J.M. Vidal, buen periodista y feroz contra-católico que dirige la mira de su escopeta a las dianas más sensibles, las que le interesan. Al final, extrae un resumen de lo conversado, una especie de lista de titulares; entresaco algunos:
"La experiencia religiosa es un fenómeno central de la conducta humana"
"La neuroreligión es el intento de observar experimentalmente el rastro de la experiencia religiosa en el funcionamiento cerebral"
"El lenguaje religioso representa siempre un territorio minado por el que hay que andar con gran precaución"
"Las religiones, que son construcciones humanas, han caído en el maltrato misógino"
"La marginación eclesiástica por razón de sexo resulta especialmente escandalosa"
"La Iglesia Católica tendrá que pedir perdón por su falta de equidad entre géneros"
"Las prohibiciones de anticonceptivos químicos en la regulación responsable de la paternidad no tiene justificación alguna"
"La religión no tiene competencias especiales en la descripción del mundo"
"La ciencia ha desbancado a la religión en las viejas explicaciones cosmológicas"
"A muchas personas religiosas no les vendría mal una dosis de agnosticismo de calidad cuando pretenden saber cómo es Dios o cuál es su voluntad respecto de las conductas humanas concretas"
"La opinión oficial eclesiástica católica nunca ha definido que desde la fecundación exista persona humana"
"La Iglesia ha vivido una involución por parte de los que equivocadamente han atribuido la crisis eclesial europea al Vaticano II, procediendo a su neutralización"
Excepto las afirmaciones que se refieren a su competencia, las otras son las opiniones tópicas de un religioso típico de su espectro (cfr. supra: 70 años, aseglarado, look profesional liberal, etc.). Desgraciadamente son la mayoría entre los miembros de las congregaciones religiosas católicas, un cáncer que devora y debilita a la Iglesia actual.
Sería interesante (labor de inquisición) estudiar más a fondo, examinar, comparar y dilucidar en qué grado de la 'escala modernista' se encuentran hombres de iglesia como estos dos. Aproximadamente, intuyo que están al nivel de Loisy y Tyrrell, por lo menos; incluso con esa imprecisa vaguedad tan característica del modernismo que fue y que hoy día (sin ser reconocido ni asumido formalmente) vive y reína en estos ambientes eclesiásticos degenerados .
En las respectivas entrevistas, ambos denotan un grado de escepticismo/agnosticismo muy extendido entre los de su generación, unas tendencias tanto más acusadas cuanto se fueron abandonando las formas y los contenidos de la piedad tradicional y la sólida formación doctrinal. Los devaneos con las novedades, el relativismo como postulado axial, el impacto de la post-modernidad y su agresividad contra toda forma de trascendencia (el credo cristiano-católico muy especialmente), han erosionado y desmoronado lo que un día fueron selectas vocaciones con una formación de excelente nivel, religiosos-sacerdotes aptos entonces para la misión católica que ahora son la contrafigura de lo que ellos mismos eligieron ser.
Han arruinado a sus congregaciones y son un terrible, quasi invencible handicap para la Iglesia.
Son los entusiastas del Concilio que les deformó, y los boicoteadores de toda tentativa de regeneración y recuperación.
Acaparan mucha influencia.
Son tropa enemiga dentro del castillo.
+T.
martes, 15 de febrero de 2011
Tontorrino se pregunta
Mis antipatías son intuitivas, viscerales, profundas, sintomáticas; como las de todo quisque. Por eso no son razonables ni susceptibles de explicación. Sirva esto de aperitivo para lo que sigue sobre Fisichella, Rino.
El monsignorino (y va que que se las pela en la carrerita para ganar capelo y saya púrpura) anda suelto por España. En una de esas comparecencias ad casum que parecen que se traman para lucir al elemento en cuestión, va y suelta esta preguntita (retórica, presumo):
“¿Por qué sólo los musulmanes pueden decir que su religión es la verdadera?”Por tu culpa y la de todos los monsiñorinos como tú, desde que renunciásteis (os negásteis) a proclamar que sólo hay una Salvación y un Salvador. Dejásteis la cátedra vacante y ahora os quejais porque la ocupa un muláh con bomba para explotar y cuchillo para degollar (con quien - por otra parte - estais dispuestos a sentarse y tomar tés con yerbabuena, a visitar sus mezquitas, y a darles besitos al Corán, para que quede claro-clarito-claro lo poquito que creeis en lo que hay que creer).
¡Mentecato Tontorrino! Arlequino de la pantomima curialesca, artista de la cuerda floja y el paonazzo. Tan suelto de ademanes, tan resuelto en los decires, tan explicado y bien gesticulado. Tan anillado, tan mitrado, tan romanesco, tan compuesto con sabor italiano a tartuffo, tuttifrutti y tiramisú.
Dice, polichineleando, cachiporreando, amagando puños en su tabladillo titeril que:
“ ¡Basta ya de lo religiosamente correcto y del control del lenguaje! ”Él, precisamente él, Fisichella en carne mortal y lengua parlotera.
¡Madonna!!! (acompáñese la pía exclamación con gracioso meneo de la mano articulando la muñeca con movimiento arriba-abajo a la vez que se juntan las yemas de los cinco dedos formando piña; hágase con las dos manos a la vez, sincronizadamente, para conseguir el efecto).
Y no digo más.
¡Qué más voy a decir!
+T.
martes, 22 de abril de 2008
No es de este mundo

La política y el gobierno han atraído desde siempre a los eclesiásticos. Quizá porque el munus regendi, que va incluído en el carácter sacramental, les hace proclives a la fascinación de trocar el oficio pastoral por una más natural competencia, relegando la sobrenatural. Sería una perversión con su específica y previa tentación. Sucumben bastantes.
La Historia está bien sembrada de clérigos de ordeno y mando. Algunos ejercieron sin incompatibilidad en lo eclesiástico y lo civil, incluso hasta en lo militar. Otros tuvieron que escoger y abandonar la clerecía por el poderío. Los ha habido ejemplares, venales, irreprochables, acertados, mentecatos, mediocres, magnos, santos y canallescos. Un Cisneros y un Alberoni en España. Un Richelieu y un Talleyrand en Francia. Un Becket y un Wolsey made in England.
Cada uno fue hombre de su tiempo y sus circunstancias. Pero no todos supieron mantener la primacía de la Civitas Dei. O no pudieron. O no quisieron.
El nuevo presidente del Paraguay, Fernando Lugo, obispo católico suspenso a divinis, no sé cómo será. La impresión primera es la de un bienintencionado-entusiasmado ideologizado y politizado hasta el extremo de auto-postularse presidente, como si no hubiera aspirantes competentes en el Paraguay que no reúnan la gracia de ser políticos siendo obispos. Seguro que hay gente, a pesar del régimen caciquil de ese partido colorado, demasiado asentado y experimentado.
¿Qué pasará? ¿Cómo será? Si, como la gracia, el arte y el éxito político también suponen la naturaleza, será un presidente paraguayo con los límites que lo paraguayo impone a la presidencia. Ni un Cisneros, ni un Richelieu, ni siquiera un Wolsey. Si se mantiene el mandato completo sin desmejorar, ya sería relativo éxito. Si no se escora al populismo ni se corrompe financieramente, será quasi milagroso. Si sobrevive a la experiencia idemne de cuerpo y alma, milagro patente. De todas formas, habrá que rezar para que sus errores no caigan sobre la Iglesia ni sus aciertos sean ni contra ni a costa de la Iglesia. Amén.
La foto con la que encabezo este articulillo, es de Talleyrand, Charles-Maurice, ex-obispo de Autun, excomulgado de hecho y derecho (y no sabría decir ni enumerar cuántas penas canónicas pudo haber acumulado sobre su deshonrada tonsura). Un personaje. Maestro en el arte del vivir y el sobrevivir, vivió bien toda su vida, ya bajo Luis XV o Luis XVI, durante la Revolución y el Imperio, y siguió bon-vivant con la Restauración y duró hasta Luis Felipe. Y todo el tiempo aspirando, tramando, urdiendo y politiqueando. Hizo mucho mal, y salió bien librado de todos los apuros propios y ajenos.
En ese retrato de apenas dos o tres años antes de su muerte, se refleja el semblante con el que se mostró al mundo en su postrer declive. La impronta y las huellas son elocuentes. En muchos rostros enfermos y ancianos, las marcas del dolor no ocultan cierto reflejo de santidad, bondad o felicidad. En ese retrato del declinado Talleyrand, ni siquiera su amplio y fascinante decurso como protagonista de la Historia tapan el reheleo de un desengaño fatigado.
Si el mundo paga con mundo a sus servidores, ¡qué mala es la paga de la última hora!
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