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miércoles, 9 de octubre de 2019

Vísperas de Santo


Celebrando a Newman, el día de su memoria litúrgica, en las vísperas de su canonización.

Reconozco que preferiría que el canonizador fuera el mismo que le beatificó, pero me resigno, como tantos, y desvío la vista y evito la visión francisquista para centrar y enfocar sólo a Newman en la Gloria de los Santos: Que por su intercesión pasemos pronto de estas sombras francisqueras y amazónicas a la luz de la Roma Inmortal, esa que atrajo a Newman a su esplendor, hoy tan deslucido.

Oración:

Oh Dios que diste al Beato John Henry Newman, sacerdote, la gracia de seguir tu amable luz y hallar la paz en tu Iglesia; concédenos, por su intercesión y ejemplo, que podamos pasar de las sombras y las imágenes a la plenitud de tu verdad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por lo siglos de los siglos.
Amen.




+T.

martes, 23 de julio de 2019

Canonización de Newman: Timeo danaos et dona ferentes


Un socius fatigarum, católico consciente, me ha enviado el link de un artículo de The Wanderer: ¿Qué hacemos con Newman?

El artículo, interesante y ponderado (como todos los del Wanderer), suscita respuesta y comentario (como habitualmente el Wanderer) que, en este caso, he preferido, tal si fuera una separata, escribir aquí. Porque como un escolio de lo que expone al respecto el Wanderer, lo que en Ex Orbe tememos es que la canonización de Newman sea el caramelito para distraernos de lo que vayan a perpetrar en el Contubernio de la Amazonia, que ocurrirá por las mismas fechas, más o menos, que la programada canonización newmaniana.

Con temor y temblor - somos así - incluso hacemos cálculo (la paranoia campa desatada) y medimos la magnitud del personaje, Newman, con la posibilidad del disparate con Newman como coartada, el conciliábulo amazónico como circunstancia real (corpus delicti) y el Bergoglio Party como agentes de todo ello; considerándolo todo junto, nos resulta una ecuación digna de la página de un grimorio nigromante del más tenebroso nivel, con Newman como señuelo, como cebo del anzuelo, como sombra chinesca en el escenario de algún malvado demiurgo charlatán.

...Y mientras subían a Newman a la gloria del Bernini, todos entusiasmados, emocionados, agradecidos y fervientes, en aquella misma hora, los pérfidos juramentados consumaban la traición, el alevoso crimen eclesial que, en consecuencia, reducía a Newman y su obra a una difuminada sombra decimonónica que el Latrocinio Amazónico disimuló con los fastos de su canonización.

Gente con un concepto de iglesia que repugnaría al maestro oxoniense se afanan en un nuevo episodio descatolizador que hará a la Iglesia Católica más parecida a aquella otra iglesia de sombras de la que Newman muy conscientemente salió, firmemente convencido de que transitaba 'Ex umbris et imaginibus in Veritatem'.

NB. Los autores de Ex Orbe declaran y aclaran que todo lo expuesto en esta entrada es un timor tremendus, una extrasistólica corazonada, un gris barrunto. Nada más.

Oremus ergo!


+T.

martes, 9 de octubre de 2012

Newman, estimulante y exigente

Esperaba más articulos sobre Newman, hoy que es/ha sido el dia en que se le celebra como Beato, pero me ha extrañado que se le haya recordado tan poco, en muy pocos sitios.

Newman - no recuerdo si lo he contado alguna vez - fue una de mis intuiciones de chiquillo: Me captó, me gustó por un retrato que venía en la página de uno de los tomos de una enciclopedia temática que nos compró mi padre (y que sólo leía yo). Retuve la imagen, el texto, y desde entonces me hice newmaniano por simple simpatía. El tiempo me fue confirmando la buena elección.

No soy erudito de nada, pero mantengo gustos y afectos, no me desprendo de ellos, sino que los incremento, complemento. Siento la afinidad por Newman como cierta amistad realizada extra-circunstancialmente y, más que penetrarle el pensamiento, me gustaría hablar con Newman, escucharle, escribirme con él y que él me escribiera cartas. Me gustaría rezar con él el Breviario, el Rosario, la estación al Santísimo Sacramento, el Ángelus. Convivir sacerdotalmente.

Hoy, entre las cosas que he leído, he retenido este fragmento de un sermón suyo de 1836, nueve años antes de su conversión, en el que medita sobre el ministerio del predicador y lo ejerce, muy provocativamente:

"...A los ministros de Cristo se nos permite predicar con todas libertad mientras nos limitamos a afirmar verdades generales. Pero en el momento en que los oyentes se sienten implicados en lo que decimos, en cuanto ven que hay que ponerlo en práctica, entonces se paran en seco, se cierran, inician una especie de retirada, y dicen que no ven esto o no admiten aquello; no son capaces de decir por qué estas conclusiones no se derivan de lo que sí aceptan – lo que se les ha mostrado - , pero insisten en que lo uno no se sigue de lo otro, se afanan en buscar excusas y dicen que llevamos las cosas demasiado lejos, que somos extravagantes, que tenemos que condicionar o modificar lo que afirmamos, que no tenemos en cuenta los tiempos en que vivimos y otras observaciones por el estilo (...)

¿Quién no admite que la fe consiste en aceptar riesgos sin ver el futuro, fiados sólo en la palabra de Cristo? Sin embargo, pongo muy en duda que los bautizados – incluidos los mejores – arriesguen algo por la Verdad cristiana... ¿qué hemos arriesgado por Cristo? ¿Qué le hemos dado por el hecho de creer en sus promesas? (...)

Da miedo pensar lo que pasaría si nos examináramos con toda sinceridad: descubriríamos que no tomamos ninguna decisión, no hacemos nada, ni dejamos de hacer nada, ni evitamos nada, ni elegimos nada, ni abandonamos nada, ni perseguimos nada, que no decidiríamos, haríamos, dejaríamos de hacer, evitaríamos, elegiríamos o abandonaríamos si Cristo no hubiese muerto y no se nos hubiera prometido el cielo (...) Realmente asusta pensar que la mayoría de los que se llaman cristianos – no importa lo que digan o crean sentir, el entendimiento y el amor que profesen tener -, harían exactamente lo mismo que hacen, ni mucho mejor ni mucho peor, si pensaran que el Cristianismo es pura fábula. (...)

¿Cómo es posible que nos contentemos con el actual estado de cosas; que nos empeñemos en vivir para nosotros y disfrutar de esta vida? ¿Cómo es posible que nos pongamos tantas excusas cuando alguien nos descubre la necesidad de algo mejor y nos urge el deber de llevar la Cruz del Señor, si resulta que podemos ganar su Corona? Repito la pregunta: ¿qué riesgos, qué inseguridades hemos aceptado por la palabra de Cristo? Porque Él dice expresamente: “Todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros” ( Mt 19, 29-30)


cfr. Parochial and Plain Sermons IV, n° 20. (21 de Febrero de 1836)
                                                           ~ ~ ~   +   ~ ~ ~



Estimulante, ¿verdad? Pues cierro con la oración del Beato Newman, rogándole interceda eficazmente para que las buenas intenciones que sus palabras puedan suscitarnos sean, finalmente, buenas obras cumplidas, con mérito, para gloria de Dios y santificación nuestra:


Oh Dios que diste al Beato John Henry Newman, sacerdote, la gracia de seguir tu amable luz y hallar la paz en tu Iglesia; concédenos, por su intercesión y ejemplo, que podamos pasar de las sombras y las imágenes a la plenitud de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por lo siglos de los siglos. Amen
 

+T.

martes, 5 de octubre de 2010

Una alegría y una envidia


Cierto protestantismo de corte americano lleva aneja una estampa sectario-charlatanera que yo no digo que sea tal cual y representativa, pero la lleva. Un predicador evangelista ultramarino no es un grave doctor luterano con talar negro y gola blanca almidonada. No. La estampa del pastor evangelista made in America es la de un tipo más o menos vulgar, en mangas de camisa, con corbata ordinaria y discurso reaccionario-neocon. Caben variantes, pero el perfil que esbozo es el patrón-modelo. De esta laya, con una estampa estudiadamente grave y magistral, se nos asentó en los medios españoles un representante sagaz, un avispado que aprovechó circunstancias y oportunidades (y vacíos) para ocupar un micrófono privilegiado, todavía muy escuchado.

La pacatería infra-política de los católicos de serie, pperos y afines, se suma a una incultísima información, bastante común entre el pperío, que se encanta y se rinde en cuanto nombran, como un mantra, tres o cuatro tópicos sazonados con peregiles históricos, dos guindas confitadas de manual de filosofía elemental, y una retahila de embelecos político-panfletarios con malabares de locutor de tómbola de feria.

Ese es el personaje. Y su fortuna haberse embarcado con el Federico, un periodista con personalidad arrolladora y tracción en las 4 ruedas; al día, el más carismático con diferencia de toda la galería periodística hispánica. Le duela a quién le duela. Y conste que nunca le he tenido afición a J. Losantos, más bien lo contrario. Pero las cosas como son.

Volviendo al protestante, los católicos marujones que se tragan sus chácharas doctorales de hoja de almanaque, no saben (y no quieren saber) que el César Vidal es un anti-católico rabioso. Se contiene porque come de la audiencia. Pero en cuanto se descuida asoma el rabo y apunta las garras, muy afiladas. De vez en cuando recuerdo que uno de los libruchos más blasfemos que se han escrito contra la Virgen Ntrª Srª, lo escribió ese tal. El libelo corre por ahí, distribuido por una de esas editoriales con nombre aparentemente cristiano, difundiendo peste protestante.

Pues de ese tal me han mandado esta mañana un articulillo, por mail. El articulete rebosa baba envidiosa en cada párrafo. Todo porque el Papa ha canonizado al converso Newman, una gloria católica. En su articulucho, el petulantísimo C.Vidal se cierne como arpía ávida de presa, diciendo cosas como esta:

"...la iglesia católica sufre una especie de obsesión con la iglesia anglicana..." Yo le diría que la misma que se le supone al pastor que busca a la oveja descarriada. Como los anglicanos han estado y están más cerca (del catolicismo) y como tantas veces estuvieron y estarán en el peligro de caer en simas peores (del protestantismo), la Iglesia Católica se ha preocupado por los anglicanos. En España, por ejemplo, tuvimos unos cuantos colegios ingleses donde se preparaban para la misión y el martirio los valientes sacerdotes católicos que la Iglesia enviaba a mantener y alentar el catolicismo perseguido en la Gran Bretaña. Pasado el tiempo, dos o tres siglos después, el bombazo de Newman, el Tractarismo, y el Movimiento de Oxford mostraron las latentes virtualidades católicas que corrían aun por las venas anglicanas, a pesar de todos sus errores y ofuscaciones. Si a la caridad pastoral y a la misión martirial se le llama "obsesión", se entiende muy mal y se explica peor lo que es virtud y no anomalía. Todo lo contrario.

Del equívoco sumario con que despacha la crónica de los Tudor y su "catolicismo cismático" (una charleta del tipo de las que usa para impresionar a los pazguatos que le escuchan), pasa el Vidal a una también equívoca alusión a Stº Tomás Moro, soltando la andanada de que su Utopía estuvo en el Index Librorum Prohibitorum. En el Index - el locuaz protestante debe saberlo - estaban algunas obras por precaución. Incluso algunas obras de algunos místicos de nuestro Siglo de Oro, por precaución. Y la Biblia, las versiones en vernácula de la Biblia, y las ediciones sin notas. Por precaución. Además Thomas More no fue canonizado por o a pesar de su Utopía, sino por su íntegridad de católico fiel y su testimonio valiente hasta la muerte martirial. Sospecho que el Vidal debe entender todo esto, aunque no lo diga. También, en su caso, por precaución, comprensiblemente. O - diríamos, quizá - hipocresía de género.

Del terrorismo de los jesuítas que también saca a relucir de paso, como una coz, no digo nada porque, como buen filo-jesuita que soy, me defino también muy afín al terrorismo de hábito negro, y suelo portar un cuchillo disimulado en el crucifijo del pecho, y llevo una ampolla con veneno letal de cantáridas en la faltriquera de la sotana, y escondo una bomba en el fajín, y debajo de la birreta un estilete emponzoñado. No digo cuántos actos terroristas (con víctimas) cometo a la semana porque esos particulares sólo se los cuento a mi confesor (jesuita, of course). Ustedes se harán cargo de que no dé más detalles, por si Rubalcabra me cela y me pilla. No me denuncien, please.

Después se mete con Newman. Como si padeciera cierto trauma personal que descarga con resentida ironía, traza una caricatura componiendo una abreviada contra-figura de lo que no fue/no es el gran J. H. Newman. Y lo mismo hace con su obra. Descalificando con puya, extrapola una cita del Development y vuelve a ironizar con aguijoncillo de avispa "...Quizá el texto tranquilice a algún católico instruido, pero desde una perspectiva protestante constituye un argumento poderosísimo para no ser católico...". Parece (quizá buscaba inconscientemente el efecto) como si reviviera la saña acomplejada y reactiva del clérigo Charles Kingsley, el antipático racista que provocó involuntariamente que Newman se decidiera a escribir la memorable Apología pro Vita Sua (que imagino excitará la más amarga atrabilis del C. Vidal). A continuanción sigue con un breve alegato pro-reformista, muy propio.

Pero lo más lucido se lo reserva para el final: Cierra su caricaturesca suma de la historia anglicana con una secuencia crítico-literaria, poniendo en entredicho, minimizando o ridiculizando, una supuesta influencia de Newman en otros famosos conversos católicos ingleses.

1º) Dice de Chesterton que su obra Ortodoxia la escribe cuando era todavía anglicano. Pero se calla y no concluye la evidencia de que después se hizo y se mantuvo católico, que es lo bueno. ¿O es que no sabe que la conversión es un proceso en el que aflora la verdad y se enciende la luz antes de llegar a la verdad plena y a la plena luz? De esto, precisamente, sabía y enseña mucho el gran Newman que tan mal le sienta al palabrero Vidal. Por otra parte, la displicencia con la que trata la obra de Chesterton le descalifica escandalosamente como crítico: El Padre Brown no es una cuchufleta.

2º) De Tolkien eructa algo que se merece un bastonazo: "...optó por el catolicismo por influencia materna, pero cuesta trabajo encontrar un ápice de su religión en sus libros...". Justamente es esa una de las polémicas que mantuvo el genial JRR Tolkien con su amigo el anglicano C.S. Lewis, a quien criticó la demasiado evidente carga simbólico-cristiana con la que mechó y rellenó toda su narrativa, al punto que su serie de Narnia termina siendo una muy subjetiva y enrevesada alegorización, bastante equívoca, a veces. El resultado y sus consecuencias son clamorosas: Tolkien es un maestro de la literatura universal, creador de un género nuevo, y Lewis un escritor de mediano rango, cada vez más encasillado dentro un muy determinado público lector, re-lanzado por ciertos intereses editoriales, pero a años luz de la fama y el éxito de Tolkien. Además, niego la mayor: En Tolkien, el lector atento y sapiente descubre una fina y brillante huella católica, con pasajes que evocan temas y realidades católicas sutilmente apreciadas y admirablemente encajadas. Que C. Vidal no lo aprecie, no me extraña.

3º) De Graham Green pondera su novela El Poder y la Gloria, lo que no es raro, ya que se trata de la deprimente historia de un cura renegado y forzado circunstancialmente a una especie de martirio indeseado. Seguro que C.Vidal se divierte mucho con un cura caído, sacerdotalmente arruinado. Por otra parte, la inquieta personalidad de Green no podía dar curso a una vida ordenada de virtudes apacibles y morigeradas costumbres. Pero conste, en contra de lo que dice Vidal, que el gran Graham Green vivió como un católico consciente y practicante sus últimos años, con la estrecha amistad de un sacerdote que le asistió piadosamente hasta su muerte. Desde luego, ni apostató ni se declaró protestante ni se re-convirtió anglicano.

4º) Al simpático Evelyn Waugh le ataca también con argumentos ad hominem: Como no puede con el personaje y su fama, arremete contra el hombre y sus cosas. Dice que era gay, como si no hubiera maricones anglicanos, bujarrones protestantes o sodomitas calvinistas. ¡Qué risa! De todas formas, resulta repugnante que un supuesto maestro moralizante se atenga a semejantes descalificacions para despreciar a un literato reconocido y admirable. Cuando alude a Brideshead Revisited, la encantadora novela de Waugh, trasluce otra vez su pobre pesquis literaria, pues
da la impresión de que no ha captado casi nada. Por cierto que hubiera servido él mismo para inspirar a un personajillo de la novela, el antipático y pedante Mr. Samgrass, bastante ajustado a su perfil y sus posibilidades, yo diría.

Y no sé por qué no ha sacado también a relucir, para criticarles, a Manley Hopkins o a Ronald Knox, que le hubieran servido también muy bien para blanco de sus alfileretazos de puritano envidiosillo apulgarado y resentido. Porque se trata - es mi impresión - de eso, justamente: La envidia de un resentido que no quiere admirar al gran Newman. Lástima que no tenga la altura de miras de aquellos mismos anglicanos que elogiaron en su momento al amable Newman.



Del título que le he puesto al presente articulillo, he dejado la alegría para el final. Ha sido doble: Una simpática amiga me ha traído de regalo todo el material (folletos, guías, devocionario, guión de la Misa, estampas, pegatinas) que se repartió a los asistentes a la Misa de beatificación del Cardenal Newman en Birmingham.

Y la segunda es esta: Ringraziamento e Memoria del Beato Newman

Un amigo filipense, desde Londres, me ha envido esa página con el propio para la Misa y el Oficio del nuevo Beato. La oración colecta es una deliciosa composición newmaniana, miren ustedes:

Oh Dios que diste al Beato John Henry Newman, sacerdote,
la gracia de seguir tu amable luz y hallar la paz en tu Iglesia;
concédenos, por su intercesión y ejemplo,
que podamos pasar de las sombras y las imágenes
a la plenitud de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
un solo Dios, por lo siglos de los siglos. Amen


Bello, ¿verdad? En una fórmula eucológica de cuño netamente romano, han engastado dos joyas de Newman: la cita de su famosa composición "Lead me Kindly Light" (Guíame Amable Luz) y el epitafio que marcó su tumba humilde en Rednal, como un resumen lapidario de toda su vida, "Ex umbris et imaginibus in veritatem" (de las sombras y las imágenes a la verdad).

Una delicia, una de esas suaves consolaciones que el Señor concede en la Comunión de los Santos.

Lástima que lo que a nosotros nos sabe a gloria a otros se les vuelva rencorosa envidia.

¡Pobrecitos!


p.s. Aunque cónsteles que tienen la puerta abierta (et Newman intercedente) para pasar de la oscuridad y las fantasías a la verdad luminosa. ¡Ánimo!


+T.

martes, 20 de octubre de 2009

Anglos y católicos (o viceversa???)

El notición mil veces anunciado ya está consumado - parece - . Y ha pillado por sorpresa hasta a los más avispados. O será que no interesa tanto, o que son las inminentes "conversaciones" con la FSSPX lo que centra, más que los anglicanos, la atención de los blogs y mentideros católicos de internet.

No será una "prelatura" sino un "ordinariato" la estructura canónica que se les conceda a los conversos. Y conservarán sus peculiaridades, que no se sabe bien cuales sean. Sólo se apuntan las más llamativas: Los presbíteros podrán ser casados, pero los obispos deberán ser célibes, como sucede entre las Iglesias ortodoxas orientales. Más o menos, y a la espera de cómo se vaya realizando todo lo que hoy es noticia, una gran noticia.

¿Cuántos serán los que se acojan y de dónde vendrán? Tampoco se hacen estadísticas concretas. Ni yo sé decir si esta "definición canónica" que la Iglesia les ofrece animará a más o hará que otros desistan. Se ha fijado la fecha del 22 de Febrero próximo para la "apertura" de esta sólida iniciativa de "acogida".

No se debería hablar de "reconciliación", simplemente. Los siglos y distancias doctrinales que van desde Henry VIII a Benedictus XVI no han corrido en vano, y estos animosos anglicanos (anglo-católicos) no "vuelven" sino que "entran" y son recibidos. Han transitado un camino de Canterbury a Roma, jalonado por hitos tan luminosos como el Movimiento Oxford y sus protagonistas. Que todo esto esté sucediendo en vísperas de la beatificación de John Henry Newman, no es casualidad; aunque no sabría decir cuánto hay de planes humanos y cuánto de Providencia.

Sin duda que este es el recto ecumenismo, el que repara la historia con la vuelta a una misma fe en la única Iglesia; aunque no digo que sea el "ecumenismo perfecto". Particularmente, me queda el interrogante de cuántas "peculiaridades" vendrán con los anglicanos y cómo se mantendrán y cuánto nos afectarán y con qué efectos. Una "unión" como esta no ha ocurrido nunca, puesto que las Iglesias de la ortodoxia, cuando han vuelto a la unidad con Roma, lo han hecho desde otras circunstancias, con otra historia, y sin haber sufrido "afecciones" tan graves como el protestantismo que ha modelado con mucha huella la identidad anglicana.

Desde el XIX y como consecuencia, sobre todo, del movimiento tractariano, lo mejor del anglicanismo pasó a estar influenciado/atraído por Roma. Ahora me preocupa lo que ellos puedan influirnos a nosotros.

Aunque la paradoja es que los anglicanos que van a ser recibidos, son más "católicos" que muchos de los "católicos" que forman parte de la Iglesia.

Yo espero que ese definitivo "católico" sea el que prime y se imponga sobre el "anglo" que hasta ahora les ha servido de identidad.

Oremus!

+T.

sábado, 20 de junio de 2009

Newman, el sacerdocio y el catolicismo auténtico

El pasado 2 de Junio (un gran día), se validó por la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos el milagro requerido para la beatificación en el proceso de canonización del Cardenal John Henry Newman. Pero yo no me he enteré hasta ayer. Que no fue mal día para enterarse, sino todo lo contrario, porque coincidieron la Solemnidad del Corazón de Jesús y la apertura del Año Sacerdotal.

Un año sacerdotal que empieza con la triste nueva del disgusto que le dieron al Papa la mala clerecía austríaca, Cardenal Primado y un par de obispos, demandando a Su Santidad, y ante una Comisión de Cardenales, la abolición del celibato sacerdotal. Hace mucho que no sucedían tales.

Opino que hay que ser muy cretinos y estar bajo alguna influencia muy in-moral para pensar en arbitrar des-celibaterías en estos tiempos y a estas alturas. El Papa, gravemente, les espetó a los Prelados de la Österreich que lo que había que cuestionarse, de lo que se trataba era (cito):

"la questione, in fondo, e’ se crediamo che sia possibile e che abbia senso vivere una vita fondata sólo e soltanto su una cosa, Dio”.


Es decir, que la cuestión de fondo era que “si ellos creen que es posible que tenga sentido vivir una vida fundada sólo y unicamente en Dios".

Algo que el siervo de Dios John Henry Newman les hubiera podido explicar muy bien. Y quizá con la misma inquietud que, imagino, les dirigiría el Papa la cuestión a la representación austriaca.

La otra tarde, a propósito de todo esto, comentaba con un amigo que una de las primeras "señales" del ánimo católico que iba creciendo y afianzándose en Newman fue su entusiasta y firme aceptación del celibato, como un auténtico signo. Y no ignoraba Newman que la virtud era compatible con clericaturas y vida matrimonial, porque Newman se gesta clérigo en el seno del Anglicanismo y tiene virtuosos amigos clérigos felizmente casados. Sobre cuestiones canónicas y espirituales al respecto, él mismo era un docto conocedor de la teología e historia de la Iglesia antigua y Oriental.

Newman sabía. Pero cuando tiene que escoger y definirse, se aproxima, sin dudas ni titubeos, al modelo sacerdotal y célibe de la Iglesia Católica, siendo todavía anglicano y faltando aun muchos años para su conversión al catolicismo. Incluso fue el "maestro" y consejero que animará y acompañará a otros jóvenes de Oxford a vivir según tan determinado estado. Desde los primeros años del Movimiento de Oxford Newman vivió célibe, entre un estamento clerical hostil a su elección, mucho más en contra cuanto que Newman hizo del celibato una de las señales de identidad de los Tractarianos. El famoso Tract nº 90 hablaba en su punto 10º del "Marriage of Clergy", cuando ya hacía mucho que Newman y su grupo profesaban el celibato.

Las reformas de la Iglesia "con rebajas" son falsas reformas, y sus promotores, al final, terminan siendo desenmascarados como falsos "reformadores". La crisis de la Reforma, por ejemplo, se supera con la gran obra Trento y sus consecuencias: Se afianzan virtudes y se re-fundamentan cimientos tambaleantes y estructuras eclesiales (piedad-liturgia-espiritualidad-pastoral etc.) y morales. Las nuevas congregaciones e institutos de la época no asumieron la reforma para vencer la reforma, sino que se constituyeron firmemente católicas para salvar y afianzar el Catolicismo.

Es un mal "signo de los tiempos" que la patrulla de prelados austriacos vaya a Roma con esas "propuestas". Sobre todo si se considera bajo el ejemplo de Newman, que se reafirma en católico siendo todavía anglicano, por neta y razonable sinceridad y virtud. Es lo que diferencia al Santo del pecador: Que escoge la Santidad y no se resigna al defecto si es defecto por ausencia de virtud y debilidad ante el pecado.

Somos imperfectos y débiles, lo sabemos. Pero la virtud no se discute, ni la Santidad se ofrece en saldo. En el fondo, la renuencia celibataria esconde una minimalización del sacerdocio y hasta una desconfiguración del Sacramento del Orden.


Si, como cada vez parece más evidente, hubo en la mente de algunos influyentes prelados del Vaticano II una intención deliberada de poner punto y aparte y cerrar capítulo, incluso libro, de la historia de la Iglesia y abrir "algo" nuevo en el post-concilio, los de Austria están en esa línea y trabajan para esos objetivos rupturistas (Rahner dixit). Algo que choca con y desafía a la doctrina ratzingeriana de la "Hermenéutica de la Continuidad".

Newman lo hubiera tenido muy claro si hubiera tenido que decidirse entre estas dos opciones, él que tan bien convencido supo escoger la parte mejor: La católica-católica 100%, sin mezcla ni confusión ni recorte por lo bajo.

Afortunadamente, todavía, la des-católica propuesta anticelibataria ni siquiera se discute porque la Iglesia Católica no discute el celibato. Todo lo contrario. Pero, como en otros tantos puntos (demasiados ya), la postulación del celibato opcional se ha convertido en uno de los elementos del mascarón de proa del des-catolicismo.

No se puede vivir con el enemigo en casa. Es dificil convivir con una guerrilla dentro de los muros.

+T.

viernes, 30 de enero de 2009

Ad Petrum

Este año 2009 puede ser que pase a la historia por más de un memorable motivo, si se confirman rumores. Por lo pronto el comienzo del fin de la crisis lefebvrista es un hecho, con la remisión de las excomuniones a los 4 prelados de la FSSPX. Pero ahora salta la noticia sobre la erección de una prelatura personal para la Comunión Tradicional Anglicana, que quedaría así definida canónicamente dentro de la Iglesia Católica (no, como se imaginó alguna vez, en comunión con Roma a la manera de las antiguas Iglesia Orientales, con rito propio etc.).

El hecho - si se consuma - tendría esa doble "lectura" ecuménica: Una alegría para Roma y un golpe para la Comunión Anglicana, que pierde lo que Roma gana. Y esto, sin duda, afecta a las relaciones/diálogo entre católicos y anglicanos.

Con mucha perspicacia, los noticieros aventuran que se estaría preparando todo para culminar con este significativo acto de reintegración de los anglicanos tradicionales a la comunión con Roma la prevista beatificación del Cardenal J.H. Newman, el gran converso alma del Movimiento Oxford. Sería verdaderamente un golpe de efecto, una brillante rúbrica. Pero tocante al ecumenismo y sus logros, ir a Roma quiere decir abandonar Canterbury. Un abrazo a Pedro y un golpe definitivo que corta la comunión con los anglicanos.
Iba a decir "jerarquía anglicana", pero he preferido no hacerlo por su controvertida situación: La Iglesia Católica declaró inválidas las ordenaciones anglicanas y en consecuencia su entidad propiamente jerárquica, al no existir sacerdocio-episcopado desde la extinción de la antigua jerarquía católica en tiempos de Eduardo VI. A este hecho se suma la igualmente grave "indefinición" que supuso la admisión al "sacerdocio" de las mujeres (presbiterio-episcopado), así como el haber reconocido las relaciones homosex de clérigos. Estas erráticas y contemporizantes decisiones supusieron un desmarque irreversible respecto a la Iglesia Católica y provocaron una fuerte reacción en contra de una parte notable de los miembros de la Comunión anglicana, que se resistieron a admitir estos extremos.

El ecumenismo, entiendo, llega en su aproximación con los no católicos hasta cierto mantenimiento de la comunión posible dentro del reconocimiento respetuoso de un statu quo marcado por la historia y las circunstancias. Pero en un estadio ulterior, un recto ecumenismo conlleva la recuperación de la comunión perdida: Una Iglesia-un credo-una jerarquía-unos mismos sacramentos. Y no se arriba a esta meta sin dejar atrás el puerto de salida.

No me extrañaría que la erección de prelatura personal/prelatura nullius fuese también la salida para los de la FSSPX, solución que les conferiría juntamente marco canónico e independecia respecto a otras estructuras eclesiástico-administrativas, quedando directamente bajo la potestad de Roma, es decir, del Papa.

Roma es la clave de la unidad: Un cuerpo (miembros y órganos) y una cabeza.

+T.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Una brisa oxoniense


Las mejores cartas son las de los amigos; y las mejores cartas de los amigos, las que son inesperadas. Cuando llegan desencadenan una reacción de confirmación de afectos, que estaban como encañonados, esperando el chispazo en la mecha para dispararse y estallar en bombazo, con un millón de chispas de fuego y color.

Yes, cursi del todo. Pero hay veces que toca ponerse cursi, sobre todo si se trata de contar cara a la galería, para que se entienda, para que se imaginen y figuren, y tal.

El caso es que he recibido una de esas, desde el Oxford mil veces soñado y otras mil re-visited, inesperadamente, con su afectivo "bombazo":

" Oxford, 15 XI 08

Querido don J.A :

Desde la "patria" de Newman, de Tolkien, de Lewis...De Charles Ryder y de Sebastian Flyte...Le envio un hálito de lo que Oxford representa. He estado en St. Mary y pude tocar el púlpito que sostuvo a nuestro venerado Cardenal. Espero pasar mañana por Merton College y Oriel College...Todo aquí transpira espiritualidad y la belleza de la tradición.

Un fuerte abrazo,
.
A. "

Cada uno habla de lo que lleva dentro - "ex plenitudine cordis os loquitur" - y saca sentimientos que llevaba, y toma de fuera y mete en el alma cosas que ya siempre llevará. Es eso, todo eso. Por eso el hombre de espíritu aspira el espíritu que trasminan las cosas que son para el espíritu, que son todas porque todas se hicieron según la medida del espíritu: "Viditque Deus cuncta quae fecit et erant valde bona...".

Hay muchas formas de vivir la Communio Sanctorum, y todas comunican, traen y llevan, la alegría del Espíritu.

Yes!

+T.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Traslado de las reliquias de Newman

El pasado dia 1 de Noviembre, trasladaron las reliquias de John Henry Newman al Oratorio de Birmingham, "su" Oratorio. La traslación de reliquias es una ceremonia particular de las que conforman el proceso de la beatificación-canonización de los Santos. Se supone que un cuerpo cristiano se entierra una sóla vez, en espera de la Resurrección de la Carne, y sólo los cuerpos-reliquias de los bienaventurados vuelven a ser trasladados a la Iglesia para recibir culto público. Y esa es la razón del traslado de las reliquias de Newman, desde su tumba de Rednal a la capilla-iglesia del Oratorio.

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Como se previó, quedan escasos restos corporales. A juzgar por el tamaño del relicario que los contiene (ver fotos) serán unos pocos huesos y fragmentos. Una parte se habrán separado previamente para ser remitidos a Roma, donde se conservarán en un relicario, que estará cerca del Altar el dia de la ceremonia-Misa de beatificación.
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Las fotos están captadas de la retransmisión de la Santa Misa que realizó la cadena EWTN. Asistió el arzobispo de Birmingham, Vincent Nichols, en la Solemnidad de Todos los Santos, que elebró la Misa versus Orientem, según el rito ordinario (como se puede ver en las fotos, concelebran otros también otros obispos y sacerdotes).
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Aunque en el Oratorio de Birmingham - como en otros oratorios filipenses ingleses - se celebra habitualmente el Rito Extraordinario. Todo un significativo "detalle" teniendo en cuenta que ese Rito fue el de Newman: La Misa que atrajo a Newman, la que Newman celebró, y la que fue medio de santificación de Newman como sacerdote de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

No es casualidad. Más bien diría yo que se trata de una causalidad (de la Gracia, of course).

+T.

viernes, 18 de julio de 2008

Newman: Beatificación inminente


Es la noticia que me ha alegrado el Día: La Sgdª Congregación para las Causas de los Santos ha ordenado la exhumación del cuerpo de John Henry Newman. Lo han publicado hoy mismo en The Catholic Herald , sucintamente, como son estas cosas. El único detalle signficativo de la noticia es que ya está preparada una sencilla urna de mármol para depositar las reliquias del Cardenal después de su exhumación y reconocimiento canónico.

Me imagino que - salvo milagro - los restos estarán muy consumidos, a un siglo y pico desde su inhumación. La sepultura se hizo - por expresa voluntad de Newman - en la tierra del pequeño cementerio anejo a la capilla de Rednal, y tengo entendido que en la misma fosa en la que enterraron a su amigo Ambros Saint John. En la estilizada cruz céltica que marca la sepultura, el nombre y la fecha obituaria de fr. Ambros está marcada en el círculo, y la inscripción de Newman aparece grabada sobre la cruz, ambas muy sencillas, tanto que no destacan entre las demás del íntimo camposanto.


Se supone que será por Adviento cuando se comunique la fecha de la beatificación, tan esperada. No ha sido una causa popular; sólo en algunos círculos católicos se ha seguido con cierto interés la promocíón de Newman a los altares. Ignoro si el tema ecuménico haya podido ralentizar el proceso; tampoco sería prudente suponer que las recientes crisis de la Iglesia Anglicana tengan que ver con la inminente beatificación. Pero sin duda que un Newman beatificado afectará a todo eso.

Los "Tracts for the Times" y todo el Movimiento de Oxford se mantienen tan "actuales" como cuando empezaron, hace siglo y medio. Me pregunto a veces si no serían tan revulsivos para los católicos de hoy como para aquellos anglicanos de entonces.

Y me contesto que sí.

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viernes, 29 de febrero de 2008

Blanco White 3


La simpatía que le tengo a Blanco por sevillano (y sevillano fuera de Sevilla) va pareja a la profunda antipatía que siento por el Blanco White anticatólico y renegado, faceta esta de su personalidad, carácter y trayectoria que le define muy negativamente.

Sobre su vocación-sacerdocio, me atrevería a juzgar inválida su ordenación, tan en entredicho por la misma narración del propio Blanco. Comprendo que la tensión espiritual de un ministerio insincero se le volviera un tormento dificilmente llevadero, y que la "ausencia" de Sevilla con su posterior arribada a Inglaterra rehicieran una vida que, en lo sucesivo, quedaba resabiada y resentida. Estos fracasos, tráumas y frustraciones se "proyectan" en Blanco - y en su obra - contra su familia, la Iglesia Católica y España.

¿Contra Sevilla? También, pero con ese efecto de reflujo que le hiere en su intimidad más sincera cuando está clavando su pluma contra su Sevilla, a la que es evidente que ama y añora con toda la nostalgia de su pena personal.

La crisis espiritual-religiosa de Blanco, sin embargo, no esclarece. La Iglesia anglicana a la que se incorpora y que tan bien le recibe, tampoco acabaría satisfaciéndole. Su episodio unitarista merecería ser estudiado en referencia con una anécdota de otro heterodoxo sevillano, Casiodoro de Reina, del que se cuenta que lloró emocionado cuando le llevaron en Ginebra al sitio en el que quemaron a Miguel Servet, también español y hereje anti-trinitario, un "unitarista" avant la lettre (dicen que esa emoción de Reina casi le cuesta un disgusto en la severa Ginebra calvinista). Es curiosa esta coincidencia-confluencia-concordancia de herejes españoles fuera de España.

Algo parecido, pero en sentido muy distinto, me aviene, finalmente, con este Blanco post-católico, y es su relación con John Henry Newman, que le cita en su Apologia Pro Vita Sua como uno de sus amigos que tuvieron que ver en el proceso de su conversión a la verdadera Fe.

Tres veces sale Blanco en esta obra de Newman:

Capítulo Iº - Historia de mis ideas religiosas hasta el año 1833.

..." El doctor Hawkins fue también quien me enseñó a presentir que, antes de muchos años, se daría un ataque contra los libros y el cánon de la Escritura. A la misma convicción llegué en mis conversaciones con Blanco White, quien me inspiró también visiones más libres sobre la inspiración que las corrientes por entonces en la Iglesia anglicana. "

..."Por lo que al doctor Whately se refiere, su pensamiento era demasiado diferente del mio para que pudiéramos seguir mucho tiempo por la misma vereda. Recuerdo su disgusto por un artículo mio, aparecido en la "London Review", que el indulgente Blanco White se contentó con calificar de platónico."

Capítulo IIº -Historia de mis ideas religiosas de 1833 a 1839.

"No es de maravillar que Blanco White, que me había conocido en circunstancias tan diferentes, al oir hablar ahora del rumbo general que yo tomaba, se quedara estupefacto del cambio que reconocía en mí. Habla injusta y amargamente de mí en las cartas contemporáneas a los primeros años del movimiento; pero, en 1839, echando una ojeada hacia atrás, habla de mí en términos que dificilmente podría yo citar con modestia si no fuera porque lo que dice en mi alabanza se encuentra en medio de una reprensión. Dice así:

'' En este partido (el partido contra Peel en 1829) encuentro con gran sorpresa mía, a mi caro amigo Mr. Newman, de Oriel. Como él había sido uno de los que anualmente solicitaban del Parlamento la emancipación de los católicos, su súbita unión con los más violentos fanáticos era para mí inexplicable. Este cambio era la primera manifstación de una revolución de espíritu que lo convirtió repentinamente en uno de los principales perseguidores del doctor Hampden, y en el mienbro más activo en influyente de la asociación llamada partido puseysta, a la que debemos esas extrañas publicaciones tituladas Tracts for the Times. Al relatar estos hechos públicos, mi corazón se apena recordando la cariñosa y mutua amistad de este hombre excelente y yo; una amistad que sus principios de ortodoxia no le permitirían ya continuar con quien él mira ahora como irremediablemente condenado a la perdición eterna. Tal es el venenoso caracter de la ortodoxia. ¡ Qué daño no hará en un corazón malvado y en una mente estrecha cuando así puede malear al más benevolente de los amigos y uno de los espíritus mejor dotados, al amable, al intelectual, al refinado John Henry Newman ! "

Blanco White añade que yo no quería tener nada que ver con él, circunstancia que no recuerdo y de que dudo mucho. "
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Como decía, esto que narra Newman (y que merecería un comentario más extenso y detallado, pues las tres citas denotan bastante profundidad de intercambio de ideas y afectos) me reconcilia con Blanco, al que le cupo cierto papel en la "Vita" de Newman. Providencia, sin duda. Pero fuera lo que fuera y en el grado que haya sido, ciertamente la pérdida de Blanco se compesa con la ganancia de Newman (y sobreabundantemente, como la Providencia hace estas cosas, además).

El final de Blanco, después del desvarío unitarista, no sé cual habrá podido ser. Me refiero al final-final, no al biografiado. Uno que fue capellán real de la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, no concibo que tenga un final sin misericordia, aunque sea de última hora, de último aliento, de extremo auxilio.

Pocas veces se han descrito con más acierto (y añoranza?) las ceremonias y liturgias de la Catedral de Sevilla, las que Blanco llevaría muy hondas cuando las evoca tan excelentemente desde su lejanía inglesa. "Pándite nunc Helicona, Deae !" Así encabeza en la Carta 9ª el apartado sobre la Semana Santa sevillana, con versos de la Enéida de Virgilio, como una erudita y pedantesca saeta...que no disimula lo que sentía por lo que iba a contar.
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Y me parece que "aquí queó!" Quiero decir que arrío el paso de Blanco, que bueno está lo bueno y pare usted. de contar. Si le hubieran adivinado que dos siglos después le íbamos a estar recordando en la Sevilla que dejó, no se lo hubiera creído. Pero me une a Blanco esa Stª Escuela de la que fue hermano, como Alfaraz y el que esto escribe lo somos ahora. Curiosa la coincidencia...o providencial, como todo.
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Llegados a este punto, me pregunto: ¿Querrá don José María que le apliquemos Misas? Cuestión que le encomiendo a mi confratello, por si hubiera que concertar algún discreto sufragio por nuestro "hermano ausente", para q.e.p.d. Amén.

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