sábado, 4 de julio de 2009

San Laureano y sus cosas


San Laureano, que se celebra hoy 4 de Julio, es uno de los Santos Obispos de Sevilla. Y uno de los más "exóticos", porque nació en la Pannonia. Eran los tiempos aquellos en los que se daban esos casos: Nacer pannonio, recriarse, bautizarse y confirmarse en Milán, y terminar siendo clérigo en Sevilla.

Era, cuentan, "...esmerado en la abstinencia, liberal en las limosnas, trasnochante en las vigilias, continuo en las oraciones, frecuente en los ayunos, solícito en recrear a los pobres, modelo en sus palabras, mitigado en la ira y singularísimo en la hospitalidad". Muy completo, ya se entiende. Aunque sospecho que este perfil suena a sumario "santurrero" que le habrán encajado a más de un Santo. Pero no dudo que Laureano fuera un probo cristiano y un reverendo sacerdote cuando lo eligieron Arzobispo de Sevilla, allá por el año 522.

Era cuando en Sevilla (y en España) reinaban los visigodos. Que a mí me caen bastante bien, menos en lo del arrianismo. Bárbaros como eran, se dejaron encandilar por un tal Ulfilas, que les predicó un credo arriano. Y arrianos llegaron y se plantaron en España. Y arrianos quedaron hasta Recaredo y el III Concilio de Toledo.

Cuando Laureano es Obispo de Sevilla reina en España y parte del sur de Francia el rey Teudis. No le imagino muy interesado en controversias doctrinales, pero es el hecho que Laureano sufrió hostigamiento por mantener con santo denuedo la Fe Apostólica y el Credo de Nicea.

_ Excursus: Estas cosas de perseguir la Fe, a la Iglesia y a sus sacerdotes, si no hay arrepentimiento, se pagan muy caro en vida o en muerte, advierto._

Teudis terminó asesinado por uno de sus nobles (algo muy "típico" entre los monarcas visigodos). Unos dicen que en Barcelona, otros cuentan que fue en Sevilla. Pero antes el furor de los visigodos arrianos expulsó a Laureano de Sevilla. Se tuvo que ir y cuentan que al irse clamó estas terribles palabras, proféticas:

"Haced penitencia pues Dios está enojado y tiene el brazo levantado para heriros".

No sé si las lanzó contra todos los sevillanos en general o sólo contra los impíos arrianos hispalenses (aunque parezca mentira, la mala estirpe vive y medra aun en nuestros dias, mientras esto escribo, cabe la Giralda y la Torre del Oro; ya no son visigodos, pero siguen siendo arrianos. Yes. Sic.).

Y así se despidió Laureano de su Diócesis. Ya nunca volvería (en carne mortal).

Se fue por esos mundos, atravesando la España que entonces estaba animadísima, con hispano-romanos pacíficos, visigodos ocupantes y bizantinos de Justiniano (el esposo de Teodora) con bases en Cartagena y el Algarve. Una dificil situación internacionalizada (todavía no había moros en la costa, ni siquiera Mahoma veía visiones todavía, me parece) que hacía de nuestra amada tierra un escenario muy aggiornato.

Y érase que se era que Laureano llegó a Roma. Roma tampoco estaba entonces para muchas visitas, porque guerreaban por toda la península italiana los ostrogodos de Totila y los generales bizantinos Narsés (que era eunuco) y Belisario (que estaba completo), hombres de guerra y confianza del emperador Justiniano (el marido de la emperatríz Teodora).

La emperatriz Teodora nació plebeya-plebeyísma, en el circo, donde su padre era guardián de fieras (aparte su mujer y sus hijas). Como era mona y espabilada hizo carrera de artista (contorsionista, bailarina, cantante, etc.). Después amplió sus habilidades y se le abrieron nuevos y más amplios horizontes a medida que ella se abría más y más. Y cobraba. Así fue como pescó a un militarote que estaba haciendo una buena carrera porque su tio iba subiendo en la Corte de Constantinopla. Su tio llegó a Emperador, y su sobrino Justiniano le sucedió (estando ya casado para los restos con la sagaz y ambiciosa Teodora: Del circo al trono).

Era viciosa. Le gustaban las cosas que no deben gustar (su marido en sus cosas imperiales). Lo peor era que era, también, hereje. Pero por la banda y el polo opuesto a los arrianos. Si estos no reconocían la Divinidad de Cristo y el "consubstantialis Patri", Teodora era acérrima monofisita, que se aferraban a la heterodoxia de que Cristo sólo y únicamente tiene "mía fysis", una naturaleza divina (y no también la humana).

Una hembra con poderío y metida a heterodoxias es une femme temible. Y Teodora ha sido de las peores (veásela en San Vitale, toda ojos-ojeras y manto con corona, elegante, imponente, pero terrible). Impuso en Roma al Papa Vigilio, su "candidato" (antes mandó cargarse al Papa San Silverio, hijo de San Hormisdas (otra historia)). El Papa Vigilio ha sido junto con el Papa Honorio (I) uno de los Papas más "problemáticos" de la Historia de la Iglesia. Los dos firmaron papeles que no debieran haber firmado. Los dos se retractaron. Y los dos acabaron víctimas de sus "patronos". La tremenda Teodora se encargó también de que Vigilio fuera "castigado". Pero Vigilio, aun arrepentido por su "debilidad", quedó baldonado para los restos.


No sé lo que nuestro Laureano trataría con el Papa Vigilio. Pero venía de vuelta ya para Sevilla cuando en Bourges le dieron martirio los ostrogodos arrianos de Totila. Lo degollaron. En su martirio, la cabeza al caer abrió una fuente en el suelo. Luego se apareció a un santo varón, eremita en aquellos pagos, y le entregó su propia cabeza (el eremita sobrevivió a la impresión, obviamente), mandándole que la llevase a Sevilla. En Sevilla quedaron encantados cuando llegó al cabeza de San Laureano. Porque el mismo dia que llegó cesaron los terribles castigos que había profetizado el Santo el día de su partida (sequías, epidemias y calamidades varias).

Pues así y todo tiene San Laureano una devoción menos que regular en su Sevilla. Bueno, me refiero ahora. Antes sí la tuvo. En Sevilla y por donde iban los sevillanos: En México, Colombia, Perú etc. hay iglesias dedicadas a San Laureano. En Sevilla hubo un convento de mercedarios, hoy asolado, desde cuando la desamortización de Mendizábal (¡abajo!). Sí conserva una preciosa capilla en la Catedral, la primera entrando a mano derecha por la Puerta de San Miguel.

Ceán Bermúdez, en su libro Descripción Artística de la Catedral de Sevilla, dice:

"...al lado del mediodía, ó de la epístola, la primera capilla que se encuentra es la de San Laureano, cerca de la puerta de San Miguel. En ella se colocó la primera piedra quando se empezó la Catedral, y por haber sido la primera que se acabó, en ella se celebraron los divinos oficios mientras se construyó lo demás del templo..."




Lucas Valdés pintó la bóveda y Matías Arteaga los cinco cuadros con escenas de la vida del Santo. El retablo (Ceán Bermúdez se mete con él) es un precioso exponente del barroco sevillano del XVII-XVIII. Además existe en la Catedral un busto relicario de plata que forma conjunto con otros en el fastuoso altar de plata del Corpus.

Pero el busto de San Laureano no tiene dentro la cabeza de San Laureano que San Laureano mandó a Sevilla con un propio. Las cosas. Hay reliquias en el Relicario de la Catedral, pero la cabeza-cabeza, no.

Tampoco están finos los clérigos sevillanos en detalles con San Laureano. Lo digo porque en las dos ediciones que se han hecho en los últimos XXV años del Proprio Hispalense para la Liturgia de las Horas, aparece y reaparece sin corregir la fecha del martirio del Santo en 456 y no en 546, como ocurrió. Detalles (que le echan al Santo un siglo encima). En fin. Las cosas (otra vez).

En cambio sí se ha conservado en la oración propia de San Laureano un significativo detalle: El CONSUBTANTIALIS que el Santo Obispo creyó, enseñó y defendió con vida y con sangre:

Deus qui beatum Laureanum episcopum
et ardenti zelo pro catholica fide
et martyrii gloria coronare dignatus est:
donum gratiae tuae eius intercesione
in nobis confirma
ut per agnitionem Filii tui tibi consusbstantialis
in sapientia revelationis et spe gloriae hereditatis
crescere non desinamus.
Per Dominun nostrum Iesum Christum...Amen.

¡Amen!

+T.