La peregrinación de grupos tradicionalistas católicos a Roma ha animado estas últimas semanas las webs
tradis. Más de dos mil, casi tres mil peregrinos, han estado en la Misa celebrada en San Pedro del Vaticano por el Cardenal Cañizares, el prefecto de Culto y Sacramentos. En vez de en la capilla del Sagrario, como en anteriores y menos numerosas celebraciones de otros años, la Santa Misa se ha celebrado en el Altar de la Sede.
Que los asistentes eran numerosos se puede
ver en las fotos; las sillas ocupaban todo el espacio detrás de los bancos de delante del ábside, colmando todo el trasaltar de la Confesión; los asientos y los fieles de pie se extendían hasta los laterales del baldaquino, por ambas naves.
Los fieles formaban ese grupo heterogéneo en edad y condición, ancianos, familias con niños, adultos y jóvenes, todos perfectamente 'participantes', siguiendo los sagrados ritos con sus misales, cantando o rezando las partes de la Misa según era corriente en todas las iglesias católicas cincuenta años atrás. Son una extraordinaria muestra de lo que pudo haber sido y no ha sido, como ellos podrían ser hoy los católicos piadosos, militantes, conscientes, dignamente preparados y aptos para participar del culto católico de siempre, como siempre, con el plus de ser, estar y moverse en el siglo XXI. Son, gracias a las instituciones más firmes y activas del Catolicismo Tradicional, que se han encargado de formarles y asistirles, lo mejor de la Iglesia, la mejor parte de la Iglesia militante actual.
El coro rebosaba de clérigos, todo el amplio coro del ábside central de San Pedro repleto de sacerdotes, religiosos, minoristas y seminaristas en hábito coral. También asistió una digna representación de revmos. prelados, el más representativo, quizá, Mons. Agustín di Noia, vicepresidente de Ecclesia Dei. El Cardenal Cañizares estuvo también asistido por un escogido clero, entre ellos monseñor Ferrer Grenesche, subsecretario de Culto y Sacramentos, y el reverendo Don Almiro de Andrade (fssp) oficial de Ecclesia Dei, que actuó como ceremoniero.
Extraordinaria concurrencia de fieles, dignísima representación de clero asistente y celebrante, pero el Papa no estuvo. Mandó su bendición y saludo a los presentes por intermedio del Cardenal Bertone, Secretario de Estado, del quien se leyó un mensaje firmado que, además de la bendición papal, contenía estas chocantes palabras:
"...En este Año de la Fe, mientras la Iglesia celebra el quincuagésimo aniversario de apertura del Concilio Vaticano II, el Santo Padre invita a todos los fieles a manifestar de manera particular su unidad en la fe; así serán eficaces agentes de la nueva evangelización."
He dicho
'chocantes palabras' porque citar/nombrar en esa ocasión, ante esos muy determinados fieles, palabras/conceptos como
'Concilio Vaticano II' y
'nueva evangelización' me parece salirse de tono; yo diría, incluso, que resultaba
'provocativo', o, por lo menos, indiscreto. Entiéndaseme. Compréndase que los católicos conscientes recordamos el Vaticano 2º, pero no lo celebramos. Y sobre algunos
neo-conceptos pastorales mantenemos cierta distancia crítica. Sin duda, probablemente, sería cosa de Bertone; no me cuadra, no imagino al Papa, tan delicadamente atento y mesurado en formas y expresiones, dadas las circunstancias y los circunstantes. A los huépedes - más si son peregrinos, más todavía en una efemérides así - se les debe toda atención y regalo. Las espuelas están fuera de lugar, y las menciones incómodas también.
Fuera lo que fuese, a eso se redujo la presencia del Papa, una presencia más virtual que real, casi intencional remota. Con lo cerca que están los Palacios Apostólicos, pared con pared. Con lo fácil que se baja de la casa del Papa a la casa de Pedro. Con lo que hubieran disfrutado los peregrinos si el Papa hubiera aparecido un momento, unos minutos, en la Loggia delle Benedizioni, la que da al interior de la Basílica, y hubiera bendecido a sus peregrinos católicos, sin más palabras, sólo la bendición, su bendición, porque por él, por Benedicto XVI (además de por la Misa, en primer lugar) habían ido a Roma, todos con el Papa en la mente y en los rezos. ¿Se merecían o no una presencia, una bendición de consuelo y confortación, de ánimo y benevolencia de parte del Vicario de Cristo? Por eso el seco mensaje del Cardenal Bertone me parece poco, desabrido, corriente, demasiado expeditivo y
oficialóide para una ocasión tan solemne, tan memorable: Después de cincuenta años, un Cardenal celebraba la Misa que siempre se celebró en aquel privilegiado lugar, cabe la Cátedra de San Pedro, en el corazón de la Catolicidad.
Después nos enteramos de que ha habido presiones, indirectas o directas, interferencias, intervenciones y consejos para que el Papa pareciera lo menos posible, lo mínimo. Hasta parece que no ha gustado ni esa mínima comparecencia virtual en la carta mensaje de Bertone. Priemro fue Andrea Tornielli quien dió el aviso, en su blog Sacri Palazzi; después en el blog Messa in Latino identificaron la pista de Tornielli y señalan la web de
korazym.org como especialmente implicada en las 'presiones', concretamente
este artículo que dice al final esto:
"....Intanto il 3 novembre sarà il cardinale Cañizares Llovera, prefetto del Culto Divino, alle 15.00 a celebrare il pontificale con il rito straordinario. Il Papa per ora non ha fatto sapere se ci sarà da parte sua una forma di partecipazione. Negli ambienti vicini dicono di si. Ma certo anche un messaggio sarebbe un gesto che rischia di essere frainteso dalla maggioranza dei fedeli del mondo che ama e vive la riforma liturgica traendone grandi frutti spirituali. Resta il fatto che un gesto di amore verso l'unità potrebbe trasformarsi agli occhi di molti fedeli come un volgersi indietro.
Allora forse il migliore consiglio per i fedeli di parrocchie e movimenti di tutto il mondo è quello del Papa di riprendere in mano i documenti del Concilio e rileggerli davvero, senza lasciarsi condurre da strani venti di dottrina che soffiano avanti ed indietro ma raramente verso Cristo. //
// ... Mientras tanto, el 3 de noviembre sel cardenal Cañizares Llovera, Prefecto de Culto Divino a las15 h. para celebrar el pontifical según el rito extraordinario. El Papa no ha comunicado por ahora si participará de alguna forma. En los ambientes próximos dicen que sí. Pero, por supuesto, incluso un mensaje sería un acto que corre el riesgo de ser mal entendido por la mayoría de los fieles en el mundo que aman y viven los grandes frutos espirituales conseguidos por la reforma litúrgica. El hecho es que un gesto de amor hacia la unidad podría convertirse a los ojos de muchos de los fieles como dar volverse a atrás.
Así que tal vez el mejor consejo para los fieles de las parroquias y de los movimientos de todo el mundo es el que nos hace Papa para tomar los documentos del Consejo y leerlos de verdad, sin dejarse llevar por los vientos de extraña doctrina que soplan adelante y atrás, pero rara vez en dirección a Cristo. "
El articulete lleva carga de trilita, rezumando
bad milk con sublimado de cicuta. Lo más sorprendente es enterarse de que los responsables y redactores de la web
Korazym.org son, ni más ni menos, que los jmj's italianos (gmg's), una organización con bastante presencia de neocatecumenales y otros socios de algunos bien conocidos movimientos neo-católicos, con toda su agresiva y militante juventud, comportándose como si fueran unas juventudes socialistas, o unos pperos juniors, o una joven guardia roja. Quasi lo mismo, con el mismo ímpetu sectario/ideológico militante, pero corrosivamente críticos con el catolicismo tradicional mientras alardean de mil iniciativas
ecuménicas e
inter-religiosas.
Si esto fuera verdad, si las críticas de Korazym y grupos afines hubieran pesado para que al final la presencia del Papa en la Misa del 3 de Noviembre quedara reducida a la seca y antipática carta-mensaje de Bertone, se confirmaría, una vez más, lo que antes fue sospecha y hoy es
vox pópuli: Que la presión de ciertos sectores y grupos de la Curia vaticana y de la iglesia de Italia están impidiendo/vetando que el Santo Padre celebre en público la Santa Misa que él mismo reconoció solemnemente vigente en y para toda la Iglesia. Si el celebrante, Cardenal Cañizares, explicaba un par de días antes que celebraría para hacer ver y entender que la celebración de la Misa según el misal antiguo es normal y debe ser visto con absoluta normalidad, resulta más desconcertante la paradoja de que el Papa del
motu proprio Summorum Pontificum no puede hacer uso de su propio
motu proprio, porque no le dejan.
En su entorno, cada vez aparecen más inquietantes ciertas figuras que, poco a poco, van desprendiéndose de la discreta prudencia y comedimiento de los recién llegados para ir dejando ver bajo la suave lana el pelaje feroz, como, por ejemplo (
salva reverentia) el Emmº Cardenal Koch y sus últimas declaraciones, tan manifiestamente antipáticas (si no hostiles) con la Tradición y sus representantes más exigentes.
A cinco años del m.p.
Summorum Pontificum, este es el panorama. Lo de la Misa en el Altar de la Cátedra es un mero signo alentador, ilusionante, pero, realmente, es sólo un punto, un pormenor en un escenario mayor más bien desalentador y
sub mínimis. No cabe el entusiasmo. No se encuentran, salvo excepciones, cáuces favorables para que las posibilidades del
motu proprio se desarrollen, arraiguen y fructifiquen. Item más: En el organigrama de la
nuevangelización, la recuperación de la liturgia tradicional no tiene, al parecer, ningún sitio, ninguna oportunidad.
Concluyo con esta sorpresa, este friki-youtube que me encontré el otro día, por casulidad. Además de los capisayos celestones de
monseñor Gilles Wach y sus
canónigos del icrss, también tenemos otras rarezas en la galería de excéntricidades tradis. Escuchen, vean, disfruten atque tarareen este
improptu summòo-summóo-summóorum pontíficum:
Un friki-tradi muy simpático, pienso yo. Ruego para que todos podamos mantener y compartir su, según parece, firme y decidido aliento (praeter musicam).
+T.