domingo, 30 de junio de 2013

Francisco pro-sinodal


A estas alturas, tres meses y poco más, nos seguimos preguntando lo mismo que cuando salió desmucetado al balcón ¿querrá/ha querido/está queriendo/quiso/quiere ser Papa? Papa-Papa, con todas sus consecuencias (y presecuencias)?

El delicuescente espíritu vaticanosecundista difundió por toda la Iglesia un virus anti-papal que plagó por doquier todos los rincones católicos; hasta los maspapistasquelpapa se volvieron antipapistas con excusa y coartada antimontinista. En aquel estallido petardista del final de los '60 y el bombazo perpetuo de los '70, la más rancia nobiltá romana, los conspicuos Neri romani - príncipi, marchesi, conti - se estremecieron al mirarse en los espejos del cabinetto del Palazzo Doria-Pamphili y ver que el azogue apulgarado que flanquean al imponentísimo Inocencio X velazqueño les devolvía una estampa mai vista: Desde el 65, como un retrato contra-natura, el rostro de la nobleza pontificia iba marcándose con resentidos trazos, huellas, arañazos, heridas y cicatrices antipapistas; fascinante argumento para Oscar Wilde. Más fascinante si se considera que quien infligía las heridas y descomponía la nobiltá de los Neri era el mismísimo Paulus PP VI, Montini. Paradojas, esquizofrenias o, en lenguaje aggiornato, semplici segni dei tempi, signos, signos de los tiempos.

Continuando con la versión simpático-minimalista de sí mismo, Papa Franciscus parece interpretar un nuevo capítulo de la caída del pontificado romano en clave acelerada de primus inter pares, tutti insieme. Si bien la palabra mágica es sinodal/sinodalidad, a nadie con un mínimo de perspicacia eclesiológica se le escapa el sentido mini-papista (sic) del concepto.

Para ilustrar ecuménicamente el pormenor, recuerdo que cuando el Zar quiso someter al Patriarcado de Moscú debilitó a la Jerarquía suprimiendo al poderoso y carismático Patriarca. Desde principios del XVIII, Pedro el Grande impidió la elección de un nuevo Patriarca, hasta que en 1721 fue sustituido por un sínodo, el Santo Sínodo que asumió el gobierno de la Iglesia Rusa y terminó siendo un dócil órgano más, sometido al absolutismo de los zares Romanov. Paradójicamente, hasta la caída de Nicolás II, en plena revolución bolchevique, no pudo elegirse un nuevo Patriarca Metropolitano.

Las palabras de PP Franciscus en la Basílica de San Pedro, en la Misa de la solemnidad de los SS. Apóstoles Pedro y Pablo, han sido estas:

"Dobbiamo sviluppare il sinodo dei vescovi in armonia con il primato, andare in questa della sinodalità, crescere nella sinodalità in armonia con il primato..."// Debemos desarrollar el Sínodo de los Obispos en armonía con el Primado, caminar en la sinodalidad, crecer en la sinodalidad en armonía con el Primado

A más 'sinodalidad' menos Papado, menos Primado Universal, menos Pontificado Universal, menos Papa. Esa es la regla.

Y esa parece ser la intención de PP Franciscus. Una mala intención si supone debilitar la tradición y lo definido como dogma de fe en el Concilio Vaticano Iº por el predecesor de Francisco, el Btº Pio IX.

Es evidente en la Historia de la Iglesia el valor del Papado como fuente y eje de unidad, gobierno y doctrina. También es evidente la evolución de la institución sinodal en las iglesias ortodoxas y orientales, marcando tendencias más bien disgregantes, poco efectivas en el gobierno, débiles a la hora de regir, generando bastantes veces la tentación de la autocefalia.

Presentar la sinodalidad como una alternativa de gobierno, es atentar contra la sustancia del Primado Romano.

Que sea el Papa quien lo proponga, es un signo más de la descomposición del catolicismo.

Si son sólo franciscadas de sermón ocasional, pase. Si es voluntad deliberada, el Señor nos libre de las consecuencias.

Oremus! (sed nolumus pro sínodo deprecare)


+T.


sábado, 22 de junio de 2013

Episcopones

 
Que a los obispos les afecta la pasión de la ambición, es obvio. No suele ser el interés espiritual lo que les mueve, sino el prurito personal, más bien (no digo siempre). Así desde los más remotos tiempos, siendo excepción los obispos animados al episcopado inflamados en el celo pastoral por las almas. De los de hoy, los actuales, yo no conozco a ninguno de este perfil, estilo Carlos Borromeo o Francisco de Sales.

Siempre me ha chocado el obispo 'hombre de mundo', los de este tipo me decepcionan escandalosamente. Pero son los que imponen su estilo desde el post-concilio. Por ejemplo, por ilustrar, me repatea la fotito de Dolan a carcajada limpia con Obama, en una cena de vips. O la comparecencia de Rouco en el Foro Europa (desayuno incluído). ¿Qué pinta un cardenal Arzobispo de Madrid en un sarao repleto de politicones, masones, empresarios, plumas, peperos y sociatas? ¿Qué les va a contar que les importe o que ellos ya no sepan? ¿Estaba, quizá, nuevangelizando a los presentes?

Aun así, la fascinación por un atril y una sala con gente de la élite del momento es algo irresistible para un mitrado, siempre lo ha sido. El noble cardenal Schönborn podría disertar sobre sus ancestros episcopales, cortesanos y ministros áulicos, señores del Sacro Imperio. Si miramos al siglo XI-XII, el conflicto de las investiduras episcopales-feudales es un remoto ejemplo de un caso como el que critico en la actualidad: Obispos alternando con el poder del momento, disfrutando del ser y estar en las cumbres sociales, codeándose con quienes importan porque son importantes y dan importancia.

De lo que dijera Rouco, cada cual extracta lo que le importa o le interesa, en el tono que le dicta su simpatía (no diré conciencia, porque en esos medios y ámbitos ya se sabe que no existe). Aquí, por ejemplo, en la página del Fórum Europa, publican tres notas-articuletes, distintos:

Rouco pide que no haya que apuntarse cada curso a clase de religión

Rouco recuerda a los políticos que la corrupción es pecado

El presidente de la Conferencia Episcopal Española califica de 'normales y fluídas' las relaciones con Rajoy y su gobierno

Y así cada cual. En la página contra-católica de Religión Digital, se regodeaban por la próxima vacante del Arzobispado madrileño, dando por sentado que estamos en las postrimerías del rouquismo.

Al foro con desayuno acudieron los prelados madrileños que por edad, oficio u afición, compromiso ineludible o comparecencia forzosa podían, debían y tenían que estar: El Cardenal Carlos Amigo, el Arzobispo Castrense Juan del Rio, y los obispos Martínez Camino y Fidel Herráez. Todos con caras circunspectas, de desayuno.

Y todos ellos (Rouco también) en look 'obispo de mundo': chaqueta, pantalón, camisa clergyman o pecherín con alzacuellos y pectoral pudorosamente (vergonzantemente?) disimulado en el bolsillo interior de la chaqueta; el anillo no se lo quitan, es un detalle, un signo de poder que no desentona nunca, raramente se desprenden de él.

La casualidad hizo que casi a la misma hora el Papa Francisco estuviera echando un discurso a los miembros del cuerpo diplomático de la Santa Sede, nuncios y demás representantes, en el Vaticano (leer aquí). Entre otras cosas, les ha dicho:


- el Señor es ese bien prometido, "que nunca debe parecernos algo por descontado". Los bienes del mundo terminan por no contentarnos nunca pero "el Señor es el bien que no desilusiona"

- les ha advertido sobre el peligro de la "mundanidad espiritual" explicado que es "ceder al espíritu del mundo, que conduce a actuar por la propia realización y no por la gloria de Dios". Sobre este aspecto ha matizado que "ceder al espíritu mundano expone sobre todo a nosotros Pastores al ridículo

- ha insistido sobre la idea de que son Pastores y no deben olvidarlo nunca, "sois presencia de Cristo",

- les ha recordado que los candidatos deben ser "pastores cercanos a la gente, padres y hermanos, que sean amables, pacientes y misericordiosos; amen la pobreza, interior como libertad para el Señor y también exterior como sencillez y austeridad de vida, que no tengan una psicología de 'príncipes'. Estad atentos que no sean ambiciosos, que no busquen el episcopado y que sean esposos de una Iglesia, sin estar en constante búsqueda de otra." Así mismo, ha recordado el santo padre ha insistido que deben ser personas capaces de "velar" por las ovejas que les sean confiadas.

El Papa Francisco parece tener una aguda perspicacia para lanzar dardos y acertar en la diana. Decir que no sean ambiciosos ni promuevan a ambiciosos al episcopado es poner el dedo en una purulenta llaga. También es una fina estocada la advertencia sobre la 'psicología de príncipe', un síndrome tan arraigado que parece que se pega con la mitra o se incuba al calor del solideo.

Conocí a un humilde franciscano que se ostentaba dos veces al año en trono con sillón, repostero y dosel, condescendiente, dando a besar su anillada mano, como un príncipe. Y le gustaba. Y tenía gente a su alrededor que se lo estimulaban, cortesanos (que aquí decimos 'agradaores'). Todavía anda por ahí, con aires de príncipe (destronado).

También conocí a otro prelado que en su primera visita a una parroquia, cuando el cura salía a saludarle, lo primero que le dijo fue -"La próxima vez ten preparado un aparcamiento para tu arzobispo".

Ellos son así. Aunque el mundo ya no se corresponda con sus ínfulas.

No sé en cuánto, cómo y en qué les afectará lo dicho por el Papa. Témome que a los que ya están les resbale como ungüento por las barbas de Aarón. También me temo que se pueda interpretar lo dicho por PP Franciscus en sentido cutre-minimalista y entiendan que sencillez es des-clericalizarse o humildad tirar al cubo de la basura tiaras, mitras, mucetas, roquetes y ornamentos preciosos. Si me explico.

Es verdad que el ciclo de Rouco periclita. No es verdad que lo que venga después será mejor. Porque lo que hay es lo que hay. Se volverá a repetir lo del Cónclave, que con los conclavistas que había elegió al Papa que podían (y querían). Con obispos y arzobispos - mutatis mutandis - pasa lo mismo.

Aun así me ilusiona pensar que los que vengan puedan ser no-ambiciosos, no-principescos, con reconocible espíritu sacerdotal y sacerdotal disposición pastoral.

No es pedir mucho, sinceramente. Pues no es pedir peras al olmo, sino sacerdocio a los sacerdotes.

Ni más, ni menos.


+T.

jueves, 20 de junio de 2013

La sospecha de San José


Timeo dánaos et dona ferentes, Laocoonte dixit. Con toda razón, porque de la panza del caballo regalado salieron, con nocturnidad y alevosía, Ulises y sus socios, que abrirían las puertas de las murallas de Troya a los griegos, impacientes por tomar la ciudad largos años sitiada.

La cita virgiliana se me ha venido a la cabeza cuando han anunciado que el Papa manda mentar a San José en las plegarias eucarísticas IIª, IIIª y IVª del Misal de Pablo VI. Y he recordado la prudente admonición del pío Laocoonte, sacerdote de Apolo, al ver el Caballo de Troya, porque la introducción de la memoria de San José en el Cánon Romano fue el comienzo del fin de la Liturgia Romana tradicional, la punta de espada que abrió el boquete por donde entraron a saco los impíos, con el Patriarca como excusa y devota coartada. Escrito está que lo hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz.

La piedad de los devotos es a veces muy indiscreta. La falta que hacía San José en el cánon todavía no me la explico, porque nunca me lo he podido explicar. Si querían meter a San José en la Misa, en las oraciones de pre-misa, las de la preparación del sacerdote celebrante, ya hay unas preciosas preces josefinas, preciosas de verdad, íntimas y sacerdotales como pocas. Pero postular a San José en el cánon fue una indiscreta intervención sobre algo que jamás debió tocarse.

Los promotores fueron - si mal no recuerdo - matrimonios franceses miembros de los Equipos de Nuestra Señora. En el ambiente híper-devoto de los años '50 de postguerra, imagino que incubaron aquella ocurrencia, de meter a San José en el commemorantes, junto a su Esposa. Y como las beaterías de los beatos suelen colar, la ocurrencia coló, San José se metió y el Cánon Romano, intacto durante siglos, se alteró. Piadosamente, pero se alteró, se intervino en él, se le embutió el nombre del Patriarca para satisfacción de los devotos indiscreto-insaciables...y para regodeo de los que tramaban entrar a saco por aquella brecha que el nombre de San José abrió. Si el venerable eucologio, el más sagrado, la oración del Sancta Sanctorum, se había tocado, intervenido, reformado una vez ¿por qué no dos, o tres, o cuatro...o ciento? Y si se había podido añadir, ¿por qué no, también, quitar?

El asalto del Cánon con San José como Caballo de Troya ocurrió durante la primera etapa del Vaticano IIº. El 13 de Noviembre de 1962, bajo Juan XXIII, la entonces Sacra Congregación de Ritos publicó el decreto "Novis hisce temporibus", formalizando la inserción de San José, detrás de la Virgen y antes de los Santos Apóstoles. Etc.

Pocos años después, ya clausurado el Concilio, con la confusa, flexible y maleable Sancrosanctum Concilium como 'constitución programática', el tristemente célebre Consilium ad exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia, con el lamentable Cardenal Lercaro presidiendo y el nefasto Monseñor Annibale Bugnini actuando, perpetraban el saqueo, descomposición y reformulación del Canon Romano (¡¡alteraron hasta la fórmula de la consagración!!) y se inventaron la nueva misa del novus ordo con tres plegarias eucarísticas nuevas, más la antigua (con San José recién metido).

Ahora, cuando Roma mete por decreto a San José en el espacio que Pablo VI no le concedió, los pacatos píos de la devoción neo se estremecen de regocijo josefino, ¡oh nubes de algodón de azúcar y virutitas doradas del taller de Nazaret!

Quien esto escribe - que reza a San José todos los días - recuerda aquella inserción primera y siente que le rehelea esta neo-metedura de San José.

Por lo mismo, por lo de aquello de entonces, temo este regalito-coartada de San José, no vaya a ser que traiga sorpresita (post eventum).

Sancte Ioseph, terror demonum! Ora pro nobis; contra fidei inimicis, adiuva nos.

+T.

sábado, 15 de junio de 2013

Tres meses francisquistas

 
Tempus fugit. El tiempo vuela y parece que fue ayer cuando salió al balcón, pero Francisco ya lleva tres meses de Papa, o de Obispo de Roma, tanto monta (aunque dudemos de si para él monta tanto). Tres meses ya.

Cuando empezaron, pensé que lo de las Misas en Stª Marta sería un ínterim, hasta la ocupación definitiva de las estancias en el Palacio Apostólico. A los tres meses, el Palacio sigue vacante y hasta Castelgandolfo se quedará sin Papa en verano, porque Francisco no quiere. El papa Francisco no ha querido tantas cosas que parece dar la impresión de no estar (o no querer estar) a la altura de las cosas. En estos tres meses se ha parecido a uno de esos personajes de peli made in Hollywood estilo 'Rey a la fuerza' o 'Un americano en Versalles' o 'Un pibe en la Santa Sede', si me explico.

Lo más sobresaliente del Papa Francisco es lo que no debería haber sobresalido. Un dato a tener en cuenta es que su presencia no impone respeto, sino que - diríase - empatiza con la gente. Gente común, gente corriente que no sabe sino lo que los medios publican. Y los medios, hasta ahora, han sido excepcionalmente favorables al papa Francisco, no le han tratado como a su predecesor, que sufrió una hostilidad manifiesta y constante desde su elección. El porqué de este trato distinto, no sé precisarlo, pero debe ser algo más que mera caída en gracia, o simple malgusto.

He dicho 'malgusto' - salva reverentia - por comparación con Benedictus, ya que el bajón de calidad - salva reverentia, ítem - ha sido de los que marcan época. Ciertamente una nueva época que muchos temíamos pero no adivinábamos tan cercana. Ahora, tres meses después, nos vamos atreviendo a decir en blogs lo que sigilosamente (por reverentia) nos preguntábamos cuando Benedicto anunció el traumático Cónclave -'¿Qué va a salir de ese Cónclave?', porque el material conclavicio era el que era, siendo quienes eran los purpurados conclavistas, clamorosamente decepcionantes (cuando no temibles).

Del tráuma de la muceta (aun hay cretinos que no captan el signo de la des-mucetación), hemos ido asumiendo (tragándonos) otra reducciones, otros minimalismos, signos todos ellos de la reluctancia del Papa a ser identificado con un Papa, reconozcámoslo. ¿Y qué es un Papa?, preguntará algún impertinente, uno de esos simples que quedan satisfechos con las definición del yo sin sus circunstancias, como si las aceitunas se comieran sin aliño, directamente del olivo, como le pasó a un alto prelado que iba andando por un olivar y cogió una aceituna de un olivo y se la comió (y nunca más comió del árbol de la ciencia de las aceitunas). Si Uds. me entienden (que tampoco hace falta).

También nos avisan de que el Papa-twitter (Misas cortas, breves y repentizadas homilías, twitteres muy bien twitterizados) no va a escribir ninguna encíclica nueva porque va a aprovechar la que estaba escribiendo y tenía casi escrita su predecesor, B-16; conque le va a añadir unos cuantos twitteres y la va a firmar y publicar, así se ahorra papel, que hay que reciclar y tal (un twitter muy bueno el del reciclaje, con exitazo asegurado si lo publica). Aunque por mí, si no publican la encíclica-palimpsesto, pues mejor y así nos ahorramos gastarnos la vista, que uno está muy mayor para tanta encíclica como lleva uno encima con poco más de medio siglo de vida.

Lo de los Palacios Apostólicos sí es una pena. Y un gasto doble, porque eso se paga a la vez que se costea también Santa Marta. Además del lio que se ha armado, porque tienen cercado con carabinieri y gendarmería extra todos los alrededores y las calles adyacentes al muro fronterizo de Citta Vaticana, porque el hostal de Santa Marta está pegando al muro, muy expuesto, y para garantizar la seguridad del Papa Francisco han tenido que montarse dispositivos extraordinarios entre Porta Cavalleggeri, Via Gregorio VII, Via Pio XI y Via Aurelia. Me cuentan que los que tienen que soportar el enredo del tráfico romano, de suyo enredado, están la mar de contentos. Total, nada. Todo sea por la vida sencilla del huésped del Vaticano.

Pio XII, con toda su pompa pacelliana, vivía más parcamente que Francisco. Si no se lo creen, que hagan cuentas.

Los que un día nos atrevimos, libres de prejuicios, a comparar a Wojtyla con Montini...y reconocimos cuánto se perdió con Montini, los que, a pesar de algunos pesares, soñamos los años de Ratzinger, ahora, bajo los tres meses de Bergoglio, estamos quasi sicut in salmo "...super flumina Babylonis illic sedimus et flevimus cum recordaremur Sion..." .

Y si nos olvidamos de Sión, que nos quedemos baldados.

No hace falta - ¿verdad? - que les precise qué es la Sión que recordamos, por quien suspiramos.

Ay!





+T.

viernes, 14 de junio de 2013

Miguelángel en la cripta


En el otoño de 1529 las tropas de Carlos V ponen sitio a Florencia. El Emperador ha tomado partido por los Médici, a quienes ayuda a volver al poder. Los días de la república florentina están contados. El más egregio vecino de Firenze, el maestro Buonarrotti, apoya al viejo régimen de la ciudad y ha diseñado las fortificaciones que servirían para defender la ciudad del asalto de las huestes imperiales.

Desde la primavera de 1527, cuando el Sacco de Roma desestabiliza toda Italia, los Medici están fuera de Florencia. Aprovechando la agitación del momento, con las tropas imperiales ocupando Roma, los florentinos se levantan contra el despotismo de los Medici y proclaman la república, obligando a salir de la ciudad a los príncipes mediceos, el duque Alessandro y el cardenal Hipólito.

Manuel Múgica Láinez, en su 'Bomarzo', traza la semblanza de los dos personajes, el amable cardenal Hipólito, heredero de la noble vis humanística de sus mayores, y el torvo Alessandro, hijo bastardo de Lorenzo II, el hijo del Magnífico; otros decían que su padre verdadero fue el entonces Papa Clemente VII, que lo tuvo, siendo todavía cardenal Giulio de Médici, con una sirvienta mulata, de ahí sus rasgos negroides, tez oscura, pelo africano, labios gruesos y prominentes que le propiciaron el mote de 'el moro'.

Michelángelo, que conocía el caracter odioso de Alejandro el Moro, temía razonablemente las represalias que pudiera tomar en su contra y en el invierno de 1530 decide esconderse, precaviéndose de la previsible violencia del Médici bastardo. Para escondite, escoge el mismo sitio de una de sus obras; como si se enclaustrara en las entrañas mismas de su arte, el maestro Buonarrotti vivió unos oscuros meses en la cripta de la Sacristía de San Lorenzo, debajo de la capilla donde él mismo diseñó y esculpió las tumbas de sus patronos y mecenas, los Médici.

En los meses que allí estuvo, en las paredes de la cripta, MiguelÁngel dibujó rostros, miembros, cuerpos, ropas, fragmentos de hombres reales o imaginados, amados o temidos, soñados o inventados, sacando fuera de su mente y dejando en los muros un abigarrado conjunto de formas cargadas de sugestiva fuerza, como la expansiòn incontenible del genio oprimido por la vida y encriptado por la historia del momento.

Merced a la intervención indulgente del Papa Clemente, Miguelángel puede al fin dejar su reclusión y salir de Florencia. En la cripta quedaron, oscuros y olvidados, los bellos trazos atormentados de aquellos días ocultos, auténtica caverna de arte y genio, rastros de alma y de historia.

En 1975, durante una restauración de la sacristía, los impresionantes dibujos del Michelángelo fueron descubiertos. La cripta, dada la fragilidad de los graffiti miguelangelescos, nunca se ha abierto al público, sólo permanece accesible a los pocos expertos que gozan del privilegio de su estudio y conservación.

Hace un par de días, la edición florentina del diario La Reppublica sacó un artículo con una galería de fotos de la cripta y los graffiti.

Por eso este artículo.

N.b. Si no han leído (anzi releído) el Bomarzo, nunca sabrán bien trazarse y revivir una semblanza de aquel fascinante Cinquecento, cuando los últimos espectros del Medievo aun latían agonizantes en el azogue apulgarado de los espejos del último Rinascimento, vuelto ya Manierismo, crisálida temprana del Barroco.

+T.

lunes, 10 de junio de 2013

Schönborn entrevistado en Alpha (desconocemos la Omega)

 
Un poco más abajo pongo un enlace a un vídeo. Merece la pena ver el vídeo (un poco más de 40' minutos) para hacerse idea del personaje y la situación. El personaje es Christoph Schönborn, el Cardenal Arzobispo de Viena, primado de Austria. La situación es la de la Iglesia en la actualidad, y su futuro previsible, según lo que se deduce de lo que Schönborn dice. Véase:

Entrevista al Cardenal Schönborn en un escenario de Alpha


Primero hay que reconocer que Schönborn domina el medio (auditorio Royal Albert Hall, London). Está relajado, se siente cómodo, incluso ante ese poco atractivo entrevistador (Nicky Gumbel, un mascaròn todo guiño-dientes). El Cardenal no sólo expone claramente sino también simpáticamente, captándose la benevolencia del auditorio y sabiendo crear, incluso, esa atmósfera de intimidad/complicidad que sólo pueden generar los buenos comunicadores. Schónborn lo es, hasta a mí me resulta simpático (yes, very much) en ese escenario.

Aun así - con toda naturalidad - no se apea de sus atavismos nobiliarios, ni se desdice un ápice de su sangre azul, dando cuenta de la alta alcurnia de sus antepasados nobles y prelados al servicio de la Iglesia, del Sacro Imperio y de Europa. Late en todo ello la impresión de una discreta pero firme convicción que proclamaría, sin palabras, una especie de 'ahora me  toca a mí'. Si Schönborn estuviera convencido de la vanidad de todo eso, no dejaría que le preguntasen sobre sus blasones, o se libraría del acoso prensa rosa con displicente evasiva. Pero no, con toda amable (condescendiente?) naturalidad responde. Eso le gusta a la plebe, eso le da su Eminencia, el nobilísimo Graf Schönborn.

Aunque se refiere con mucho respeto a Benedicto XVI, su maestro (recalca), introduce la referencia del Papa Francisco sabiendo que arrancará el aplauso del público. Sobre Francisco, me preocupa que insista en esa especie de carismatismo, contando el cuento/anécdota de la 'inspiración' de la candidatura de Bergoglio

Otro momento que suscita el entusiasmo enardecido del público presente es cuando cita a Benedicto XVI que en la ocasión del último encuentro con sus doctorados en Castelgandolfo dijo (dice Schónborn) esto:
"...no es el propósito último del ecumenismo que nos escuchemos unos a otros y que aprendieramos los unos de los otros cómo seguir a Dios?..." (aplausos, aplausos, aplausos...)

De la nueva evangelización habla con evasivas, en términos generales, diciendo que le hubiera gustado que en el pasado sínodo temático se hubiera hablado, más bien, de la experiencia de fracaso de los obispos tocante a la evangelización en directo de los alejados (imagino que es un detalle afín al francisquismo del momento); seguidamente, alaba el encuentro del escenario-auditorio, como si eso, precisamente, fuera una de las claves de la nuevangelización.

El escenario con la entrevista ante un numeroso público en sala-auditorio es un producto Alpha ¿Qué es Alpha? Alpha es un proyecto nuevangelizador de los anglicanos, una especie de catequesis-programa para élites. Vean aquí algo sobre Alpha. Son muy activos en Hispanoamérica, tienen en preparación una página española alpha.es. Son tan importantes que - subraya Schönborn - estuvieron especialmente invitados al Sínodo de la Nueva Evangelización, el pasado Octubre, y se les concedieron 4 minutos de exposición/intervención en el aula sinodal. Son tan importantes que invitan a Schónborn a una tertulia-espectáculo, y el Emmº Cardenal Graf Schónborn acude gustosísimo. Y muy locuaz.

Dice Schönborn que "...el Señor nos está moviendo, llamando y llevándonos de una manera inesperada" (¿a dónde? ¿quizá al despeñadero de la iglesia de Schönborn en Austria?). En otro golpe de captatio benevolentiae del auditorio, con gesto y voz apropiados, declara que lo importante es que Dios nos ama y quiere salvarnos "...Él está anhelándonos..." (silencio emocionado y contenido de los presentes; mueca horripilante del entrevistador).

Domina el recurso oratorio del balbuceo, del titubeo, tan característico en inglés: Comenzar una frase, desarrollarla, detenerla (eheehhh...mmmh...bbbee...aaahhh...), cambiar en un giro lo que iba diciendo para complementarlo con otro apunte, con una técnica, diríase, muy 'impresionista' (color, paleta, pincelada y brochazo). Si me explico. De hecho, el recurso le resulta muy efectivo.

Un golpe más; Aludiendo al padre del entrevistador y al de un tal obispo Justin, que eran judíos alemanes, Schönborn dice esto: "...la herida más profunda en el el Cuerpo de Cristo es la herida entre Israel y los gentiles" (¡¿?!). Una sentencia que él sabrá qué quiere decir. A mí me suena cabalística, confiésolo.

Al final (minuto 38'48'' ss.) le piden una oración, y termina improvisando (intensos gestos, recogidas palabras) una plegaria pietista que hubiera hecho las delicias del mismísimo John Wesley, padre de los metodistas. Ni un padrenuestro, ni un avemaría, ni siquiera una jaculatoria del Espíritu Santo, ni tampoco una solemne bendición cardenalicia. Nada de eso. Sólo una oración del más neto estilo evangelista -"...Lord of amazing grace..." etc. rematando con una signación-bendición discretamente trazada sobre él mismo y los presentes, también con cierto ademán tímido-titubeante.

La oración y todo, toda la entrevista, se puede entender -of course - católicamente, en ese espíritu de dúctil expresión ecuménica. Pero lo dice un Cardenal de Roma en ese sitio, ante esos jóvenes, en tal ocasión.

Ese es el problema con Schönborn (una de las personalidades más potentes, influyentes, activas e intrigantes del Colegio Cardenalicio, con mucho curriculum por delante): Expone, relata, dice cosas tan acomodables, que lo mismo pueden sonar a católico que a no-católico. Muy finamente, siempre, con gentilísimo estilo de rancio abolengo, hombre con prosapia de siglos, con mucha versatilidad de estilo y movimientos.

Por cierto, el suplemento Alfa y Omega trae una reseña de la entrevista que les reseño (con otra sensibilidad que la de ExOrbe, como Uds. supondrán).

Como les iba diciendo, el simpático Schönborn capta muchos adeptos y profesos por doquier. Hasta en el Madrid de Alfa y Omega.

(Los del Alpha internacional quedaron muy contentos, nos consta).

+T.

viernes, 7 de junio de 2013

En Tí confío

El Verbo se hizo carne. Se hizo hombre, con cuerpo y alma, con sangre y corazón. Su Corazón latió inocente, desde su primer pulso, acompasó su movimiento con el corazón de la Virgen, latió pureza estando en el seno de su Madre y nació entre latidos de inocencia, de un cuerpo intacto.

Fue sacrificado. Agonizó con suspiros, súplicas y lágrimas. Fue prendido, maltratado, escupido, escarnecido, vejado y humillado, fue flagelado, fue burlado y coronado de espinas. Su Corazón latió con pulso de dolor, vertiendo sangre, derramando vida, empapando la tierra con santidad divina, cruentamente.

Fue crucificado. Fue clavado en el madero. Sus manos y sus pies fueron traspasados y fijados a la Cruz, con golpes que le hirieron, que le abrieron cruentas llagas de las que brotó su sangre, al ritmo divino y humano de su Corazón, que le traspasaron, ya muerto. Le hirieron el Corazón con una lanza, le abrieron la quinta llaga en el centro de su Cuerpo, de donde manó sangre y agua.

Cuando resucitó glorioso, no se borró las llagas, que sus discípulos tocaron y besaron ¡Señor mío y Dios mío! Ascendió al Cielo y vive y reina a la diestra del Padre, con el Espíritu Santo. Dentro de Él, su Corazón herido vive y reina, late y pulsa - ¡Amor de los amores! - glorioso por los siglos de los siglos. Amen.

Cuando viene al altar, cuando se inmola y ofrece, cuando toco su Cuerpo sacramentado con mis manos, sé que toco el Corazón que tanto amó, que tanto ama, que amará eternamente. Entonces le pido, le ruego, le imploro, que haga mi corazón semejante al Suyo. Le rezo, le hablo, le digo, con temor y temblor, que encienda mi corazón en el Suyo. Le canto, le rimo y le salmodio que reine en mi corazón el Suyo.

Soy consciente, adorante y reverente, de la propiciación de su Corazón, de que, junto con mi corazón quebrantado y humillado, es su Corazón, manso y humilde, lo que ofrezco en el Sacrificio siempre agradable al Padre.

Es la jaculatoria que más repito: En Vos confío, Corazón; en Ti confío, Corazón, de Cristo, de Jesús, de Enmanuel, del Verbo, del Hijo, de Dios, en Ti confío, en Vos confío.

¿Porque en qué o en quién confiaré, si sólo Tú tienes palabras de vida eterna?

¡Viva su Corazón por siempre!




(Un fragmento de la exquisita y muy desconocida 'Pasión según San Marcos' del maestro Don Lorenzo Perossi, sacerdote)


Ex Voto

+T.

Aprensiones jerárquicas

Me comentaban esta tarde la estampa aggiornata del recién nombrado nuevo obispo de Lieja (Bélgica), un adepto de la Comunidad de San Egidio: 

Jean Pierre Delville, de la Comunidad de Sant'Egidio, nuevo obispo de Lieja

En la foto del noticiero de los egidianos sale con un discreto clergyman gris, el mínimum del look cura-católico. Pero en la entrada que le dedica el blog Catapulta de D.Augusto Padilla, la galería de imágenes aporta otro perfil del electo: Pequeño apunte del día - El nuevo obispo de Lieja

La distancia entre la fina perspicacia del artillero Padilla y la corrección política de los egidianos define el amplio espectro de mundo real y realidad virtual en el que nos movemos, tan desequilibrado en sus extremos como en sus correspondientes y respectivas lecturas y conclusiones. Es decir, que no nos engañamos cuando terminamos con la impresión de que el nuevo obispo belga es así, tal cual, como él mismo y su 'yo' con sus circunstancias orteguianas.

De todas formas, entre ese nuevo obispo y estos del YouTube, también hay distancias y matices espectrales (dentro del amplio espectro del episcopado católico, quiero decir); comparen y vean:



Si han visto y comparado con sensibilidad católica ¿qué concluyen Uds.? Probablemente, ustedes convendrán conmigo en el bajo perfil católico, tanto del obispo belga como de estos obispos nicaragüenses. Si del egidiano hay que temer las muy características tendencias ecumenicistas y pan-religiosas de la Comunitá Sant'Egidio, de los prelados nicaragüenses habrá que temer ese populismo fácil, tan cercano al ritmo de las comunidades de base de los años 80 reciclado con un toque carismático, muy marchoso, al son de un des-catolicismo bailable, en escenario juanpablista de macro-celebración. De cuánta teología de la liberación pueda subyacer disimulada bajo todo esto, no sabría decir. Pero esa huella es ineludible en la América del mito revolucionario bolivariano. La América post-chavista también deja su impronta en la Iglesia, no hay más que verlo (si se quiere).

De esa parte de la Iglesia Católica procede el cardenal moderador del grupo de cardenales nombrados por el Papa Francisco para aun no se sabe bien qué función. Aunque hasta ahora no han destacado, ayer se comentaba en los mentideros vaticanistas que el Cardenal Maradiaga y sus cardenales francisquistas estaban movilizándose para finiquitar pronto a Bertone, aunque no se les vea moverse. Noticia, por otra parte, poco novedosa, nihil novum sub sole. Pero (me) resulta inquietante saber que el cardenal intrigante de ahora es un prelado tan próximo a esos que bailan ritmo pachanguero en el escenario, esos obispos gogo-boys del yutube.

Maradiaga es de allí, y se parece a los obispos de allí. Es del estilo de la jerarquía actual centroamericana, del estilo de este otro obispo, por ejemplo:




No me digan racista, ni anti-indigenista. No me invento nada, relata refero. Ellos son como son, sus iglesias son tal como son. Yo sólo pongo imágenes, muy reales, que nos aproximan a los conceptos eclesiales que estos prelados expresan y promueven. La iglesia del futuro está en sus manos.

Por todo ello, es forzoso hacerse la siguiente pregunta: Si después de los 8 años esperanzadores de Benedicto, el renunciante, nos ha quedado esta jerarquía, basculando entre el europeo de Lieja, en un extremo, y los nicaragüenses de neo-Palacagüina por la otra punta, cuando termine sus días papales el PP Franciscus ¿qué jerarquía nos legará?

Oremus!

+T.

domingo, 2 de junio de 2013

Sacerdotes Domini panes offerunt



En el Leccionario Dominical IIIº-ciclo C (novus ordo) el Evangelio de la Misa de la Solemnidad del Corpus Christi es la narración del milagro de la multiplicación de los panes y los peces según San Lucas (Lc 9, 10-17). Como en las otras narraciones de San Mateo y San Marcos (Mt 14, 13-21; Mc 6, 32-44), resalta en la escena el sorprendente mandato del Señor: 'dadles vosotros de comer'. En San Juan (Jn 6, 1-14), con otras palabras, se recoge la misma situación: Una escena apremiante con los Apóstoles sumidos en la perplejidad por la inesperada orden del Señor. ¿Una simple orden, o un mandato más trascendente?

El milagro estupendo de la multiplicación de los panes y los peces contiene elementos que lo vinculan implícita y explícitamente a la Eucaristía, algo patente en el Evangelio de San Juan, con el sermón del Pan de Vida pronunciado por Cristo en la sinagoga de Cafarnaúm, que el Evangelista presenta como una explayación, consecuencia del milagro. En San Lucas, la narración de la acción de Cristo en el momento del milagro es una frase/oración con ritmo quasi ritual:

"...Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente..."

Unas palabras muy próximas al texto eucarístico-litúrgico de ICor 11, 23ss; también parece evocarse en la escena de los discípulos de Emaús (Lc 24,30). Esta secuencia de acción y palabra (gesto/palabra/mímesis) propia del mismo Señor ha quedado ritualizada formalmente en la fórmula litúrgica de la consagración del Misal Romano:

"...accepit panem in sanctas ac venerabiles manus suas,et elevatis oculis in cælum ad te Deum Patrem suum omnipotentem, tibi gratias agens, benedixit + fregit, deditque discipulis suis..."


"...tomó pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos al cielo, a Ti Dios Padre suyo Omnipotente, dándote gracias, lo bendijo + lo partió y lo dio a sus discípulos..."

La conexión intencional entre la escena del milagro de los panes y los peces y la de la institución de la Eucaristía, parece evidente. Por lo que el 'dadles vosotros de comer' de la escena del milagro tiene que entenderse desde la escena de la institución y el mandamiento constitutivo sacerdotal 'haced esto', todo ello referido no (sólo) al pan multiplicado del milagro, sino (definitivamente) al Pan del milagro eucarístico, que los discípulos deberán dar de comer a los fieles.

Por ello, reducir el 'dadles vosotros de comer' a un mandamiento referido a la práctica de la misericordia con el hambriento, es minimizar y parcializar reductivamente el sentido del mandato del Señor; si se le añade la coda de la 'justicia social' y el pan de los pobres, el texto queda ideologizado tendenciosamente. Porque el sentido del 'dadles vosotros de comer' es netamente sacerdotal, referido al sacerdocio del Nuevo Testamento, a la Eucaristía y sus ministros sagrados, sacerdotes en Cristo.

Cuando nuestras Cáritas parroquiales asisten a los necesitados, dan de comer y sostienen a los hermanos. Pero la verdadera acción de 'dar de comer', la realiza y cumple el sacerdote cuando da la Comunión, el Pan Cielo, a los fieles.

Por eso es tan propio del sacerdote el dar la Comunión, un ministerio sustancialmente sacerdotal, con sentido sacramental, eclesiológico y escatológico: El sacerdote alimenta con el Cuerpo de Cristo, mantiene la Comunión de los Santos en el Cuerpo de Cristo y dirige a los fieles a la comunión plena y gloriosa con Cristo.


Sacerdotes Domini incensum et panes offerunt Deo, et ideo sancti erunt Deo suo,
non polluent nomen ejus, alleluja.


+T.