lunes, 26 de febrero de 2007

La Historia comienza en Sumer

No recuerdo bien cuántos años tenía cuando leí La Historia comienza en Súmer, de S. Noah Kramer, un clásico. Luego, ya en la Facultad de Historia, volví tantas veces a releer la obra, una de esas lecturas que te marcan y te inician. Soñar con ser arqueólogo, excavar yacimientos, descubrir maravillas de la antigüedad, fué una de las fantásticas ilusiones de mi adolescencia...y todavía me agrada ese sueño.


Hace un par de dias volví a recordar el libro de Kramer al conocer las excavaciones de un grupo de arqueólogos españoles en Siria, donde trabajan en los restos de una ciudad datada en torno al 5500 a.C., una civilización de los albores de la historia.

La moderna ciencia bíblica sitúa al Patriarca Abrahám en torno al año 1850 antes de Cristo; sus antecesores, los patriarcas post-diluvianos, circa 3000 a.C. Así que nuestros arqueólogos están excavando una ciudad del tiempo de Sem, Najor, Aran y Teraj. Porque por aquellas tierras no sólo empieza la Historia, sino que comenzó también un día la Historia de la Salvación.
Excavar en el área del Creciente Fértil, es levantar la piel de aquella tierra con fronteras de rios, montes y cielo, con estrellas y arenas que se hacían profecía de gentes, pueblos y naciones descendientes de Patriarcas y herederos de las promesas recibidas. Se excava en ese Oriente Próximo, y se hace arqueología de la Fe.

Los arqueólogos españoles excavan en Tall Humeada, un enclave a ciento cincuenta kilómetros de la frontera con Irak, donde la potencia de Occidente mantiene una injusta y cruenta guerra. Esta es otra de las constantes del Próximo Oriente: La historia no ha dejado de protagonizarse entre sus viejas coordenadas, donde han chocado sin solución de continuidad todos los imperios emergentes y sucesivos de la Historia: Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Alejandro, Roma, Bizancio, Cruzados, Otomanos, España, Inglaterra; hoy los USA protagonizan su momento de historia en el Oriente.

Pasarán, como pasaron y decayeron todos los grandes de la Historia. Entre el Mediterráneo, las Pirámides y la Mesopotamia, se escenifica y actualiza la Historia. No sé de dónde serán los arquélogos e historiadores que exhúmen de las ancestrales tierras los vestigios oxidados de los tanques, la munición y el armamento de los EEUU, pero dentro de varios siglos deberían haber en aquella región madre de la Historia quienes sigan excavando y sacando la historia pasada a la luz del presente.

A no ser que la Historia se colapse y se detenga donde empezó, allí, sobre la misma Tierra en que nació. Es mi temor.



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