sábado, 1 de enero de 2011

Otra vez el espejismo de Asís?


Hay efemérides infaustas que no son para recordar, mucho menos para repetir. Aquel encuentro juanpablista de Asís-1986 marcó una cota de confusión memorable. Desgraciadamente, parece que vuelve el espejismo de Asís.

Nunca entendí su oportunidad, por mucho que me lo explican y me lo auto-explique. Considero que fue un acto en contradicción con el ser mismo de la Iglesia, cuya misión es evangelizar a los paganos, no 'orar' con ellos.

A lo sumo aceptaba considerar aquel comunitarismo indiferentista como un entusiasmo bienintencionado más de Juan Pablo II, un globo de colorines con mucho gas dentro, de esos que se sueltan y se ven subir y subir y subir y subir...hasta que se pierden y se los lleva el viento. Y nada más.

Pero sí hay algo más, porque lo que el Papa hace (o dice), aunque sea montar un encuentro temático religioso-pacifista ocasional, aunque sean unas palabras dichas en una entrevista a un periodista, aunque sea una cita al vuelo en un discurso de protocolo, lo que sea, lo más mínimo, tiene un peso, una gravedad extraordinaria. Un gesto, un acto, una palabra del Papa, lleva aneja una relevancia que influye en el mundo entero. Las palabras dichas esta mañana, las que comento, han sido estas:

"Cari fratelli e sorelle, nel Messaggio per l’odierna Giornata della Pace ho avuto modo di sottolineare come le grandi religioni possano costituire un importante fattore di unità e di pace per la famiglia umana, ed ho ricordato, a tale proposito, che in questo anno 2011 ricorrerà il 25° anniversario della Giornata Mondiale di Preghiera per la Pace che il Venerabile Giovanni Paolo II convocò ad Assisi nel 1986. Per questo, nel prossimo mese di ottobre, mi recherò pellegrino nella città di san Francesco, invitando ad unirsi a questo cammino i fratelli cristiani delle diverse confessioni, gli esponenti delle tradizioni religiose del mondo e, idealmente, tutti gli uomini di buona volontà, allo scopo di fare memoria di quel gesto storico voluto dal mio Predecessore e di rinnovare solennemente l’impegno dei credenti di ogni religione a vivere la propria fede religiosa come servizio per la causa della pace. Chi è in cammino verso Dio non può non trasmettere pace, chi costruisce pace non può non avvicinarsi a Dio. Vi invito ad accompagnare sin d’ora con la vostra preghiera questa iniziativa."

(Queridos hermanos y hermanas, en el mensaje para esta Jornada de la paz he querido subrayar como las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana, y he recordado a tal propósito que en este año 2011 será el 25º aniversario de la Jornada Mundial de Oración por la Paz que el Venerable Juan Pablo IIº convocó el año 1986 en Asís. Por esto, en el próximo mes de Octubre iré como peregrino a la ciudad de San Francesco invitando a unirse a este camino a los hermanos cristianos de las diversas confesiones, los representantes de las tradiciones religiosas del mundo y también, idealmente, a todos los hombres de buena voluntad, con el objeto de hacer memoria de aquel gesto histórico querido por mi Predecesor y renovar solemnemente el empeño de los creyentes di todas las religiones para vivir la propia fe religiosa como servicio para la causa de la paz. Quien está en camino hacia Dios no puede negarse a transmitir la paz, quien construye la paz no puede dejar de estar cercano a Dios. Os invito a acompañar desde ahora con vuestra oración esta iniciativa.)

Con lo de aquel atrio (o era ágora?) de los gentiles (o era de la gentilidad?), Benedicto XVI amagó ya cierta tendencia. Si lo que acaba de anunciar, ese encuentro en Octubre próximo en Asís (Asís-IIIº?) va a confirmar un nuevo espíritu (espectro?) de no se sabe bien qué para todos (y todas) en comunión global universalista pan-humanista multi-pacifista y macedonia cultural-religiosa, mucho me temo que volvemos a los temblores por dentro.

Fuera, en el mundo del siglo XX-XXI, la Iglesia tiene ya perdidas importantes batallas que le han acarreado muchas ruínas. Pero meter la ruína dentro y desestabilizarse removiendo sólidos principios que son fundamentales, eso es una locura.


Lástima que la patria del Poverello sirva de escenario para ese monumental espejismo, precisamente Asís, el sitio donde el Crucificado, desde el ábside de la ermita abandonada de San Damiano, le habló a Francisco y le dijo aquellas tremendas y comprometedoras palabras:

“ Francesco, vai e ripara la mia Chiesa, che va in rovina ”.

¡Cuánto me gustaría que alguno recibiera otra vez un mensaje así, en Asís!

Preghiamo!!!


+T.

Rezos cantados de Navidad


Tengo/siento una devoción/fascinación por dos tipos de villancicos navideños: Los andaluces y los napolitanos. Los andaluces son los que he escuchado en casa, en mi familia, desde pequeño, los que aprendí de niño y después fuí entendiendo y más tarde guardando como pequeños tesoros de piedad. Los napolitanos los he ido recogiendo y sintiendo desde que estuve de estudiante en Roma, y no dejan de sorprenderme cada vez que doy con uno nuevo, tan ricos en expresiones de piedad deliciosamente íntima.

Los andaluces genuínos, los tradicionales, son o campanilleros o flamencos, muy distintos cada grupo, distinguiéndose además según algunos centros/localidades de origen-irradiación. Algunas letras son admirables por la captación de conceptos doctrinales y teológicos vertidos a formas de expresión/compresión populares en las que la sencillez de los versos envuelve profundos enunciados de fe. Algunos tienen ciertas influencias de las letrillas que se cantaban en las antiguas misiones populares de franciscanos y capuchinos (ss. XVII, XVIII y XIX). Otras son letras de autores anónimos-populares.

A fines de los '60 se publicó un disco-antología que actualmente es un pequeño tesoro, un verdadero raro. Creo recordar que fue por inicitiva y patrocinio de D. Luís Ortíz Muñoz, un docto y benemérito sevillano hoy olvidado, que por entonces todavía ocupaba influyentes cargos políticos. El disco se titula

CANTES ANDALUCES DE NAVIDAD

El enlace es una estupenda introducción con breve comentario elaborado por Rafael Infante. Se pueden escuchar los villancicos, interpretados por cantaores flamencos de aquellos años; también vienen las letras, algunas, como decía, preciosas, como esta que canta la escena de la Purificación:

Aunque no necesitaba
de pureza dar ejemplo,
dos palomas le llevaba
al sacerdote en el templo.

Dicen que son las palomas
la estampa de la pureza,
imagen del limpio amor
Y del querer con firmeza.

Si hasta el cielo volaran
las dos palomas
con su murmullo,
cuántas cosas dirí­an
de tu persona,
como un arrullo.

Eres la rosa bendita,
eres la blanca azucena,
eres nuestra Madrecita,
la que a todos cura
la maldita pena.



De los napolitanos, el primero que me aprendí fue el popularísimo Tú scendi dalle stelle, que se canta por toda Italia pero que es napolitano, como su famoso autor, San Alfonso María de Ligorio. La melodía se inspira en la de otro también popular villancico, Quando nascete Ninno. Pero lo importante es la letra compuesta por San Alfonso. De él se conservan otros cantos expresamente pensados para acompañar misiones populares, o para la doctrina/catequesis de los niños. Todas las letrillas llevan la impronta del Santo dei Liguori, tan expresiva, tan preciosamente intimista, con expansiones de piedad y fervor admirables.

Me gusta especialmente la titulada Giesú Cristo Peccerille. La letra tiene más de veinte pequeñas estrofas, con su estribillo 'Bello Ninno mio d’amore,/
Sulo a Te io voglio amà'
. La letra original se escribió y se canta en un gracioso y delicioso nappulitano, tan próximo en algunas expresiones al español (¡ay aquellas Dos Sicilias, que fueron también del Reino de España!). No traduzco porque hay palabras que adivino pero no me atrevo a poner. Así y todo disfruto cantando/rezando esas coplillas, que son una auténtica oración.

Aquí, en esta página, se habla de la antigua atribución y más que probable autoría de San Alfonso. Y se cuenta una anécdota simpática: Estando de visita en Sant'Ágata por la celebración del 3er. centenario del nacimiento del santo napolitano, en 1996, un coro infantil interpretó el precioso villancico para el entonces Cardenal Ratzinger, que quedó tan encantado que se unió al canto con los chiquillos. Al final pidió que repitieran la copla, en particular una parte de la estrofa final:


E po quanno me ne moro
famme zinno co a manella;
dimme po co sta vocchella:
“Pisse pisse, viene ccà”.


(Y después cuando me muera / hazme señas con la manita / y díme con tu vocecita / '¡pss! ¡pss! ¡Ven acá!')




Toda la canción está llena de expresiones tiernas, íntimas, con notas de un fervor de alma profundamente infantil que se atreve a decir y pedir cosas que en otro nivel espiritual llamaríamos 'místicas', pero que en este contexto rebosan una amable efusión de inocencia que casi parece jugar con el Niño-Dios.

En el enlace también se puede oir (abreviada) la coplilla del Ligorio; la letra la pongo más abajo, por si alguien gusta. En el artículo se recuerda que no es propiamente una canción popular, sino que parece compuesta para algún convento de monjas, que son las que han conservado la memoria de la autoría de San Alfonso.

A mí me sirve de rezo para todo tiempo, pero muy especialmente por Navidad.



1. Giesù Cristo peccerillo,
mariuolo, acchiappa core,
vuò lo mio? Te teccatillo,
tutto tujo, eccolo cchà.

Si i core de ll’aute gente
Po volisse, Ninno bello,
fatte sulo tenì mente,
ca li ffaje spantecà.

(Estribillo):

Bello Ninno mio d’amore,
Sulo a Te io voglio amà.

(o también):

Bello mio, Ninno Dio
Io pe Te voglio abbruscià


2. So craune, e so bruttezza
tutti i gigli, e giusummine;
de sta Faccia la janchezza
fa li Sante addobbeà

Chi è lo Sole ‘n Paraviso?
Ninno mio, è sta janchezza;
chisto bello, e ghianco viso
mena luce ‘nquantità.


3. Venc’e rrose o russolillo
de sti belle Mascarielle:
mille vase a pezzechillo,
chi le bede, t’ha da dà.

Dint’a st’Ucchie sta ‘nserrata
tutt’ a lluce de le stelle:
chi da st’Ucchie è smecceato
già è feruto, e t’ha da amà.



4. Sso Nasillo delecato,
sti Zuppulle de diamante,
sto Mussillo de scarlate,
fanno a bracce ‘nnamorà.

Sta Vocchella quanno sciata
scarfe l’arma cchiù annevata;
quanno dice na parola
de l’amore fa squaglià.


5. So catene sti Capille
So manette, e cippe d’oro
Ca perrò so ricciolille,
cumm’e chille de mammà.

So doje perle ste Mammelle
chiene e frezze, e calamite
Chi le bede accossì belle,
corre a farese frezzeà.


6. So piguelle d’uva bona
sti Pedille, Ninno amato
chi le basa, ‘mbriacato,
e ‘mpazzuto ha da restà

‘N somma Tu sì tanto bello,
Ninno russo e ghiancolillo,
che li belle a mill’ a millo
Ponno irese a stepà.


7. Si de carte tutt’o cielo,
tutt’e paglie penne toste,
e si tutte l’acque gnioste,
le facisse arreventà.

Pe notà quant’è bellillo
sulamente no Detillo:
No sta carta, manco a ppenne
né sta gnosta pò avastà.


8. Quant’è caro, tiene mente!
Si mm’ ancappe int’ a sse mane,
siente, Ninno, e tien’ a mente,
me ne voglio sazeà.

Ne vuò avè vase, e morzelle
a sti piede, e a ste mmanelle;
‘n faccio po, nò nne parlammo,
io mme t’ aggio da sbramà.


9. Pare troppo confidenzia,
ma Tu saccio, ca n’ haje gusto,
e perrò no ‘nc’è perdenzia
de creanza, e majestà.

Quant’ è sciocco chi te lassa
pe cercà aute bellizze;
lassa o mare pe li sghizze,
che no juorno hann’ a seccà.


10. Già io comm’ a peccerillo
‘n faccia a o ghianco, o a russolillo,
a e bellizze de sso Cuorpo
mme so puoste a pazzeà.

Ma Tu sì comm’ o granato
addoruso, e tutto pinto;
lo cchiù bello sta da dinto,
lo sapore, dinto stà.


11. Tiene n’Arma la cchiù bella,
che Tu agge maje creata ;
chesta appassa pure chella,
che creaste pe mmammà.

Chi è no schizzo de bellezza,
chi è na giarra, e chi no cato
mamma è maro sprofunnato:
st’ Arma toja po che sarrà?


12. Già m’ agghiaja la bellezza
de sso cuorpo, e ss’ Arma bella;
che sarrà, si penzo a chella
bella toja Devenetà!

Ninno mio, Tu si de Dio
Lo bellissimo Figluiolo;
le bellizze tuoje Tu sulo
le ccapisce, e puoje contà.


13. Dillo Tu a chi mme sente,
Ninno mio, quanto si bello;
giacché ‘n cielo sulamente
sse bellizze vuoje mostà.

Ca mo vide ‘nnanz’ a Tene
comm’ a ffruvole li core
E chi sciocco nò nne tene
mo lo vide pecceà.


14. Te lo mio…. ah marionciello,
doce doce m’haje ferito,
e annascuso si trasuto
chisto core a pezzecà….

Lengua sciocca, chi è Signore
non se chiamma marionciello:
Ninno o fece chisto core
justo pe se ‘nce spassà….


15. Ma che spasso te pò dare,
Ninno mio, si è tuosto o core!
T’aggio ‘ntiso: li ferrare
sanno o ffierro annammollà.

Tienetillo, bella Gioia,
ma pecchè ca tene e scelle,
dallo ‘mmano a mamma toja,
e fatillo ‘ncatenà.


16. Pensa a quanto nce haje stentato
p’ancapparlo a la tagliola;
dunca mo, che ‘nce ‘ncappato,
non t’o fare cchiù scappà.

Tienetillo sempe ‘n pietto,
ard’, e abbruscia a gusto tujo:
no le fa trovà arrecietto,
fallo sempe spantecà.


17. Si volesse pò fuire
E tu auza li strille,
e co scippe; e co caucille
‘nnanz’ a Te fallo schiattà.

Fall’ a mente, ca o nnemmico
lo promette gusto, e mele:
ma po auto, che lo fele,
spine, e tuosseco non dà.


18. Tu si mele, Tu confitto,
Tu si zuccaro a panetto:
Chi te prova veramente,
non te pò maje cchiù lassà

Ha da fa comm’ a moschella,
Tu fajo sciò, nna cacce, e chella
cchiù s’azzecca, e se contenta
de se fare scamazzà.


19. Si sto core, Ninno bello,
chi partì da Te no faje;
dall’amore tujo chi maje
scatastarme potarrà?

No ‘nce ponno guaje, e pene;
non me smove manco a morte,
ca l’amore tujo cchiù forte
de no scuoglio mme farrà.


20. E pecchè non tengo o core,
lo serpente ‘nganantore
co li tacere, si vene,
la fatica perderà:

E si vene o brutto amore;
e mme mena a frezza ‘mpietto
non farà pertuso a o core,
coffeato restarrà.


21. E si po veness’ o munno,
e decesse: i’ voglio amore:
le responno: no, nc’è core;
agge pace, fatte llà.

Ninno mio, Rre de sto core,
giacché tanto te piace,
guodetillo sempre ‘n pace.
co lo Gnore, e co mammà.


22. Tu ti tien ‘o core mio,
d’int’o core tutt’ amore;
tutto tujo già song’io,
cchiù non aggio che te dà:


Tu perrò, Ninno d’amore,
duje piacire m’aje da fare;
‘n primmo, a o pizzo de lo core,
Tu pe ccarè nce haje da stà.


23. E po quanno me ne moro
famme zinno co a manella;
dimme po co sta vocchella:
“Pisse pisse, viene ccà”.

Ca volanno io me ne vengo;
mme t’abbraccio, e me te vaso;
e co Ttico me ne traso
‘n Paraviso a pazzeà.



+T.