domingo, 29 de junio de 2008

Pseudo-cristología


En Febrero o Marzo pasados, no recuerdo, presentaron a bombo y platillo en el CET de Sevilla el libro "Jesús", del sacerdote vasco José Antonio Pagola. El Centro de Estudios Teológicos de Sevilla es un centro académico provinciano, con muchos defectos y muy pocas virtudes. Esto, en una institución concebida para la formación sagrada en grados primarios y medios, es algo muy serio. A la deriva, desde su fundación, conoce en la actualidad un bajo nivel docente, agravado además por reconocerse en referencia a la teología-moral-pastoral de cierta tendencia "progresista", la misma que tanto desconcierto y confusión plantea a la Iglesia. Por ejemplo, en el CET de Sevilla se presentará discretamente el libro del Papa Ratzinger "Jesús de Nazareth", pero se desplegará una ruidosa escenificación para presentar la obra de Pagola. Huelgan comentarios.

Sobre Pagola y su libro opiné en algún foro de discusión, por aquellas fechas. He conservado alguno de los comentarios que hice a propósito; tales como estos:


- [Pagola] Doctrinalmente, se adscribe a esa falsa teología que siembra dudas y se aleja del Credo Católico de forma implícita. Pero no se atreve a explicitar un credo formal que evidenciaría que lo que él y otros enseñan no es el Credo de la Iglesia. El Obispo de Tarazona, muy responsablemente, ha hecho lo que los demás Obispos deberían hacer. Si el CET de Sevilla recibe y da publicidad a Pagola, el CET y sus responsables se hacen cómplices del extravío, los errores y el daño que Pagola está haciendo y difundiendo.

- La teología o es asunto de fe, o no es teología. Y la fe hay que enseñarla íntegramente: Exponer el Misterio de Cristo desde una perspectiva o intención reduccionista, parcial o minimalista, es falsear el Misterio de Cristo. Eso es lo que hace Pagola, tan errado no sólo por algunas cosas que dice, sino también por las muchas que calla. La verdad exige la integridad y es incompatible con una fe fragmentada en porciones a la que le faltan, deliberadamente, partes sustanciales y definitivas.

- Cuando se lanzan "sospechas" contra lo "nuclear" del Misterio, se está atentando contra la verdad del Misterio. La labor del teólogo es profundizar el conocimiento del Misterio, no ponerlo en duda o parcializarlo desde criterios subjetivos escudándose en una metodología que disimula la ofuscación o la falta de fe del autor.

- Los métodos histórico-críticos son pertinentes, pero no suficientes. El problema de Pagola y demás pseudo-teólogos de su estilo es que, obviando toda la tradición exegética de la Iglesia (y excluyendo el Magisterio) exponen desde una metodología muy limitada los Textos Sagrados; y al limitarlos, los falsean reduciendo su integridad desde los parámetros metodológicos que han escogido. No se puede saber qué son Las Meninas de Velázquez desde un análisis sólo y exclusivo de los pigmentos pictóricos o la textura de la trama del lienzo. Limitar su conocimiento a eso y trasmitir luego sólo lo deducido desde ese análisis, sería falsear la obra de arte y reducirla a un mínimo sacrificando un todo, la totalidad real y significativa de la obra/el cuadro en cuestión. Pues, en parecido sentido, lo mismo es lo de Pagola y demás falsos teólogos, con sus métodos y sus parciales y engañosas conclusiones.

- Eso es lo enorme, lo escandaloso, lo perverso de Pagola y los de su panda: Que siendo sacerdotes traicionen el Mensaje y disimulen la fe (una fe que quizá ya no tienen) parcializando-reduciendo la exposición del Evangelio excusándose en una metodología insuficiente y expresamente limitada. Si no creen, que se retiren, pero que no permanezcan emboscados en la Iglesia y envenenando con su increencia la fe de muchos creyentes de buena voluntad que darán crédito a los errores que elaboran y difunden. El pecado de escándalo de los sencillos se juzga con palabras muy duras por el propio Señor, y Pagola y cía. lo están cometiendo contínua y deliberadamente.


No soy teólogo experto en Cristología dogmática, pero tengo la suficiente y competente formación para detectar todo eso (y más) en el libro de Pagola. Ese era mi juicio, sumario y sin entrar en detalles. Este es el de la Comisión de Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, que ha publicado esta Nota de clarificación sobre el libro de Pagola. Muy oportunamente. Y muy discretamente, porque opino deberían haber actuado con mayor contundencia y efecto.

¿Qué pasa en la Teología Católica? El fenómeno tiene una larga historia, con precedentes que se remontan a la crisis modernista que despunta en el Pontificado de Pio X, y más inmediatamente en la etapa del "replanteamiento" eclesial post-Vaticano II. En pocas palabras, la Teología abandonó sus referentes católicos y se expuso a la influencia de los más extravagantes y discutibles autores. Especial efecto tuvo la "apertura" a los autores protestantes del XIX y el XX, que desde prejuicios marcadamente opuestos al Dogma y la Tradición, se empeñaban en negar los fundamentos de la Revelación cristiana, desde los Evangelios a los demás escritos del Nuevo Testamento. Empezaban dudando de la verosimilitud de los contenidos para terminar negando su valor como documentos históricos. En el colmo de la manipulación, empleaban elementos de crítica histórica y exégetica relativamente válidos para el estudio del Antiguo Testamento (formado en el decurso de unos 20 siglos) para estudiar los libros del Nuevo Testamento (que se forma en un plazo nunca mayor de 70 años, desde los muy tempranos primeros textos de los Sinópticos y San Pablo a los escritos últimos del Corpus Ioanneus).

Ese tipo de sesgada "investigación" con sus prejucios y su "metodología" conforma todas las desviadas conclusiones de una exegética que acaba minimizando/reduciendo todo el Misterio Cristiano a un impreciso capítulo marginal de la historia del judaísmo del siglo I en el marco socio-religioso-cultural del helenismo tardío. La obra de Pagola es una pequeña muestra de este lamentable fenómeno-tendencia de la peor teología de fines del XX.

Afortunadamente, la Teología Católica se ha mantenido activa, conviviendo en tensa relación con esa pseudo-teología elaborada paradójicamente desde dentro de la Iglesia, pero viciadamente contradictoria con la Fe de la Iglesia. En el transcurso de los últimos treinta o cuarenta años, diversas ideologías/filosofías han pretendido traducirse en términos "teológicos". La firme coherencia de la Teología Dogmática, se desmontó y fragmentó en tantas "teologías" como escuelas o tendencias de pensamiento iban surgiendo en el panorama cultural de Occidente. Hubo autores que en pocos años publicaban obras que eran la negación-contradicción-superación de su obra anterior de apenas diez años antes, con el desconcertante efecto de ser presentados en cada momento como las vanguardias del pensamiento cristiano, cuando eran su más decadente y degenerado epifenómeno.

La mejor Teología del Siglo XX se formuló con toda madurez y una excepcional calidad textual en los documentos del Vaticano II, tan desconocidos y olvidados. Desde una deliberadamente falsa comprensión del Concilio, se reclamó un "espíritu del Vaticano II" que implicaba su destrucción. La prueba es muy simple: Cótejese ese "Jesús" de Pagola con los enunciados cristológicos de Lumen Gentium, Gaudium et Spes, Dei Verbum o Sacrosanctum Concilium, y quedará en evidencia que el "Jesús" de Pagola es una reducción minimalista incompatible con el Jesús Hijo de Dios y Cristo Salvador que cree y proclama el Vaticano II según la tradición de la Iglesia Católica Apostólica.

Con la caída de la "teología de la liberación" y el descrédito personal de algunos de sus ideístas (como el bochornoso caso del brasileño Leonardo Boff), los seguidores de esas teologías "de frontera" recibieron un duro golpe. Ahora vuelven a reagruparse en torno a nuevos "líderes", y Pagola se ha convertido en pocos meses en uno de sus más reputados representantes. Al paso de la censura de su libro, diversos "colectivos" se han declarado a favor del autor y sus ideas. Basta informarse un poco de la naturaleza de dichos grupos para hacerse cargo de lo que representan y suponen.

Lo más grave es la notable impresión de división en la Iglesia. Tal es el caso de esto que escribo: Mi fe, la que procuro guardar y confirmar según la tradición apostólica que ha llegado hasta mí, no es la fe que presentan Pagola y adláteres en sus obras. Existe una distancia, una diferencia tan suatancial, que los contenidos de esa "fe" de Pagola y cía no pueden entenderse como una fe católica. Incluso más: Dudo que puedan ser mínimamente cristianos.

Si el Credo Cristiano "básico" es el explicitado en la doctrina de los cinco/siete Primeros Concilios, lo que Pagola enseña no es cristiano. Absolutamente. Si él y los de su tendecia pretenden formular un nuevo credo, que se separen de la Iglesia y que lo digan, para que lo sepamos y los distingamos. Pero mientras se declaren dentro de la Iglesia, ya sea como fieles o ya - lo que es enormemente más grave - como ministros de la Palabra y el Altar, o enseñan la fe rectamente o deben ser censurados con las penas canónicas que cada cual merezca en particular. Sin ambages y con toda contundencia. Después, en consecuencia, las actiudes en pro o en contra decantarán afinidades.

En la Misa de hoy, en la celebración litúrgica de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, se recalca el carácter apostólico de la Iglesia, la única Iglesia, que susbsiste/que es la Iglesia Católica Apostólica. La fe de Pedro confiesa a Jesús el Cristo Hijo de Dios vivo, y no hay otra salvación fuera de Él; la de Pablo proclama que esa fe mantenida, vivida, combatida, nos conducirá a Él, que nos salvará y nos llevará a su reino celeste.

Y esta es nuestra fe, esta es la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.

Y lo de Pagola, la sombra de una pseudo-teología que enseña poco porque duda, y duda porque ha perdido su fe.

+T.