sábado, 19 de febrero de 2011

Conjura prelaticia contra el Motu Proprio


Antes que nada, entren ustedes en este enlace y firmen:


Súplica al Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, respecto a la instrucción/aclaración sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum


La alarma parece muy cierta. Cada vez son más los comentarios sobre las filtraciones: Algunos importantes prelados de la Curia Vaticana han intervenido para restringir el alcance del Motu Proprio Summorum Pontificum. La esperada instrucción sobre el Motu Proprio estaría ya redactada, lista para la firma papal y su publicación en la próxima Cuaresma.

En Italia ha saltado la alarma, entre otras cosas, porque el nuevo documento parece que no va a contemplar la aplicación de Summorum Pontíficum al Rito Ambrosiano; en el mismo sentido, se deduce que tampoco se permitiría la recuperación en España del antiguo Rito Mozárabe.

Las explicaciones de los bien informados "vaticanistas", intentando desactivar la alarma, no hacen sino confirmar los rumores. Uno de los más graves sería la exclusión del Sacramento del Orden, que salvo excepciones muy determinadas no podría celebrarse según el antiguo rito (forma extraordinaria).

La impresión general es que se ha maniobrado oscuramente para hacer aparecer el Motu Proprio del 7 de Julio del 2007 (7-VII-07) como una concesión sólo para los grupos tradicionalistas, privándole del carácter universal, para la toda la Iglesia, que aparece evidente en el texto original.

Incluso se señala a dos sospechosos principales: Nuestro Cañizares y el maltés Scicluna. Serían los dos principales interventores de este lamentable asunto.

Una vez más queda en evidencia la calidad católica de la Curia Vaticana, uno de los más constantes y entorpecedores handicaps del pontificado de Benedicto XVI.

Que Cañizares sea poco simpatizante del rito antiguo, parece probarse suficientemente sólo con decir que, siendo quien es y ocupando el puesto que ocupa, todavía no ha celebrado en España ni una sóla Misa tradicional. Y las que ha celebrado en Roma, parece haber sido por obligado cumplimiento de algún encargo expreso, pero no por gusto, simpatía o proclividad con el  venerabilísimo Rito antiguo. Lamentable, penoso, pero cierto y comprobable.

¿En qué quedará el asunto y cómo se resolverá? Habrá que esperar a la publicación de la antes anhelada y ahora temida instrución.

Y, mientras tanto, rezar y encomendar esta santa intención.

Ad maiorem Dei Gloriam!


+T.