sábado, 2 de agosto de 2008

Toties Quoties

El Jubileo de la Porciúncula, que es hoy, fue una de esas fechas que se marcaban especialmente en el calendario devoto, por lo que significaba, que significaba mucho. Claro que me estoy refiriendo a cuando la gente católica se tomaba en serio y vivía muy seriemente verdades y realidades como el pecado, las indulgencias y el Purgatorio. Tres temas que después de Trento pasaron a ser definitoriamente católicos, como una especie de contraste para perfilar netamente lo catolíco, si se era o no.

Pero el Jubileo de la Porciúncula, como todo lo católico, no es un invento post-Trento, sino que existía mucho antes de que Lutero clavara las 95 tesis en el portón de la catedral de Wittemberg. Según la tradición franciscana, desde 1216 se lucra el famoso "perdón de Asís". Una institución de perdón "local" que se adelanta casi un siglo al Jubileo Romano, que no se estrenó hasta el memorable 1300. Quizá incluso se podría entender el romano en dependencia del franciscano, en cierto sentido que no puedo precisar; que otros lo averigüen (si no está ya investigado).

La capillita de la Porciúncula es hoy una iglesita dentro de la cual apenas caben una docena de personas, diminuta y envuelta por la gran Basílica de Ntrª Sra. de los Ángeles, del Vignola, imponente arquitectura del primer barroco romano, todo espacio y estructura para dejar en su centro el pequeño santuario del Poverello, la original iglesita de Stª María degli Ángeli vinculada a la memoria del jubileo, tan franciscana.


- Portadas convento Stº Clara, Carmona, Sevilla.-
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En la arquitectura conventual hispana, la Porciúncula dejó su huella en las fachadas de los conventos franciscanos, especialmente en los de las monjas clarisas y concepcionistas, que duplicaban el vano de la portada y abrían dos, una puerta para entrar y otra para salir. Son muy llamativas porque repiten el mismo esquema arquitectónico-decorativo una al lado de la otra, independientemente de la armonía de la fachada. De España pasaron a la América española, y se pueden ver estas portadas dobles en algunos conventos franciscanos de Perú y de Méjico.

-Portadas convento de Stª Clara en Cuzco, Perú .-

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La indulgencia de la Porciúncula tenía la particularidad de que se concedía "toties quoties", es decir, tantas veces como se cumplieran con las obras prescritas para lucrar la indulgencia, y todas y cada una de las veces que se hacían con las debidas disposiciones (una confesión y una comunión bastaban para la toties quoties). Blanco White recuerda las tablillas que se colgaban en la puertas de las iglesias, con la leyenda "Hoy Se Saca Ánima". Como la indulgencia plenaria era aplicable a modo de sufragio por los difuntos, se tenía la certeza de que por cada acto cumplido en la Porciúncula, se sacaba del Purgatorio un alma en pena. Por eso los fieles entraban y salían, haciendo estaciones en la Iglesia (una estación al Stmº.Sacramento más la oración por las intenciones del Papa, que era lo más común, con el añadido del Credo y la Salve y un breve responso pro defunctis). Y por eso el entrar y salir, por una puerta y por otra, desde las vísperas del dia 1 a las del dia 2 de Agosto.


- Portadas Convento de Stª Clara en Morón de la Frontera, Sevilla .-


En los dichos populares ha quedado la expresión "parecer un jubileo" cuando se quiere señalar un sitio con mucho movimiento de entrada y salida de gente. En mi pueblo, que tuvo en tiempos convento franciscano, el Jubileo de la Porciúncula todavía tenía alguna fiesta, y ponían puestos de juguetes baratos para los chiquillos, que íbamos a comprar pitos, trompetas de boquilla y tambores de pellejo.

Todo decayó cuando se dejó de creer firmemente porque se dejó de predicar y enseñar seriamente la doctrina sobre el pecado, el mérito, la retribución post mortem, los novísimos, el Purgatorio, las indulgencias, el alma, y las Ánimas y todo eso. Conozco a uno que fue vicario episcopal y ahora párroco pingüe y canónigo acomodado que tenía prohibido a un coadjutor de su parroquia predicar del Infierno y/o el Purgatorio, y ultimamente ni le dejaba predicar. El incrédulo medró hasta las canonjías, y el creyente deambula jubilado, el pobre.

Y así sobrevive la catolicidad, con los buenos preteridos y los peores promovidos. Y las puertas de las toties quoties con óxido en las bisagras, que ya no se abren ni para la Porciúncula, porque en eso sólo creemos unos cuantos que creemos en católico. Que el Señor nos guarde!

Pero no lo olviden Uds: Hoy se saca ánima, toties quoties.

n.b. El jubileo de la Porciúncula se puede ganar tanto en las Iglesias y Conventos de Franciscanos, Clarisas, Capuchinos etc. como en las Iglesias Parroquiales.-

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