miércoles, 9 de junio de 2010

Dos estilos para una verdad (o la verdad de los viejos contra la hipocresía de la madurez)


De entre todas las repercusiones que ha tenido el asalto criminal a los barcos de los cooperantes pro-palestinos, me ha llamado la atención, por su dramatismo "intra-personajístico" el pequeño bombazo de la veterana periodista-corresponsal de la Casa Blanca. Esta es la noticia: Un comentario anti-israelí acaba con la carrera de la corresponsal decana de la Casa Blanca.

La señora, a punto de cuplir 90 años, se ha despachado a su gusto y ha hecho erupción como un volcán humano con 50 años de lava de pasión contenida. Lava periodística, sangre y linfa de opinión, análisis, comentario y publicidad, todo eso que corre por las venas de un profesional. Y esta veterana periodista lo es.

El mascarón facial de la Helen Thomas es formidable, digno de un casting de pelis de terror de serie B. En cuanto vi la foto me acordé, de un golpe y sin solución de continuidad de imagen, de Golda Meir y de uno de los monstruos peludos de The Muppets/Los Teleñecos. Una monstruosidad de mujer; quiero decir que es de esas que son atractivas por su misma constitución anti-estética, que trasluce un fenomenal carácter-personaje.

Cincuenta años en los límites de la corrección política, preguntando/acosando a los presidentes de los USA y a los personajes que entran y salen de la White House, incordiante y provocadora sin pasar la línea de lo que no se debe decir para poder seguir comiendo del periódico nuestro de cada día, todo eso han amasado esas impactantes facciones medio drag-queen, medio ninot de falla. Formidable señora, en todo caso e indiscutiblemente.

Volviendo al exabrupto de Doña Helen Thomas, me preguntó cuántas veces se habrá tenido que morder la lengua y los puños para no soltar por su boquita de carmín la sentencia que ha lanzado como un bombazo contenido. Cito tal cual la noticia, tal y como sale en El Mundo:


"...La controversia empezó el 27 de mayo, día en el que la Casa Blanca celebra el Día de la Herencia Judía. Cuando el rabino David Nesenoff, fundador de la web Rabbilive.com preguntó a Thomas - "¿Algo que decir sobre Israel?", respondió H. Thomas: -"Dígales que se vayan de una vez de Palestina". "¿Algún comentario mejor?", insistió Nesenoff, con voz distendida, mientras Thomas se reía: -"Recuerde: esa gente está siendo ocupada", replicó la periodista, refiriéndose a los palestinos. Añadió: -"Y es su tierra. No es Alemania, no es Polonia". "Entonces, ¿a dónde deberían ir", preguntó Nesenoff. - "A casa", dijo Helen. "¿Dónde está su casa?", insistió el rabino. -"Alemania, Polonia, América, el resto del mundo"...contestó la Thomas.


No me resisto a poner el youtube, con la carátula parlante y la voz espesa de la formidable Mrs Thomas:



Más claro, agua: Aquello, Palestina, no es su tierra. Que se vayan a sus respectivas naciones de origen, a Alemania, Polonia, América y el resto del mundo. Que se dispersen, más llanamente, dicho con todas las letras.

A mi me hace muchísima gracia la salida de este vejestorio fenomenal (dejando en paréntesis lo trágico del caso y sus implicaciones). La hiper-sensibilidad israelí y sus hipersensibles terminales nerviosos, esa gran "red" del judaísmo internacional, ha reaccionado como cabía esperar. En los EEUU se ha dictado el herem contra la Thomas, que ha sido ipso facto obligada a retirarse de su decanato de honor. Una patada y un portazo, sin contemplaciones. Por blasfema, por impúdica, por indecente, por irreverente, por decir lo que no se debe de quien no se debe: Israel es tabú, Israel no se toca, Israel es incuestionable, incriticable, incondenable, indefectible, irreprochable. Si alguien se atreve a rozar a Israel, Israel lo fulmina como cuando el Arca exterminó a Uzá (II Sam 6,3-8).



Y a mí me da mucha pena de la berrenda Helen Thomas. Tantos años sin decir lo que pensaba y sentía, mascando freno, a cuatro bridas que sujetaba ella misma para no desbocarse como potra sin domar.¡Patética y tremenda Thomas!

Pero, por otra parte, quizá ahora sus palabras tengan más efecto que si las hubiera dicho y publicado hace cuarenta años. A lo mejor esta vaca brava es una vaca vieja con más peligro que una vaquilla resabiada de tentadero, más toreada que una novilla de feria de pueblo. Y ahí está, formidable adefesio aguardentoso que dicen que bebe whysky como la reina madre de Inglaterra (la difunta), conservada en alcohol como un viejo pirata del Caribe. Desde luego ha hecho historia. Si se cuentan de ella mil anécdotas, con esta última se ha asegurado una dificil de superar. La Thomas ha salido, sí, pero por la puerta grande, como los toreros que cortan dos orejas y rabo. ¡Vaya si los ha cortado!

En resumen, yo diría que un triunfo de la conciencia sobre la corrección política. Un triunfo de la verdad sobre la oportunidad.

p.s. La segunda parte del articulete iba a hablar sobre estos dos, un ministro y un ex-ministro zapateristas, dos fantoches de gabinete, baldones de la Justicia, uno y otro; masones, se dice. Con mucho gusto, han aceptado no sé qué galardón de esos que no se sabe bien si agradecen servicios prestados o suponen futuros favores (todo legal, of course). El que otorga el premio es uno de esos ubícuos apéndices de Israel, una "federación" de tantas por el estilo que habrá por ahí. Iba a escribir sobre el acto y las palabritas liberal-indiferentistas-panreligiosas de los excelentísimos petardos. Pero prefiero no decir nada más. El monstruo moral de la Thomas ha devorado el canapé pastelero de esta segunda parte de mi articulete.

p.p.s. Del monigote negrito de tómbola Omama, tampoco iba a decir nada. Diré solamente que en este caso de la formidable y berrenda Helen Thomas se ha comportado como el negrito esclavito "sí bwana" que lleva en los genes. Un esperpento de chocolate.

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