domingo, 9 de marzo de 2008

Lamento de Dido

El lamento de Dido, de la ópera Dido y Eneas, de Henry Purcell:




Me ha parecido oportuno, ya que si hay que lamentarse, por lo menos que sea con un bello lamento.

Además, siempre - opino - hay que distanciarse de la piara y sus estridencias infaustas.

La recreación que hace el Barroco de los clásicos, es muy peculiar. Las formas religiosas (cristianas) del arte (cristiano) son de tal fuerza, que hasta una composicón pagana plagada de referencias a la mitología greco-romana, cuando tiene que expresar el sentimiento profundo del dolor-aflicción, evoca sin querer (?) cierta religiosidad de género. La música-melodía del lamento de Dido podría servir también para un versículo del Stabat Mater o una Lamentación de Jeremías.

No obstante, se trata de un lamento pagano en medio de una situación vivida dramáticamente por una pagana que acabará en pagana tragedia.

Lo que pasa es que suena a piedad y canto religioso, a pesar de todo.

Al fin, es el alma la que sufre y clama cantando su dolor, aunque se niegue que exista el alma, o sea el alma de una pagana cantando. Y ya se sabe: "...el alma sólo es de Dios", decía otro barroco.

El verso dice más y empieza el silogismo con algo anterior: "Porque el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios".

Incluso antes dice también que "Al rey la hacienda y la vida se han de dar; pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios!"

Es lógica del Barroco, como la música quasi de Iglesia prestando sus notas para la queja pagana de la Dido tal y como la imagina Purcell. Pero la lógica de Calderón tiene fuerza, mucha fuerza y dignidad, con una ilación de dependencias que, si se niega a Dios, terminan negándose las otras cosas: Alma, honor...Y las demás, también a pique.

Y por eso el lamento de Dido: Me ha parecido muy oportuno, dadas las circunstancias (y aunque estemos en la vulgar post-modernura y no en el Barroco, ay!)

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