
Colonia fue el lugar donde empezaron a venerarse, allá por el siglo IX, cuando hallaron una lápida en una iglesita, con una referencia sumaria a Úrsula y su martirio. Después, la devoción derivó en una saga de esas que fascinaron al Medievo Cristiano, recogida en la Legenda Aurea. Lectura que recomiendo porque tiene todo su encanto - y con toda su gracia - .
Pero resumiendo, para que mis amables y virtuosos visitantes se hagan una idea, érase que la bella y virtuosa Úrsula, princesa bretona de cristianos padres, fue pedida en matrimonio por el hijo de un poderoso rey de Inglaterra. Como el pretendiente era pagano, Úrsula da largas al asunto y propone una serie de condiciones: Que le den diez compañeras virgenes y mil virgenes sirvientes para ella y otras tantas a cada una de sus compañeras, y barcos para embarcarse, y todos los pertrechos para un viaje a Roma y otros lugares durante tres años, terminados los cuales accedería al casamiento. - Me callo las peripecias y me voy al final: Desembarcan en Colonia, y allí son masacradas por una hueste de horrendos bárbaros las Once Mil y Úrsula con ellas, al negarse a las impías proposiciones del bárbaro rey que sitiaba a la sazón la ciudad. Una de las once mil (asustadita la pobrecita como una liebre) se escabulló como pudo y se emboscó en una cueva que había por allí; Córdula se llamaba la huída. Mas recapacitando sobre la suerte de sus compañeras y recobrando el valor perdido, al dia siguiente se presentó ante los crueles victimarios, que la sacrificaron como a sus Santas socias.


Bueno, pues, a pesar de toda esta espléndida epopeya, Santa Úrsula y sus OnceMil camaradas han desaparecido del Misal y los santorales. y encima con pitorreo por lo de las once mil virginidades y demás. Seguro que los antipáticos Bolandistas andan por medio y tienen algo que ver con la desaparición. Y por supuesto los impíos liturgistas post-conciliares (pérfida canalla).
Una pena. Porque como Santa Bárbara y Santa Catalina y otras grandes olvidadas, Úrsula y sus OnceMil están ricamente representadas por lo mejorcito del arte europeo (y hasta por mi caro Caravaggio, que estaba pintando el cuadro de más arriba cuando se murió, q.S.G.h. Amén). La iconografía de esta Santa y sus Etc. cuenta incluso con un auténtico "cúlmen": La arqueta de las reliquias de Santa Úrsula pintada nada más y nada menos que por el maestro Hans Memling, gloria del flamenco (y olé!). El tema de la historia y martirio de Santa Úrsula y las 11Mil estuvo tan de moda que hasta existe otro precioso pintor flamenco, anónimo, conocido como "Maestro de Santa Úrsula", por un retablo-políptico que pintó, hoy entre las joyas del el Museo Groninge de Brujas (la arqueta de Memling está en el Museo del Hospital de San Juan, también en Brujas).

p.s. No comento lo de las reliquias, porque merecería una entrada a parte: Imagínense la de cabezas de las OnceMil que hay/hubo repartidas por toda la Cristiandad; en Sevilla solamente, que yo recuerde, hay tres (y probablemente hayan más). Tampoco digo nada de las ursulinas...que todo no se va a contar, compréndanme.
& .