jueves, 15 de marzo de 2007

Diabólico

La semana me ha traído dos noticias tristes, perversas. La primera la supe el mismo Domingo, en mi Parroquia; al terminar la Misa, un militar jubilado, con casi noventa años, me pidió un aparte y me contó, bajito, sorbiendo lágrimas, lo del álbum del fotógrafo extremeño. Le temblaba la cabeza de viejo, de vergüenza, de indignación, de pena...y por cristiano. Yo estuve a punto de llorar con él, porque sentí lo mismo, en una de esas simpatías tan sobrenaturales que, los que creemos, sabemos que existen.

Los que creemos sabemos que existe el mal, y que actúa. La polémica sobre la enferma granadina conectada al respirador, con la campaña eutanasista aparejada al caso, y el fin del episodio con el resultado de una enferma desesperada y animada a la muerte, es una sutilísima actuación del mal; esta es la otra noticia que me ha teñido de tristeza la semana.

En los dos casos, el poder se ha aliado con el mal; dos administraciones del estado han intervenido subvencionando y patrocinando una muerte y una impiedad. En las dos perversas acciones estaba implicada la fe, y se han dañado y violentado cosas sagradas con la cobertura y la complicidad de los gobernantes.

Que el poder del mundo y el mal están muy cerca, también lo sabemos los que creemos en el verdadero Poder; pero no por eso dejamos de sufrir las cornadas del malo, ni somos insensibles al dolor que causan. También nos deja en suspenso saber que todo entra en el decurso de la Providencia, y al fin se aguanta porque se tiene Fe, y se compadece al que no la tiene, pero con la herida escociendo.

La abuela de un amigo, cuando éramos chicos, nos recordaba con voz misteriosa que - "...antes de la Bula de la Santa Cruzada, andaban los demonios sueltos por el mundo!..", y a nostros nos hacía gracia y nos daba miedo, a la vez. Y en casa, nos contaban que abuela Antonia les reñía a mi madre y a mi tia cuando se miraban al espejo de noche - "...porque detrás estaba el demonio, tentando las almas...". Esa frase, nos la decían a nosotros, cuando nos descubrían tramando algo malo: - "...como el demonio, tentando a las almas...", y también daba miedo, porque nos lo imaginábamos.

Estar en el papel de ese oscuro enemigo, sólo espanta al que cree; el que no cree, tantas veces hasta fantasea y se crece con ese pensamiento. Si se llega a consumar, se termina siendo títere del diablo y medio o aliado de su maldad.

El Señor, en el Evangelio, lo dice muy claro: "...Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en el fondo del mar..." Mt 18,6.

Y eso es lo que han hecho los socialistas de la Junta de Andalucía con la enferma desconectada del respirador, y con los otros que como ella están pasando por la desesperante prueba del dolor; y también con tantos inocentes, gente de sencilla fe y buena voluntad, que sufrirán y se verán turbados con las perversas fotografías del infame patrocinado por los socialistas de la Junta de Extremadura.
En tres años, el laicismo anticristiano ha salido de las logias secretas y señorea en las poltronas del poder, haciéndole el trabajo al diablo. De todos los "logros" del patético personaje que ensombrece a España desde la Moncloa, este es uno de los más patentes.
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Cuando Europa creía firme y recto, era frecuente poner figuras del demonio en las portadas de las Iglesias; también es un tema abundantísimo en la imaginería que decora los coros de Catedrales y Monasterios. Era una admonición: Hasta en lo más sagrado, aparece el tentador con su engaño y su cizaña.
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Esta semana ha tentado en la almohada de una paciente, en la mente de un artista y en los despachos de unos políticos. La mujer enferma ha sido acosada hasta la desesperación; al fotógrafo, le ha inspirado una perversa impiedad; los del partido gobernante, han sido confirmados como sus efectivos aliados y propagandistas.

A mí también me tienta; me tienta al odio. Y yo le pido al Dios que ama la inocencia que me dé alma de niño, o de viejo; de esos que lloran y temen y callan y rezan y piden...Se lo estoy pidiendo ahora, y que no me deje caer en la tentación.


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