martes, 30 de septiembre de 2008

Pedradas

Somos lo que somos y como somos. Cabe mejoría siempre, porque siempre somos mejorables y debemos aspirar a lo mejor. No ocultemos (sería vano) que empeorables también, y con la posibilidad de desmejorar también aneja. Y es verdad. Pero somos (seamos!) positivos y aspiremos ad meliora, ad optima optimarum, y atinaremos porque estaremos en el buen sentido, que nos llevará a nuestro Fin Último (con mayúsculas).

Un ejemplo para nuestra positiva estimulación:

"En el rincón remoto de un árido y salvaje desierto, quemado por el calor de un sol tan despiadado que asusta hasta a los monjes que allá viven, a mi me parecía encontrarme en medio de los deleites y las muchedumbres de Roma ... En aquel exilio y prisión a los que, por temor al infierno, yo me condené voluntariamente, sin más compañía que la de los escorpiones y las bestias salvajes, muchas veces me imaginé que contemplaba las danzas de las bailarinas romanas, como si hubiese estado frente a ellas. Tenía el rostro escuálido por el ayuno y, sin embargo, mi voluntad sentía los ataques del deseo; en mi cuerpo frío y en mi carne enjuta, que parecía muerta antes de morir, la pasión tenía aún vida."

Es un apasionado, sin duda. Apasionado y con la sensualidad interna y externa dándole guerra, ya sintiendo, ya imaginando, ya fantaseando que siente. Y aunque no sintiera. Cuando lo cuenta así, años después, se advierte todavía cuánto le escuece la huella, como una cicatriz vieja, de esas que se reduelen cuando cambia el tiempo y se barrunta tormenta. Como si la tempestad que fue y que pasó se quedara en la marca vieja, con su eco. Lo tremendo que pasó y que al tiempo todavía da escalofríos. O algo así.
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¿Cómo fué la cura, la terapia, el tratamiento? Duro, muy duro. Traumático y feroz:

"A solas con aquel enemigo, me arrojé en espíritu a los pies de Jesús, los bañé con mis lágrimas y, al fin, pude domar mi carne con los ayunos durante semanas enteras. No me avergüenzo al revelar mis tentaciones, pero sí lamento que ya no sea yo ahora lo que entonces fui. Con mucha frecuencia velaba del ocaso al alba entre llantos y golpes en el pecho, hasta que volvía la calma".

Golpes en el pecho. De verdad. No el triple golpe ritual de la liturgia "mea culpa, mea culpa..." En este caso fueron golpes reales, con piedra en el puño y el pecho contuso (el esternón partido duele, pero no mata; las costillas, lo mismo, y se terminan soldando solas). Un sevillano contaba así la escena, en verso de Siglo de Oro:


"En la desierta Siria destemplada/
cuyos montes preñados de animales/
llegan con la cabeza a las estrellas;/
tierra de pardos riscos empedrada,/
de cuyos avarientos pedernales/
la cólera del sol saca centellas./
... ... ...
Tiene roturas mil este peñasco,/
y en ella la tarántula pintada/
labra aposento con su débil hebra,/
y el áspid, con su ropa de damasco,/
asoma la cabeza jaspeada/
por entre las dos rejas de otra quiebra/
... ... ...
En esa cueva, pues, y en ese yermo/
el cardenal Jerónimo se oculta,/
porque a Dios descubrir su pecho quiere,/
y para vivir siempre, el cuerpo enfermo/
en esta helada bóveda sepulta,/
que quien se entierra vivo nunca muere./
... ... ...
su flaqueza y penitencia es tanta,/
que apenas le concede la garganta/
sacar la inútil voz del pecho ronco;/
porque con llanto y lágrimas veloces/
negocia con su Dios, más que con voces./
... ... ...
Tiene un Crucifijo por calvario/
el roto casco de una calavera/
que cuelga de la Cruz como un vencejo,/
en cuya frente de este relicario/
tiene éste engastado: "Soy lo que no era/
y serás lo que soy, mísero viejo"/
... ... ...
(y) así le dice a cada instante/
a su Crucificado y tierno Amante:/
"Señor, si tuve como una piedra el pecho,/
con esta piedra ya, sin darle alivio,/
carne lo hago por sacar más medra,/
... ... ...
Esta vida importuna/
me tiene como un leño,/
no me conoce el sueño,/
no quiero sino el sólo de la muerte./
Del cual haced, Señor, que yo despierte/
a gozaros sin fin, porque si dueño/
no me haceis de las célicas moradas,/
el Cielo he de pediros a pedradas!"
... ... ...

Oh! No diga nadie que no es bella! Son 300 versos en total, de los que he escogido estos. La "Canción Real de San Jerónimo en Siria" salió publicada en Sevilla, en una hoja de pliego, allá por 1619. Nadie sabe decir quién sea ese Adrián de Prado, su autor. Yo imagino que tuvo que ser jerónimo, o amigo de los frailes de Santiponce o de Buenavista, tan cerca de nuestra capital. Parece como si glosara al visitante la imagen que Montañés talló para el retablo mayor del convento de Santiponce; o como si ambientara la escultura del Torriggiano para el de Buenavista. Una belleza, ya digo, a la altura de las dos figuras.

A mí me hace gracia el verso de "...el cielo he de pediros a pedradas!" , tan ferozmente jeronimiano. ¡El fiera de San Jerónimo!


Sixto V (otro feroz) le caló bien. Se cuenta que cuando se preparaba su monumento funerario en la Capella del Sacramento de Santa María Maggiore (debajo de la cual está la cripta con tierra y rocas de la gruta de Belén donde reposan las reliquias de San Jerónimo), viendo allí mismo una pintura de San Jerónimo penitente, se plantó delante y le dijo al Santo:

"Haces bien en utilizar esa piedra, porque sin ella, la Iglesia nunca te hubiese canonizado". Tal cual, de tú a tú (que la Communio Sanctorum se expresa de muchas maneras...salva siempre la caridad).

Soy devoto - ya lo dije - del Santo de Belén, que es San Jerónimo, que es hoy. Conque escribo quasi como ofrenda votiva, para que se entere el Santo y me alcance favor, a mí su devoto, tan mejorable...y que no tengo arrestos para apedrearme, la verdad.

¿Me prestas unas cuántas pedradas de las tuyas, San Jerónimo?

A ver...
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p.s. Con memoria para mi Jeromín, que decía nuestro San Jerónimo que "una amistad que puede morir nunca ha sido verdadera"

+T.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Pentimento

Pentito, dopo la mia pop-confessione, mi offro una píccola e proporzionale riparazione, ecco:



Un vero gioiello musicale. Con signor Tito Gobbi nel Rigoletto. Totale, assoluto, indubitábile. 1946, dice el youtube, cuando los montajes operísticos no daban sustos ni provocaban pesadillas, y todo se recreaba lo más aproximado al Verdi que lo creó. Oh tiempo feliz!

¡Póvero Rigoletto!

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domingo, 28 de septiembre de 2008

Confesiones impúdicas

No tengo conciencia de haber escuchado nunca voluntaria y deliberadamente ni una copleta de los Beatles. Incluso me disgusta nombrarlos. No diré de los que siguieron después de esa mala cuadrilla su abomibable senda, molestia que me ahorro.

Peeero...no hay alcázar sin brecha, ni perro sin mancha, ni cabeza sin chichón, grano, cana o calva. La integerrimidad es praeternatural entre los seres creados, lo mismo que la perfecta perfección no pertenece a nuestra naturaleza. Por lo que - mea culpa! - confieso que me gustan estas dos canciones:






Yes. Solutamente. Por mis pecados será, sin duda. Mas me fascina la pinta de capullo del que canta; y, todavía un grado más, me chifla el pataje con botas de Mama Cass bailando, ese movimiento, ese suave y módico-rítmico compás, balanceando su descomunal torso-busto de Venus esteatopígica versión '60-70, imposible batir de piernecitas y tacones, con su batón de muñecona. Me embelesa.

Cuando iba al cine, a la sesión infantil (tardes dominicales de Tarzán-Weismüller, espaguetti-westerns de Almería, y pelis de romanos contra todos) ponían antes y en el descanso un disco rayado de The Mamas & The Papas , con Monday Monday y Californiam Dreamin. Y por eso será, digo yo, que me saben a palomitas y pipas y kikos, y chicle bazooka, y conguitos, y orozuz del duro, y piruletas fiesta, y pictolines. A juanolas también. Y me gusta oirlas (de vez en cuando).

En el summum de mi parcial y ya crónica afectación de la bacteria pop, soy fan de Mama Cass. Si ya me rindió con sus imposibles movimientos coreográficos sin sacar los pies de la misma losa bajo sus opulentas formas superiores, me hechizó definitivamente haciendo de Bruja Hazel en La Fláuta Mágica-The Pied Piper, con su nariz real enriquecida con un par de verrugas, y dos o tres ratas en el pelo. Y a pesar de todo, encantadora.



Bueno, ya está. Son solaces que me per-mitto, que todo no van a ser virtudes. Y de algo nos tiene que perdonar el Señor, que para eso vino. Amén.

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Candidatos (globales)


El más viejo se parece a un actor de comedias, no recuerdo cómo se llama. Y el negro - que no es tan negro - tiene una pinta de lo más inquietante, como de brujo de vudú, o algo así. No me caen simpáticos ninguno de los dos. Ni tampoco la segundona con moño que lleva el vejete; ni el otro canoso que lleva el negrete como vice. Ninguno.

Lo de la globalización, al final, se está quedando en una vulgar y ordinaria reducción made in USA, todos vueltos y atentos a ver lo que pasa. Y eso hasta nuestro fantoche monclovita, ansioso por resoplar con los oxígenos que le manden desde allí, con la tirria que les tiene a los ultramarinos EEUU.

Para nuestros infaustos progres de la banda siniestra, el ultramar acaba en Cuba, y La Florida ya no es lo mismo, sino tierra de enemigos. No sé si se reconocerá alguna vez, pero lo que se perdió en y con Cuba nos traumatizó la estimativa, con el eco de la explosión del Maine volviendo sordamente a la "memoria histórica", con carga de repetición. Y sea Franco, sea Zp, deseamos y toleramos al yanky cuando es Mr. Marshall, pero lo detestamos cuando aparece Mr. Monroe o Mr. Roosevelt (los dos, pero el Th. peor que el Fr.).

Tampoco conviene olvidar la querencia hollywoodiana, tan reciente. No supera de verdad el tráuma del ultramar perdido, pero se rinde prostituído (en muslo de macho o pechuga de hembra) a Mr. Oscar, sin límites. Hasta abre consulado y planta banderas con fonda y pensión para las visitas, pero sin renunciar a su anti-americanismo - salvo siempre Jolivú, of course, que con el pan no se juega -. Y esas son las nuevas tendencias de la moda. Una esquizofrénica promiscuidad que odia a la américa profunda y fornica con la américa epitelial.

Nosotros, los destetados con biberón de Disney y Hanna Barbera, los adictos a las series de pistola, los enamorados-as de pimpollos-as desde la Merle Oberon al Brad Pitt, los mismos que sabemos más de la Conquista del Oeste que de Cortés en Tenochtitlán, los que bebemos cola-coca y comemos burgeres y hotdoges. Los idem que se parecen a todos los demás que miran y se miran y se re-miran en el espejito-espejito de la alma mater del Nuevo Occidente, tan occidente. Eso.

Llegará Noviembre - D.m. - y será vergüenza que entre los Pirineos y Gibraltar se computen sufragios de los dos candidatos polichinelas (uno blanco y otro negro, para que esté claro (sea claro) que hay dónde y qué elegir). Y como per orbem se hará lo mismo, sucederá como si no pasara nada, todo lo más normal, lo más global. Y lo más vulgar.

Por lo menos, en nuestra Europa todavía, nos quedan Reyes y Reinas con Corona. Algo es algo. Y un relativo consuelo. ¿No?

(no respondan si no opinan que sí)

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viernes, 26 de septiembre de 2008

Repasando, que es gerundio

Sin mucho afán crítico, sólo dando un recortito por la prensa habitual, sin recurrir a otras fuentes (que me importan un pito) y sin dar a lo que encuentro (que me importa quasi un pito) más valor que el tiene la cosa (tan poca cosa).

Pues resulta que la máquina probeta del big-ban (pam-pam-pam) se ha escacharrao por no sé qué fusible que se le ha fundido. Y ya no anda. Y habrá que re-petir. Y re-costear. Dicen que los al-físicos y al-químicos están desolados, los animalitos. Ea, ea, ea...!!! Venga, enga, nga....!!! Y yo también estoy muy afectado, la verdad.

Y pasa también que el sinvergüeza pseudo-artista que exponía y vendía un becerro disecado, contó en la subasta de su becerro con la inestimable ayuda de unos sus amiguetes que pujaron y empujaron y volvieron a pujar para que el becerro fuera repujado en oro de delincuentes quilates. No han ido a la cárcel, ni el uno ni los otros; ni se ha quemado en estercolero sub-urbano el becerro apestoso hiper-pujado. Yo no pierdo la honrada esperanza.

Y también que dicen los colegas de los colegios médicos que no hace falta que ninguna politiquesa de cuota del cacique bético emborrone una ley andaluza mataviejas de golpe de gracia y olé, que aplicando y desarrollando la que hay, ya será suficiente.¡Qué bien y qué pronto le dijo la tonta al tonto! Y yo no sé qué decir, asi a lo pronto. La verdad.

Bueno, pues un repasito, ya lo decía. En gerundio (de presente), que es durativo. A ver en qué queda todo cuando ya sea pretérito.


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jueves, 25 de septiembre de 2008

En Guerra contra la Revolución

Estoy rodeado de gente especial, de calidad extra-ordinaria. De vez en cuando me sorprenden con regalillos que son también extra-ordinarios. Por ejemplo, desde hace ya un tiempo, recibo periódicamente una extra-ordinaria revista, de esas que te "señalan" con todas las consecuencias. La gente que la ve sobre mi escritorio, en el despacho, no sé qué pensará, pero seguro que piensan. Entre el totum revolutum de papelorios, documentos y libros, dejo expresamente encima, destacada, la revista de marras, a la caza de reacciones. Algunos hay que la miran de soslayo y salen bizcos del despacho por mirar de reojo esquinado y no atreverse a tomarla, abrirla y echarle un vistazo a la cosa. Ni osan hacerlo ni mucho menos decirme nada, por si acaso.
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La revista provocante se llama Ahora información, discreto y quasi insignifcante nombre que nadie diría que esconde un cañonazo carlistón con munición y metralla. Un cañonazo con bóina y borla que me huele a España romántica, como un retazo tardío y perdido de Fernán Caballero o el Padre Coloma. Ya digo que algo extra-ordinario.

La última que me ha llegado trae en portada, como ilustración de fondo, un fragmento de un cuadro recreando la Batalla de Somosierra. Llamativamente, se ha escogido un ángulo en el que resaltan unos frailes metidos en la refriega. Hay uno - con hábito de cisterciense o de lego dominico - con la Cruz alzada en la mano izquierda y disparando a bocajarro una pistola con la derecha. Y más abajo, uno que parece cartujo, apuntando y disparando un fusil, y en el plano más abajo, otro apuñalando a un soldado francés, y al lado hay otro apuntando a uno que parece un oficial napoleónico, o algo así. Toda una estampa, un poema con toda su trágica y melodramática heroicidad.

Lo más extra-ordinario es que aquellas cosas (la batalla del paso de Somosierra y todas las demás "gestas" de aquella Guerra) fueron más o menos así, tan abigarradamente pasional y española como la estampa del cuadro, todo arrebato por la patria y el rey con el fervor católico ebullescente en sangre carmesí sobre fondo dorado-gualda. ¡Viva!

Lo patético es que la Corona falló y, al cabo de la Guerra aquella, la Iglesia fue la victima de todos y por todos. No sé si se pagó con eso el purgatorio debido por los frailes y curas patriotas de trabuco y navaja contra el francés invasor. Pero desde entonces y hasta 1939 - con algunas intermitencias - no paró la persecución, y echó las raíces ese rabioso anti-clericalismo que se hizo "quístico" en los cuadros de la progresía hispánica de turno. Y hasta el presente.

Volviendo a mi extra-ordinaria revista, me he solazado canturreando letrillas de entonces, que salen en algunos de los artículos de ese número 93 :
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Bonaparte en los infiernos / tiene una silla poltrona / y a su lado está Godoy / poniéndole la corona.

La musiquilla que me sé - popular - es la misma pachanga graciosa que devino en Himno de Riego, ominosa pieza que amenizó en su dia no sé cuántas tragedias. A pesar de la antipatía incondicional que le profeso, opino que es muchísimo más bailable y festera que la Carmagnole y demás copletuchas por el estilo. También reconozco que con fondo de fusilería, tambor batiente y/o ritmo-cadencia de guillotina ganan mucho todas ellas, la verdad.
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Para colmo de mi frución, el Ahora de Julio-Agosto incluye un par de artículos que terminaron de exaltarme: "La Predicación de la Cruzada. El Btº Diego José" y "El Soldado Católico en Guerra de Religión". Con ilustraciones de un par de retratos del Beato y la portadilla de su opúsculo:

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EL SOLDADO CATÓLICO

EN GUERRA DE RELIGIÓN
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CARTA INSTRUCTIVA
ASCÉTICO-HISTÓRICA-POLÍTICA
en que se propone a un Soldado Católico
la necesidad de prepararse, el modo con
que lo ha de hacer, y con que debe ma-
nejarse en la actual guerra contra el impío
partido de la infiel, sediciosa y Regicida
Asamblea de la Francia.

ESCRIBIALA
EL P. FR. DIEGO JOSEF DE CÁDIZ,
Misionero Apostólico del Orden de Menores
Capuchinos de N.S.P.S.Francisco de la
Provincia de Andalucía,
A SU SOBRINO
DON ANTONIO XIMENEZ Y CAAMAÑO
Soldado distinguido Voluntario del ilustre y antiguo
Regimiento de Infantería de Saboya

PRIMERA PARTE
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CON LICENCIA:
ECIJA, POR DON BENITO DAZA
AÑO DE M.DCC.XCIV.




Como verán todo extra-ordinario.

Y yo cautivado y encantado con y por tan extra-ordinarias cosas.

Uds. comprenderán-me. Si no, peor para Uds y su vulgar gusto, con todos los respetos mios.
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p.s. Se me olvidaba el título de ese nº 93 de Julio Agosto: "1808-2008 En Guerra contra la Revolución".
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Ita!
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miércoles, 24 de septiembre de 2008

Pijama de rayas (otra entrega de la historia como no fue)

Desde que se me despabiló la vis crítica, siempre me ha escandalizado la versatilidad del cine americano para contar la historia como no fue y ponérsela en pantalla al mundo entero. Me refiero en particular a lo de los indios que los USA masacraron en cuanto se iban haciendo EEUU, que pasaron de salvajes sanguinarios a ser los protegidos, comprendidos y apreciados por el buen yanqui inconformista anti-sistema que nunca existió y es invento de peliculeros (o arteros guionistas manipuladores-rentabilizadores de sentimientos de masas según que viento sople sobre la gente). En el recordatorio-imaginario del público, Custer matando indios (que existió) ha sido archi-superado por Kevin Costner que bailaba con lobos (que no existió).
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Lo mismo - mutatis mutandis - con nazis y otras malas especies de nuestra trágica y demente historia, que se pretende "superar" a golpe de novelorio falseador con película ilustradora de la "historia corregida y aumentada". Recuerdo la mala tarde de cine que me tragué cuando me llevaron a ver (yo no quería, peeeero...) aquella payasada de la "La Vita é bella", una de las más insufribles pantomimas del peor cine italiano (con el agravante de "made" para gustar en Hollywood y sacar en la tómbola idolillo dorado, ese filón inspirador; del caricato protagonista-director, evito decir hasta el nombre). Una desgracia.

Ahora es un pijama de rayas y vuelta a inventar melodrama que no fue. Como si con azúcar glasse las píldoras de Austwichtz y Mathausen se tragaran mejor, que cantaba Mary Poppins. Y así, como los yanquis con sus indios, disfrazamos la historia y damos láudano a la conciencia.

De todas maneras, la revisión edulcorada del marxismo y el comunismo está por estrenar. Sin un Boris Pasternak y con Solzhenitsyn recien enterrado, a ver quién es el valiente que rueda un "Cuéntame cómo pasó" con aquello que pasaba cuando Lenin y Stalin y sus satélites.
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El género de la fábula - fábulas morales, las llamaban - tenía la prudente y sabia discreción de poner animales por hombres, estereotipando escenas y circunstancias. Era una forma de decir verdades sin falsear realidades, pero respetando y marcando una distancia "moral" con su lección. Son breves de extensión y se explican por el narrador o llevan implícita o explícitamente su interpretación, siempre "legible" y rara vez "confusa". Me inquieta que "fabulen" la historia, tanto más cuanto se parte de los hechos para terminar desarrollando una ficción.

Debe ser un síndrome, un virus de lesa memoria que trastorna mentes y tuerce crónicas según el recuerdo particular de cada quisque moderado por su capricho de imaginar cómo fue lo que no fue de lo que fue.

En España mal-gobierna un afectado por el síndrome, precisamente. Seguro que le gusta la peli del niño del pijama.

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lunes, 22 de septiembre de 2008

No nos hagas esto!!!

Las fiestas comenzaron el Miércoles. Fiestas muy especiales, en cada casa y en las calles, familiares y de todo el pueblo, con pasión y fervor. Y el mapa del tiempo parecía que lo pintaba el "enemigo": Un borrascón en Las Canarias con unas altas presiones no sé dónde y otra borrasca en el Atlántico que dejaban lluvias-truenos y temporales por todos sitios. Y nuestro pueblo en el blanco de la diana, en el mismo centro.

A pesar de los mapas del tiempo (telediarios del mediodia y los de la noche y los de madrugada), ni una gota el Miércoles (que se bendecían las casetas) ni el Jueves tampoco (que eran las carreras de jóvenes) ni el Viernes (que se coronaba en la Plaza la Reina de las Fiestas con su Corte de Honor) ni el Sábado, que eran las carreras de caballistas y la ofrenda al Simpecado, y por la noche salía el Rosario cantado con el Simpecado en la Carreta de Plata. Ni una gota. Y los mapas anunciando agua y tormenta desde el Miércoles.

Pero amaneció el Domingo, es un decir. Porque a eso de las ocho de la mañana, más que de amanecida, el cielo tenía tono de reverbero, entre amarillento y candilazo, con un rum-rum remoto, sordo, amenazante, que sonaba cada vez más, como rodando, como un eco que no se va sino que crece. La gente le echó valor, y empezaron las tracas. Mi pueblo no es Valencia, pero algún valenciano nos tuvo que dejar la afición porque mi pueblo no sabe vivir ni sentir sin cohetes. Menos en los entierros, para todo lo demás hay un cohete a propósito. Media docenita por cualquier cosa, cualquier dia, es lo más normal. Cuando son fiestas, mi pueblo es La Batalla de Vitoria de Beethoven (como también hay bandas de música y uniformes, la comparación no es impropia, sino todo lo contrario).

Pues a eso de las ocho, con tormenta en gestación y aproximación, comenzaron los cohetes y las tracas. Una hora, hasta las nueve, sin parar. Dicen que es para que la gente se despierte, muy fina la ocurrencia. De hecho es tan efectiva, que a los diez minutos de tracas y cohetes, no hay cuerpo que siga en cama. Y todo tiene su gracia y querencia. Por ejemplo, un despertar con olor a pólvora entrando en el cuarto por debajo de la persiana del balcón, es una delicia que me rejuvenece titantos años. Y un desayuno con chocolate y calentitos, café y brazo gitano, con suave aroma a traca y cohete en el ambiente, es una exquisitez que ni en el Versalles de la Pompadour.

Pero ni la cohetería ni la carga bombardera de la tracas pudieron impedir el amenzante tormentazo: A las nueve y cinco, relámpagos y re-truenos, el cielo más cerrado que un banco en quiebra, y una manta de agua que rebosaba las alcantarillas. Diez minutos duraría.

A las nueve y media, con las calles escurriendo agua por la regueras y las canales, íbamos con nuestras medallas puestas para la Misa. Iba a ser un "pontifical", en un tablado, en la plaza, con doseles y parte de las gradas de plata del Altar de la Novena, un montaje espléndido, de alta priostía sevillana. Los de la Hermandad, con todo pesar, no se arriesgaron a que otro chaparronazo repentino nos empapara el Pontifical, y prepararon la Misa dentro de la Ermita, allí mismo, improvisando lo que no había y acomodando a la gente cómo podían. No se cabía. La ermita es de buen tamaño y tres naves, pero había gente para llenar cinco ermitas de cinco naves. La mayoría se quedó en la puerta, extendiéndose a la plaza, con las mujeres vestidas de flamenca y los hombres de chaquetilla corta. Los curas emepzaron la Misa dentro, con el coro cantando como podía, entre la estrechura de la gente y los curas. La Comunión, más estrecha todavía, con apuros para llegar y volverse a su sitio.

Acabó la Misa, con la bendición del Sr.Vicario. Y la gente mirando al cielo panza de burra, con esas nubes bajas que parecen deshacerse en humo de tahona, pesadas. Pero había que seguir. La gente en el porche de la ermita, arremolinada.

- ¡Ya llega la Carreta! La Carreta bajaba por la cuesta la Badila, campanilleando; los bueyes de la yunta eran blancos, salpicaos en colorao, con sus frontales de plata. Y la Carreta era digna de ver, con rosas amarillas, rojas, blancas, rosadas, todas formando ramos en la delantera y las jarras de plata de los costados. La Carreta de Plata era el centro de la fiesta del dia, porque en ella se coloca el Simpecado y se lleva por todo el pueblo, con la gente cantando y bailando alrededor, y los caballistas delante, y detrás los coches de caballo, y los charrés de mulas, y una banda de música delante y otra detrás. Y el cielo tormentoso, más que cuando empezó la Misa. Y era la hora y había que salir.
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Por fín se alzó el Simpecado, y ya lo traían a la puerta. La gente rompió a decir vivas y vivas y vivas y vivas y vivas...Y más vivas! En mi pueblo somos expertos en vitorear, un caso especial sin parangón a su altura. Sin exageración.

Cuando estaba el Simpecado en el umbral de la ermita, cuando iban a ponerlo en la Carreta, una de las Nicolatas (una de las mayores, Manuela, me parece que se llama) se pone delante del Simpecado, con los brazos abiertos, las lágrimas corriéndole, y diciendo a gritos:

- "¡¡¡No nos hagas esto, Madre mía, no nos hagas esto!!! Mira como te hemos puesto el pueblo. Tó es pá tí, pa tu gloria, tó es pa tí! Que nos parece poco tó lo que damos, que nos quitamos los lujos pa dártelo a Ti, Reina, que eres nuestra Reina. No nos hagas esto! Que tú eres la que mandas allí arriba, que el Señor te subió al Cielo y en el Cielo mandas Tú, Reina, Reina, Reina!

El último Reina! se engarzó con la Marcha Real, porque ya ponían el Simpecado en la Carreta, con mas Vivas! y más clamores por el estilo del de Manuela la Nicolata.
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Cuando volví a casa, eso de las dos y media, mi tía (que está de luto y este año no sale a las fiestas) me pregunta: - "¿Cómo va la Carreta?" Y se lo cuento y le digo que ni una gota, que hasta ha abierto el nublado y en la Calzada salió el Sol, con un calor, y...Y mi tía, comenta por lo bajo, con todo el aplomo de sus ochenta y cuatro: "Ella no nos deja nunca!" Y siguió poniendo la mesa.

En la cocina, delante de un cuadro de la Virgen, un tazón de aceite con tres mariposas que chisporroteaban su antífona (o sus Vivas!) habían sido las "aliadas" del rezo de mi tia. Y como ella, no sé cuántas más por el estilo, en sus casas y "sus labores", con sus lutos y sus cosas. Pero todas tan seguras de lo que puede Esa que tienen tan tratada, tan amada, tan rezada, tan llorada también. Cuando le rezan, cuando le dicen "...Reina y Madre..." lo hacen con toda conciencia y consecuencia.

Viva!!!

p.s. Breve crónica de pequeñas pasiones, con doméstico milagro pueblerino, con trombas de agua e inundaciones por Andalucía entera. Menos en mi pueblo. (Viva!!!)

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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Bellarmino, de controversiis


Es de esos Santos católicos netos. Su perfil es tan católico, tan romano, tan tridentino, que la causa se le atascó (eventualidades del tiempo, las circunstancias, los hombres, las políticas, las oportunidades) y no salió Beato hasta tres siglos después, bajo Pio XI. Después el acelerón fue notable y en 1930, Santo. Y en el 31, Doctor de la Iglesia.

Que es lo que había sido desde que sus superiores de la Compañía le descubrieron sus valiosos y brillantes talentos: Un doctor de, en y para la Iglesia. Cuando empiezan a publicarse sus Controversias, los protestantes llegaron a pensar que detrás había todo un equipo de eruditos, porque se resistían a aceptar que semejante caudal de "respuesta" se debiera a un sólo hombre. Pero todo era del Bellarmino.

De Controversiis era la cátedra que le encargaron en el Collegium Romanum. Tan bien enseñaba, tanto sabía, que al poco estuvo metido en casi todo lo que perfila aquella época apasionante, desde la célebre comisión de Auxiliis, a la revisión-reedición de la Vulgata (malograda por la "ligereza" de Sixto V, y que finalmente se publicaría bajo Clemente VIII, con prefacio compuesto por el mismo Bellarmino). Intervino en el proceso de Giordano Bruno, y también en el de Galileo; con todas las inevitables consecuencias para el primero y aconsejando prudentemente al cabezota Galilei (que poco caso le hizo).

En política, le tuvieron manía tirios y troyanos. Enseñaba que la potestad jurídica del Papa sobre los reyes y príncipes era sólo indirecta (y Sixto V rabiaba); y también enseñó que la monarquía no era una institución de derecho divino, y temblaban de cólera las coronas y quemaban públicamente sus libros en las capitales de la Europa pro-absolutista. Controversias con ingleses, con franceses, con españoles, con venecianos...Siempre controvertido Bellarmino.
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De las mejores ocurrencias de su anecdotario, la explicación que dio cuando mando descolgar y retirar los tapices de las salas que ocupaba: - "Las paredes no tiene frio", dijo. Porque siempre tuvo buen humor, y el genio simpático, y el bolsillo desprendido y siempre abierto. Y la dieta mediterránea; o mejor dicho, espartana, con mucho pan y ajo. Y catequista, y diplomático (a pesar del ajo) y director espiritual. De casi todo, y todo haciéndolo bien. Un caso.

En el summum de lo extraordinario, murió cardenal y sin dinero. Con lo que quedaba después de sus limosneos, apenas pudieron pagarle los gastos del entierro, que fue de noche para que fuera más discreto. Y así y todo, Roma entera estuvo en su entierro. Está en Sant'Ignazio, pegando a la espalda del Collegium Romanum donde enseñaba magistral.

La oración colecta de la Misa, le hace honor y le cuadra estupendamente:

Señor, tú que dotaste a San Roberto Belarmino de santidad y sabiduría admirable para defender a tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, la gracia de vivir con la alegría de profesar plenamente la fe verdadera. P. Ntrº Sñºr. Xtº...Amén.

Destaco, recalco, remarco: profesar___ plenamente___la fe verdadera.

Ahí quedo! Y con alegría (con artículo determinado: la alegría). Es - por si no lo han notado - una de las más patentes y rotundas oraciones católicas de entre todas las del Misal, el Eucologio y el Santoral. Como le conviene al Santo Roberto Bellarmino. Como conviene que no olvidemos los que profesamos plenamente la fe verdadera (con su correspondiente alegría).

+T.

martes, 16 de septiembre de 2008

Reviewing the Situation



Así estaría yo si fuera banquero, empresario o financiero: Reviewing the situation. Algunos agoreros dicen que el crack del 29 va ser un caramelito de menta comparado con la que se va a armar. No sé, porque yo no sé de estas cosas y tengo una aprehensión muy vaga de la economía y sus misterios. Es algo de familia.

Llevo los genes de mis bisabuelos, señoritos despreocupados, perezosos de fortuna, herederos tranquilones. Si se averiguara y rastrearan las ramas del árbol genealógico, considero muy probable que exista alguna remota conexión que remate en aquellos Reyes Holgazanes de los Merovingios, estoy convencido. Mi bisabuelo doble Don Antonio, dejó memorable una salida que tuvo en la notaría: -"¿Y voy a arder en el infierno por una herencia?!" Eso dijo. Y se quedó sin la herencia, que se llevó un primo desalmado. A la familia le quedó la anécdota, casi un refrán familiar que todos hemos aprendido, con su hidalga gracia.

Lo de condenarse por la economía es un capítulo de la moral cristiana. Muy olvidado, por cierto. Así como los pecados de la carne están siempre muy penados, los del dinero están prácticamente olvidados. Antes, no había Concilio general o provincial que no condenara la usura, era casi obligado. Al final, entre los cánones, aparecía inexorable la condena de los préstamos con interés. Pero ya no. Ya no hay Papa ni Concilio ni Obispo que se atreva, dado el "sistema" en que vivimos (y nos dejamos vivir). Y casi nadie lo recuerda, todos parece que lo han olvidado. Por ejemplo, de San Juan Crisóstomo, que se celebró el otro día, se recuerda su doctrina teológica, pero se pasa como sobre ascuas tocante a su "doctrina económica", tan severa (y tan cristiana).

Reconozco que la gestión económica es un problema, un gran problema. Entre las Parábolas del Evangelio, me inquieta especialmente aquella de los Talentos. Cuando sale y me toca "examinarme", me afecta. Además sostengo que está incompleta (Kyrie, eleisón!) porque me parece que falta un "tipo", un personaje: El que pierde el talento por ser un incompetente o irresponsable o frívolo...o lo que sea. Yes. Porque esos existen, que lo sabe cualquiera y el mundo está llenito de perdedores de talentos, pobrecillos. Intuyo que, como el Señor tiende al perdón de las deudas, más bien, obvió el caso para no alentar la frívola irresponsabilidad de los incompetentes, pobrecitos. De todas formas, sea lo que sea, ahí está la Parábola, animando al negocio y la inversión de los talentos. Y también son "económicas" las Parábolas de la Perla, y la del Tesoro Escondido. Y con un matiz laboral-sindical originalísimo, la de los Obreros de la Viña. En fin , que los caminos y el estilo divino no son los de los humanos y sus cosas.

Por eso una "revisión" económica secundum fidem/secundum Scripturam no se aviene, no encaja bien, es dificil concordar con las operaciones, leyes y parámetros de la economía intra-mundum. La consideración "sub especie aeternitatis", lo pone dificil. De lo que se deduce - more cristiano - que mi bisabuelo Don Antoñito tenía más razón que un santo cuando prefería perder aquí que más allá.

Recapitulando y volviendo al encabezamiento, diré que me gusta mucho la escena del Oliver! de Carol Reed, con Ron Moody haciendo de Fagin, cantando ese gracioso número, "Reviewing the situation". El sórdido personaje de Dickens se reversiona en el musical y resulta menos siniestro, más "empático". No tiene un final trágico, como en la novela, sino que sale de escena del brazo de Truhán, y se van alejando por una calle, cantando y bailando, mientras reviewing your situation.




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domingo, 14 de septiembre de 2008

A buenas horas

A buenas horas mangas verdes! Eso es lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando he leído la noticia: La Iglesia anglicana pide perdón a Charles Darwin. También pegaría decir el castizo "Que le quiten lo bailao" y lo criticado, las puyas y los espoleos. Tampoco vendrá mal recordar cuánto sermón y sofocón en vano, cuánta apoplejía malgastada y cuantísimo berrinche para al final cantar la palinodia. Termino el párrafo asumiendo otro par de refranes: A lo hecho, pecho; y con más orgullo que Don Rodrigo en la horca. Con un par!

Pero no estamos en época de esos "pares". Lo unisex y el tolerancismo se imponen de tal forma, que las afirmaciones más recias de ayer se templan hoy con declaraciones que falsean lo que pasó y se desdicen del pasado y sus protagonistas, como si se soplara sobre figurones de humo. Pero no son humo.

A mí me hace gracia, me cae simpático, el tremendo Samuel Wilberforce (véase la caricatura y entiéndase al personaje y su "estilo") arremetiendo desde su anglicanísimo púlpito de Oxford contra el más bien tímido Dr. Darwin (que me cae muy simpático, por otras razones; lo he comentado hace poco a propósito de otra entrada en este blog). Aquella tensión, aquella reacción, tuvo que ser así, forzosa y coherentemente así. Y tan serio y respetable es el Darwin que observa y concluye y publica, como el Wilberforce que se alarma y clama tonante. Pretender siglo y medio después poner árnica en la herida, es una ridiculez de pazguato acomplejado, con muy poco del carácter firme y apasionado de aquellos formidables y batalladores clérigos y científicos victorianos.

La paradoja, además, es que sea la Iglesia Anglicana la que se desdiga y ponga en entredicho a su propia y antigua Jerarquía en un intento de reconciliarse con un pasado imposible de re-actualizarse. Digo más: Muy desconcertada debe andar la Jerarquía actual para enredarse en tales dimes y diretes del antaño de sus bisabuelos. Pero son nuestros tiempos.

A la Iglesia Católica le viene de más largo lo del "caso Galileo", que si yo fuera el Papa habría mandado al cuerno con cajas destempladas, sumaria y definitivamente. La semana pasada leí por ahí, no sé dónde, una noticia que me alegro: Que al final no iban a poner en los jardines del Vaticano la estatua de Galileo que había donado no sé quién. Perfectamente! Con lo que joden a costa del viejo cabezota, como para que encima le dediquen estatua con regodeo en el patio de casa del paciente sufridor, faltaría más!

Me gusta la historia tal cual ha sido. Y me gustaría haber estado en una de aquellas inflamadas controversias. Fue una época fascinante, y ya he dicho que me resulta tan atractivo el perspicaz y genial Darwin, como el fogoso Wilberforce.

A los Wilberforce les conozco más que a Darwin, por Newman, principalmente. De casta les venía ser ardorosos defensores de altas causas, como su padre William W. que combatió contra la esclavitud, y la vio finalmente abolida en Inglaterra. También fueron apasionados en religión, Samuel, el anti-darwinista, como obispo anglicano de Oxford, y su hermano Henry, uno de los más conocidos miembros del Movimiento de Oxford y famoso converso católico del grupo de Newman.

Por cierto, casados cada uno de ellos con una de las cuatro famosas hermanas Sargent (que siempre que salen a relucir se las nombra así: "las famosas hermanas Sargent"), tan ligadas a la historia y los personajes del Movimiento de Oxford; las otras dos se casaron una con George Ryder, futuro oratoriano, confratre de Newman en Birmingham, y la otra que fue esposa del que acabaría como obispo católico de Westminster y Cardenal Henry Manning (tan tremendo como su cuñado Samuel).

Me agrada terminar con esta semblanza amablemente doméstica y romántica. Hombres que amaron, que pensaron, que polemizaron. Pero hombres al fin: Un respeto para ellos y sus luchas, y no se pidan perdones con y por bocas extemporáneas, extrañas a las de los protagonistas de la historia (de esta y de otras).
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p.s. Que se me ocurre pudiera ser que fuera otra afloración del síndrome memoriero-historiero que aqueja a nuestro monclovita, que gobierna la España de ahora con la mente capta por el abuelete que perdió la guerra que él quiere ganar ahora para su abuelete. Más o menos. Pero pudiera tratarse del mismo espejismo (digno de gabinete psicológico y/o tratamiento psiquiátrico).

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sábado, 13 de septiembre de 2008

Exaltación

He tenido que hacer un comentario a propósito de la fiesta de la Exaltación de la Stª Cruz. Como este año cae en Domingo, se celebra litúrgicamente en vez de la dominíca ordinaria. En el Misal de Pablo VI se eliminó la otra fiesta de la Cruz, la del 3 de Mayo, tan tradicional y popular en España (litúrgicamenete sólo se ha conservado en el propio de la diócesis de Granada, y me parece recordar que también en Perú; no sé si en algún sitio más). Sólo quedó esta fiesta del 14 de Septiembre. La Cruz de Mayo conmemoraba la "invención", el descubrimiento del Lignum Crucis por Stª Elena, la madre de Constantino. Esta de Septiembre también se relaciona con el Madero Santo, pues recuerda originalmente la triunfal devolución de la Cruz a Jerusalén.

En el transcurso de una de la guerras entre el Imperio (ya Bizancio) y los persas sasánidas, el año 614, Cosroes II entra en la Ciudad y rapta el Lignum Crucis, que lleva a su palacio de Ctesifonte. Allí permaneció hasta el 628-29, en que el emperador Heraclio vence a los persas y rescata la Cruz, que devuelve solemnemente a Jerusalén. Era un 14 de Septiembre.

Una antigua leyenda narra que estando de vuelta Heraclio en Constantinopla, aquel mismo año, recibió una misiva de un desconocido jeque de la Arabia, que se decía "profeta de Dios", y que pedía al Emperador que se uniera a la nueva fe que estaba predicando por encargo divino. En el 634, Omar, el segundo califa sucesor de Mahoma, avanza por Palestina; en el 636 sitia Jerusalén; en 638 Omar entra victorioso en la Ciudad, que se convierte en el tercer lugar santo del Islám tras La Meca y Medina.

Heraclio apenas reacciona, paralizado por la contundencia y celeridad de los hechos. Los persas sasánidas también han caído, junto con las provincias de Siria y Egipto. Los griegos piensan que es un castigo por el matrimonio incestuoso del Emperador con su sobrina Martina. Un Heraclio derrotista y abrumado se retiraba a Constantinopla, después de unas rogativas que mandó hacer en Antioquía. Cuentan algunos cronistas que al embarcar dijo: -"Adiós, un largo adiós a Siria". Hasta las Cruzadas, cuatro siglos después.

Impresiona todavía hoy la secuencia tan rápida de los acontecimientos, como si la historia se precipitara inexorable sobre los personajes con sus nuevos protagonistas. Diez años van de la Exaltación de la Santa Cruz a la toma de Jerusalén por los árabes, un hecho dificil de asumir para la conciencia cristiana de la época. Oriente no reaccionaría, casi perpetuamente conmocionado por el golpe funesto. Sólo Occidente, un Occidente regenerado cristiano y romano después de la desordenada crisis de los bárbaros, será el que re-emprenda aquel capítulo de la historia, también con el signo de la Cruz como móvil principal.

Lo que me preocupa respecto a nuestro presente, precisamente, es que Occidente ha perdido la Cruz, y no sé qué podrá hacer sin ella, ni cuántos siglos podrán seguir de "hiato" en una historia que desde hace 2000 años está ligada a la historia de aquella Cruz.

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viernes, 12 de septiembre de 2008

Super-majaderos en aceleración

No soy científico. Ni cientifista, of course. Respetando las ciencias (en cuanto sean respetables) y agradeciendo sus beneficios (en cuanto lo sean también), no me entusiasmo por los "avances científicos". En cierto sentido valoro más lo práctico que aportan (técnica?), pero soy quasi escéptico para casi todo lo demás.

Sobre los "hombres de ciencia", tengo que testar antes su compatibilidad respecto a lo que creo y pienso para que me merezcan más o menos consideración. De entrada, les tengo más bien antipatía con toda una buena carga de prejuicios de los que no me desprendo. Esta actitud personal es más o menos la misma que mantengo para con los políticos. Cuando se suman las dos circunstancias (científico+político) la prevención me crece proporcionalmente.

Lo que digo lo comento a propósito de lo del acelerador de partículas franco-suizo, que no sé lo que es pero de lo que me hago suficiente idea para saber de qué va. En suma, un juguete sofisticado como las maquinitas de los gabinetes científicos del XVII o el XVIII, pero más caro y complicado. Y peligroso, según algunos.

Cuando lo de las pilas voltáicas aquellas, supongo que en caso de imprudente contacto del espectador con la pila, a lo sumo sufriría un calambrazo más o menos "tonificante". Y los cocimientos y destilados de alquitara, los matraces efervescentes y las retortas en ebullición, serían tan peligrosas para los circunstantes según y cómo fuera la prudente o imprudente destreza del químico o boticario de turno. Experimentos de rebotica y salón, que se podían montar en el velador de una tertulia para amenizar una soirée científico-musical-bailable con té, café y dulces. Cuando la ilustración, hasta que guillotinaron a Mr. de Lavoisier, estuvieron muy de moda.

Pero esos tiempos pasaron. Desde los experiementos "atómicos" en los desiertos de los EEUU ensayando las bombas nucleares, los grandes de la ciencia han supuesto un notabilísimo peligro para la ingénua humanidad, la que sobrevive a pesar de los riesgos de la ciencia (como no hay estadísticas, no se sabe en qué medida y proporciones; ni con qué efectos, irreparables o no).
Cuando estos dias leía lo de los "micro-agujeros negros" y las catastrofistas eventualidades del experimento del acelerador, reflexionaba cuán cerca estamos siempre de un final imprevisible, de esos de "in ictu óculi" y de "cuando menos lo penseis" o de "como un ladrón en la noche". O de una escenita apocalíptica con todos sus perejiles. Que el Señor nos libre!

Desde luego tuviera que ver que el finis gloriae mundi nos viniera por la majadería de una trupe de majaderos más alquimistas que sabios, de esos que cascan el huevo para ver qué tiene dentro y no son capaces de saber sin romper.

Por lo que llevo leído, al final se quedarán sin saber tanto como antes de las aceleraciones, independientemente de lo peligroso o no del experimento, particular este que les importa un pito, a saber. Pero menos me importa a mí lo que valgan semejantes averiguadores, y hasta disfrutaría si se llevaran un susto que les metiera miedo en el cuerpo para los restos. Y en adelante, los experimentos con gasesosa.
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Initium sapientiae timor Domini.



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jueves, 11 de septiembre de 2008

Fragmentos


Estos últimos dias he sufrido la agresión visual de dos o tres pseudo-artistas, de esos que traen los suplementos "culturales" de prensa, de los que salen en la sección de "cultura" de los diarios digitales y demás. Abominable es decir poco si hubiera que decir, porque el lenguaje sufre el desgaste por el abuso en estas circunstancias (en todas). No diré los nombres de los fantoches embaucadores, que bastante propaganda tendrán ya. Para estos casos reivindico y procuro practicar la profilaxis de la damnatio memoriae, tan sana. Tapar la boca y barrer basuras sin dejar rastro.

Algunos se han indignado porque las "obras" de uno de esos estafadores se han expuesto en Versalles. Seguramente que son algunos de los que hace unos años aplaudieron lo de la "pirámide" de aluminio y metacrilato en la cour de Le Louvre. Otra vez lodos hodiernos de polvos de ayer.

Una de las más desasosegantes pruebas del "fondo" cultural de nuestro Occidente es esa instalación profesional de las "vanguardias" en los "circuitos del arte"...y su mercado. Un mercado que merecería una peli de género "mafia", con sus capi di tutti capi y sus maniobras (de las "mamma" y hembras galeristas sólo diré que están a medio camino entre las Gorgonas y las muñecas de comic y graffiti, hechiceras de la mala casta de Circe, por lo menos. En España sufrimos unas cuantas dignas de exposición y museo de cera).

No recuerdo bien cuando descubrí el valor de lo fragmentario a la hora de medir la consistencia y la calidad de algo. Quizá cuando estudiaba bachillerato y me embebía las ilustraciones del Pijoan. El arte verdadero, el indiscutible, permance siempre en la obra hasta tal punto y con tanta intensidad que un fragmento te emociona a pesar de ser la parte restante de un todo muchas veces perdido y hasta desconocido. Un trozo de cerámica, el fragmento de mármol o bronce de una estatua, un retazo de pintura mural, de un fresco, de una tabla, de un mosaico...Todo eso que a pesar de ser un mínimo conserva y transmite toda la grandeza de lo que fue, concentrado en una partícula que es significativa y valiosa estética-artísticamente. Y el que sepa el arte, sabe lo que digo.


No sólo me refiero a las artes plásticas, también digo lo mismo de la música o la literatura. Basta un fragmento para reconocer lo bueno, lo verdadero, lo bello. Un trozo de papiro escrito, una página de música con unos compases pautados, una hoja con unos versos corregidos y retocados. Un universo de belleza en un poco, un detalle.

Con los adefesios expuestos de esos dos timadores que decía, merecería hacer en público la "prueba del fragmento". Uno exponía un becerro embalsamado dentro de un cubo de metacrilato, con las pezuñas y los cuernos dorados con pan de oro: Que le corten una pezuña y que la pongan entre la basura, a ver quién es el mentecato que descubre "arte" y distingue el desperdicio corriente de la pezuña bovina del pseudo-artista. Otro expone figuras de goma y plástico hinchado, como globos de feria; que corten el invento y que dejen la goma o el plástico desinflado en una esquina, a ver quien recoge ese "arte" y se lo lleva a casa para "contemplar". El exámen del fragmento, como una prueba de dopping, un contraste de falsedad.

En Sevilla es legendaria la anécdota del "Bronce Carriazo". Una pieza de ese enigmático y poco estudiado "Arte Tartésico" que Don Juan de Mata Carriazo descubrió entre los cachivaches de un puesto del Jueves, en la calle Feria. El chamarilero se lo vendió creyendo que era el adorno suelto y oxidado de una cama vieja. El sabio supo distinguir un fragmento y su valor, casi como un personaje de una parábola evangélica.

Un mundo confuso y abyecto, donde faltan connaisseurs, sobran tunantes, y escasean las obras "fragmentables" de verdad, bondad y belleza, esas que resisten el exámen inexorable de una parte respecto al todo:

Lo magnífico y espléndido de verdad, es también toda su verdad en un fragmento reconocible.

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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cuando el destino nos alcance

Tendría 14 ó 15 años cuando la ví, y no la he vuelto a ver entera, pero es de esas pelis que te impresionan, que no son de tus favoritas pero que las recuerdas porque pasan cosas que son casi como las de la peli. O temes que pasen, porque las ves venir.

La peli se llamaba "Cuando el destino nos alcance" , del director Richard Fleischer, con Charlton Heston y Edward G. Robinson como protagonistas. Describe un mundo del futuro (a. 2022), con una super-población paupérrima, amontonada en una ciudad colapsada, sórdida. La gente come un producto que se llama "soylent". Una sociedad masificada, sin apenas resortes morales, se deja llevar a ningún sitio. A los que quieren, se les ofrece una "salida digna".

La escena más inquietante es la de E. G. Robinson preparado para su "suave tránsito", en una estancia impóluta, acostado en una camilla. Le inyectan un jeringazo letal, mientras en una pantalla aparecen imágenes idílicas de un mundo feliz y pasado, que ya no existe: La más atractiva naturaleza antes de ser degradada por la acción de los hombres, bellezas naturales, paisajes, mientras suena la Pastoral de Beethoven. El hombre llora emocionado y va cerrando los ojos; se duerme conmovido por lo que ve y lo que oye, muriéndose, todo a la vez. Luego, el cadáver es transportado en una cinta mecánica a la fábrica donde elaboran con despojos humanos el "soylent" que consume la población.

Algo así va a pasar. El primer "tránsito" a las nuevas formas de muerte ya existen. Los hospitales y la unidades de uvi y uci han acostumbrado a la gente a dejar la vida y la muerte propia y ajena en manos de médicos y enfermeros. Los tanatorios son la otra institución que releva a la familia y se encarga de la gestión funeraria. Que una institución más se sume a estas dos y ocupe ese "intermedio" fatal de forma tan expeditiva, cómoda y aséptica como estas dos, será cuestión de tiempo. Otra oferta más que tendrá éxito inmediato.

No nos educan bien para vivir, y nos educan aun peor para morir. Y esos "vacios" de vida y muerte se están ocupando por gentes e instituciones que degradarán aun más todo lo refernte al vivir y el morir.

Tengo claro que la gran apostasía de nuestro Occidente post-moderno está radical y culpablemente implicada en lo que se nos viene encima. Se vive sin Dios y contra Dios sin advertir (?) que a la postre todo se resuelve contra la vida y contra la muerte, sin sentido la una y la otra porque desde el principio se ha escogido en contra de la una y la otra, actuando contra lo que les da sentido, negando lo que sostiene vivir y morir.

Si no se conoce y confiesa a Dios (a Cristo) Señor de vivos y muertos, el señorío del vivir y el morir se sub-arrienda a un mundo y unas instituciones patéticamente abocadas a lo mismo de lo que se huye, en una vorágine de sin-razón demente.

Lo peor es comprobar que hay que hacer apología, que estamos ya tan afectados que nos vemos obligados a razonar con la sin-razón.

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martes, 9 de septiembre de 2008

Doña Matilde


Estoy convencido del carácter que el nombre impone al que lo lleva. Y muy particularmente distingo el fenómeno en las féminas. Así, una Concha es tremenda, y una Lola lo mismo. Las Pilares son generalas con mando en plaza, y las Cármenes hacen honor a su nombre con poderío de rompe y rasga. Hay excepciones. Pero la observación fenomenológica me confirma de manera irrefutable la impresión. De entre las más notables, las Matildes.
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Me gustaría ver y comentarme (me fatiga comentar a los otros pero me solaza comentarme ad intra) la exposición recien abierta en el Vaticano sobre la Condesa Matilde, muy señora mia a la que profeso admiración y simpatía, que lo cortés no quita lo valiente (ni viceversa). Desde la lejania del milenio que nos separa, Matilde de Canossa se me perfila como una Matilde con toda la idiosincrasia matildista, aumentada en este caso por la formidable entidad del personaje y su época. Los hechos lo confirman.

Tenía detrás, apenas cerrado, el terrible Siglo de Hierro, aquel que va entre el X y el XI, con sus flecos de años más o menos por uno y otro extremo. Se le llama así en la Historia de la Iglesia a aquel periodo del Pontificado Romano que conoció episodios tan increíbles como el Concilio Cadavérico y otras amenidades por el estilo. Durante aquellos años, emergieron algunas hembras sin parangón, como la célebre Marozia, de la casa de los Teofilacto, matriarca de Papas y árbitro de las circunstancias. Pudo con todo y con todos. Y lo chocante es que no se sepa más, porque con lo poco y casi siempre poco contrastado que se sabe (Liutprando scripsit), uno se queda con ganas de saber más sobre la dominadora Marozia y su simpar parentela.

Pues Matilde, un par de generaciones más allá, fue de esa misma o parecida laya, pero más piadosa y con mejores hombres y circunstancias que administrar, regir e influenciar. Ya no es el siglo de hierro de los Papas impuestos, substituidos, asesinados y/o repuestos, aquella Roma con Papas adolescentes, títeres de sus madres o sus abuelas o sus hermanas naturales o políticas (también sus amantes). A Matilde le cupo en suerte tener a su vera a un Hidebrando o a un Hugo de Cluny, por ejemplo. Cuando el severo Hildebrando llega a la Cátedra Petrina como Gregorio VII, donna Matilde se congratuló de haber elegido y mantenido bien sus simpatías y sus amistades. Pronto la probarían por lo uno y por lo otro.


De entre las lides y contiendas que siembran el Medievo, ninguna más definitiva que aquella que se conoce como "La Lucha de las Investiduras", pasión de todo un siglo más o menos resuelta con el Concordato de Worms (1122). Pero antes el feudalismo imperial - casi bárbaro, con frescura de sangre de germanos, francos y normandos - tuvo que medirse con la potencia recien renovada de una Iglesia Romana, que se recuperaba de la postración de un siglo aciago con el vigor y la pasión de reconocerse protagonista primera de la historia, señora y no súbdita, dadora de poder y no vasalla.

Enrique IV es el primero; después vendrían otros. Por ser el primero, le cupo más tensión y más tráuma, pero también más pasión y empeño. Si se figuró que el Papa Gregorio era como aquellos Obispos de Roma corregidos y amonestados por Otón el Grande o Enrique II, se equivocó. Los acontecimientos demostrarían que ni él era como aquellos imponentes Otones, ni siquiera uno de sus predecesores Salios; ni tampoco el nuevo Papa como los del siglo antes.



La humillación de Canossa es un hito histórico, irreversible marca de una Edad Media ya no bárbara, sino en conflicto ad intra, enfrentada consigo misma, como una de esas crisis de organismos jóvenes que entre fiebre y fiebre crecen y desarrollan sus miembros. Yo diría que es el primer paso de lo que ha devenido en nuestros dias Comunidad Europea, con todas sus tensas contradicciones.

Canossa es un Papa perseguido, pero consciente de su razón y su doble fuerza que viene del Cielo pero se ejerce en la Tierra. Y un Emperador que quiere imperar libre de la ligadura eclesiástica y que el poderío terrenal de lo espiritual también sea de su dominio. La historia, tan dramático-política, tiene más capitulos. Son hombres y mujeres sus protagonistas, más allá de los rígidos y áridos conceptos de gobierno del mundo. También había pasiones, tan fuertes y arrebatadoras como los vientos de aquella edad, a dos páginas de los bárbaros.

Érase un Papa apasionado eclesiástico. Y érase un emperador y rey apasionado. Y érase una Matilde, señora de casi media Italia, esposa de un Godofredo el Jorobado que la dejó viuda y más poderosa, luego de cuatro breves años de casorio y jorobaciones. Y estos son los tres de Canossa: El Papa perseguido ha excomulgado a Enrique y se ha refugiado en casa de Matilde. Enrique el perseguidor es ahora un excomulgado, en entredicho, abandonado por los suyos; ha bajado desde Alemania y quiere reconciliarse. Matilde tiene de huésped a Gregorio y trata y promedia con Enrique, con el Papa dentro del castillo y el emperador fuera, en el portón de la muralla, vistiendo sayal de penitente, descalzo y descubierto. Y era Enero. Y hacía un frío medieval.

Oh! aquelos tiempos en que una excomunión estremecía a un imperio y descabalgaba a un emperador. Porque lo emocionante no era que se creyera, sino que todos creían, incluso el emperador excomulgado. Hoy la increencia afecta hasta al excomulgante, que me daba yo con un canto en los dientes si existieran dos obispos 2 que creyeran en los efectos de la excomunión. Y no los hay. Y por eso no hay humillaciones como la de Canossa (tan sanas, terapéuticas y profilácticas) , porque los gestores primeros están en crisis contra su propia esencia y conciencia. Y así nos luce el pelo.
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Un asunto intra-canossiano que discuto, porque no tengo claro el detalle pese a las fuentes, es el siguiente: ¿Quién dejó a Enrique a la intemperie, Gregorio o Matilde? Porque no sé por qué sospecho que fue cosa de ella. Son armas de hembra, me parece. Por muy tremendo que fuera el Hildebrando cluniacense, dejar a un tio en calzones expuesto al frio de Enero, con sus tiritonas, no me cuadra en la mente de un monje por muy Gregorio VII que fuera. Pero en una Donna, en una Contessina, en una Matilde...Ahí sí que cabe imaginarse tamaña crueldad, sabiendo como se reblandece una voluntad a medida que se congelan las glándulas etc. Y seguro que habría humo de chimenea, y luces de candelas, y aromas de asado y olla torturando al soberbio Enrique. Todo dispuesto por Matilde. Seguro.

Canossa venció. Y hubo reconciliación con levantamiento de excomunión, y buenas intencioes, y pelillos a la mar que aquí no ha pasado nada. Pero sí que había pasado. A Enrique, por ejemplo, el enfriamiento de Canossa se le hizo crónico. Al poco, ya estaba otra vez correteando al Papa Gregorio por toda Italia. ¿Y quién salvo esta vez a Gregorio? Un normando, casi un vikingo todavía, un apuesto y rubio Roberto Guiscardo, que rescató al Papa del feroz tedesco y con su gesta protectora civilizó con nobleza a la montuna tribu normanda, que al poco entraría por la puerta grande de la Historia haciendo de los nietos de los vikungos héroes de la Cruzada.

Epílogo. El ocaso de los protagonistas fue distinto: Gregorio, aparentemente vencido, pero vencedor, murió santamente en Salerno, fuera de Roma, en Mayo del 1085. Enrique, vencedor ante el mundo, pero vencido, contradicho hasta por los de su propia sangre, muere en Lieja, en 1106. Matilde, la Gran Condesa, muere en 1115, sin herederos naturales directos, dejando a la Santa Sede como única heredera de su extenso y rico patrimonio en Italia, el célebre Patrimonium Petri que devendrá poco después en los Estados Pontificios, capital de peligrosa y azarosa gestión, a la vez salvavidas y ruína del Papado, según cuándo cómo se mire.


Por eso la enterraron en San Pedro, en pleno barroco, con todos los honores y en tumba del Bernini, como si fuera un Papa, a ella que dejó bien asegurada la tiara de y para tantos Papas:

« Corde pio flagrans Mathildis lucida lampas. Arma voluntatem, famulos, gazam proprianque, excitat, expendit, instigat, proelia gessit. Singula si fingam, quae fecit nobilis ista, carmina sic crescens, sunt ut numero sine stelle. » Vita Mathildis II prolog 2º.


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sábado, 6 de septiembre de 2008

Cine-malevolencias


Tenía intención de hacer una píccola crítica de tres pelis que no he visto y que no pienso ver. Porque son malas, porque van cargadas de prejuicios, porque están hechas con la intención de atacar cosas que para mí valen más que todas las pelis del mundo y el invento de los Lumière.

La primera crítica me la ahorro porque ya la ha criticado un amiguete virtual. Pero diré-le que no entiendo-le cómo ha sido capaz de ver-se el engendro. También le discuto su ponderado artículo, que reconce ciertas gracias a la peli y su autor. Yo opino que cuando prima la malevolencia, huelgan consideraciones favorables. Ponderar la gracia sutil del movimiento de la víbora no es conveniente. Por los riesgos.

La otra peli mala se recrea en un invento de no sé quién que fantasea con dos o tres historietas de vencidos resentidos. El dire es otro resentido más, otro de los traumatizados con abuelete al estilo del fantoche de la z y la p. Los del reparto son los colocados afiliados a la teta del ministerio, los Goya, y las familias de la mafia cinematográfica hispana. Tiran con metralla dura contra los curas, los católicos y la gente de orden y de bien. El héroe es un cagón escondido en una alacena, de esos que temían porque tenían que temer y que si hubieran estado sueltos y vencedores habrían hecho a los otros lo que ellos temían que les pasara a ellos. La peli es cutre en todo, como todo"nuestro cine" más reciente, tan característico hasta en el color de los fotogramas (si pegaran todas las pelis de género "guerra civil-posguerra" filmadas desde los '80, se verían sin sentir el paso de una otra).

La tercera se llama "La conjura del Escorial". Una - dicen- "superproducción". Otra - digo - como el Alatriste, que resultó ser la caca cacarum más cara filmada en España. Historicista pero en la era Zp, es a la España de Felipe II lo que la serie adoctrinante "Cuéntame etc." a la España de Franco: Todo parecido con la realidad es mera coincidencia.

No quiero ni pensar cómo quedarán Felipe II, la Santa Inquisición y la España en cuyos dominios no se ponía el Sol. Por lo pronto, lo que se ve en el trailer de la tele (reafirmo mi tesis de que la propaganda de una peli en Tv es inversamente proporcional a su calidad) son escenas tópicas de la peor leyenda negra reciclada. Tremenda (de mala) tiene que ser.

p.s. Si algún impertinente insensato me replicara que cómo machaco si no las he visto, le contaría que una de mis abuelas jamás comió cierta fruta porque supo que la detestaba desde el mismo momento que se la nombraron: Una intuitiva estimativa que en ciertos casos para ciertas cosas también tiene su nieto.

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viernes, 5 de septiembre de 2008

Capa imperial

La conocí cuando todavía estaba en la sala de la Sacramental, en la Parroquia de Santiago. Era una de esas cosas que se guardan con misterio, que se enseñan con misterio, y que desencantan sin misterio. Cuando la ví, ví que no era más que una capa de coro, de las que sacan para las procesiones los canónigos: Paño de brocado con capillo y orifrés bordados en imaginería. Estaba incapaz. Desde los tiempos del Emperador llevaba a cuestas muchas posturas. Las últimas en tiempo de Muñoz y Pabón y su tío, que la sacaban para la procesión de Su Majestad, por Pascua. Ya por entonces dejó de sacarse, y desde que la Parroquia quedó sin cura y agregada a la de San Ildefonso, la Sacramental la guardaba como uno de esos tesoros de sacristía.
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Han echado dos años en restaurarla, y ha costado un pico. Ya está expuesta en la Catedral, y hoy la han "presentado". La consejera de curtura de la Junta (la curtura es más hembra de un tiempo a esta parte) ha dicho lo que le han dicho, que es lo que luego han repetido todas las agencias de noticias: Que es la capa de la Coronación de Aquisgrán (1520) y que llegó a Sevilla en 1526, cuando la boda del Emperador, y desde entonces está en Sevilla.
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No atino a recordar dónde ni quién ni cuándo, pero yo tenía entendido que fue regalo de Don Carlos a uno de sus nobles , un caballero de cámara, y que después uno de sus descendientes fue el que la legó a la Sacramental de Santiago. Y no sé si deliro, pero recuerdo que me dijeron hasta el nombre del fulanito y todo. Pero que averigüe Vargas, o que la consejera pague beca a un pupilo del partidito y publique tesis. (Y si me paso por exceso de recuerdo que no fue, mejor para mí y mis historias. Además, tuvo que ser así, de todas formas).



No la he visto expuesta, pero por las fotos se ve que ha quedado muy aparente. Hago salvedad de la "ubicación", porque la han puesto en medio de la nave, metida en la urna iluminada. Yo que me aprendí la Catedral cuando todo estaba recogido, en su sitio y al uso, abomino de las modernidades espaciales neo-museísticas. Desde el fatídico '92, desarmaron las sacristías y los roperos y han dejado las naves y las capillas sembradas de cubos de metacrilato y otras abominaciones.

.Me gusta recrear escenas (mis novelas históricas me las monto yo), y la coronación 1ª. la de Aquisgrán, con esa capa sevillana, tuvo que ser como la representan algunos grabados, con todas las limitaciones de la xilografía del momento, pero algo así: Los Príncipes Electores, el estrado con el trono bajo dosel, y Don Carlos con la media melena y la boca abierta. A Don Carlos le duró la boca abierta hasta que llegó a Sevilla y vió a su Doña Isabel de Portugal. Cuando llegaron a Granada, ya no era el mismo: Perdió la pinta de borgoñón y embarneció español, enamoradísimo de su bella prima y señora esposa. Todavía se ven por las librerías de viejo ejemplares del delicioso opúsculo de Mata Carriazo con las cosas de aquella boda imperial en Sevilla y sus tornabodas en Granada. Quizá (y sin quizá) las semanas mejores de la vida del Emperador.

Que no sé si echaría de menos la capa que dejó en Sevilla cuando tuvo que ponerse otra de esas capas clericales para la otra coronación, más solemne. Porque Carlos V se coronó Emperador dos veces: En Aquisgrán primero, y otra vez en Bolonia. En Alemania, el arzobispo de Colonia le puso la corona de Carlomagno, y le aclamaron Rey de Romanos; y en Bolonia, en San Petronio, diez años después, recibió la Corona Férrea de los Longobardos y fué consagrado Emperador del Sacro Imperio por el Papa Clemente VII Médici, el mismo que sufrió tres años antes el terrible Sacco di Roma. Con la coronación se arreglo más o menos el desencuentro entre Papado e Imperio, y pareció que la Cristiandad se reconciliaba en sus cabezas sacro-temporales, cosa tan necesaria habida cuenta de cómo estaba el siglo.


De esa coronación en San Petronio tengo la semblanza tan bien figurada por Múgica Láinez en su Bomarzo. Y casi me veo en la plaza, entre los Grandes de España y el Imperio entrando en procesión; y junto al fascinante Pier Francesco Orsini, llevando torpe y cojeando la vara del palio imperial. .
Lo que no sé si dudar de la competencia de los competentes: Decían en la noticias de prensa que tras mucha averiguación había identificado a los Santos del orifrés, y que uno de ellos era...Santa Juana de Arco!!! Mon Dieu!!! ¿Se imaginan Uds. a la Queen de Inglaterra yendo a coronarse llevando una pegatina de Hitler en el armiño del manto de coronación? Pues algo así hubiera sido que un nieto de María de Borgoña, de Isabel de Castilla, de Maximiliano de Habsburgo y de Fernando de Aragón llevara de adorno en su capa a una francesa valedora de los Valois y quemada por bruja en la hoguera (y cuando todavía faltaban 400 años para que la Doncella de Orleáns fuera canonizada).

Yo no sé si poner en entredicho la sensatez de los investigadores-restauradores o la formación (o el buen oído) de los periodistas, pero alguno-a ha metido la pata hasta el corvejón. Es para sospechar, ¿no es verdad?.

Pues todo eso y más fantasías que me guardo, a propósito de una capa con tanta historia.

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martes, 2 de septiembre de 2008

Echando cojones a la muerte

"Apostanto por"; "ofertando socialmente"; "optando por la modernidad"; con ese lenguaje verborrero del charlatanerío de la piara del capullo en el puño, que ha hecho mala-escuela y que repiten los alcaldes de cachiporra de los pueblos, los judas de paja de las diputaciones y hasta los mamporreros de las asociaciones de vecinos. Como hablan ante los micrófonos y los medios los infra-camaradas del mequetrefe de la z y la p.

Así presentan la última novedad, el último invento, la ocurrencia de apertura para el inicio del curso in-político: "Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte". Tal cual. Con la poca vergüenza del desplante y el descaro, como un torero con patillas a lo Curro Cúchares mirando desafiante al tendido, reclamamndo el aplauso del respetable. Con dos pares de...o como si los tuvieran.

Después de treinta aciagos años de cacicazgo socialista, hediendo a omnímoda corrupción desde la playa de Ayamonte a la punta del Cabo de Gata, la Andalucía que sigue la última entre todas es la primera en montarse una ley mataviejos, para gloria de sus políticos gobernantes y des-gloria de sus sub-políticos de oposición que no son menos nada porque han tocado el fondeo del estercolero del no-ser-no-poder-no-querer-ser.

Y todo lo mismo con los mismos.

No sé cuándo estará lista y vigente la exculpación legal para la impune ejecución de abueletes, suegras insufribles, parientes y trapos viejos en general. Pero va a tener que ver. Me queda la esperanza de que los pingües negociantes de residencias de ancianos protesten, porque se les va el negocio. Mas me temo que el negocio se implemente con una sección de "pasillo de la muerte" en cada residencia, con subvención y complemento de mensualidad. Pero va a tener que ver.

Y vamos p'alante. Porque si Uds. no lo saben en esta adelantada Andalucía vamos ya por la "tercera modernización". Tal cual.

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