sábado, 6 de septiembre de 2014

La ONU de las religiones y otras monumentales paridas

Como Shimon Peres tiene 91 años de circuncisión, dice y propone cosas de nonagenario. Y como el Papa hodierno es PP Franciscus, recibe al nonagenario Peres en vez de mandarle recuerdos con una bendición por valija diplomática. Lo malo, sin embargo, es que nadie se haya reído oficialmente de Don Shimon mandándole a tomar sopas de leche y cambiarse el pañal; lo peor es que la ocurrencia chocheante del susodicho sea noticia y en la mente de más de uno haya quedado archivada como propuesta (palabra talismán tan peligrosa).

El inútil que desgobernó España, ese Zp (vergüenza de propios y extraños), propuso aquello de la 'alianza de civilizaciones', invento que, probablemente, serviría de perdedero de muchos dineros, millones que tan estupendamente bien saben extraviar los agentes de la piara psoera. Resulta curioso que el goy Zp y el circunciso Peres convengan en la construcción de pasteleos monumentales, como si la ONU oficial no fuera ya suficiente sima de humo y niebla.

Lo que no dicen estos ideistas de la internacional-religiosa es que ellos, los promotores, no son religiosos y, además, piensan que la religión y las religiones son un problema, incluso 'el' problema. El problema que obstaculiza sus objetivos (que no son religiosos, huelga notar).

Tampoco expondrán que están convencidos de que la Iglesia es el mayor problema (la Iglesia de verdad, la Iglesia Católica, of course). Se callarán, incluso intentarán persuadir al Papa para que presida religiosamente la mesa presidencial de la religiones, para tenerle cerca y controlado.

Una de las metas de todo enemigo de la religión es controlar la religión para exterminar la religión. Qué duda cabe de que un organismo pan-religioso global facilitaría la aniquilación, pues concentraría el objetivo.

Profundizando en el tema, dejando la utopía de la onu-religión en el limbo de las propuestas, habría que declarar que ninguna religión que se reconozca como tal aceptaría ese gregarismo igualitario co-participante, que significaría, de hecho, su des-legitimización como religión. En el fondo, una onu-religión supondría la negación de lo sobrenatural, la negación de la revelación y su suplantación por un absoluto positivismo religioso que llevaría implícita la tesis de la superación de las religiones y su sustitución por un organismo político en el que lo religioso se supeditaría a la convención pactada de los integrantes. Se podría disfrazar todo ello con formas/formalidades religiosas, pero el ente en sí sería la negación de facto de lo religioso y de toda religión.

Perdón por la perorata, que no pretendía. Pero es que el tema - me excuso - arrastra a la filosoforrea.

Una onu-religión solo se puede concebir por una mente perversa.

A mí me parece perverso que un prócer tan significativo del estado israelí, con la masacre de los palestinos todavía sangrante, vaya a ver al Papa y proponga una onu-religión. Shimon Peres me parece un trujamán impúdico, un viejo indecente.

PP Franciscus me parece lo que él mismo se empeña en parecer; hoy más patético que ayer pero menos que mañana.

Comentando en el sermoncete de Santa Marta la parábola de los odres, como cualquier cura post-conciliar, con exégesis de charleta de jesuita del montón, con la ligereza que acostumbra, parloteó sobre la necesidad de cambiar estructuras eclesiales, él sabrá (o no) cuales y cuantas.

Uno de los articulillos que resumía el sermoncete, concluía así, recalcando las palabras de PP Franciscus:

"...El Evangelio -insistió Francisco- ¡es novedad! ¡El Evangelio es fiesta!..."


...Y yo no sé qué decir porque temo decir lo que decir no debo.


+T.


p.s. Tres enlaces

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