Uno de los fiascos de la reciente política andaluza fue el espectro Pimentel, que salió a escena e hizo mutis por el foro con más ruído que nueces y sin pena ni gloria sino todo lo contrario. Las tenía claras el muchacho (y el que lo recomendó y el que le hizo sitio en el gabinente gubernativo y el Banco Azul, también: Todos muy acertados con el mozo).
El mocito pinturero se guardaba una vocación más literaturera que politicantista, como el otro aquel que lo que quería de verdad era ser torero-torero-torero; otro acierto ppero para la antología de las perspicacias políticas y el curriculum del parto de los montes. Y como escribir escribe cualquiera (verbigracia el que esto escribe, mismamente) pero publicar y sacar al escaparate de las librerías sólo los enchufados del sistema y el partidete mediático (escriban lo que y como escriban), pues el Pimenteles (ele!) ha publicado una "novela histórica", que es el género generorum preferido y favorito de los noveleros de esta depravada generación.
Para estupor de los siglos y regodeo del foro de lectores del universo mundo, el héroe de la novela historiquil-pimentelera no es el Cid, ni Don Pelayo, ni siquiera Don Rodrigo o la Cava o el Conde Don Julián. Non et non et non, señores y señoritos, que están Uds. más atrasados que un cromagnón altamireño. Non! El héroe de la pimentalada es....Un moro! Un moro de la morería más morista de toda la moreridad; un moro que se pasea por los sitios más profundamente morunos comiendo pinchos (morunos) y tomando sirope (de moras). Huelga decir que saldrán harenes, danzas del vientre y de los siete velos, y pérfidos eunucos (o no pérfidos, que hay que andarse con cuidaddo con el lobby de los ya se sabe quiénes). Y cuscúz y té con yerbabuena.
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Digo yo, que todo esto es conjetura mía y adaptación fantaseada del género producto de mi imaginante imaginativa. Nada más.
Pero a lo mejor me equivoco, y la novelona pimentelona esconde un alegato vibrante y vindicativo de la España de la Reconquista con épica exaltación de las Navas de Tolosa (18 de Julio que fue).
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p.s. Por cierto, a mi "Tombuctú" me suena a aquellos destinos remotos adonde mandaban a Mortadelo, a Rompetechos, a Anacleto, a Zipi y Zape, a Carpanta, etc. que siempre que se escapaban por los pelos se iban a Pernambuco, Tegucigalpa, Beluchistán, Cochinchina...o Tombuctú (supongo que la vocación literaturera se le despertó al autor leyendo el Tiovivo, el Pulgarcito o el Din-Dan).
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