Allá por el 1868-69 corrió por los cenáculos revolucionarios madrileños un opúsculo satírico-pornográfico que se atribuye - con bastante seguridad - a los hermanos Bécquer. Se titulaba “Los Borbones en Pelotas” y se trataba de un álbum con caricaturas porno-grotescas estilo a las del inglés Gillray (aunque menos inspiradas y de peor gusto). Da vergüenza ajena imaginarse al melancólico romántico sevillano muriéndose tísico y garrapateando ripios soeces para las ilustraciones que dibujaba su hermano sobre la Borbona y su camarilla cortesana y política. Los Bécquer la palmaron pocos meses después, poniendo una nota todavía más estrambótica a la indecentísima publicación que, a lo sumo, valdría para pagarles los gastos del entierro al dibujante Valeriano y al letrista Gustavo Adolfo. Paradojas de la vida.
En las ochenta y tantas estampas ideadas por los Becquer brothers, además de Dª Isabelona salía perjudicadísima la Iglesia, porque otra de las dianas de los dardos vulgares de la sátira eran los obispos, curas, frailes y monjas. Entre ellos el mortificado confesor de la Reina, el Obispo Antonio Mª Claret, y la célebre Sor Patrocinio, todos salpicados por la basura de la Corte, la política de los favoritos, y los trajines de la alcoba real. Los “efectos colaterales” de ciertas críticas suelen rematar en la Iglesia, asociada en la mente de muchos a todo lo que pasa cuando es malo (e ignorada por los mismos cuando se trata de las habituales cosas buenas de la Iglesia). Lo de siempre.
Suelto este rollazo pedante por lo de la campaña contra el Rey por lo de la firma de la ley: ¿Piensan ustedes de verdad, de verdad, que el rey es el culpable, el malo, el autor, productor y gestor de la ley por ser (tener que ser) el firmante de la ley? Yo pienso que el que piensa eso tiene un prejuicio contra el Rey (o la Monarquía) y le supura por ahí, como una excusa más para afirmarse en su manía contra el Rey (o la Monarquía).
Algunos se han quedado con el recuerdo del pusilánime Balduino, que protagonizó una de las hipocresías más clamorosas de la historieta contemporánea. Me refiero - ustedes lo sabrán y recordarán - a cuando suspendió sus funciones reales unas pocas horas para no firmar una ley abortista que habían sacado adelante en el Parlamento belga. Pasado el periodo de “suspensión", Su Escrupulosa y Real Majestad Don Balduino volvió al trono para seguir siendo el Rey de Belgica abortista y abortante, con la conciencia tranquila porque él no había firmado. Repugnante, pienso yo (y más todavía cuando le montaron, cuando se murió, un funeral de gloria, todos vestidos de blanco, la Reina Fabiola también, como si en vez de en unas exequias estuvieran en un bautizo; patético con toques de ridículo y plano inclinado al cómico).
Al Rey de España le toca firmar lo que le pongan por delante porque ese es su oficio. Yo no le echo encima más culpa que la que pueda tener el que fabrica la tinta con la que se firma la ley, o el que hace el papel sobre el que la imprimen: La firma es un elemento más y el Rey otro (elemento). Esto no es discutible, porque es así. Guste más, guste menos, o no guste. Ese es el sistema “constitucional” y sanseacabó.
Por supuesto que me gustaría un “Rey Mártir", un remake de San Hermenegildo rechazando la comunión arriana y presto a morir por la Fe Católica, con dos pares y como Dios manda. Pero aquí, en España, con los obispos de baculazo-y-escondo-la-mano, ¿va a hacer el Rey más de lo que hacen los Obispos??? Anteayer mismo, el dia 31 por la tarde, en la ceremonia de la Apertura de la Puerta Santa del Jubileo de Santiago, entre los “invitados oficiales” al acto estaba Pepiño Blanco en carne mortal, hecho y derecho. Y cincuenta obispos con mitra, y el Arzobispo de Santiago y el Nuncio de su Santidad…y ninguno pió ni mandó a su casa con viento fresco al Pepiño ¿Me explico? ¿Se me entiende? ¿Se me sigue? Pues eso.
En España, al Rey y a la Monarquía no les tienen simpatia casi nadie. Unos porque son caudillistas melancólicos, otros porque son republicanos nostálgicos, los demás porque pasan de todo esto y lo mismo les da que gobierne el Dalai Lama o el cuñado de Obama (existe también una exquisita y romántica minoría que no quiere a este Borbón porque quieren a otro Borbón, paradoja que nunca me ha sido suficientemente resuelta y razonada, tengo que decir).
Tengo que decir también que a este Borbón que reina le tengo tan poca querencia como se merece, apenas la justa por razón de prójimo. Pero eso es a la persona, al indivíduo. Porque a la institución le profeso un alto aprecio, muy grande. Cuando sale este punto, para espolear a los detractores, me gusta recordarles que nosotros, los Cristianos, tenemos el concepto de Rey-Reino en la médula del Credo y del Dogma: Que rezamos “venga a nos el tu Reino", que celebramos a “Cristo Rey", que predicamos el “Reino de los Cielos” etc. etc. etc.
Me pueden responder que eso es distinto a los reyes y reinos de la historia y del mundo, los del pasado y los actuales, que no tienen nada que ver con el Reino de Dios. Pero yo insisto: Se ha revelado y se nos ha transmitido ese concepto “Reino/Rey” y no se nos ha revelado la “república de los cielos” ni que Dios sea su “presidente".
Digo todo esto con toda la ironía que cabe, pero con igual seriedad: Con su analogía, Reino-Rey-Realeza son conceptos inscritos en la fe; república y presidente no (aunque algunos eclesio-populistas lo disimulen hiper-valorizando el concepto de “Pueblo de Dios", que se entiende rectamente siempre que mantenga el orden jerárquico fundamental y no sea excluyente).
Precisamente la intención que corre por ahí es excluyente: Se embiste al Rey para excluir lo que representa y suprimir la Monarquía e instaurar una republica-ca. La 3ª Republica-ca es lo que tienen en mente en la Moncloa…y también en Génova. Y no digo dónde más, para no arremolinar otros gallineros, muy susceptibles. Pero no se imaginan ustedes (o sí) en qué sitios (y hasta sitios santos) se rastrean huellas filo-republicanas.
A mí la republica-ca me suena y me huele a estrépito, sangre, quema de iglesias y matanzas de curas. Todo eso que pasó cuando la 1ª y se repitió cuando la 2ª y que temo se reproduzca si llegara una 3ª, Dios no lo permita.
Tocante a posibles “presidencias de republica-ca” me da horror imaginarme una niña gótica sentada con su papá y su mamá en el Trono del Palacio de Oriente (también me dio horror cuando la hija de la Botella se casó en El Escorial, Panteón de los Reyes de España). Una y otra cosa me dan escarrapelos.
En España no se ha fomentado el aprecio por la Monarquía, una institución que no es sumable a las otras instituciones, que no se puede meter en la misma carpeta que las demás. La Monarquía de España conecta el siglo XXI con la Historia, una Historia que ha sido tan marcada por lo Católico que hasta lo llevan en su título nuestros Reyes. Por “detalles” como este, se entienda o no, arremeter contra el Trono termina rematando en ataques contra el Altar. Tenemos encima demasiado historia juntos para desprendernos de esa conexión secular, que perdurará en la memoria (como perdura, aunque ya no exista, la asociación de Inquisición-Iglesia).
Si se tiene en cuenta que los socialistas, desde que llegaron al poder, han ido minando poco a poco todas las instituciones históricas y tradicionales, servirles munición contra la Monarquía atacando al Rey porque timbre una ley ideada y fraguada por los socialistas y comunistas y aprobada en el Parlamento, es un despropósito. Se apunta el cañón al objetivo que no es. Los malos son los sociatas. El enemigo es el partido/los partidos. Los abortistas son ellos y ellas. La firma es nada (y el firmante casi nada). Pero la Monarquía es mucho, y es demencial que se cargue contra ella apuntando a la testa coronada (aunque firme).
Los tiempos están confusos, muy turbios. Y el horizonte no se va aclarar ni en veinte años, ni en cincuenta, ni en siglo; al contrario, se teme que todo se vuelva más oscuro. En esta coyuntura, salvaguardar instituciones tradicionales enraizadas en la médula de nuestra historia es una necesidad. Si esto no se entiende, malo. Si no se entiende que en la España ztpera atacar al Rey es minar la Monarquía e ir preparando pian piano la 3ª republica-ca que ellos quieren, malo, malo, muy malo. Y muy torpe.
Conque reconsideren sus rabietas contra el Real Firmador y tengan en consideración otros valores presentes y agentes en la Monarquía. Si lo necesitan, hagan abstracción del sujeto & family contemplando los rancios valores de la Corona de España, como cuando se guarda un cuadro antiguo con desconchones en el lienzo, que si se sabe que es de valor se reserva para restaurar cuando se tengan medios y oportunidad. Pero no sean casquivanos y tiren el cuadro antiguo al carro de la basura porque no les gusta lo que está pintado. Please.
Tengo algunos amigos legitimistas franceses con tantas ganas de corona y trono que poco menos que idolatran (¡risum teneatis!) al nene de la Martínez-Bordiú casado con la venezolana. Y en Italia tengo amigos encantaditos de formar la guardia de honor en el Panteon delante de la tumba de Vittorio Enmanuele.
Digo todo esto porque estos desafectos programados, estas revoluciones on-line para pedir la cabeza del Rey Firmador me parecen tan absurdas, tan impropias, como las filias monárquicas extemporáneas de franceses e italianos.
Concluyendo: Tengan en cuenta ese aforismo tan cierto de que “No hay más paraisos que los perdidos", no sea que después de estas batallitas anti-monárquicas echen Uds. de menos lo que pudieran estar perdiendo tan desconsideradamente.
p.s. Se me olvidaba: ¡Feliz y próspero 2010 tengan todos ustedes! (y yo que lo vea).
n.b. Excepto la ilustración de la cabecera que es de la moderna edición del libelo de “Los Borbones en Pelota", las otras son de Gillray, porque no iba a poner las estampas indecentes de los Bécquer, faltaría más.
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