De repente, cuando parecía que la resaca había pasado, me llega un eco juanpablista que me ha retrotraído a aquellos frenéticos lustros en los que cada año era un año jubilar, o el año de algo. El espectro se me aparece aun más funesto porque se trata del anuncio de un evento netamente
vaticanosegundista, sin excusas: El medio siglo.
Un medio siglo que ha sido demoledor, ruinoso, pero que no sé por qué se empeñan en celebrar con castillo de fuegos artificiales, petardos y cohetes, tracas y luminarias. Como si de un triunfo se tratara.
Yo entendería que se predicase un año de conversión, de penitencia. Por tantas cosas. ¿O es que la casa está para tirar cohetes? Pues parece que sí:
Nota con indicaciones pastorales para el Año de la fe
Con agujeros por todos sitios, apulgarado el manto, nos vestimos de lujo festivo viviendo en la paradoja de haber perdido tanto y mantenernos en una crisis crónica que dura desde entonces, desde lo que nos mandan celebrar: Cincuenta años de crisis de fe, de identidad, de misión, de doctrina, de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
(titulo en negrita, cito la Nota en ocre, comento debajo en letra-blog usual)
Non solum sed etiam:
"Por encargo del Papa Benedicto XVI, la Congregación para la Doctrina de la Fe, de acuerdo con los Dicasterios competentes de la Santa Sede y con la contribución de la Comisión para la preparación del Año de la fe, ha escrito esta Nota con indicaciones para vivir este tiempo de gracia, las cuales no excluyen otras propuestas que el Espíritu Santo quiera suscitar entre los pastores y fieles de distintas partes del mundo."
Parece una cita de las que trae el maestro Romano Amerio en su
imprescindibilísimo IOTA UNUM. El estilo de toda la
Nota es
quasi el mismo que el de los documentos conciliares y la subsiguiente
documentación oficial post-conciliar : Ristras de citas, auto-citas del concilio y últimos Papas, y salvedades que invitan a anular lo que se está diciendo o se va a decir. Por ejemplo, eso que he subrayado: Si se animan otras propuestas libres y "carismáticas" de pastores, fieles y todo quisque, ¿para qué la nota, sus indicaciones y sus orientaciones? Dígase que cada uno lo celebre y organice como quiera, y ya está. Y si alguno monta un tinglado escandaloso, impropio, inadecuado y/o indecente, que nadie se queje luego porque precisamente la nota anima a cualquier cosa.
¿Correcta recepción del Vaticano II?
"...Después del Concilio, la Iglesia ha trabajado para que sus ricas enseñanzas sean recibidas y aplicadas en continuidad con toda la Tradición y bajo la guía segura del Magisterio. Para facilitar la correcta recepción del Concilio, los Sumos Pontífices han convocado reiteradamente el Sínodo de los Obispos, instituido por el Siervo de Dios Pablo VI en 1965, proponiendo a la Iglesia directrices claras a través de las diversas Exhortaciones apostólicas post-sinodales. La próxima Asamblea General del Sínodo de los Obispos, en octubre de 2012, tendrá como tema: La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana"
Parece como si se hablara a desmemoriados, a gente que no ha vivido las consecuencias del post-concilio. Pudiérase que estén pensando en católicos desinformados (la mayoría), en católicos a-críticos (la mayoría) o en jóvenes poco-católicos que no saben, ni conocen, ni sabrán, porque no tienen interés en conocer el antes y el después del Vatiacno II con cifras, gráficos, estadísticas y conclusiones.
Se esconde - se evitará explicar siempre - por qué esa novedad de la
nueva evangelización y su urgencia, ahora, 50 años triunfales después del triunfante Concilio Vaticano II. No se dirá nunca cuánta ha sido la responsabilidad del Concilio, ese tabú del causa-efecto que levanta ampollas y pasiones encontradas desde los mismos días concliares: Cincuenta años de afección de un cuadro clínico agudo, que se ha vuelto crónico y que nunca se ha diagnosticado.
Insistimos, sin embargo, en el mal: Para remediarlo, se recomienda re-descubrir y profundizar.
¿Redescubrir? ¿Profundizar?
"...Algunos congresos serán especialmente dedicados al redescubrimiento de las enseñanzas del Concilio Vaticano II..."
El Año de la fe ofrecerá a todos los creyentes una buena oportunidad para profundizar en el conocimiento de los principales documentos del Concilio Vaticano II y el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica. Esto vale particularmente para los candidatos al sacerdocio, en especial durante el año propedéutico o los primeros años de estudios teológicos, para los novicios y novicias de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, así como para aquellos que se preparan a entrar en una Asociación o Movimiento eclesial."
Imagino la temática, los exponentes y los invitados a los eventuales congresos.
También imagino el efecto que se pueda estar buscando al inyectar dosis de redescubrimiento y profundización del Vat2º en las mentes y las almas de seminaristas, postulantes, novicios y novicias. Lo que no me atrevo a predecir son las consecuencias de esa "transfusión" vaticanosegundista. Si recordamos los efectos del original en los seminaristas, postulantes, novicios y novicias de los años 65-75, las consecuencias hodiernas pueden ser dantestas, en comparación (en número no, porque ahora no hay cifras como las que se perdieron entonces).
Forzar el ecumenismo:
"Durante el Año de la fe, en colaboración con el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, se esperan iniciativas ecuménicas dirigidas a invocar de Dios y favorecer «la restauración de la unidad entre todos los cristianos», que «es uno de los fines principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II»22. En particular, tendrá lugar una solemne celebración ecuménica para reafirmar la fe en Cristo de todos los bautizados."
Algo patente durante estos 50 años: El esfuerzo ecuménico de la Iglesia Católica, esforzándose y forzando. Los frutos de la reconciliación de los anglicanos, me pregunto, ¿no se hubieran alcanzado al fin con menos desgaste, con menos concesiones, sin contemporizaciones, sin mixtificaciones, sin equívocos encuentros, sin promiscuidades de todo género? ¿Merece la pena insistir, mantener la tensión, seguir forzando? Me parece tan evidente que lo que tenga que llegar llegará y lo que no puede llegar nunca llegará que no sé cómo en la cúspide no ven estas monumentales razonabilidades ecuménicas, después de medio siglo de empeños, algunos nocivos, casi todos ellos vanos. Vanidad, entre otras cosas, por culpable pérdida de auto-identidad de los promotores. Lo que haya sido ingenuidad y lo que haya supuesto pecado, no quiero enjuiciarlo, es de esas cosas que mejor no pensarlas y dejarlas en el desván (aunque luego se conviertan en fantasmas).
Y el 'espíritu de Asís':
"Todos los fieles, llamados a reavivar el don de la fe, tratarán de comunicar su propia experiencia de fe y caridad35, dialogando con sus hermanos y hermanas, incluso de otras confesiones cristianas, sin dejar de lado a los creyentes de otras religiones y a los que no creen o son indiferentes. Así se espera que todo el pueblo cristiano comience una especie de misión entre las personas con quienes viven y trabajan, conscientes de haber «recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos» "
Sin comentarios. Salvo el temor de vislumbrar un próximo Asís-4 para enfatizar más el
'año de la Fe'. Cualquier ocurrencia puede encontrar cauce favorable, en cuanto se insinúe.
Mi impresión:
~ Más de lo mismo, con pocas variantes sobre lo que ha habido hasta ahora.
~ Se saturará nuevamente todo con consignas, lemas, programaciones y celebraciones archi-manidas bajo el neo-pretexto de
'nueva evangelización'.
~ Impresión de revival nostálgico, de reedición del pasado para satisfacer la memoria de obispos y sacerdotes de 80-70-60 años que 'disfrutaron' del Concilio y se formaron, reformaron y deformaron durante la década horribilis de 1962-1975.
Por otra parte:
1º Se rearmará la tropa radical-vanguardista con la artillería demoledora de textos y pretextos
vaticanosegundistas
2º Se alentará la estúpida utopía de los conciliaristas
vaticanoterceristas, despabilando llamas mortecinas y soplando tizones humeantes
3º
Se obviará, se tapará, se silenciará la corriente crítico-revisionista del Vaticano II y sus documentos, que es la única sana novedad valorable del los 50 años postconciliares, la única que merecería tenerse en cuenta y asumirse con interés y decisión.
Los oficialistas bienpensantes-biendicentes, los aspirantes a algo, dirán que no se pueden criticar iniciativas tan positivas.
Yo digo que sí, que se deben poner en la picota desde que amagan.
Y también rezo para que la tempestad se calme, no para que sigan las agitaciones (y los aggiornamenti).
+T.