jueves, 26 de abril de 2012

Percepciones


Existe la subjetividad en la percepción, es bien sabido, con un margen tan amplio que abarca la genialidad en un extremo y la insuficiencia mental en el polo opuesto, tal y como sucede en la realidad. Pero convengo en que hay un espacio medio, un nivel medio de percepción , una cota en la que confluyen la mayoria de los perceptores inteligentes que valoran lo percibido con un acierto correspondiente a su realidad. Así se define, precisamente, el concepto de verdad en la filosofía escolástica: Adaequatio rei et intellectus.

Cuando veo que en blogs estimados como serios se ponderan cosas como esta, me planteo la cuestión de si no habrá una percepción equivocada, insuficiente, distorsionada o degenerada de la realidad, de la cosa en sí. Miren la cosa y juzguen Uds. :



¿Qué les parece? A mí me parece disparatado. No comprendo como un sacerdote, con recta intención ministerial/pastoral, se puede prestar a un montaje como el que trasluce ese vídeo. Percibo algo anómalo, desajustado, con imágenes y palabras que inducen al error. Les confieso que he sentido algún escrúpulo sobre si era prudente poner en el blog el youtube, contribuyendo a su publicidad. Pero como lo hago en tono crítico y desaprobatorio, he pensado que valía como oportuna ilustración, como hacemos otras veces en Ex Orbe.

El sacerdote protagonista del vídeo no es propiamente 'exorcista', no tiene nombramiento canónico para desempeñar ese ministerio, por lo menos que a mí me conste. Lo poco que me consta de él es lo que extracto de lo que publica en su blog, que algunas veces (pocas) he visitado, no sé si Uds. han tenido el gusto. Lo de este youtube lo he sacado de un blog católico al que tengo por respetable y serio (a pesar de las manías extrañas de su autor: letras-tipos en insufrible rojo vivo, muy molesto cuando aplicas la vista para leer, y el veto para enlazar artículos, copiar textos y guardar fotos, todo ello no sé por qué (ni lo pregunto)).

Además del vídeo, trae esa foto que he puesto de cabecera - ignoro si será la portada de un libro o la carátula de un dvd - y enlaza con una web que incluye la misma versión filmada y algunas cosas más: Véase aquí.

El youtube es llamativo, porque alterna tomas reales con otras que parecen sacadas de un film de terror-ficción, del estilo de las pelis que se pusieron de moda cuando el exitazo de aquel best-seller insufrible y blasfemo del código, un petardazo literario que enriqueció al avispado pseudo-escritor y sus editores. Hay gente que piensa que se puede hacer negocio con todo; yo no sé si estariamos en un caso de eso mismo. No me gusta ni pensarlo, mucho menos sugerirlo.

Me siento incómodo, a disgusto, con ese catolicismo que se sostiene con dieta de apariciones, exorcismos y apocalipsis. Pienso que es una patología de la fe, con las etiologías que sean. Sé que es difícil de curar, porque en muchos casos se trata de recónditos refugios donde susbsiste una fe traumatizada, casi siempre por razones y motivos dignos de compasión.

Por supuesto no tienen que convencerme de que existen las apariciones, las posesiones y obsesiones diabólicas, los exorcismos y los milagros. Ya lo sé, y lo sé muy bien, con referencias no comunes que me imponen una grave reserva. Por eso no entiendo un tratamiento ligero, una exposición pública que deriva en espectáculo, en género de atracción y diversión para gente ávida de emociones fuertes.

El diablo, para la gente de nuestra post-modernidad, no es el tentador, el enemigo del alma y adversario de la iglesia, sino un personaje del mundo de la ficción literario-cinematográfica, uno más entre la galería de Drácula, Frankestein, Freddy Krueger y Jason el de Viernes 13.

Aun suponiendo que se expone y se trata con con un mínimo de seriedad suficiente ¿Se puede alentar todo esto, es moral, es cristiano? Yo pienso que no es bueno, que es enfermizo y poco serio, que puede dañar espiritualmente, que puede escandalizar a la gente poco formada, impresionar negativamente a los débiles de fe.

En alguna instantánea del youtube, incluso me parece apreciar que el propio protagonista queda como perplejo por la reacción y expectación de la gente, como si percibiera que el asunto le supera.

¿No lo perciben Uds. así?

+T.