miércoles, 16 de febrero de 2011

Orgía goyesca


Me parece que fue Bette Davis quien comentó que su colega Joan Crawford se había acostado con todas las estrellas (actores y actrices) de la Metro Goldwyn Mayer excepto con la perrita Lassie. Aquello que era Babilonia (la de los Taviani) allá por entonces, antes del 68, se convirtiría después en el remake de Sodoma y Gomorra, con la lluvia de fuego y azufre del aids, que arrasó como un sunami del Pacífico, no por sabido menos catastrófico. Las cosas que pasan.

Y lo de nuestros Goyas son, en versión provinciana, idem de lo mismo, con la nota agravante de remedar el idem y el lo mismo con sub-consciente deliberación. Aunque yo diría infra-consciente, dado el nivel de sentina que deben tener las in-consciencias de la piara sociata post-moderna criada marxista y degenerada made-in-hollywood. Si es que hay psiquiatra para examinar esa demencia.

Si en Hollywood se triunfa según la sentencia de B. Davis sobre J. Crawford, el desembarco de la casta cerdibérica (sic) en nuestra antigua California, ha debido de ser porno-dantesco con estrambote a lo Quevedo. No nombro porque hay nominaciones repugnantes ad nauseam, ellos y ellas todos-as.

Y eso es lo que ha tenido gala con alfombra roja y escenario en el Real, allí donde cantaba Gayarre etc. (O tempora, o mores!). Y el Palacio de Oriente de telón de fondo, con no sé tampoco precisar qué inconsciente concupiscente, siendo una pandilla de republicajos (-as) quienes protagonizaban la pasarela (que esa es otra) y se exponian a los flashes (una versión post-moderna del in ictu óculi).

Que hubiera ministras en eso, dice ya bastante de eso (y de las ministras). De lo demás que hubo y los demás que estuvieron, ya está dicho todo. Como el pretexto era el cine, más se trataba de ver que de decir/oir.

De lo que se vio, yo digo que mejor no ver o no haber visto (espero se note que yo no ví). Cualquiera con un mínimo de gusto (buen gusto) cinematográfico hace años que huye del "cine español". Paradójicamente del más caro y elaborado y publicitado "cine español".

No publican cuentas porque el escándalo sería de híper-magnitud. Aunque - me temo - la ciudadanía está tan amaestrada que les da más repelús un toro con banderillas o una colilla encendida que un mega-desfalco político-cultural. Así están las sensibilidades.



¿Y hay alguno bueno (profesionalmente / artísticamente) en esta perola del celuloide y la claqueta? Me parece que no. Muerto Berlanga, los que quedan son estos de la orgía goyesca, cada uno en su papel, desde la ministra anfitriona a la ministra invitada, el ministro acompañante, el ex-dire de la Academia (risum teneatis) en papel de víctima-heróica, los goyarizados con pose de oscarizados, y la claque y el gallinero en parada-comparsa de élite sapiente.

Conste que me gusta y fascina el cine. Pero lo de estas fantochadas no es cine. Será sub-cine, infra-cine, caga-cine...O algo más bajo, incluso.

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