viernes, 16 de diciembre de 2011
Lo de Gerena
Sin entrar en detalles (el que quiera enfangarse que busque por ahí más detalles de la cosa, de la sinvergüenza y de todo lo demás), a mí, por lo que me toca, me afecta esto:
COMUNICADO DE LA ARCHIDIÓCESIS DE SEVILLA
El comunicado, si se queda en comunicado, resulta insuficiente, hirientemente insuficiente. Tan circunspecto, tan políticamente correcto. ¿Nada más? ¿No se destituye ipso-facto a la junta de la Hermandad? ¿No se manda a llamar al párroco para que explique lo que sepa? ¿No se anuncia un acto de desagravio?
El particular suscita cuestiones graves: Los ofendidos y heridos son los de Gerena, recalca la nota del Arzobispado, "los sentimientos de los fieles" y "la sensibilidad de los devotos". Vale. Pero ¿Y Dios? ¿Y la Virgen? ¿O es que lo sucedido no es, antes que nada, una ofensa a Dios y a la Virgen, una profanación de una iglesia, una blasfemia material? ¿Dónde se deja a Dios, debiéndosele a Él la primera consideración?
Cuando rezamos y decimos '...que vive y reina', ¿lo creemos o solamente lo pronunciamos como una fórmula obligada, sin creer, sentir, vivirlo y demostrarlo?
El atentado sacrílego exige reparación, desagravio. Con baculazo aleccionador y sanción canónica a quien corresponda. ¿O es que la cosa ha sido espontánea, sin que nadie lo supiera ni lo advirtiera? En un pueblo, en la ermita de la Patrona, van y retratan en cueros vivos a una reputada ¿y nadie lo sabe, nadie lo comenta, nadie dice ni mú hasta que sale publicado el reportaje impúdico y blasfemo? ¿Cuándo ocurrió, en qué fecha? ¿No había nadie de la Hermandad presente, ningún miembro de la junta, ni el santero, ni el capiller, ni el prioste? ¿Nadie vió nada, ninguno de la Hermandad lo sabía? ¿El cura no se enteró? ¿Nadie informó a nadie? Recalco y subrayo: En-un-pueblo, en Ge-re-na.
El caso sería de chiste si no fuera porque es para llorar de pena, de vergüenza y de rabia.
Están en París clamando por una obra de teatro blasfema, y en Gerena, Archidiócesis de Sevilla, montan una escena de burdel en una iglesia y ¿ya está? ¿la cosa va a quedarse en un comunicado, una nota de prensa?
Ponemos el grito en el cielo cada vez que un ministerio o una consejería subvenciona una exposición anti-católica, una película anti-cristiana o una sátira impía y en Sevilla descubrimos espantados que una hermandad le presta su ermita a una cuadrilla impúdica para que graben un reportaje indecente para un calendario obsceno para publicidad de un negocio.
A ver, a ver si se demuestra que no sólo decimos sino que creemos - ¡porque lo sabemos! - que Él vive y reina.
Y que tenga misericordia de nosotros, y que perdone nuestros pecados, y que nos limpie de nuestras inmundicias, torpezas y mil ofensas. Estas que han pasado y todas las demás que se callan y se tapan.
Tu autem, Dómine, miserere!
+T.
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