el ronzal José
lleva mansamente
rezando y soñando.
María también
sueña, alaba, reza,
y el eco del Ave
que dijo Gabriel
es como si volara
hilando las preces,
que dicen la Virgen
y el Santo José
Una Estrella intensa
con luz nueva y clara
brilla sobre el Templo
de Jerusalén;
luego, cuando salen
de la Ciudad Santa,
ya en el caminito
que baja a Belén
la Estrella pasando
sobre la burrita
destella en la Virgen
y luce en José.
María a su esposo
sonrie; el regazo
se envuelve rozando
el seno en que Dios
late con el pulso
aun no nacido
manso y humilde
de su Corazón.
En el horizonte
ya oscurecía
la última noche
antes del día
de Enmanuel, Mesías.
Y Arcángeles bellos
ensayan el ‘Gloria
in excelsis Deo'
sobre un portalito
de un pobre pesebre
que había en Belén.
+T,