jueves, 19 de junio de 2008

Ysidorus secundum Benedictum


Ayer, en la audiencia de los miércoles, Benedicto XVI habló de San Isidoro. De Sevilla, por supuesto. Significativamente, España no se nombró. Se nombró a Sevilla, se nombró a Toledo, se aludió a la "patria" isidoriana, pero España no se nombró. En Roma no dan puntada sin hilo, y esa puntada no se dió aunque el Papa enseñara de San Isidoro de Sevilla, que está en España. ¿No están las cosas para hablar de España aunque se esté hablando de un Santo español?

¿Por qué sacar a San Isidoro en Junio, cuando hubiera sido más propio en torno a su fecha, que es en Abril? En lo que lleva de pontificado, Benedicto suele sacar ciertas figuras de la Patrística en las alocuciones a los peregrinos. Quizá con San Isidoro, el último padre de Occidente, se cerrará un ciclo temático. Si salen más padres en los sucesivos miércoles, será obvio que no sacó a San Isidoro para concluir.

Ha dicho de San Isidoro cosas que se suelen decir de nuestro Obispo, quizá el resumen que leyó en español reúna el tópico isidoriano, sobre todo la afirmación de "Más que dado a la síntesis, Isidoro poseyó el don de la collatio, es decir, de la recopilación..."

Y sin embargo, el discurso-lección del Papa tiene su originalidad por el Isidoro que selecciona y que comenta, sucinta pero significativamente.

Por ejemplo, cuando dice citando:

"El responsable de una Iglesia (vir ecclesiasticus) por una parte tiene que dejarse crucificar al mundo con la mortificación de la carne, y por otra, tiene que aceptar la decisión del orden eclesiástico, cuando procede de la voluntad de Dios, de dedicarse al gobierno con humildad, aunque no quisiera hacerlo" (Libro de las Sentencias III, 33, 1: PL 83, col. 705 B).

Y añade un párrafo después: "Los hombres de Dios (sancti viri) no desean ni mucho menos dedicarse a las cosas seculares y gimen cuando, por un misterioso designio divino, se les encargan ciertas responsabilidades... Hacen todo lo posible para evitarlas, pero aceptan aquello que no quisieran y hacen lo que habrían querido evitar. Entran así en el secreto del corazón y allí, adentro, tratan de comprender qué es lo que les pide la misteriosa voluntad de Dios. Y cuando se dan cuenta de que tienen que someterse a los designios de Dios, agachan la cabeza del corazón bajo el yugo de la decisión divina" (Libro de las Sentencias III, 33, 3: PL 83, col. 705-706).

¿Está auto-describiendo Benedicto su situación-vocación-estado? Me parece que sí, que se puede trazar ese "paralelo" entre Isidoro, lo que dicen esas citas, y el caso particular de Benedicto. Aunque el texto isidoriano es aplicable y referible a la vocación sacerdotal-eclesial en general, mantengo la opinión de que Benedicto (consciente? subsconsciente?) habla de sí mismo con la lengua y el cálamo de Isidoro.



También me resulta elocuente la ponderada alabanza de la actividad y el retiro en una integridad no excluyente, necesarios ambos para la Iglesia y los que se consagran a la Iglesia:

- Un ejemplo significativo en este sentido es la enseñanza de Isidoro sobre las relaciones entre vida activa y vida contemplativa. Escribe: "Quienes tratan de lograr el descanso de la contemplación tienen que entrenarse antes en el estadio de la vida activa; de este modo, liberados de los residuos del pecado, serán capaces de presentar ese corazón puro que permite ver a Dios" (Diferencias II, 34, 133: PL 83, col 91A).

El realismo de auténtico pastor le convence del riesgo que corren los fieles de vivir una vida reducida a una sola dimensión. Por este motivo, añade: "El camino intermedio, compuesto por una y otra forma de vida, resulta normalmente el más útil para resolver esas cuestiones, que con frecuencia se agudizan con la opción por un sólo tipo de vida; sin embargo, son mejor moderadas por una alternancia de las dos formas" (o.c., 134: ivi, col 91B).

Isidoro busca la confirmación definitiva de una orientación adecuada de vida en el ejemplo de Cristo y dice: "El Salvador Jesús nos ofreció el ejemplo de la vida activa, cuando durante el día se dedicaba a ofrecer signos y milagros en la ciudad, pero mostró la vida contemplativa cuando se retiraba a la montaña y pasaba la noche dedicado a la oración" (o.c. 134: ivi).

A la luz de este ejemplo del divino Maestro, Isidoro ofrece esta precisa enseñanza moral: "Por este motivo, el siervo de Dios, imitando a Cristo, debe dedicarse a la contemplación, sin negarse a la vida activa. Comportarse de otra manera no sería justo. De hecho, así como hay que amar a Dios con la contemplación, también hay que amar al prójimo con la acción. Es imposible, por tanto, vivir sin una ni otra forma de vida, ni es posible amar si no se hace la experiencia tanto de una como de otra" (o.c., 135: ivi, col 91C).

Benedicto, tan benedictino, ha rastreado el "Ora et Labora" de San Benito en San Isidoro, no me cabe duda. Sería digno de estudio investigar si Isidoro recibió la impronta benedictina de la régula; ¿por Gregorio Magno, que era amigo de Leandro, el hermano y formador y predecesor episcopal de Isidoro? A los tres nombra Benedicto en su exposición. Un simpático estudio, ya digo.


Pero no habla de España. ¿O sí? Esto lleva implícito algo:

-"Para comprender mejor a Isidoro es necesario recordar, ante todo, la complejidad de las situaciones políticas de su tiempo, que antes mencionaba: durante los años de la niñez había tenido que experimentar la amargura del exilio. A pesar de ello, estaba lleno de entusiasmo: experimentaba la pasión de contribuir a la formación de un pueblo que encontraba finalmente su unidad, tanto a nivel político como religioso, con la conversión providencial del heredero al trono, el visigodo Hermenegildo, del arrianismo a la fe católica."

Algo de España, sobre España y para España.

Y esto, también:

-"En todo caso, hay que admirar su preocupación por no dejar de lado nada de lo que la experiencia humana produjo en la historia de su patria y del mundo. No hubiera querido perder nada de lo que el ser humano aprendió en las épocas antiguas, ya fueran éstas paganas, judías o cristianas. Por tanto, no debe sorprender el que, al perseguir este objetivo, no lograra transmitir adecuadamente, como él hubiera querido, los conocimientos que poseía, a través de las aguas purificadoras de la fe cristiana. Sin embargo, según las intenciones de Isidoro, las propuestas que presenta siempre están en sintonía con la fe católica, defendida por él con firmeza. Percibe la complejidad en la discusión de los problemas teológicos y propone a menudo, con agudeza, soluciones que recogen y expresan la verdad cristiana completa."

Me pregunto a quién habla, a quién se dirige. ¿Simplemente a los peregrinos de la audiencia? ¿O habla para la España que no nombra, Obispos, fieles y gente de la patria de Isidoro en general? Sería extraño que no hubiera pensado en todo y en todos, dado el personaje del que habla y lo que de él habla.

El resumen con el saludo a los peregrinos de lengua española incluye esto también:
- "...admirable su preocupación por no descuidar nada de lo que la experiencia humana había producido en la historia de su patria y del mundo entero."

Total, que era de justicia que en el blog comentara algo del discurso del Papa en la audiencia de ayer. Sobre San Isidoro de Sevilla.

Con esta y otras dos ( y IIª) ya van tres isidorianas aquí. Pero esta es "pontificia", la más señalada.

p.s. Aquí se puede leer el discurso completo.

p.p.s. Y de ilustraciones, tres San Isidoros de primera: 1º el de Lorenzo Mercadante de Bretaña de la fachada del Baptisterio de la Catedral; 2º el de Martínez Montañés del retablo mayor de San Isidoro del Campo; 3º el de plata de Laureano de Pina del altar del monumento de la Catedral (el dorso, con la capa luciendo el escudo con la Giralda entre dos jarras de azucenas).


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