martes, 19 de febrero de 2013

Se va, renuncia, pero con muchos aplausos

Jmjotistas entusiastas vitorean y tocan palmas porque el Papa se va

Lo de la cuenta de twitter del Papa me pareció una insustancialidad, una concesión a la galería banal. Con tantos Ravasi y Fisichella nombrados para nuevangelizar modernamente, no sé por qué el Papa (un mes antes de su renuncia) tenía que meterse (o dejar que le metieran) en la jaula del twitter, ni en nada de eso. Hay medios y medios, unos más apropiados que otros según qué personajes y su dignidad.

Si en algo destacó el Beato Magno fue en una hiper-publicidad mega-mediática del Papa y el Papado, un exceso que ha pagado muy caro su sucesor, forzado a seguir un ritmo que no era el suyo, y que no puede ser el de la Iglesia. Aunque desde el nombre elegido Benedicto XVI manifestó su personalidad, tan distinta de la de su predecesor, también desde el principio tuvo que hacerse cargo de algunas servidumbres heredadas, una de ellas la del juniorismo y las jmjoterías.

La juventud se desvela insustancial casi siempre y en casi todo; si algo de algunos jóvenes destaca es lo menos juvenil de los menos jóvenes entre los jóvenes, es decir, todo aquello que rompe el estereotipo de la banalidad y se sale de los paradigmas de la necia juventud. Esos brillantes ejemplos de lo que no es común entre los jóvenes son raros, no están perdidos entre la masa y destacan por méritos ligados a la dedicación, el esfuerzo, la superación y las aspiraciones nacidas de ideales fuera de lo corriente. Y no digo que sea/n todo/s bueno/s, pero sí que los mejores entre los jóvenes son quienes están menos marcados por el común denominador.

De jóvenes archi-tópicos, sin embargo, nacen cuchufletas como esta, patéticamente tragicómicas:

Un grupo de jóvenes lanza una iniciativa para dar las gracias al Papa con el aplauso más largo de la historia. Pretenden batir el récord Guinness

Conque al Papa rendido, vencido, débil, cansado, agotado, se le despide con un enorme y prolongado aplauso, como se aplaude al jugador lesionado que sacan en camilla del campo de juego. Porque los jóvenes católicos de-formados en el jmjotismo juanpablista no son capaces de más, sólo saben hacer bien cosas de esas, cantar, guitarrerar, tremolar banderas, levantar pancartas, tocar las palmas y hacer la ola: Benedicto - cómo mola - se merece  - una ola . ¡Qué bonito!

Tantos tontos y tantas tontas, todos juntos tonteando. Y la mar de contentos con ellos mismos.

Supongo que ya estarán preparando los coros y danzas para el sucesor de Benedetto, que se merecerá otra ola, ¡cómo mola!

Y así.


+T.