jueves, 4 de octubre de 2012

Tunear al Santo / Tuning the Saint

Todavía no me explico bien la intención de nombrar Doctor a San Juan de Ávila, un Santo tan poco concorde con la situación que vive la Iglesia actual. Pensando bien, suponiendo rectamente, lo único coherente que se me ocurre es que se quiera alumbrar estas penumbras poniendo en el candelero la luz del Maestro Ávila, tan potente y clara. Pero también sospeché, desde que supe lo del Doctorado, que se retocaría al Santo para volverlo postconciliarmente correcto, quitándole gravedad y sustancia, limando puntas y cortando espinas, reciclarlo en formato light bajo en calorías católicas y digerible para todos los estómagos ecuménicos e interreligiosos, según la dieta hipocatólica de Asís.

Pero la realidad supera a la aprensión. Esta mañana me atraganté con esta indecente impostura, referida al doctorando San Juan de Ávila:

"...En un contexto tan complejo y plural como el suyo, de no siempre fácil convivencia entre religiones y culturas y de extensas áreas descristianizadas después de siglos de dominación musulmana, contó también, de algún modo, con su “atrio de los gentiles”, generando en él un original modo de diálogo y de exponer las verdades de la fe..."


La impostura y deformación políticamente correcta del Santo resulta aun más indecente porque esto se dice en un documento publicado por la Conferencia Episcopal Española, expresamente compuesto para la ocasión del Doctorado de San Juan de Ávila: San Juan de Ávila, un Doctor para la nueva evangelización , una muestra del eficaz trabajo e imprescindible labor que realizan nuestros Perlados (sic) cuando se juntan en conciliábulo periódico denominado "asamblea plenaria" (las tertulias llamadas 'permanentes' suelen ser de la misma especie, en tono y número más rebajado, según es fama).

El Juan de Ávila interreligioso que falsean desde la CEE tiene páginas memorables, como la cita en que se pitorrea de los moros que veneran el zancarrón de Mahoma y los tres pelos de su barba. Seguro que nuestros Prelados, en cordial querencia con los mahometanos de aquende y allende, por si los pelos (de Mahoma), no sacarán a relucir esos pormenores de la obra y el pensamiento avilista.

El año pasado, publiqué aquí, en ExOrbe, un articulente sobre San Juan de Ávila: El Maestro Ávila: Un Doctor sin alumnos? que podría haber valido (léanlo, que es de provecho) para hoy mismo, en vísperas de su proclamación como Doctor de la Iglesia, el próximo Domingo 7 de Octubre (memorable fecha), Deo volente.

Nuestros prelados han escrito pastoralitas y cartitas de ocasión, sumarios breves, apuntes y poco más, dos o tres cuartillas con mucho espacio y ancho margen. Cuatro notas, para que no se diga que no cumplen.

Pero no dirán las cosas que el Maestro Ávila decía, ni aprovecharán para estimular entre los sacerdotes la celebración de la Misa que celebró San Juan de Ávila, pensando en la cual escribió todas sus magistrales reflexiones sobre el Santo Sacrificio y el Sacerdocio. Al contrario. Obcecados en el modelo del sacerdocio desvirtuado del postconcilio, ignorarán la doctrina verdadera del Doctor de la Iglesia Juan de Ávila y tunearán un perfil avilista de gusto Tertio Millenio, sin tuétano, sin grosura, sin magro. Un Doctor Ávila de sorbete, una ligera mousse avilista en cucurucho año de la fe con guinda confitada de 50 aniversario de Vat2º.

Y el Juan de Ávila de verdad, el genuino, el que suscitaba Santos y amaestraba sacerdotes apostólicos, ese Maestro Ávila volverá a sufrir detención y prisión en las cárceles de la nueva inquisición, ahora llamada 'nuevangelización' (?)

Para terminar, un bocadito, una tapita, un aperitivo del verdadero Doctor Juan de Ávila, si Uds. se atreven y tienen el gusto, el recio y buen gusto del Catolicismo-Catolicismo, ese que nos deja en evidencia a todos, Prelados y fieles:





+T.