Una de las escenas
francisquistas que se repiten desde los primeros días del Papa Bergoglio, una escena piadosa, devota, de sencilla religiosidad personal, es la visita a la
Salus Populi Romani, la Virgen de las Nieves, en Santa María Mayor. Se ha convertido casi en un rito que cumple a la vuelta de sus viajes, como una acción de gracias a la Madonna. El ramo de flores llevado por
Franciscus, por su propia mano, es uno de esos detalles chocantes...y constantes, ya característicos.
Recordando otros viajes de otros Papas, se tenía cierta impresión de solidez, de autoridad, con la sensación de que el Papa ponía orden, o, por lo menos, lo incoaba. Recuerdo, en este sentido, los viajes a América de JPII, en los años '80.
¿Por qué con PP Franciscus la sensación, en cambio, es la contraria?
Si, además, me hablan de
sinodalidades, el malestar ambiental eclesial que se queda flotando en el éter católico, es mayor.
Por eso, pregúntome: ¿Por qué las flores?
+T.