jueves, 9 de octubre de 2014

El Sínodo aberrante ???

 
El otro día, cuando un papá y una mamá contaban entusiasmados y enternecidos la entrañable acogida hogareña de su nene gay y su noviete, la asamblea sinodal se puso en pie y les aplaudió con fervor. Increíble, pero pasó.

Ahora el síndrome filo-homosex-familiar sube un nivel (o varios) y ha sido un cardenal, el brasileño Assis, obispo de Aparecida, quien destapa su proclividad y reclama que la Iglesia sea la casa paterna también para las parejas gays.

Es muy tremendo lo que voy a decir, pero el Emmº y Revmº Assis quiere, ni más ni menos, que la Iglesia sea Sodoma: Sodoma, la ciudad vecina de Gomorra, donde habitaban y vivían aquellos legendarios sodomitas y gomorritas. Huelga contar cómo acaba el relato del Génesis (Gn 18,16-19,29) que cuenta aquello, con el prólogo de la bella escena del regateo de Abraham con el Señor, rebajando la cuenta castigadora hasta los 10 justos sodomitas, que no se hallaron ni siquiera esos diez. En Sodoma no había ni diez sodomitas decentes.

La pregunta (retórica) a propósito del Sínodo y sus desviaciones no es si podrá jamás haber diez sodomitas justos. La pregunta es si caben en la Iglesia con todos los parabienes, como pide el purpurado brasileñí. ¿Cabrían?

Respondo: Como pecadores, sí; como justos, sólo si dejan su pecado, que no sólo es no practicar sodomías, sino no reconocerse en la tal condición y desprenderse, externa e internamente, de la categoría. Si no, si persistieran en la práctica nefanda y/o mantuvieran el gay pride, su lugar en la Iglesia es la lista de los pecadores, con las condiciones y privaciones anejas a su estado y su pecado.

Resulta repugnante que un cardenal confunda misericordia con tragaderas. El Hijo Pródigo, cuando volvió a la casa paterna, no se llevó a las putas ni a los cerdos. Se le admitió porque llegó arrepentido (con atrición, por lo menos).

Confundir a la Iglesia con Sodoma y Gomorra es muy grave. Pero en esas estamos. A eso hemos llegado.

Por lo demás, todo normal. Si en siglo IX hubo un Concilio Cadavérico, que en el XXI pueda haber un Sínodo Aberrante entra dentro de nuestra normalidad histórica. Nihil novum sub sole.

Ya vendrán tiempos mejores y correctores.

Te rogamus, audi nos !!!


+T.