miércoles, 23 de junio de 2010

Algún gen mutante invade y transforma a la obra ???



Para cualquiera que la haya conocido hace cincuenta años, la "evolución" resultará patente. ¿En qué direccción, hacia dónde? Hacia esto, parece ser.

Lo comentaba el otro día con un joven amigo, estudiante de Arquitectura, a propósito de un interesante blog de un colega suyo. Me preguntó qué me parecía el templo modernista de Rivas Vaciamadrid, y le contesté que nauseabundo. Me dijo que el arquituerto ideador del engendro era numerario de la Obra. Quedé un segundo perplejo, porque a pesar de no ser el primer síntoma que reconozco, cada vez que descubro uno nuevo me sumo en cierta inevitable perplejidad. La idea de fondo que me asalta es esta, más o menos: Si así están en la IIIª fase, ¿cómo estarán cuando llegue la Vª??? Sobre la VIª o la VIIª me da miedo imaginar nada, no sé si lo resistiría mi impresionable ánimo.

Pero la aparición de indicios no cesa. De vez en cuando, uno nuevo. Y este ha sido el nuevo, que no conocía. Lo de la conversación con el estudiante de arquitectura ocurrió el sábado, y esta mañana me encuentro con otra referencia breve en Sector Católico. Con otra y más inquietante sospecha, la entrevista salteada que le hacían al arquituerto en El País (¡horreur!). Pasen y miren y lean y sientan escalofríos con las respuestas airosas, desparpajadas, del susodicho:

La Iglesia debe volver a la vanguardia

Del articulete publicado hace 3 semanas, entresaco un micro-florilegio de citas memorables, por decirlas quien las dice:

"Hacer arquitectura es como surfear"

"Lo que me preocupa como católico y como arquitecto es devolver la Iglesia donde siempre ha estado: a la vanguardia de los movimientos artísticos"

"El templo es donde el pueblo de Dios celebra gozosamente los misterios de la redención...Es decir, un espacio comunitario y alegre, no un lugar siniestro".


En este youtube habla el personaje y explica su obra:





Una de sus respuestas-comentarios me resulta curiosa, especialmente. Dice:


"cuando llegó la oportunidad de revolucionar la arquitectura sacra, parte de la Iglesia se asustó"


Y me pregunto si se referirá a su fundador, San Josemaría, que mandó hacer el Oratorio de Santa Maria della Pace de la célebre villa de Bruno Buozzi según gustos clásicos-eclécticos, una versión especie de art-decó con inspiraciones romano-bizantinas muy seguida luego con diversas variantes locales en todos los oratorios del Opus Dei. ¿Ya pasó aquella época?

El estilo litúrgico "opus dei" se definió con idiosincrasia propia, muy distinta, produciendo unos diseños bien marcados por la dignidad material-conceptual de todos sus elementos: Arquitectura, mobiliario, vestuario, decoración, etc. Cuando se hicieron cargo de la clásica empresa "Talleres Granda", supieron incluso despojar a Granda de su opaco sello de "postguerra", renovando en calidad y con mejor gusto los moldes rancios que repoblaron el mobiliario litúrgico español arrasado por la barbarie republicano-marxista entre 1936-39. La justa fama de los Talleres Granda y Artesanía Los Rosales es hoy mundial, con clientela del mejor nivel en todos los continentes, con encargos, incluso, para catedrales y templos no-católicos, tengo entendido.

Por eso me resulta más extraño, más anómalo, esta novedad de este socio con estas ideas de ese estilo. Sólo una explicación me resulta compatible con la reserva sobre la integridad de la institución consigo misma: Esto se lo han consentido para que no se vaya. Si no, no le encuentro explicación. Y temo hacer conjeturas y sacar conclusiones por deducción, perdónenme si les afectara.

Dejando el fondo y volviendo al caso del fantaseador espacio-estructural lumínico-litúrgico, el tal Ignacio Vicens, debe ser un pedante con apéndice y addenda por entregas. Pero le he descubierto. En cuanto ví el engendro, le dije a mi amigo, el estudiante: - Eso es como la nave de los jawas de la Guerra de las Galaxias. Comparen ustedes y díganme si no:



Es una Sandcrawler como las que usan los jawas en la 1ª peli de la Guerra de las Galaxias. Y no me digan que no, comprueben ustedes. ¿Coincidencias? Coincidencias serán. Pero hay que estar muy descompuesto de intencíon y de ideas para concebir ese engendro como una iglesia, un templo católico.

Siempre cabe el timo, como los que daba Miró o todavía practica Tápies y los de su calaña, y el Barceló y demás plebe (no cito a más porque ya sabrán ustedes que mantengo cierta intención moral de damnatio memoriae (y pido perdón por citar el trío que he citado)). Pero si fuera timo, todavía se entendería menos, ¿no?

En el blog del amigo de mi joven amigo arquitecto (en ciernes), encontré esta cita que explica en palabras de un profesional acreditado parte del problemático asunto:


"Las iglesias modernas no convencen. Al visitarlas, se percibe la dificultad de los contemporáneos para expresar lo trascendente en las obras de arte sacro. (…) En estos ambientes enajenantes no se logra establecer relación alguna con Dios ni con los hombres. Se advierte a veces la soledad como en ningún otro espacio. Y uno piensa que la iglesia ya no es el lugar donde se ora, sino donde tiene lugar la asamblea, precisamente como ocurre en las aulas de culto protestantes.

La arquitectura moderna del siglo XX también ha producido obras de arte en este ámbito. El problema es que son un monumento del arquitecto a sí mismo, como el santuario de Ronchamp, de Le Corbusier, o las iglesias de Alvar Aalto. Desde este punto de vista no son arquitecturas logradas, ya que podrían emplearse para otros fines, operación que resultaría imposible en el caso de la catedral de Chartres o de S. Carlino alle Quattro Fontane."
cfr. Ciro Lomonte en revista Humanitas nº 36

En fin, que me uno con este articulete a la cruzada de mi batallador amigo Francesco Colafemenina en su Fides et Forma. Con la esperanza de que la cosa cambie, a ver si la cosa cambia (a mejor, naturalmente).

Es triste comprobar que algunas instituciones que se tenían por "baluartes" van cediendo a la presión del ambiente generalizado y se amoldan a la situación con esa impresión de resaca descompensada por lo anterior que mantuvieron.

No pretendo ni sentenciar ni baldonar ni lesionar fama o buen oficio, pero esa "iglesia" post-modernista de ciencia-ficción denota un "desajuste" impropio de tal profesional y de sus circunstancias. ¿Hubiera sido capaz de concebirla tal cual para uso interno de sus con-socios? Si me dijera que sí, malo; y si me respondiese que no, malo también.

Y es pertinente preguntarse que si así están los justos, ¡cómo andarán los pecadores! O con las palabras del Salmo: "...quoniam quae perfecisti destruxerunt iustus autem quid fecit" Sal 10, 4.

p.s. Para confirmar mis inquietudes al respecto, me acaban de mandar este link de una iglesia en Mexico dedicada a San Josemaría que parece confirmar que el templo-engendro de Vaciamadrid no es un pecado aislado, sino que parece se trata de una tendencia aprobada y promovida por los interesados. O tempora, o mores !!!




&.