jueves, 12 de febrero de 2009

Cosas de vida

El órgano oficioso de la piara entiende las cosas en estos términos, sin vergüenza: El padre que ganó al Papa y a Berlusconi. Quiero decir que no les da vergüenza de falsear las cosas y contarlas pasadas por el filtro de su degeneración. La siniestra siempre ha sido así: Cuando la realidad no coincide con la tesis, se fuerza la realidad hasta que encaje en la tesis de la siniestra. Una característica táctica que siguen y practican fielmente.

Tampoco tienen empacho en hacer suya posturas contradictorias si surgen dentro de la piara, de alguno de los suyos que tenga la ocurrencia. Por ejemplo, hace unos años, el fetiche del cine psoero Pedro Almodóvar jugaba con un caso de enferma en coma irreversible por traumatismo accidental. En "Hable con ella" se le supone a la enferma una vida con entidad propia y suficiente, capaz de "escuchar" o, por lo menos, dar sentido a la vida de la gente que le atiende o la visita en el hospital.

Conocí muy de cerca el caso de dos niños paralíticos cerebrales, apenas sin señas vitales "dignas", que fueron mientras vivieron el centro de su familia. Digo centro sin exagerar porque la vida familiar se había organizado en torno a ellos. Recuerdo a la madre de uno, Adolfo, que le hablaba de mí al niño y al niño de mí como si fuéramos tres en la conversación. Y Adolfo sentía, y era feliz con su madre y quienes les visitábamos (eso decía su madre, que le entendía y traducía cada movimiento y cada ruído). No había conocido otra vida, pero esa que tenía (apenas vida?) la vivía tan plena que cuando murió con 21 años se llevo media vida de sus padres y sus cuatro hermanos. Lo que le faltaba a la vida de Adolfo se la ponían con su vida los demás. Todavía le lloran, a "su" Adolfo. Nunca he sentido con más sinceridad eso que se dice: - "¡No te lo lleves todavía, no nos lo quites". Se lo decían medio rezando medio llorando al Dios de la vida, en Quien creían tanto como amaban. Y era mucho.

Esta tarde me han recordado este chiste que he dudado si poner o no:

~ Anoche mamá y yo estábamos sentados en la sala hablando de las muchas cosas de la vida... entre otras... estábamos hablando del tema de vivir/morir. Le dije: 'Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los artefactos que me mantienen vivo. PREFIERO MORIR'. ¡¡Entonces, mi mamá se levantó con una cara de admiración... Y me desenchufó el televisor, el DVD, la TV por cable, Internet, el PC , el mp3/4, la Play-2 , la PSP, la WII, el teléfono fijo, me quitó el móvil, la ipod, el Blackberry y me tiró todas las cervezas!!! ¡¡¡¡CASI ME MUERO!!!! ~

Tiene patética y chocante gracia, tan crudamente relativista desde el realismo más material de las cosas y sus usuarios, tan subjetivos.

Para la piara el Papa es un enemigo, representante máximo y cabeza visible de ideas, principios e instituciones que no se avienen con la "corrección política" de la ética minimalista del post-marxismo de la post-modernidad. Le tienen declarada la guerra con toda intención, más o menos tácitamente pero con todos los medios en su contra.

Simpatías aparte, ser católico es creer en católico e intentar vivir lo católico. No es facil, ni una cosa ni la otra. Caben en ambas dudas y fracasos, siempre superables y rectificables. Pero los principios deben ser firmes, no susceptibles de reformulación al exponerse al mundo, tan cambiante. Estar en el mundo sin ser del mundo nos traza unas coordenadas díficiles de entender para el mundo que gira, pero firmes y seguras para quién se sitúa en el eje.

No se nos libra de ningún dolor cuando sufrimos, en eso somos tan comunes como los demás. Pero se nos comunica y mantiene la más alta esperanza, algo tan extraordinario en un mundo sin norte, cada vez más desesperado, que pide la muerte porque ha apostatado de la vida como esperanza.

Pienso que los tiempos están "maduros" para un dogma moral que defina la santidad de la vida como gracia desde su primer instante natural hasta el último. Sería un contraste de neta catolicidad.

...y también un escándalo para los que se afincan cada día más en la cultura de la muerte.

Cuanto antes, mejor: Un dogma pro-vida.

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