martes, 12 de enero de 2010

Las peores intenciones del futuro ztpero


Los pronósticos del año recién estrenado no pueden ser menos favorables para el impresentable. Con toda una marea de descontento in crescendo dentro de su partidete, verse en el podio del escenario europeo le presta cierto relieve. Lo que pasa es que en la escena cada uno hace lo que sabe y trasluce lo que es. Algunos podrían recitar delante del foro europeísta un retazo heróico de Corneille, un poner; otros valdrían para remedar una pantomima estilo Marcel Marceau, pantomima al fin y al cabo pero con admiradores del género (hay gustos y gustos (y malos gustos)).

Pero el papá de las dos nenas góticas no tiene vis escénica ni para caerse de culo como el peor de los clowns. No hace gracia ni a los de su tralla, cuanto más va a divertir al selecto personal de la gran Europa; a lo sumo les hará soltar una risita de vergüenza ajena, si acaso. Lo que no quita que a pesar de no ser bueno para casi nada siga siendo tan dañino en la intención y tan nefasto en las consecuencias para casi todo. También salen en la pelis de miedo esos payasos terroríficos que, aun siendo payasos, son los malos de la peli.

Para la Iglesia un año ztpero políticamente malo puede resultar muy peligroso, dada la tendencia a batallar contra la Iglesia para distraer a la plebe de lo que podría despabilarla de su modorra atávica (y ahora ya no vale la podrida mentira marxista del opio religioso). Se enfoca a la Iglesia con el reflector potente, y en la penumbra de la escena se derrumba la tramoya, se perpetran torpes acciones, y se esconde la basura donde la luz no llega. Pero en primer plano la batallita contra la Iglesia, como distracción (y la oposición del Donmariano mirando donde no hay que mirar, la baba en la boca y los pies en el plato).

Después de la gran hazaña de las leyes aberrantes contra-familiares y el omni-aborterío, lo que viene, el capítulo ztpestoso que sigue, es la eutanasia. Es cuestión de tiempo.

Otro particular que ya se ha planteado alguna vez (y que me parece que la mosquita muerta del partiducho de los "otros sociatas", la cadavérica Rosa Diez, ya ha sacado a relucir también) es el de la incautación/nacionalización del patrimonio histórico-artístico de la Iglesia. Eso lo hicieron en Francia allá por el siglo XIX-XX, y es cuestión de tiempo que se planteee también aquí, para ampliar la mordida y tener más campo donde dismular corruptelas y etcéteras presupuestarios. Sería un gran golpe; y un golpe de mazo para la Iglesia; un mazazo más psíquico que material, porque hay obispos que sueñan con quitarse de encima los engorros de templos arruinados y catedrales viejas y endosárselos al primero que levante la mano. Los obispos "desamortizacionistas" dicen que conviene soltar esos "lastres" por "razones pastorales", pero ponen esa excusa para disimular sus desaprensivas razones y culpabilísimas incompetencias (y no se hable más que es resbaloso el particular).

La batalla familiar está perdida; la del aborto a punto de la firma para empezar a exterminar más y peor; la escuela católica está rendida y a los pies del ministro (o ministresa) de turno; la trampa-telaraña de la eutanasia se trama en el tenebroso horizonte, y la querella del patrimonio se emboza esperando su momento para dar el zarpazo. Estos (además de otros) son los planes de Zp, con sus alternativas de progreso. Con la Iglesia como víctima preferida para vampirizar.

La gente, la plebe (los "ciudadanos", que dicen ellos) no saben/no se atreven a saber que el vampiro no tiene una sóla boca, sino que estas bestias horrendas son multi-faciales/poli-maxilares, con dentaduras alternativas para morder y chupar a otros mientras devoran a la "victima señuelo". Que eso es, en cierto sentido, la Iglesia Católica en los planes de gobierno y los programas de futuro: Una víctima fácil a la que se ataca para que las otras tontas no se den cuenta de que también les chupan la sangre mientras miran. Distraer sobre la mesa y ejecutar la fechoría por debajo del tapete.

Para esto, como para todo, los malos siempre tienen lobos con pellejo de cordero, auxiliares rabiosos y ávidos de morder y descuartizar, que les hacen la publicidad, que le marean la perdiz, que le reparten los billetes para el espectáculo, que les escriben, que les aplauden, les dicen vivas y les tiran fotos. Lampando por morder también, les trae sin cuidado la víctima porque les importa la presa.

El cuadro es tremendo, pero así y todo hay gente bastante entusiasmada. Así y todo.

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