jueves, 22 de octubre de 2015

Sínodo sin finiquitar, con todas las cuestiones 'abiertas'

Desde el año pasado pronosticamos que el Sínodo, fuera lo que fuera, ya estaba determinado, con una muy expresa voluntad de PP Franciscus de la que Kasper estaba siendo agente procurador. Ahora, con el Sínodo en vísperas de clausurarse, nos enteramos de las triquiñuelas finales para salirse con las suyas. Dirán y repetirán, cada vez que haga falta, que la Doctrina no se ha tocado y sigue igual, pero todos sabemos que nada va seguir lo mismo. Los dos motu proprio francisquistas sobre las nulidades matrimoniales fueron un golpe de mano premonitorio. Y ahora las declaraciones públicas de algunos señalados implicados en la trama sinodal van desvelando lo que ya se preveía:

El Sínodo tiene final abierto, incluso en los temas delicados


El paso siguiente será ver cómo las conferencias episcopales arbitren medidas que, más o menos explícitas, autoricen la Comunión a los divorcidos re-casados. Y el capítulo sucesivo, con aplauso de la mayoría social infra-católica, será la paulatina aceptación pastoral de todas las demás conferencias episcopales. Incluso dentro de una misma nación podría darse el caso de algunas diócesis que consentirán y forzarán que otras más reticentes se vean obligadas a consentir también. Creo recordar que en un articulete del año pasado comparé el caso con el que ya se dio cuando la extensión de la administración de la comunión en la mano, que en pocos años fue universal. Pues con esto, lo mismo.

Si habrá o no habrá documento final de PP Franciscus, no se sabe. Ni falta que hace, dadas las circunstancias.

Hemos sido testigos de un grave capítulo de la Historia de la Iglesia cuyas consecuencias podrían ser mucho más profundas y lesivas de lo que ya nos figuramos.

Tu autem, Dómine, miserere nobis.


+T.