Cuánto brilla la Estrella en el cielo
más que otra ninguna, radiante de luz,
pero más brilla la Virgen Madre
que mece adorante a su Niño Jesús.
Cómo cantan los Coros Celestes,
Ángeles y Arcángeles, la Navidad,
pero más dulce suena la nana
que la Madre al Niño cantándole está.
Qué felices están los Pastores
de la Nochebuena que vieron a Dios,
pero más regocijo atesora
José, el Patriarca, en su corazón.
Quién pudiera vivir escondido
en un rinconcito del pobre Portal,
y al ladito del buey y la mula
mirar como duerme el Rey Eternal.
Si los Magos de Oriente le llevan
oro, incienso y mirra, yo le llevaré
lagrimitas de miel y rocío
que entre mis zarzales pude recoger.
¡Venid y creed!
¡Venid y adorad!
Y cantadle con mil campanitas
al Niño Divino por su Navidad.
*** para cantar con campanilleros ***
+T.