lunes, 10 de junio de 2013

Schönborn entrevistado en Alpha (desconocemos la Omega)

 
Un poco más abajo pongo un enlace a un vídeo. Merece la pena ver el vídeo (un poco más de 40' minutos) para hacerse idea del personaje y la situación. El personaje es Christoph Schönborn, el Cardenal Arzobispo de Viena, primado de Austria. La situación es la de la Iglesia en la actualidad, y su futuro previsible, según lo que se deduce de lo que Schönborn dice. Véase:

Entrevista al Cardenal Schönborn en un escenario de Alpha


Primero hay que reconocer que Schönborn domina el medio (auditorio Royal Albert Hall, London). Está relajado, se siente cómodo, incluso ante ese poco atractivo entrevistador (Nicky Gumbel, un mascaròn todo guiño-dientes). El Cardenal no sólo expone claramente sino también simpáticamente, captándose la benevolencia del auditorio y sabiendo crear, incluso, esa atmósfera de intimidad/complicidad que sólo pueden generar los buenos comunicadores. Schónborn lo es, hasta a mí me resulta simpático (yes, very much) en ese escenario.

Aun así - con toda naturalidad - no se apea de sus atavismos nobiliarios, ni se desdice un ápice de su sangre azul, dando cuenta de la alta alcurnia de sus antepasados nobles y prelados al servicio de la Iglesia, del Sacro Imperio y de Europa. Late en todo ello la impresión de una discreta pero firme convicción que proclamaría, sin palabras, una especie de 'ahora me  toca a mí'. Si Schönborn estuviera convencido de la vanidad de todo eso, no dejaría que le preguntasen sobre sus blasones, o se libraría del acoso prensa rosa con displicente evasiva. Pero no, con toda amable (condescendiente?) naturalidad responde. Eso le gusta a la plebe, eso le da su Eminencia, el nobilísimo Graf Schönborn.

Aunque se refiere con mucho respeto a Benedicto XVI, su maestro (recalca), introduce la referencia del Papa Francisco sabiendo que arrancará el aplauso del público. Sobre Francisco, me preocupa que insista en esa especie de carismatismo, contando el cuento/anécdota de la 'inspiración' de la candidatura de Bergoglio

Otro momento que suscita el entusiasmo enardecido del público presente es cuando cita a Benedicto XVI que en la ocasión del último encuentro con sus doctorados en Castelgandolfo dijo (dice Schónborn) esto:
"...no es el propósito último del ecumenismo que nos escuchemos unos a otros y que aprendieramos los unos de los otros cómo seguir a Dios?..." (aplausos, aplausos, aplausos...)

De la nueva evangelización habla con evasivas, en términos generales, diciendo que le hubiera gustado que en el pasado sínodo temático se hubiera hablado, más bien, de la experiencia de fracaso de los obispos tocante a la evangelización en directo de los alejados (imagino que es un detalle afín al francisquismo del momento); seguidamente, alaba el encuentro del escenario-auditorio, como si eso, precisamente, fuera una de las claves de la nuevangelización.

El escenario con la entrevista ante un numeroso público en sala-auditorio es un producto Alpha ¿Qué es Alpha? Alpha es un proyecto nuevangelizador de los anglicanos, una especie de catequesis-programa para élites. Vean aquí algo sobre Alpha. Son muy activos en Hispanoamérica, tienen en preparación una página española alpha.es. Son tan importantes que - subraya Schönborn - estuvieron especialmente invitados al Sínodo de la Nueva Evangelización, el pasado Octubre, y se les concedieron 4 minutos de exposición/intervención en el aula sinodal. Son tan importantes que invitan a Schónborn a una tertulia-espectáculo, y el Emmº Cardenal Graf Schónborn acude gustosísimo. Y muy locuaz.

Dice Schönborn que "...el Señor nos está moviendo, llamando y llevándonos de una manera inesperada" (¿a dónde? ¿quizá al despeñadero de la iglesia de Schönborn en Austria?). En otro golpe de captatio benevolentiae del auditorio, con gesto y voz apropiados, declara que lo importante es que Dios nos ama y quiere salvarnos "...Él está anhelándonos..." (silencio emocionado y contenido de los presentes; mueca horripilante del entrevistador).

Domina el recurso oratorio del balbuceo, del titubeo, tan característico en inglés: Comenzar una frase, desarrollarla, detenerla (eheehhh...mmmh...bbbee...aaahhh...), cambiar en un giro lo que iba diciendo para complementarlo con otro apunte, con una técnica, diríase, muy 'impresionista' (color, paleta, pincelada y brochazo). Si me explico. De hecho, el recurso le resulta muy efectivo.

Un golpe más; Aludiendo al padre del entrevistador y al de un tal obispo Justin, que eran judíos alemanes, Schönborn dice esto: "...la herida más profunda en el el Cuerpo de Cristo es la herida entre Israel y los gentiles" (¡¿?!). Una sentencia que él sabrá qué quiere decir. A mí me suena cabalística, confiésolo.

Al final (minuto 38'48'' ss.) le piden una oración, y termina improvisando (intensos gestos, recogidas palabras) una plegaria pietista que hubiera hecho las delicias del mismísimo John Wesley, padre de los metodistas. Ni un padrenuestro, ni un avemaría, ni siquiera una jaculatoria del Espíritu Santo, ni tampoco una solemne bendición cardenalicia. Nada de eso. Sólo una oración del más neto estilo evangelista -"...Lord of amazing grace..." etc. rematando con una signación-bendición discretamente trazada sobre él mismo y los presentes, también con cierto ademán tímido-titubeante.

La oración y todo, toda la entrevista, se puede entender -of course - católicamente, en ese espíritu de dúctil expresión ecuménica. Pero lo dice un Cardenal de Roma en ese sitio, ante esos jóvenes, en tal ocasión.

Ese es el problema con Schönborn (una de las personalidades más potentes, influyentes, activas e intrigantes del Colegio Cardenalicio, con mucho curriculum por delante): Expone, relata, dice cosas tan acomodables, que lo mismo pueden sonar a católico que a no-católico. Muy finamente, siempre, con gentilísimo estilo de rancio abolengo, hombre con prosapia de siglos, con mucha versatilidad de estilo y movimientos.

Por cierto, el suplemento Alfa y Omega trae una reseña de la entrevista que les reseño (con otra sensibilidad que la de ExOrbe, como Uds. supondrán).

Como les iba diciendo, el simpático Schönborn capta muchos adeptos y profesos por doquier. Hasta en el Madrid de Alfa y Omega.

(Los del Alpha internacional quedaron muy contentos, nos consta).

+T.