Hace un ratito que lo he rezado con otro devoto varón (confido), en latín, como es y se debe, con su responsorio y su Oratio, con toda la devoción (mi socio un poco a trompicones, pero devoto (confido)). También las preces por el Papa, y huelga decir que con la intención (o la acción ya cumplida) de la Confesión y la Comunión, para poder lucrar la indulgencia plenaria, que falta nos hace (a mí más).
Mi padre nos contaba cuando lo rezaban en la Vigilia de nochevieja de la Adoración Nocturna, que se echaban por tierra bocabajo al dar las doce campanadas (entonces no se estilaban ni uvas ni demás frivolidades, ¡faltaría más!). Mi padre la llamaba "la noche de los barrigazos", porque mi padre (no era ni será el único) disimulaba su gran devoción (que la tenía) con bromas impías, como cierta afirmación del tópico de que macho y beato no cuadran. Pero él no se perdía ni un año la Noche de los Barrigazos, con su Tedeum.
Son esas cosillas, detalles desconocidos, que un día te sorprenden. Por ejemplo cuando en una de esas noticias con imagen y voz que dan por la tele están cantando el TeDeum y te das cuenta - con estupor y boca abierta - que tu padre, ese tiarrón con metralla de la guerra, está tarareando y cantando por lo bajini el Te Deum. Recordando las noches de barrigazos, sin duda. Y es que mi padre parecía sacado, ahora que lo pienso, de una novela de Pemán (que cada vez me gusta más).
Mi madre, otra que tal, se arrancó un día de repente con el Gloria de una Misa de Perossi, que se la sabía de cabo a rabo. Y la primera vez que estuvimos en Lourdes descubrí que rezaba el Paternoster y el Ave y el Gloria en latín con toda soltura y sin falta, sin rubor ni empacho.
Ahora, cuando hay que dar gracias, las doy por todas esas cosas, posos de oro en el cáliz de mi vida. También me acuerdo de otras cosas por las que dar gracias: Si son buenas por haberlas sido; si malas, por no haber sido peores.
Y también doy gracias por lo que no sé, por lo que ignoro y nunca supe ni me enteré, esas cosas que pudieron pasar y no pasaron pudiendo haber pasado. Y por los milagritos cotidianos que ocurren y no se ven. Por tantas cosas de las que nos hemos librado sin darnos cuenta. Por la Providencia, en suma (la devoción a la Providencia y a San Cayetano también son herencia de mamá).
Pues ahí va el Te Deum, por si alguien quiere unirse, que es muy bueno rezarlo, muy bueno y muy agradecido para con Dios creador, conservador y dador de todo bien:
Te Deum laudamus: te Dominum confitemur.
Te æternum Patrem omnis terra veneratur.
Tibi omnes Angeli, tibi Cæli, et universæ Potestates: Tibi Cherubim et Seraphim incessabili voce proclamant: Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt cæli et terra majestatis gloriæ tuæ.
Te gloriosus Apostolorum chorus, Te Prophetarum laudabilis numerus, Te Martyrum candidatus laudat exercitus.
Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, Patrem immensæ majestatis: Venerandum tuum verum et unicum Filium: Sanctum quoque Paraclitum Spiritum. Tu Rex gloriæ, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius, Tu, ad liberandum suscepturus hominem, non horruisti Virginis uterum.
Tu, devicto mortis aculeo, aperuisti credentibus regna cælorum. Tu ad dexteram, Dei sedes, in gloria Patris. Iudex crederis esse venturus.
(los versículos siguientes se rezan de rodillas)
Te ergo quæsumus, tuis famulis subveni, quos pretioso sanguine redemisti.
Æterna fac cum Sanctis tuis in gloria munerari.
Salvum fac populum tuum, Domine, et benedic hereditati tuæ.
Et rege eos, et extolle illos usque in æternum.
Per singulos dies benedicimus te; Et laudamus Nomen tuum in sæculum, et in sæculum sæculi.
Dignare, Domine, die isto sine peccato nos custodire.
Miserere nostri domine, miserere nostri.
Fiat misericordia tua, Domine, super nos, quemadmodum speravimus in te.
In te, Domine, speravi: non confundar in æternum.
V. Benedicamus Patrem, et Filium, cum Sancto Spiritu.
R. Laudemus, et superexaltemus eum in sæcula.
V. Benedictus es, Domine, in firmamento cæli.
R. Et laudabilis, et gloriosus, et superexaltatus in sæcula.
V. Domine, exaudis orationem meam.
R. Et clamor meus ad te veniat.
V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Oremus.
Deus, cujus misericordiæ non est numerus, et bonitatis infinitus est thesaurus: piissimæ maiestati tuæ pro collatis donis gratias agimus, tuam semper clementiam exorantes; ut, qui petentibus postulata concedis, eosdem non deserens, ad præmia futura disponas. Per Christum Dominum nostrum. Amen
+T.
n.b. He puesto el youtube del Te Deum de Haydn por la efemérides del muy piadoso y católico Herr Magister Franz Josef, pero a mí el que me anima es el de Lully, ya saben Uds, con su fanfarria y su tambourrée grand siécle, ouí!!!
jueves, 31 de diciembre de 2009
Los brujos mitopoiéticos
No se van porque se han instalado. Se han acomodado en la vanguardia disidente y comen de eso. No quiero decir que ganen pelas (aunque de vez en cuando sí meten el hocico en el comedero) sino que alimentan su ego con la consideración de los afines y la clap de la piara aplaudidora, que les adora, que les idolatra. Han perdido la fe, no creen en Dios, pero se han revestido de idolillos y tienen quienes les idolatran. Repugnantes ellos y ellos.
Son mitopoiéticos. Han dado el salto de tirabuzón con vuelta y revuelta pasando sin solución de continuidad de la fe a la no-creencia simbólico-poética filosofada con peregiles del oriente y trans-metafísica apofática con conexiones new-age y tutti-frutti de mil sabores. Y arcoiris, banderita de arcobaleno, también; son poli-fásicos y omni-prácticos.
Son la peste de la Iglesia, un forúnculo infectado que no se sajó en su momento y hoy delira con calenturas recurrentes. Una tiña, una lepra, una tisis galopante con cavernas como un puño en los pulmones de la Iglesia.
Los pulmones de la Iglesia fueron las Órdenes y Congregaciones que hoy son su ruina, su salud arruinada. Salvando lo que se está regenerando gracias a la tradición, lo demás es una desolación, un barracón de miserias que hiede desde lejos. Como los establos de Augias antes de Hércules.
Y no paran. Degeneran por momento y cada día tienen el aguijón más punzante y con más veneno. Sus hermanos les guardan consideración, les profesan el amor fraternal que chorrea como pringue por la barba de Aarón hasta la franja del ornamento (bueno, es un decir lo de ornamento, porque el ornamento lo perdieron en el strip-tease post-concilio y desde entonces van despreocupadamente desornamentados, con look "hortera-paisano" o "funcionario-solterón" o "calamitoso-post68").
Lo malo es que no hay quien los tire al esportón de la basura. Se les teme. No a ellos en particular sino a la tribu de cada uno, al clan, a la "famiglia". Y ahí están, como chulos de barrio chino en la esquina de la pseudo-teología des-católica, la in-moral des-cristiana, o la no-espiritualidad hiper-sincretizada.
No les importa la fe que perdieron, pero quieren que los demás la pierdan también. Ese es su empeño.
No sé si son agentes por cuenta propia o títeres de una mano mayor y una mente peor.
Que son malos, no hay duda. Que son del Maligno, cada vez parece más que sí.
Quousque tandem???
&.
Son mitopoiéticos. Han dado el salto de tirabuzón con vuelta y revuelta pasando sin solución de continuidad de la fe a la no-creencia simbólico-poética filosofada con peregiles del oriente y trans-metafísica apofática con conexiones new-age y tutti-frutti de mil sabores. Y arcoiris, banderita de arcobaleno, también; son poli-fásicos y omni-prácticos.
Son la peste de la Iglesia, un forúnculo infectado que no se sajó en su momento y hoy delira con calenturas recurrentes. Una tiña, una lepra, una tisis galopante con cavernas como un puño en los pulmones de la Iglesia.
Los pulmones de la Iglesia fueron las Órdenes y Congregaciones que hoy son su ruina, su salud arruinada. Salvando lo que se está regenerando gracias a la tradición, lo demás es una desolación, un barracón de miserias que hiede desde lejos. Como los establos de Augias antes de Hércules.
Y no paran. Degeneran por momento y cada día tienen el aguijón más punzante y con más veneno. Sus hermanos les guardan consideración, les profesan el amor fraternal que chorrea como pringue por la barba de Aarón hasta la franja del ornamento (bueno, es un decir lo de ornamento, porque el ornamento lo perdieron en el strip-tease post-concilio y desde entonces van despreocupadamente desornamentados, con look "hortera-paisano" o "funcionario-solterón" o "calamitoso-post68").
Lo malo es que no hay quien los tire al esportón de la basura. Se les teme. No a ellos en particular sino a la tribu de cada uno, al clan, a la "famiglia". Y ahí están, como chulos de barrio chino en la esquina de la pseudo-teología des-católica, la in-moral des-cristiana, o la no-espiritualidad hiper-sincretizada.
No les importa la fe que perdieron, pero quieren que los demás la pierdan también. Ese es su empeño.
No sé si son agentes por cuenta propia o títeres de una mano mayor y una mente peor.
Que son malos, no hay duda. Que son del Maligno, cada vez parece más que sí.
Quousque tandem???
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miércoles, 30 de diciembre de 2009
La discutible Misa multitudinaria de Madrid
Como sé que hay adictos, gente que se ha hecho adicta, para no herir susceptibilidades, no he comentado nada de la Misa de la Familia de este año. Pero me parece que hay que hablar, para que consten las discrepancias.
Mantengo la tesis de que estas concentraciones entretienen al personal de buena voluntad y los distraen de sus obligaciones. Cuando me hablan de cifras y movilizados me pregunto (ya sé que me repito) que dónde están luego esas cifras a la hora de votar. Porque con tantos manifestantes en Madrid más los correspondientes de otros sitios que no van a Madrid pero sienten como los de Madrid, más los influenciados por los manifestantes etc. etc. etc. la cosa debería haber dado un vuelco.
Y no me refiero a que el psoe de Zp deje de des-gobernar, sino a que el Pp del Donmariano deje de existir y se evapore como la Ucd que en paz descanse. Me intranquiliza que las familias de las pancartas al final terminen siendo el sostén de los abortistas anti-familias del Pp. Que son los peligrosos porque no son un “enemigo definido” como los otros, que se les ve venir.
Volviendo a la Misa de familias me chocan varias cosas:
- el centralismo de Rouco, que ni es Primado ni vicario del Papa en España, aunque parece ser que ha asumido este extraño puesto
- el estilo “juanpablista” de macro-celebración que – con todos los respetos para la Misa – debería desaparecer para no volver
- el protagonismo de ciertos grupos comunitarios-eclesiales
- el protagonismo de ciertos grupos para-políticos clientelistas del peperío
De lo primero diré que Rouco es obispo de Madrid y arzobispo de su Archidiócesis y debería atenerse/contenerse a/en sus límites. Esa “dependencia” rouquista que en unos años ha aflorado en parte de nuestra Jerarquía no es buena. Aparte de las amistades y buenas vecindades y oportunas colaboraciones, un obispo católico depende de Roma y del Papa, nunca de la capital y de su arzobispo. Que sea presidente de la CEE no significa ni más ni menos que lo que es, sin atribuciones extras. Conste que lo que digo es católico y lo que es sospechoso de no ser muy católico es lo contrario.
De lo segundo digo que nunca jamás me gustaron las celebraciones puestas de moda por Juan Pablo II. He sido testigo en directo de muchos abusos que no justifican para nada ese tipo de celebraciones masivas. Todavia no he encontrado una razón suficiente. Reunir a la gente y predicarles y rezar con ellos, vale. Pero una Misa multitudinaria organizada como tal Misa para multitudes es un disparate, con el Papa o con Rouco o con el que sea. Me escandalizan esos estrados con obispos arriba y curas abajo; me escandalizan los curas “concelebrantes” con gorras puestas y máquinas de fotos o móviles en las manos; me escandaliza ese “look” del cura chandalero con botines de deporte y vaqueros que se cree que porque lleve camisa de clergyman con tirilla blanca ya está listo y compuesto para la “marcha” católica. Me escandalizan pancartas, y movidas, y pins, y globos, y letreritos y demás parafernalia.
De lo tercero, pienso que ciertos marcan demasiados liderazgos. Valoro lo bueno que hacen, pero no doy por bueno todo lo que hacen y como lo hacen. Al dárseles esos escenarios y concedérseles esos podios se les representa – velis nolis – con demasiada “oficialidad”, como si se asumiera por la Jerarquía todo lo que llevan y profesan, sin distinguir y martizar cosas y detalles muy necesarios de ajustar y corregir.
De lo cuarto, opino que esas “plataformas” e “iniciativas”, “foros”, “páginas-web” y demás tribus son, a la postre, sostenes políticos camuflados y modus vivendi de algunos espabilados que no tienen vis política oficial pero rinden armas a sus patronos peperos.
A lo mejor el cardenal Rouco, tan “germano” de formación, ha soñado con una especie de “Katholikentag” a la española. Pero España es diferente, y los Katholikentag del XIX no son ya los Katholikentag del XX y el XXI. Y esto no es Alemania. Y si algo se pareciera (porque hay parecidos, sin duda) la descomposición cultural/social anticatólica de Zp y su piara a la Kulturkampf de Bismarck, ni las circunstancias ni los protagonistas son equiparables. En el 2010 que vamos a estrenar, Dios mediantes, las armas de esta batalla tienen que ser otras y otros los métodos y las estrategias. Porque estas concentraciones, sean con pancartas sean con Misa, pocos resultados tienen (aparte conseguir el entusiasmo de los entusiasmables (que cada vez – y esa es otra – son menos)).
Los problemas vida-familia-educación que tenemos en España son problemas creados y gestionados por los partidos políticos y los políticos de los partidos, y se solucionarán en las urnas, venciendo a partidos y sustituyendo políticos y/o partidos. Si no, todo seguirá igual de mal y empeorando año tras año.
En el blog de un afín he comentado esta mañana que se necesitan más frutos efectivos y menos efectos especiales. Porque eso es lo que me parecen estas celebraciones : Efectos especiales en una película con buen argumento que disfraza/tapa con movimiento-luz-sonido-cámara a actores, dirección y producción. Yo no digo que malos, pero sí afirmo que “muy discutibles”.
p.s. A los sufridos padres/madres y familias que hayan asistido: Muchas gracias por estar, pero no es eso. Mejor que vayan a Misa a sus parroquias y dejen a Rouco en la Almudena. Y cuando haya elecciones, voten bien o no voten.
n.b. Huelga decir que me importan un pito las opiniones que no concuerden, conque no se molesten en contestar los afectados por el síndrome que critico porque les mando el comentario directamente a la papelera (en este blog se profesa firmemente el pensamiento único de su tiránico y despótico blogger (Sic)).
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Cantar y bailar villancicos con gracia y con fe
El año pasado me quedé con las ganas de poner este youtube, que no lo puse porque la “anfitriona” del programa, con esa pinta verbenera-kitsch, no me gusta nada. Pero ahí va, porque el Manuel Lombo se lo merece, el tio.
El tio no se corta un pelo delante y en medio de semejante fielato calé, y se arranca con unas bulerías que le jalean con los vellos de punta el Rancapino sr. el Rancapino jr. la Remedios Amaya, el Manuel (sin la Loles) dos Carmonas, el hijo de Valderrama y Dolores Abril, y un coro de flamencos con sangre de reyes.
El Manuel Lombo – ustedes lo ven – domina cantando y bailando, con todas las gestualidaes flamencas saliéndoles garbosas y con propiedades, la voz fina y clara, y el baile con una figura original, ritmo y gracia de las que no se aprenden en escuela sino que salen de dentro por gracia de Dios.
Todo esto lo escribo consciente de que hago propaganda, porque hay cosas a las que hay que dársela. Resulta que el Manuel Lombo ha sacado un disco con un repertorio de Villancicos Flamencos en el que hay un “villancico anti-aborto”. Ayer publicaban en el ABC una entrevista, del todo “incorrecta” que da alegría leer nada más que por el titular:
“Estoy en contra del aborto ¿a cuántos genios habremos matado?”
Pero es que además el tio se declara católico practicante con toda la gracia. Lean las cosas que dice Manuel Lombo, porque ya les digo que da alegría leerlas.
Y el tio tan chulo y tan simpático y tan flamenco y cantando villancicos como los
Ángeles de Murillo y bailando como los Arcángeles de Zurbarán. Ahí está, sin cortarse un pelo, católico de tablao derrochando gracia por tós cuatro costaos.
Yo no sé, claro está, si a ustedes les gusta el flamenco y una juerga flamenca. Si no le gusta, es que no lo han probado, o le han dado sucedáneos. Fíjense ustedes nada más en la letra que canta Manuel Lombo, que es una gloria:
“…José ha visto que su vara
de nardo está florecía
y azucenas en la cara
le florecen a María
el buey y la mula
le dan su calor
al Rey de los cielos
que anoche nació…”
Y remata cantando y bailando el villancico de los pañales, tan gitano.
En fin, que ese disco de Manuel Lombo debe ser lo que canta él mismo:
“…cantarito de arrope y meloja
de menta y de miel…”
Ea, pues eso era. Con un ¡¡Ole!! Para Manuel Lombo (que no tengo el gusto de conocer, ni a su hermano el cura tampoco, palabra de honor).
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martes, 29 de diciembre de 2009
Saint Thomas Becket Ep. Mar.
El asesinato-martirio del Arzobispo Thomas Becket en su Catedral de Canterbury fue el magnicidio que marcó la Edad Media, una preciosa uncial miniada con sangre que abría el capítulo de los mártires insignes que en los sucesivos siglos serían víctimas de la tensión Iglesia-estado. El caso de Thomás Becket es un preludio.
Más que un conflicto por hechos, fue una lucha de principios. La secuencia de los acontecimientos que comienzan por un litigio entre tribunales se define al poco como una oposición de fuerzas: El trono contra el Altar; o el cetro contra el báculo; o la espada contra la Cruz. Extensivamente se puede explicar como una continuación more anglico de la Querella de las Investiduras, ahora planteada como una tensión de derechos, de leyes y jueces en conflicto. Pero el motor de todo fue una brutal ambición posesiva que se desmarcó de los límites estamentales que fijaban las competencias y arbitrios de lo sacro y lo profano, lo que era del César y lo que pertenecía a Dios.
Las fuerzas estaban muy igualadas, de un lado el joven Enrique Plantagenet, por herencia y matrimonio el personaje más poderoso de la Cristiandad; del otro un Arzobispo Primado de aquel siglo dorado de la Escolástica, jerarca de la Iglesia en uno de sus más brillantes momentos, con fuertes y capaces eclesiásticos en Roma, en cada sede episcopal y en cada abadía. Hubo y habrá horas en las que la Iglesia fue y será victima de la debilidad de sus pastores, tiempos de tranqulidades mercenerias. Pero la Iglesia vivió y vivirá días de lucha cuando sus sacerdotes son fuertes. Y Thomas Becket era un campeón.
La solución de estas contiendas se salda con pecado o con Mártires, ya prevalezca la debilidad de los contemporizadores que han sido (y serán) ya se mantenga firme la ley santa, con todas sus consecuencias cruentas.
En la historia de Thomas Becket el arreglo de las partes vino después de sus muerte martirial. La Iglesia tiene que escoger, a veces, entre perpetuar una querella o ceder para mantenerse en paz. Mientras los campeones están en la arena, los pactistas observan, sopesan y miden cuánto, hasta dónde y cómo. El sacrificio del Arzobispo Tomás de Canterbury costó una penitencia pública del rey, apenas penitencia porque los grandes de este mundo rara vez cumplen nada, penitencias menos. Y la promesa de una Cruzada, que Enrique II tampoco cumplió. Y dinero para la causa de los Santos Lugares, que se pagó mal y con mala voluntad, como pagan sus deudas los reyes.
Cuando atardecía, después del canto de Vísperas de la Octava de Navidad, los nobles sicarios del rey entraron insolentes y blasfemos en la Catedral. El Arzobispo se mantuvo firme, santamente altivo, virtuosamente sereno, ante el Altar. Insultado y vejado, fue muerto cruelmente, a espada: Un golpe mortal le abrió el cráneo y otros espadazos le hirieron en el cuello, el pecho y el costado. Yació sobre el pavimento del templo, revestido con los sagrados paramentos sacerdotales, empapados en sangre.
Siglos después, cuando otro encanallado con corona rompía la unidad de la Iglesia por la que murió el gran Tomás, la memoria del Arzobispo quiso ser borrada. Sobre las losas de Canterbury los turistas (hay pocas visitas de peregrinos) ven un letrero de metacrilato que explica que una lamparilla encendida marca el sitio de la Capilla del sepulcro de Stº Tomás Becket que Enrique VIII Tudor mandó destruir.
No lo considero un santo de la "Iglesia Anglicana", porque ni son iglesia ni Thomas Becket murió por ninguna "Iglesia de Inglaterra": Murió Mártir de Cristo y de su Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica, y tiene su cabeza en Roma, ubi Petrus.
Oremus:
Deus, pro cujus Ecclesia gloriosus Pontifex Thomas gladiis impiorum occubuit: praesta quaesumus: ut omnes, qui ejus implorant auxilium, petitionis suae salutarem consequantur effectum. Per Dnum....Amen.
EX VOTO
+T.
lunes, 28 de diciembre de 2009
Inocencias, alegrías, pequeñeces que las Aídos, Zp's y demás aberrantistas progresistas odian y detestan
Es un youtube que me han mandado y que me parece tan simpático como valioso, dados los tiempos que corren. Vean ustedes (si es que no lo han visto ya):
El sexto protagonista feliz es el padrazo que no se ve en el youtube porque está animando y rodando la escena.
Ya sé que después del ratito de retozo con mamá y papá vendrán los biberones y los pañales y el baño. Y el dia entero. Y las noches con niños. Ustedes también saben y se imaginan.
Pero esto y eso es vida y es vivir.
Cuando nos rodea la peste tenebrosa de las ideologías anti-vida, anti-familia, anti-humanistas, anti-cristianas, anti-católicas, publicar estas pequeñeces es como abrir ventanas, encender linternas, aspirar aire limpio. Un desahogo para los sentimientos y un aliento para la resistencia.
Y sobre todo: Estamos celebrando que Dios nació, fue Niño. Y también rió así, con la misma risa feliz e inocente de los bebés del video. Y cuando el Niño-Dios reía, todo - Cielo y Tierra - se regocijaba con él.
El infierno no, claro.
La fiesta de los Inocentes ha pasado a ser, en pocos años, de un día de bromas familiares a un día de tenebrosa conciencia. Estamos bajo el gobierno de los que han hecho “progreso” con el crimen de los inocentes como “programa” y la coartada de la “liberación” feminista como bandera.
No sé cuántos millones de niños no han podido reir como los del youtube. Y tantos millones de madres y padres han dejado de ser felices por haberse convertido en asesinos de la vida que engendraron, con la complicidad culpable y co-aberrante de gobiernos, políticos y leyes.
A todos les molestarán estos vídeos de niños riendo con y para sus padres.
Al infierno, también.
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El sexto protagonista feliz es el padrazo que no se ve en el youtube porque está animando y rodando la escena.
Ya sé que después del ratito de retozo con mamá y papá vendrán los biberones y los pañales y el baño. Y el dia entero. Y las noches con niños. Ustedes también saben y se imaginan.
Pero esto y eso es vida y es vivir.
Cuando nos rodea la peste tenebrosa de las ideologías anti-vida, anti-familia, anti-humanistas, anti-cristianas, anti-católicas, publicar estas pequeñeces es como abrir ventanas, encender linternas, aspirar aire limpio. Un desahogo para los sentimientos y un aliento para la resistencia.
Y sobre todo: Estamos celebrando que Dios nació, fue Niño. Y también rió así, con la misma risa feliz e inocente de los bebés del video. Y cuando el Niño-Dios reía, todo - Cielo y Tierra - se regocijaba con él.
El infierno no, claro.
La fiesta de los Inocentes ha pasado a ser, en pocos años, de un día de bromas familiares a un día de tenebrosa conciencia. Estamos bajo el gobierno de los que han hecho “progreso” con el crimen de los inocentes como “programa” y la coartada de la “liberación” feminista como bandera.
No sé cuántos millones de niños no han podido reir como los del youtube. Y tantos millones de madres y padres han dejado de ser felices por haberse convertido en asesinos de la vida que engendraron, con la complicidad culpable y co-aberrante de gobiernos, políticos y leyes.
A todos les molestarán estos vídeos de niños riendo con y para sus padres.
Al infierno, también.
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domingo, 27 de diciembre de 2009
La Misa de medianoche de Navidad adelantada (comentarios)
No sé si alguno, como yo, ha tenido la impresión de que la Misa del Gallo celebrada por Benedicto XVI en San Pedro del Vaticano dos horas antes de la medianoche ha sido/puede ser la solemne puntilla para la ya agonizante Misa de Medianoche de Navidad. Será cosa de esperar y ver si se repite ese horario adelantado en los próximos años, y a ver qué pasa.
En mi parroquia la asistencia a la Misa del Gallo ha ido decayendo desde los últimos 15 años hasta el presente. La asistencia de fieles no pasa de los cincuenta o sesenta, a lo sumo setenta personas. En los pueblos es distinto, porque las parroquias de pueblo suelen mantener con más arraigo los cultos tradicionales. Pero en las ciudades la decadencia de la Misa del Gallo me parece que es general, con las excepciones que haya que hacer.
El problema es de horarios y hábitos. Y, por supuesto, de falta de devoción. Y - por supuesto también - el ya habitual problema de las “libertades” que las “conveniencias pastorales” y el permisivo “si parece oportuno” prestan a los acomodadores de la liturgia post-conciliar.
Si la Vigilia Pascual puede adelantarse hasta casi la puesta de sol dejando de ser una vigilia de noche-madrugada para convertirse en una celebración vespertina, todo ello por “razones pastorales", a fortiori parece congruente (según esas “razones") adelantar dos horas o tres o cuatro o cinco la Misa de medianoche de Navidad. El problema es que deja de ser, entonces, Misa de medianoche. Este 24-25 de Diciembre la Misa papal del Vaticano concluía aproximadamente a la hora en que tenía que haber comenzado. Si se considera que las cosas de Roma suponen cierta “normatividad", qué duda cabe que el “ejemplo” vaticano servirá para que muchos horarios se adelanten igualmente, finiquitándose por doquier el horario litúrgico tradicional de la Misa del Gallo.
Teniendo en cuenta el absoluto relativismo imperante, el “¡qué más da!” o el “¡si es lo mismo!” etc. la Misa de medianoche a las 12 p.m. tiene los dias (las noches) contadas. Al tiempo.
La liturgia de Navidad es antiquísima. Se ha ido formando a través de los siglos con cierta fijación definitiva hacia los siglos VII-VIII, cuando ya existía esa secuencia de celebraciones:
- Misa de la Vigilia
- Misa de Medianoche
- Misa del Alba
- Misa del Día
Eran Misas estacionales que se celebraban por el Papa en una determinada Iglesia Estacional. Principalmente era la Basílica de Stª María Mayor la que centraba todas estas celebraciones. La vinculación de la Basílica Liberiana a la liturgia de Navidad, a más de la devoción y el culto a la Madre del Señor, tiene su motivo por las reliquias del Pesebre que se veneran en la “Confesión", debajo del Altar Mayor***1, y en la capilla de la cripta del Sagrario.
El orden de las estaciones de las Misas de Navidad era este:
- Vigilia: Statio ad Stª Mariam Maiorem
- Ad Primam Misam in nocte: Statio ad Stª Mariam Maiorem ad Praesepe
- Ad secundam Missam in aurora: Statio ad Stª Anastasiam
- Ad tertiam Missam in die Nativitatis Domini: Statio ad Stª Mariam Maiorem ***2
El dia de San Esteban la estación era en S. Stéfano Rotondo, en el Celio. Y el día de S. Juan Evangelista volvía a ser en Stª Maria Maggiore. El plano estacional se circunscribe dentro de ese área cercana al Laterano, donde residieron los Papas de la antigüedad y el medievo hasta que se trasladaron al Vaticano en el Renacimiento, y en el XVII-XVIII al Quirinale.
Cada una de las Misas tiene sus oraciones y lecturas propias. Al mantener cierto ritmo de vigilia, el rezo de las horas litúrgicas se iban intercalando entre las celebraciones, desde la misma Misa de la Vigilia hasta la Misa del día. Posteriormente, en las abadías y los conventos se adaptó y respetó esta secuencia que conformó en el Misal esa especialísima estructura litúrgica de la Solemnidad de la Natividad del Señor, que tiene un cierto paralelo con las celebraciones del Triduo Sacro de la Pascua, que serían las que inspiraron remotamente la distribución de las Misas de Navidad.
Con la reforma litúrgica del post-concilio, la Misa de la Vigilia que se celebraba el 24 Dic. por la mañana, se empezó a celebrar por la tarde, ya como de Misa de vísperas, valiendo para cumplir el precepto. En muchas parroquias no se celebraba y quedaba solamente la Misa de medianoche, pero en otras se fue introduciendo la Misa de víspera-vigilia de Navidad. Al poco ya se trastocaban los formularios con lecturas y oraciones propias para cada Misa y se adelantaban las oraciones y lecturas de la Misa de medianoche a la de la vigila-víspera. Obsérvese que esta novedosa costumbre de las “misas de comodidad” se inventan/inician en iglesias conventuales, de comunidades religiosas, por motivos “razonables", y progresivamente se van extendiendo e imitando en las demás iglesias y parroquias, para “comodidad” de los feligreses, etc. El resultado es una alteración de la Liturgia según el capricho de cada párroco o rector.
Por eso, repito, el adelanto de la Misa del Vaticano dará pié a la proliferación de horarios y de Misas alteradas, ahora con la justificación y la excusa de que si el papa lo hace, entonces es que se puede. Y muchos hasta lo entenderán como "recomendable".
Indudablemente, estas celebraciones con todas sus complejidades y solemnidades se crearon/formaron como liturgias pontificales, catedralicias, abaciales, basilicales etc. En el culto estacional romano el Papa celebra asistido por la capella pontificia, la corte prelaticia y el concurso de los fieles. Si se trata de un culto catedralicio, el cabildo y el coro canonical asisten igualmente al obispo; si es de una celebración abacial, monástica o conventual, el abad o el prior celebran con la asistencia de la comunidad. Y cuando es de una clausura de monjas, lo mismo. El “problema pastoral” ocurre cuando se trata del culto parroquial habitual, que es el que cuenta con el concurso común de los fieles.
En las ciudades, la peculiaridad de la sociedad urbana moderna, con sus hábitos y horarios, impone un ritmo al que las parroquias se ven forzadas a acomodarse para poder mantener un culto adaptado a las posibilidades de los feligreses. Todo esto podría hacerse con respeto a la Liturgia, pero de hecho está probado que las indiscreciones arbitrarias se imponen sobre las prescripciones litúrgicas, y cada vez es más frecuente encontrarse en las parroquias urbanas “misas de gallo” a la siete o las ocho o las ocho y media de la tarde.
Esa novedad de la hora “acomodada” de la Misa papal no es ni temprana ni tardía, sino todo lo contrario. La explicación de haberse procurado un horario más temprano para no fatigar al Papa es relativamente prescindible, puesto que el Papa no está “obligado” a celebrar la Misa de medianoche. No sé, no puedo precisar, desde qué época dejaron los Papas de celebrar personalmente las liturgias estacionales; pero desde el siglo XII en adelante lo raro era que el Papa celebrara, y lo habitual que delegara en algún cardenal esas celebraciones.
Lo recuerdo porque la gente parece que se ha olvidado de todo esto. Entre las muchas novedades del pontificado de Juan Pablo II, una de las más llamativas fue la habitual presencia del Papa en todas las celebraciones, marcando un ritmo que se mantuvo a pesar, incluso, de su decrepitud física, hasta casi el final de sus días. Benedicto XVI, desde el principio de su pontificado, se desmarcó de ese ritmo. Personalmente, yo preferiría que se desmarcara aun más. Por ejemplo, veo preferible que la Misa de Nochebuena sea a su hora y la celebre un cardenal delegado. Preferiría que la Misa Papal “solemne” fuera la del Dia de Navidad, con la Bendición Urbi et Orbi a continuación. Incluso, si fuera necesario, la sóla presencia del Papa en la Bendición bastaría, si me explico.
Lo que no termina de parecerme “justificado", a pesar de todo, es la mudanza del horario litúrgico.
Como curiosidad: En los Misales antiguos aparece la rúbrica que advertía de que si el sacerdote iba a celebrar el Día de Navidad las tres Misas previstas en la liturgia, no hiciera ni sumiera las abluciones del cáliz ni en la Misa 1ª ni en la 2ª, que se purificara los dedos en un vaso aparte y que sólo al final de la 3ª Misa sumiera las abluciones, para no romper el ayuno.
Cuento este detalle para que se caiga en la cuenta de cuánto han cambiado las cosas, casi siempre en detrimento de la reverencia, el respeto y la dignidad tradicional del culto y sus ministros.
Espero, en fin, que lo del horario “acomodado” del vaticano no trascienda y no se “universalicen” las Misas de medianoche con adelantos al gusto del celebrante y/o el lugar.
***1 Los fragmentos del Pesebre están expuestos en un precioso relicario-urna de oro y plata, regalo de España a la Basílica por mano de Dª Isabel IIª (los Reyes de España son Patronos y canónigos honorarios de la Basílica de Santa María Mayor). El Sagrario de la Basilica se conoce como Capella Sistina, por haber sido edificada en tiempos de Sixto V, que quiso ser sepultado allí. La capilla se edificó sobre otra más antigua, que subsiste como cripta. Esta capilla inferior contiene tierra y piedras de la gruta de Belén llevadas a Roma junto con el cuerpo de San Jerónimo, que descansa en esa misma cripta de la Capilla del Santísimo.
***2 Más antiguamente, esta Misa del día de Navidad, la más solemne, se celebraba en la Basílica de San Pedro. Por ejemplo, la coronación de Carlomagno en el año 800 tuvo lugar en esta Basílica justo antes de la Misa de Navidad, casi en el mismo punto donde cayó Benedicto XVI la otra noche, en el primer tramo de la nave central (hay un disco de pórfido rojo, resto del pavimento de la vieja basílica constantiniana, que marca justamente el sitio donde Carlomagno arrodillado recibió de manos del Papa León III la corona imperial). Hacia el año 1100 la Misa trasladó su estación a Stª María Mayor, por proximidad con el Palacio Laterano, residencia entonces de los Papas, como dije más arriba.
+T.
jueves, 24 de diciembre de 2009
Villancico I
Noches sin estrellas,
días sin ventura,
y el viento,
y la vida,
y una sombra oscura
que amarra con miedo,
tan dura.
Y en la noche una estrella,
y un día que llega,
y ese aire,
y la vida,
y una luz que anima,
que enciende las almas
¡tan viva!
Al alba, cantando, querubes
unían pastores de tierra
con coro en las nubes;
subiendo y bajando
paz a los hombres
y gloria en lo alto.
La señal era
el Niño del pesebre.
...¡Y la Estrella!
p.s. De nuestra parte para los familiares, amigos, asíduos, visitantes y ocasionales: Santidad, felicidad y ventura dichosa, porque hubo una Navidad que ahora celebramos creyentes, adorantes y expectantes.
¡Gloria a Cristo!
+T.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
El persistente complejo judio
Sé que lo que escribo no sintoniza con la corrección política corriente, la de moda y la vulgarizada y ordinariamente asumida. Lo que digo es que Europa debería haber superado el complejo judío; quiero decir que una cosa es reconcer los crímenes de los regímenes pasados y otra tener que cargar con el sambenito y soportar que el pesado recuerdo judío sea la mano de mortero que no cesa de machacar la conciencia a cada momento.
Ni me siento antisemita ni me culpabilizo por lo que hicieron los nazis. Por otra parte, tengo muy claro que los judíos en la España de los siglos XIV y XV fueron un grave problema. Considero justa y al uso de su tiempo la expulsión de los judios en 1492; pero esto, ni me quita el sueño ni me traumatiza.
Sí me traumatiza, sin embargo, la injustísima ocupación de Palestina, el invento contra todo derecho del Estado de Israel, y los crímenes actuales de ese estado contra los palestinos. Todas las fechorías consentidas y disimuladas de Israel me afectan. El pasado no. El presente sí. Y en el presente, los que quedan en evidencia y tienen que explicarse y justificarse son ellos.
Algún día alguien estudiará en una tesis documentada hasta donde se pueda (o se quiera) la influencia del “tráuma-complejo” judío en los Papas del siglo XX y el XXI. Para mí, a mi entender, es notorio que el Papa Wojtyla, polaco, y el Papa Ratzinger, alemán, ambos contemporáneos no-culpables pero testigos de la terrible persecución y masacre de los judíos europeos por los nazis de Hitler, han manifestado una especial atención que se traduce en una actitud acusadamente sensible.
No sabría decir si esta cercanía y comprensión suponen para la Iglesia una especie de “hipoteca” parecida a la que todavía embarga la memoria de una parte de Europa; hasta concedo que pueda ser una impresión particular mía, más intuitiva que documentada. Pero a veces tengo esa impresión. Y no soy el único.
Cuando los rabinos se manifiestan violentamente agresivos contra el gran Pio XII y se movilizan escandalizados cada vez que sale el tema de la beatificación del Papa Pacelli, me parece una gran farsa, más o menos orquestada. Un farsa contra la historia y sus protagonistas que a la vez que ladran contra el Papa Pio esconden debajo de la tarima la memoria del Gran Rabino de Roma, Eugenio Zolli, convertido al catolicismo al poco de terminar la 2ª Guerra Mundial, que se libró de la deportación y la muerte gracias a la cobertura recibida merced a la diligencias del Papa, y que quedó tan convencido que terminó convertido, abandonando la fe del Viejo Tetamento y profesando la definitiva fe en Cristo.
El caso Zolli es uno de esos monumentos clamorosos a favor de Pio XII y en contra de sus detractores judíos, que tan mala memoria tienen, que no perdonarán nunca al Papa Pacelli que arrancara de la Torá y condujera la Evangelio al Gran Rabino de Roma. Una historia incontestable, deliberadamente ocultada por la publicidad judía. Probablemente muchos ni lo sepan, porque no son de las historias que se cuentan.
A mí me impresionan los documentos de la shoá. Me impresiona también la cantidad de medios y recursos con que se ha asegurado la memoria de esa tragedia. Pero igualmente me impresionan cuántos crímenes están en la nebulosa del olvido, o en un segundo, tercer, cuarto, quinto o remoto plano. Y me refiero a todos esos crímenes sabidos y no contados, desde los asesinados por el Partido Comunista en el Este de Europa durante cincuenta ominosos años, hasta los crímenes actuales de los regímenes comunistas de China y Asia. Tantos muertos sin memoriales, sin museos, sin prensa, sin Wiesenthal que busque a los asesinos, sin rabinos hiper-motivados husmeando enemigos (o inventándolos). Parece como si Occidente hubiera focalizado el reflector de la memoria de la historia en un sólo punto del escenario y se empeñara en dejar sin luz el resto de la escena.
La Iglesia Católica no puede seguir el juego que pautan otros, ajenos a nosotros. No podemos llevar el lastre encadenado de esa historia. Una tragedia en la que la Iglesia no estuvo implicada y en la que la misma Iglesia contó también con sus víctimas. Por muy victimas que se sientan todavía de aquello que pasó, aquello pasó, y lo que pasa hoy son otras cosas que reclaman atención y justicia actual.
Confieso que me da pena que por cada rabino que rabia no salgan diez obispos que les manden callar.
Sin complejos.
&.
sábado, 19 de diciembre de 2009
Pius XII prior !! (et plus quam)
Las comparaciones, como las dudas, ofenden. Comprendo, pues, que algunos se sientan ofendidos por esto que voy a decir: Sería una injusticia flagrante y sangrante que beatificaran a Juan Pablo II antes que a Pio XII. Tanto va de Alfonso a Alfonso, que decía el Venerable Contreras (otro venerable-venerabilísimo sin beatificar).
A Pio XII los malos le colgaron el sanbenito de lo del silencio por lo de la shoá, un cuento perverso que no se lo creen ni los de la patrulla de Wiesenthal. Pero lo impusieron y lo publicaron y la bola se tragó y la causa se paró. Con milagros y con todo.
Considerando más a fondo el asunto, Pio XII no está hoy canonizado y con corona porque después del Vaticano II se vetó un determinado perfil de santidad, verbigracia el que representaría el Papa Pacelli, tan querido por los buenos como odiado por los malos. Yo sospecho también antipatías que no diré, que me callo porque no me constan; pero son probables.
Un par de veces he comentado en este blog que soy muy contrario a los expedientes/causas de canonización acelerados, así como de los nuevos procedimientos para las causas de los Santos. A pesar del parón a la beatificación-canonización de Pio XII, de todo este período crítico-revisionista han aflorado verdades, testimonios y documentos que esclarecen su pontificado, tan rico en obras como rica fue la personalidad humana y eclesial de Eugenio Pacelli.
Cuestiono, por otra parte, que el entusiasmo del "santo súbito" sea bueno para la causa de Juan Pablo II. Un pontificado admirable, pero tan cercano todavía, sin la "lejanía" necesaria que permita evaluar todas sus circunstancias . Algunas en el candelero de la actualidad como el caso de M.Maciel o el de los turbios episodios de los abusos de menores en Irlanda, dos casos "tapados" durante pontificado precedente con los que se ha enfrentado sin titubeos Benedicto XVI. Por su parte, lo de Asís, no hay por donde cogerlo digan lo que digan y como se diga; y el asunto litúrgico y otros asuntos no son, verdaderamente, ni glorias para mostrar ni ejemplos para enseñar.
Por estos y otros particulares, me causa impresión de "desproporción" saber que van a ser declarados venerables Pio XII y Juan Pablo II a la vez. Son dos causas con casi medio siglo de distancia una de la otra, con un pontificado super-revisado y otro que está recien transcurrido y con sus consecuencias todavía frescas (y yo diría que en proceso de "revelado", entiéndaseme).
No quiero ni pensar que se trate de otra "mixtura" como la de Septiembre del 2000, cuando se beatificaron a la par a Pio IX y a Juan XXIII, como equilibrando el "peso" de uno y otro (o del Vaticano I con el Vaticano II, un dificil, muy dificil, equilibrio).
Me veo obligado a aclarar para el que lea esto y no me haya leído antes que el que escribe, un servidor, le tiene grandísimo afecto a Juan Pablo II, al que pude conocer tan en directo como mis discretas circunstancias me lo propiciaron, a quien yo mismo le tengo sincera veneración, por cuya causa de beatificación he rezado.
Pero mantengo que Pio XII y su pontificado fueron y son de más valor, de más peso doctrinal e histórico, que Juan Pablo II y el suyo; sin comparación. Item más: En su momento, en vida y post mortem, la veneración por Pio XII fue entre los católicos mayor que la que tuvo y tiene Juan Pablo II.
En el Vaticano saben y les consta cuánto de malicia y falsedad ha habido en las acusaciones contra Pio XII. Por eso, por comparación de personas y hechos, haber mantenido un proceso al ralentí (y casi de manera "vergonzante", me atrevería a decir) y acelerar otro desde el día después del óbito, me parece desproporcionado. Ahora esta "conjunción" de los dos Venerables me resulta un exceso de ponderación y diplomacia.
Unicuique suum.
&.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Un estúpido artículo de un idem (Munilla item)
Los estúpidos tópicos son el pienso y la alfalfa de ciertos "profesionales", que como tienen que escribir para comer y mantener el prurito de la pluma, repiten como loritos del siglo XXI las monerías de los papagayos decimonónicos, o los retruécanos de los plumíferos del siglo pasado.
Escribe el gacetillero, a propósito de lo de Munilla, una sarta de imbecilidades que rebelan. Primero el título del articulillo: "Las sotanas de la tribu".
Muy mequetréfico escribidor: Si esa patrulla firmante vistiera sotana, no habría problema. Porque, precisamente, no son curas de sotana firman cartas kale-borroka contra su Obispo. Ya quisiera yo (y conmigo los católicos que vamos quedando) que hubieran ciento veinte sotanas en uso por las Vascongadas, ya quisiéramos.
Sigue el periodiquero y habla de "gregorianas voces" refiriéndose a los que, en todo caso, canturrean en vasco montaraz. Y dice, además, "gori-gori".
Y dice "trabucáires", "hipocresía farisáica", y "sepulcros podridos" (una variante novedosa del clásico evangélico).
Y dice también "clerecía carlistona", y no sabe el mentecato que ofende a los clérigos y a los carlistas; ¿o es que se piensa que uno que se reconoce y se dice "clérigo" o "carlista" firma una carta-amenaza contra su Obispo? ¿Sabe el pacato quiénes se honran en ser clérigos en la España de Zp; entiende qué es un carlista en el Reino de Juan Carlos I?
Y dice todo esto:
jesuíticos casuismos
casullas en acólita
consagraba el vino áspero
tropilla talar
levítica cuadrilla espiritual
evangelio hemipléjico
feligresía unívoca
reserva espiritual
fe de campanario
curas montaraces
Una sarta de muletillas que le ha servido para pergeñar el papelorio escrito de cada día. Él se creerá una especie de Quevedo, pero lo que le ha salido es un churro estrambótico que no se lo traga él mismo.
Me imagino - y tengo acierto - un sabihondo de escuela-insti-univ que al final se coloca (le colocan) de gacetillero y pian pianito va escalando páginas y corriendo el escalafón de redacciones, con ayuditas, con padrinitos. El nene es repipi pero sabe acomodarse. Y tiene algún tráuma que le rebosa en ese anticlericalismo decimonónico.
Porque no se engañe nadie: Ese trallazo contra el clero guipuzcoano kaleborrokero es un estallido del anti-clericalismo atávico del tal, un síndrome muy periodístico, por cierto. No es el único. Así se las gastan. Y en cuanto raspas un poquito, debajo del modosito con gafitas, bajo el pellejo del irónico liberalete, asoma la dermis más profunda del rabiosillo no-creyente/agnóstico (que en realidad es un descreído acomodado que pasa de lo más santo y tiene manía a todo lo que le recuerda al Catolicismo y a quienes lo representan con más diginidad).
¿Por qué dice sotana y no dice chupa de cuero y vaqueros?
¿Por qué dice gregoriano y no dice guitarra y bongos?
¿Por qué dice dice talar, jesuitico, espiritual, evangélico, casulla, campanario...???
¿O no sabe que esos, precisamente esos, son los que han quitado y no usan y han arrinconado y han tirado y han despreciado y reniegan de eso?
El desgraciado articulero nos ofende a los que entendemos y apreciamos y mantenemos todo eso. ¿Nunca cambiarán de lenguaje? ¿Van aseguir llamando curas a los que no quieren serlo y no visten sotana, ni tienen campanarios, ni son directores espirituales, ni entienden de casuística, ni jamás han sido jesuíticos, ni saben qué es ropa talar, que han des-evangelizado y desacralizado el Evangelio???
Por todos estos abandonos están como están por allí arriba (y por tantos sitios, tantos). Pero a la hora de arremeter contra los malos usan un lenguaje, escriben de manera que nos ofenden a los que intentamos ser buenos.
Pues esto era, solamente, un desahogo. Por el mamarracho del articulucho. Que además no se entera una J de lo que ha pasado, está pasando y puede pasar en la Diócesis de San Sebastián (alias Donosti).
&.
jueves, 17 de diciembre de 2009
El caso Munilla
Empiezo declarando que no soy "munillista", y que me parece un error suscitar un "munillismo" que tiene pinta de banderismo ideológico más que de verdadero interés por Munilla y su caso. Porque lo de Munilla ya es un caso. Uno más entre los que ultimamente han aflorado en varios enclaves eclesiales "de vanguardia", en Europa casi todos ellos. Europa descristianizada es también el campo de experimentación y acción de los descomponedores internos de la Iglesia. Y de eso va lo de Munilla, aunque se revista el caso con ikurriña y aberchalismo kale-borrokero. Allí, por allí, todo apesta a canalla nacionalista y el tufo hediondo de lo etarritarri tapa hasta el olor del incienso. Cada casa huele a sus guisos.
Mas este caso no es sólo cosa de Munilla. Detrás y por debajo y a un lado y otro están los otros: Dos eméritos a cual más ikurriñero, Setién y Uriarte. Y Pagola. Me imagino que Uriarte intenvendrá, más cerca o más lejos. Incluso pudiera auto-arbitrarse como "moderador". No sé si Pagola habrá sido de los firmantes, de todas formas no me lo imagino entre los "apoyos" del nuevo Obispo. Y el resto del clero, ya tan "marcado" con la firma y publicación de la carta.
Pero hay más: Están también los patrocinadores de Munilla, tan entusiastas como los ikurriñeros. Si en la mente de los padrinos del nuevo Obispo de San Sebastián estuviera simple y llanamente la restauración/revitalización/regeneración de las decrépitas Diócesis vascongadas, la intención sería recta y muy loable; sin embargo no está claro. Los humanos no somos sustancias simples, y nuestras intenciones tampocos son monotemáticas. Cuando se sospecha que en la mente de los promotores y simpatizantes de Munilla hay más que simple intención pastoral o afinidad católica, no se sospecha por gusto sino con ciertos indicios.
Nunca ha habido una pastoral pura y neta pastoral, sin mezclas y aditivos. Por ejemplo, en las tres Diócesis vascas lo pastoral se ha mezclado y amasado con lo nacionalista-independista-aberchalista de la manera más turbia, escandalosa y pernicioasa. Y ahí están los frutos, los espinosos frutos que han desarbolado la riqueza católica de aquellas castigadas tierras y sus respectivas Diócesis.
Hay muchas maneras de desarticular cosas, de desencajar y desarmar. No sé si lo de la carta es "táctica" o simple plantón, pero en ese marco vasco, con tantas faenas en el registro, la carta de los curas guipuzcoanos parece kale-borroka. Y si no, por el estilo.
Un estilo que retrata relativamente bien a sus firmantes, gente con ganas de "actividad", que no sólo amenazan cornada sino que embisten de verdad. Si lo de la carta es el primer capítulo, a ver qué es lo que sigue. Cuando el arribo de Iceta pasó algo parecido, y después parece que la cosa se templó, no sabría decir hasta qué grado. Aunque yo diría que Iceta es de otro estilo y, como no es titular sino auxiliar, no es lo mismo que la entrada de Munilla.
Lo de Munilla era algo que se venía cantando, que se pedía, que tenía sus "partidarios", que había "munillistas" antes del nombramiento. Tampoco sé cuántos son ni qué son ni de dónde han salido. Esos entusiastas en torno a un hombre/un nombre no me gustan, no es un fenómeno con el que simpatice, particularmente cuando sucede en el ámbito eclesiástico
Y otra duda que tengo es si son más los munillistas extra-diocesanos que los propiamente fieles de la diócesis. No lo sé. Nadie me lo aclara. Estas últimas semanas los "partidarios" de Munilla han surgido como una legión, véase el Facebook y todo eso. Así mismo y por su parte los anti-munillistas, con ese manifiesto kale-borrokero del clero como bombazo de overtura sinfónica.
Ese clero firmador es un mal clero. Las "razones" que explican y justifican su acción son nefastas, muy del estilo de "somos iglesia" y movimientos de vanguardia radical (dígamos "terrorismo eclesiástico", por comparación). La cartita de los curas guipuzcoanos parece el borrador de un "trágala", un sine qua non que le lanzan a la cara como un guantazo. Yo no sé decir si como definitivo o como simple aperitivo, para ir abriendo boca.
Conociendo el panorama, también pudiera pasar que todo quedara en nada y se resolviera en un parto de los montes, como el de la fábula. Ahí está, por ejemplo, el caso del propio Blázquez que, se reconozca o no, va a pasar sin pena ni gloria por Bilbao; quizá lo más "significado" que va a dejar sea a Iceta, que tampoco se sabe cómo pueda evolucionar. Algunos dirán que ya son dos para empezar a renovar, Munilla e Iceta. Pero dos mitras son nada sin clero. Y es el clero el que se ha levantado, de manera bastante clamorosa.
Yo, si tengo que simpatizar, simpatizo con Munilla. No le tengo la más mínima ni a Setién, ni a Uriarte ni al heterodoxo Pagola, lamentables protagonistas de la descomposición de la Iglesia en las Vascongadas. Pero insisto: Me parece un error movilizar una campaña pro-Munilla o suscitar un "munillismo" con banderita y pancarta. Será que me tomo las cosas de Iglesia con más gravedad de criterio, y ni firmo una carta terrorista ni monto un facebook de animadores.
En España está emergiendo una nueva generación de Obispos, con unos patronos/mentores más o menos reconocibles. Se saca de lo que hay, y lo que hay es de calidad más que mediana. Tampoco los "promotores" son excepcionales, también ellos salieron de lo que había. Sería una lástima que los errores, tensiones, deformaciones y batallitas de los padrinos fueran la dote de sus ahijados y estos prolongaran la etapa anterior. Lo que ha pasado en la Iglesia de España, tan "provinciana", debiera superarse por los nuevos mitrados, que deberían saltarse a piola o con pértiga o con trampolín lo que hay y lo que han dejado sus predecesores. Los nuevos obispos recogen una "herencia", pero tendrían que estar decididos a no entrar al trapo que le tienden desde el pasado. Tan patente, por un lado y por otro, el caso de Munilla.
&.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Adviento con temor y temblor
La vanidad de la Navidad ha tapado detrás de la cortina del decorado lo terrible del tiempo de Adviento. En las iglesias, las indiscretas novelerías empiezan a decorar con papelitos dorados y estrellitas de plata apenas entra Diciembre. Una desviación más (desviación que es torcer por el camino que no es). Digo esto porque el Adviento - a pesar de la mitigación rosa del Domingo de Gaudete -es tremendo.
Se nos olvida que esperamos el fin del mundo y el advenimiento del Juez Terrible, lo que canta el Dies Irae, esa secuencia que gusta tan poco a los modernos-modernistas. Quizá porque esos Evangelios les rompe el perfil del Cristo-guay que se han imaginado, contra lo que dicen los mismísimos Evangelios. Hemos cambiado al Pantocrator del románico por el Cristo-happy-hippie decadente, falseando el Rostro del Verbo.
Aunque ya hemos pasado a los Evangelios del Bautista y la semana que entra - D. m.- empezarán la ferias de Adviento, estos dias la prensa me ha traído a la memoria el Adviento tremendo que olvidamos pero que asoma amenazador, mal que nos pese. Y lo hace por el lado menos pensado, por las noticias de la astrofísica, una de las vanguardias de la ciencia contemporánea. Por ejemplo esto:
El día que la Tierra sobrevivió al mayor ataque estelar (léanlo que es muy instructivo y muy "piadoso"; y lean también otras noticias de esa sección de astrofísica, todas fascinantes y estremecedoras).
Lo que dice, en suma, es lo que dicen los Santos Evangelios, las profecias de Cristo: Que esto que vemos, el mundo en que vivimos, se terminará como reza el letrero del jeroglífico de Valdés Leal, "In ictu oculi", en menos que se cierra un ojo, en un parpadeo. Así.
Pero no nos queremos enterar. Y el mundo trajina y negocia, come y bebe, canta y baila...sin querer enterarse de que siempre está bailando al borde del abismo. Eso sin contar el sino de cada quisque, la hora de cada uno, que tampoco se sabe pero está llegando y llegará inexorable, imparable, como el final de todo "Quando coeli movendi sunt et terra: Dum veneris judicare saeculum per ignem..."
Hace ya muchos años, me devoré y releí el precioso ensayo de Henri Focillon sobre el milenio "La Europa del año Mil". La gente del pleno medievo, cristiana y creyente, vivió con el alma en vilo durante el medio siglo que precedió al año 1000, temiendo ver venir el Dia del Juicio. Los últimos meses fueron de terror general, y las semanas que precedieron a la Navidad del año mil sobrecogieron a toda la Cristiandad. Los visionarios predicaban que el Señor llegaría la misma noche en que nació, la Nochebuena. Todavía el Misal recoge esa expectación en la última oración del Adviento, la misma tarde el 24 de Diciembre, en la Misa de la Vigilia de Navidad:
"Señor y Dios nuestro, que cada año nos alegras con la fiesta esperanzadora de nuestar redención; concédenos que así como ahora acogemos gozosos a tu Hijo como Redentor, lo recibamos también confiados cuando venga como Juez. Por Ntrº Sr. Jesucristo...Amen"
Una oración muy apropiada para la noche de vigilia, en oración y ayuno, hasta que a las doce se celebraba la Misa de medianoche, la Misa del gallo. Que por cierto era uno de los cantos que anunciarían el Advenimiento, el gallo en la Tierra y la trompeta del ángel en el Cielo.
Cuando miramos el Cielo (la gente de nuestro tiempo mira poco al cielo) nos olvidamos que ya no habrá más una Estrella de Navidad, que no se repetirá. Y no nos acordamos de que las señales de las estrellas que se verán con terror fascinante y estremecimiento universal serán las que anuncien el Dia del Señor, ese que expectamos y profetizamos en el Adviento litúrgico.
A pesar de todo, los cristianos fieles no entienden ese dia, siendo un día terrible, como un dia fatal sino como un día de salvación. Una salvación que debemos aguardar con temor y temblor (Flp 2, 12).
Cuando nos empachan desde un mes antes con la Navidad falseada de los colorines y las escarchas de lentejuelas, uno se da cuenta de lo lejos que estamos de los sentimientos verdaderos que deberían acompañar este tiempo profético. En vez de tener a Cristo como eje hemos puesto en el centro una fantasía edulcorada que nos tapa el alma con algodones de azúcar, desconectándonos del Misterio al que estamos convocados y que un día, el día menos pensado, acaecerá intempestivo, repentino, fulminante.
El Domingo de Gaudete nos teje una trama tierna, rosa inocente como la carne limpia de un niño, sobre el morado mortificado, que es el color penitente del Adviento. La exhortación paulina es animosa y alentadora:
Ahora no sabría decir si el concepto "modestia" es reconocible, usado por la gente del sigo XXI. Me temo que no, que es de esas cosas de las que ni se habla, ni se enseñan. Pero que son propias de cristianos, que hemos olvidado tantas cosas nuestras, que han dejado huecos por donde se evaporan las esencias como se escapa el perfume de un frasco mal cerrado o perforado.
El Domingo de Gaudete es buen momento para pedir al Señor cosas suaves como el color de rosa: Inocencia, modestia, alegría sencilla de una esperanza que no teme porque ama y todo lo atesora en Cristo, que nació para nosotros (y que vendrá como Juez).
+T.
Se nos olvida que esperamos el fin del mundo y el advenimiento del Juez Terrible, lo que canta el Dies Irae, esa secuencia que gusta tan poco a los modernos-modernistas. Quizá porque esos Evangelios les rompe el perfil del Cristo-guay que se han imaginado, contra lo que dicen los mismísimos Evangelios. Hemos cambiado al Pantocrator del románico por el Cristo-happy-hippie decadente, falseando el Rostro del Verbo.
Aunque ya hemos pasado a los Evangelios del Bautista y la semana que entra - D. m.- empezarán la ferias de Adviento, estos dias la prensa me ha traído a la memoria el Adviento tremendo que olvidamos pero que asoma amenazador, mal que nos pese. Y lo hace por el lado menos pensado, por las noticias de la astrofísica, una de las vanguardias de la ciencia contemporánea. Por ejemplo esto:
El día que la Tierra sobrevivió al mayor ataque estelar (léanlo que es muy instructivo y muy "piadoso"; y lean también otras noticias de esa sección de astrofísica, todas fascinantes y estremecedoras).
Lo que dice, en suma, es lo que dicen los Santos Evangelios, las profecias de Cristo: Que esto que vemos, el mundo en que vivimos, se terminará como reza el letrero del jeroglífico de Valdés Leal, "In ictu oculi", en menos que se cierra un ojo, en un parpadeo. Así.
Pero no nos queremos enterar. Y el mundo trajina y negocia, come y bebe, canta y baila...sin querer enterarse de que siempre está bailando al borde del abismo. Eso sin contar el sino de cada quisque, la hora de cada uno, que tampoco se sabe pero está llegando y llegará inexorable, imparable, como el final de todo "Quando coeli movendi sunt et terra: Dum veneris judicare saeculum per ignem..."
Hace ya muchos años, me devoré y releí el precioso ensayo de Henri Focillon sobre el milenio "La Europa del año Mil". La gente del pleno medievo, cristiana y creyente, vivió con el alma en vilo durante el medio siglo que precedió al año 1000, temiendo ver venir el Dia del Juicio. Los últimos meses fueron de terror general, y las semanas que precedieron a la Navidad del año mil sobrecogieron a toda la Cristiandad. Los visionarios predicaban que el Señor llegaría la misma noche en que nació, la Nochebuena. Todavía el Misal recoge esa expectación en la última oración del Adviento, la misma tarde el 24 de Diciembre, en la Misa de la Vigilia de Navidad:
"Señor y Dios nuestro, que cada año nos alegras con la fiesta esperanzadora de nuestar redención; concédenos que así como ahora acogemos gozosos a tu Hijo como Redentor, lo recibamos también confiados cuando venga como Juez. Por Ntrº Sr. Jesucristo...Amen"
Una oración muy apropiada para la noche de vigilia, en oración y ayuno, hasta que a las doce se celebraba la Misa de medianoche, la Misa del gallo. Que por cierto era uno de los cantos que anunciarían el Advenimiento, el gallo en la Tierra y la trompeta del ángel en el Cielo.
Cuando miramos el Cielo (la gente de nuestro tiempo mira poco al cielo) nos olvidamos que ya no habrá más una Estrella de Navidad, que no se repetirá. Y no nos acordamos de que las señales de las estrellas que se verán con terror fascinante y estremecimiento universal serán las que anuncien el Dia del Señor, ese que expectamos y profetizamos en el Adviento litúrgico.
A pesar de todo, los cristianos fieles no entienden ese dia, siendo un día terrible, como un dia fatal sino como un día de salvación. Una salvación que debemos aguardar con temor y temblor (Flp 2, 12).
Cuando nos empachan desde un mes antes con la Navidad falseada de los colorines y las escarchas de lentejuelas, uno se da cuenta de lo lejos que estamos de los sentimientos verdaderos que deberían acompañar este tiempo profético. En vez de tener a Cristo como eje hemos puesto en el centro una fantasía edulcorada que nos tapa el alma con algodones de azúcar, desconectándonos del Misterio al que estamos convocados y que un día, el día menos pensado, acaecerá intempestivo, repentino, fulminante.
El Domingo de Gaudete nos teje una trama tierna, rosa inocente como la carne limpia de un niño, sobre el morado mortificado, que es el color penitente del Adviento. La exhortación paulina es animosa y alentadora:
" Χαίρετε ἐν Kυρίῳ πάντοτε· πάλιν ἐρῶ, χαίρετε.../gaudete in Domino semper iterum dico gaudete, modestia vestra nota sit omnibus hominibus Dominus prope / Alegraos todos en el Señor; os lo repito, alegraos; que vuestra modestia sea conocida por todos: El Señor está cerca " Fl 4, 4-5
Ahora no sabría decir si el concepto "modestia" es reconocible, usado por la gente del sigo XXI. Me temo que no, que es de esas cosas de las que ni se habla, ni se enseñan. Pero que son propias de cristianos, que hemos olvidado tantas cosas nuestras, que han dejado huecos por donde se evaporan las esencias como se escapa el perfume de un frasco mal cerrado o perforado.
El Domingo de Gaudete es buen momento para pedir al Señor cosas suaves como el color de rosa: Inocencia, modestia, alegría sencilla de una esperanza que no teme porque ama y todo lo atesora en Cristo, que nació para nosotros (y que vendrá como Juez).
+T.
viernes, 11 de diciembre de 2009
¿Mártires por el Crucifijo? Las mitras primero, please.
No pretendo que esto sea una “carta abierta"; ni siquiera aspiro a que Osoro lo lea; ni mucho menos que responda. Nada de eso; conozco mis límites. Pero tomándole “virtualmente” la palabra a Osoro, ya que da pié, le cedo el paso: ¡Usted primero, Monseñor! O con más protocolo: Su excelencia Reveredísima delante, siempre delante, siempre el primero. ¿Que a qué me refiero? A su invitación, a eso que dice la carta: “Seamos cruces luminosas, crucifijos vivientes”
Cuando me preguntan qué (tipo de) obispo me gusta más, suelo responder que los mártires: Los obispos que me gustan son los mártires. Eso lo tengo muy claro. A los obispos en general les profeso afecto teologal y caridad pastoral, rezo por todos (por todos “los que promueven la fe católica y apostólica”, como reza el Canon Missae; a los que no, que se los lleve un remolino). Pero a los que amo y admiro son a los mártires; mártires patentes, sin confusión, estilo Thomas Becket (que me parece que es el Santo Patrón de los Obispos, precisamente, para que vean Uds. que no me equivoco en mis preferencias).
Conque ateniéndome a mis gustos episcopales estoy deseando, deseandito, de tener en España algún Obispo Mártir actual, del presente. Y verían ustedes cómo cambian las cosas. Porque una cosa es alentar a los fieles a que se dejen crucificar, y otra que el obispo con mitra y báculo sea el primero que rompa filas y suba determinado, decidido y diligente al patíbulo. Un espectáculo que siempre edifica y conmueve y anima. Muchísimo.
Y no es que yo no sepa de qué pasta están hechos los obispos, no. Yo sé que son del mismo barro común, greda y arcilla como la de los demás (algunos tirando a cántaro, otros más modelo botijo, y algunos más finos con perfil de porcelana de Sèvres; pero barro al fin). Yo sé que a San Pedro tuvo que salirle el Señor en la Via Apia y que su Apóstol le preguntó Quo vadis?; yo sé que San Cipriano se emboscó en un cortijo de Cartago hasta que se decidió, más tarde, a salir y exponerse. Yo sé todo eso. Sí. Pero por todo eso espero de nuestros jerarcas más, mucho más.
Si en España hubiéramos tenido más obispos “testigos” y menos obispos “dialogantes", otro gallo nos cantaría ahora. Que los sermones de púlpito (oh! perdón: ambón, quería decir) y las pastorales y las circulares y demás género están muy bien (bueno, es un decir, ustedes me entienden). De letras y párrafos y citas andan nuestros prelados sobrados (ha habido uno que recientemente ha publicado sus Pastorales Completas en un tomo que pesa 3 kilos y pico, y que los pobres curas no saben qué hacer con el mamotreto). De recursos orales y escritos estamos despachados, muy bien despachados. Pero de “martirios” andamos escasos, muy cortitos, vacíos: Sin ejemplares en la galería, vamos. Y si algo necesitamos es, precisamente, eso: Ejemplos martiriales episcopales.
Cuando el Concilio de Nicea, el primero ecuménico, contra Arrio y los arrianos (otra vez de actualidad por todos sitios, quién se lo iba a figurar), los Padres Conciliares llegaban al aula conciliar con las marcas de las torturas, las señales de sus martirios incoados y no acabados. Eran los Confesores, los que se libraron de la muete cruenta final pero soportaron los instrumentos de los verdugos o padecieron las penalidades de las cárceles y los trabajos en las minas. Fueron lo más santo de aquel Concilio. Y los que dieron fuerza con sus personas a los que luego sufrieron la persecución de los arrianos, el valeroso e infatigable Atanasio el primero, hasta gastar su vida por la Fe.
Pues eso. Que lo sepa (debe saberlo) Monseñor Osoro y con él todos sus excelentísimos y reverendísimos hermanos epíscopos: Que estas exortaciones al martirio llevan mitra, o no valen. Que primero los jefes y después la tropa. Que la vocación al ministerio más alto requiere del elegido el sacrificio más claro y ejemplar.
No sé por qué se me ha venido a la cabeza una escena de una de esas pelis de la 1ª Guerra Mundial (¿Senderos de Gloria de Kubrick ??): Los soldados en las trincheras, arreciando bombas y metralla, y los capitanes tocando un pito para que los soldados salieran de las trincheras y “avanzaran". Una escena patética.
Pues eso. Ánimo y adelante. Estamos esperando la señal. Y esperamos que no sea sólo un pito. No sé si me explico.
&.
Cuando me preguntan qué (tipo de) obispo me gusta más, suelo responder que los mártires: Los obispos que me gustan son los mártires. Eso lo tengo muy claro. A los obispos en general les profeso afecto teologal y caridad pastoral, rezo por todos (por todos “los que promueven la fe católica y apostólica”, como reza el Canon Missae; a los que no, que se los lleve un remolino). Pero a los que amo y admiro son a los mártires; mártires patentes, sin confusión, estilo Thomas Becket (que me parece que es el Santo Patrón de los Obispos, precisamente, para que vean Uds. que no me equivoco en mis preferencias).
Conque ateniéndome a mis gustos episcopales estoy deseando, deseandito, de tener en España algún Obispo Mártir actual, del presente. Y verían ustedes cómo cambian las cosas. Porque una cosa es alentar a los fieles a que se dejen crucificar, y otra que el obispo con mitra y báculo sea el primero que rompa filas y suba determinado, decidido y diligente al patíbulo. Un espectáculo que siempre edifica y conmueve y anima. Muchísimo.
Y no es que yo no sepa de qué pasta están hechos los obispos, no. Yo sé que son del mismo barro común, greda y arcilla como la de los demás (algunos tirando a cántaro, otros más modelo botijo, y algunos más finos con perfil de porcelana de Sèvres; pero barro al fin). Yo sé que a San Pedro tuvo que salirle el Señor en la Via Apia y que su Apóstol le preguntó Quo vadis?; yo sé que San Cipriano se emboscó en un cortijo de Cartago hasta que se decidió, más tarde, a salir y exponerse. Yo sé todo eso. Sí. Pero por todo eso espero de nuestros jerarcas más, mucho más.
Si en España hubiéramos tenido más obispos “testigos” y menos obispos “dialogantes", otro gallo nos cantaría ahora. Que los sermones de púlpito (oh! perdón: ambón, quería decir) y las pastorales y las circulares y demás género están muy bien (bueno, es un decir, ustedes me entienden). De letras y párrafos y citas andan nuestros prelados sobrados (ha habido uno que recientemente ha publicado sus Pastorales Completas en un tomo que pesa 3 kilos y pico, y que los pobres curas no saben qué hacer con el mamotreto). De recursos orales y escritos estamos despachados, muy bien despachados. Pero de “martirios” andamos escasos, muy cortitos, vacíos: Sin ejemplares en la galería, vamos. Y si algo necesitamos es, precisamente, eso: Ejemplos martiriales episcopales.
Cuando el Concilio de Nicea, el primero ecuménico, contra Arrio y los arrianos (otra vez de actualidad por todos sitios, quién se lo iba a figurar), los Padres Conciliares llegaban al aula conciliar con las marcas de las torturas, las señales de sus martirios incoados y no acabados. Eran los Confesores, los que se libraron de la muete cruenta final pero soportaron los instrumentos de los verdugos o padecieron las penalidades de las cárceles y los trabajos en las minas. Fueron lo más santo de aquel Concilio. Y los que dieron fuerza con sus personas a los que luego sufrieron la persecución de los arrianos, el valeroso e infatigable Atanasio el primero, hasta gastar su vida por la Fe.
Pues eso. Que lo sepa (debe saberlo) Monseñor Osoro y con él todos sus excelentísimos y reverendísimos hermanos epíscopos: Que estas exortaciones al martirio llevan mitra, o no valen. Que primero los jefes y después la tropa. Que la vocación al ministerio más alto requiere del elegido el sacrificio más claro y ejemplar.
No sé por qué se me ha venido a la cabeza una escena de una de esas pelis de la 1ª Guerra Mundial (¿Senderos de Gloria de Kubrick ??): Los soldados en las trincheras, arreciando bombas y metralla, y los capitanes tocando un pito para que los soldados salieran de las trincheras y “avanzaran". Una escena patética.
Pues eso. Ánimo y adelante. Estamos esperando la señal. Y esperamos que no sea sólo un pito. No sé si me explico.
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jueves, 10 de diciembre de 2009
Las neo-abominaciones de Israel
La semana pasada tuve cierto ánimo esperanzado de que la cosa iba en serio. Si los suecos se han "implicado", a la larga la canalla política pan-europea terminará movilizándose para ir metiendo en cintura a Israel, ese peligro hecho consumado en estado, consentido y favorecido contra toda justicia y derecho. Después incluso me fui tomando las noticias en serio, con ese margen de descrédito que toda la política destilada en los organismo europeos se merece, política de 2ª potencia y trabada ab origine. Pero algo es algo: Reconocer a Jerusalén E. como capital de Palestina (lo que debiera haber sido garantizado desde el fatídico 1947, hace 70 años) y boicotear cualquier actividad político-diplomática israelí en ese sector de la ciudad. Bien. Poco, casi nada, pero algo. Bien.
Sin embargo la realidad se impone con toda su pervesa carga, atormentadora. Primero el boletín de Zenit de ayer, increíble si no fuera tan probable:
Alarma de Cáritas de Jerusalen: Las aldeas de Cisjordania no tienen agua potable
No tienen agua porque Israel no les da agua, porque no son israelíes, porque son palestinos. Y ya se sabe lo que un palestino vale en la Palestina ocupada militarmente por Israel: Un palestino no vale casi nada (o vale 100 por 1 --> 1 israelí= 100 palestinos).
Y hoy la noticia del "placaje" egipcio, increíble si no fuera también tan probado:
Egipto instala un telón blindado para bloquear los túneles palestinos
Con lo que la tumba de los palestinos de Gaza tiene ya dos formidables muros: El de hormigón que levantaron los israelíes y el de acero que instalan los egipcios. Paradójica construcción que se oculta y se obvia en el mismo año de las absurdas manifestaciones por la caída del Muro de Berlín. El muro doble contra los palestinos, el muro de Israel más el muro de Egipto, ni se ve ni se siente ni es "muro". En el escenario del nuevo "Berlín-Gaza" sólo faltan metralletas y potentes reflectores y dar la orden de "Fuego!!!" (perros y alambres de espinos y militares encanallados, todo eso, ya lo ha también (les falta el look SS/Stasi, (las ideas exterminadoras también las tienen ya, hace mucho))).
Lo risible es que tengan que ser los suecos quienes levanten esta vez la liebre. Una movilización absurdamente confusa que en la mente desviada de casi todos mezcla actualidad con derechos/justicia y no separa churras de merinas.
El mal está instalado en Sión como se instalaron hace siglos poderes sacrílegos y blasfemos, aquella horrenda "abominación de la desolación". Que, por paradójico que suene, ahora resulta que es el mismo estado de Israel: Una abominación desoladora, el mayor riesgo que se ha consentido desde el final de la 2ª Guerra Mundial, mucho más peligroso que la antigua URSS o que el potencial demente de los USA.
La victima, realmente, es todo el mundo, amenazado por la furia satánica del Islam gracias a la siniestra coartada que Israel les procura, una serpiente que se muerde la cola. Pero la victima primera son los palestinos, la victimada Palestina aplastada por la bota estrepitosa y manchada de sangre de Israel.
Mientras todo esto es tan evidente para los cristianos de Tierra Santa - testigos y victimas ellos mismos, con un patético plus de sufrimiento - la gente, el vulgo, no sabe/no contesta; o sabe mal y contesta peor.
Pax super Ierusalem !
&.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Bárbara Virgen y Mártir, entiéndase bien
Ayer se me fue en blanco San Francisco Javier, entre un catarro y un trajín de mis labores que no me dejó ni tiempo ni ganas. En fin, caballero como era y compadre, espero me perdone San Javier. Total, para lo que uno escribe, más honrado estará Xavier con otras ofrendas que con un articulillo de blog, pienso yo. Pero conste, conste mi consternación (pequeña, mas sentida).
Así que no quiero que hoy se me escape Santa Bárbara, Virgen y Mártir. Que menos mal que fué entonces su martirio, en su época, porque si el caso de Stª Bárbara hubiera sido actual, se hubiera despachado como un vulgar episodio de violencia de género. Gracias a Dios que no.
Si ustedes me leen ya sabrán que advierto que la categoría de "Virgen y Mártir" es una de esas gloriosas desigualdades que ostenta con honra el Santoral, donde las desigualdades se valoran sobrenaturalemente, con toda justicia celestial. Unicuique suum, que ni todos son lo mismo ni todo vale lo mismo, vaya.
Lo que no sé es cuanto vale en diferencia una Virgen Mártir respecto a una "Ni virgen Ni mártir", que es otra categoría con toda la gracia - gracia de Dios - del catálogo tradicional de Santos. Supongo que habría que contestar que "según"; según las propiedades y circunstancias anejas de cada Santa en cuestión. Adviértase que fue un error más del post-concilio la supresión de la categoría "Ni virgen Ni martir", que es la que - yo pienso - tendría ahora más candidatas, dados los tiempos que corren y las cosas de los tiempos y sus currencias y sus corrientes. Ustedes me entienden; espero me explique.
Tocante a Santa Bárbara he conocido un caso que se me repitió luego con otra Santa Virgen. Se trata de la confusión popular entre la Virgen (la Virgen Madre de Dios, Ntrª Srª, María Santísima) y las Santas Vírgenes del Santoral. Claro que me refiero a devociones de elementalísima religiosidad popular, de esa que a las imágenes llama y conceptúa "santos" in génere, y por el estilo; almas cándidas y bautizados con apenas más talento cristiano que el mínimo necesario (que ya es mucho y muy apreciable sea el que sea, si es, aunque sea poquito).
Lo que ocurría es que Santa Bárbara era la patrona del pueblo, y la gente decía "la Virgen Santa Bárbara"; hasta aquí correcto. Lo incorrecto eran otros "detalles". Por ejemplo cuando querían que el cura le cantara la Salve a la Virgen (Stª Bárbara); o cuando en el camino de la romería de Mayo paraban la carreta con el estandarte de la Santa a las doce en punto y se empeñaban en rezarle el Ángelus a la Virgen (Stª Bárbara). De la primera impía-piadosa pretensión el cura se libraba entonando el himno de la Santa con mucho incienso y la oración de Santa Bárbara (en latín, of course); de lo del Ángelus se escapaba no yendo jamás a la susodicha romería ni a requirimiento de la alcaldía, ni con piquete de la Guardia Civil (todos "piadosamente" implicados en el intento).
Claro que el cura, buen católico, se extendía en los sermones, catequesis, fervorines y peroratas varias, todas las que venían a pelo, en explicar en qué términos y bajo cuales diferencias Santa Bárbara era "virgen". Y la gente decía que sí, que faltaría más, que ellos sabían, que sí, que lo entendían, naturalemente. Pero el cura recogía evidencias, pequeñas e flagrantes huellas y pruebas de la confusión.
Al final el cura decía a Santa Bárbara: -"Apáñate tú con ellos, que eres la Patrona". Y, también, el cura le decía al Señor: -"¡Que no saben lo que dicen ni entienden lo que rezan! Pero tuyos son, mios no: ¡Miserere omnium!". Y así.
Con las secularizaciones de las costumbres, y los sindicatos, y los seguros laborales, y la ministresa del ejército (todavía me parece mentira) etc. la devoción a Santa Bárbara ha decaído mucho. Y no es lo mismo, que ni siquiera viene en el Misal, con lo que fue Santa Bárbara antiguamente, veneradísima por todos sitios, pintada y esculpida por los mejorcitos. Yo digo lo que decía más arriba: Que Virgen y Mártir no está de moda ser, no se lleva. Y por eso, más que nada.
Claro que, bien mirado, tiene la ventaja de que como son menos los devotos, cabemos a más en la intercesión de la Santa; no hay mal que por bien no venga.
Deus qui inter ceterae tuae mirácula etiam in sexu frágili victoriam martyrii contulisti, concede propitius ut qui Beatae Barbarae Vírginis et Martyris tuae natalitia cólimus, per ejus ad Te exempla gradiamus. Per Dóminun Nostrum Ies.Xtum... Amen.
Ex Voto.
+T.
Así que no quiero que hoy se me escape Santa Bárbara, Virgen y Mártir. Que menos mal que fué entonces su martirio, en su época, porque si el caso de Stª Bárbara hubiera sido actual, se hubiera despachado como un vulgar episodio de violencia de género. Gracias a Dios que no.
Si ustedes me leen ya sabrán que advierto que la categoría de "Virgen y Mártir" es una de esas gloriosas desigualdades que ostenta con honra el Santoral, donde las desigualdades se valoran sobrenaturalemente, con toda justicia celestial. Unicuique suum, que ni todos son lo mismo ni todo vale lo mismo, vaya.
Lo que no sé es cuanto vale en diferencia una Virgen Mártir respecto a una "Ni virgen Ni mártir", que es otra categoría con toda la gracia - gracia de Dios - del catálogo tradicional de Santos. Supongo que habría que contestar que "según"; según las propiedades y circunstancias anejas de cada Santa en cuestión. Adviértase que fue un error más del post-concilio la supresión de la categoría "Ni virgen Ni martir", que es la que - yo pienso - tendría ahora más candidatas, dados los tiempos que corren y las cosas de los tiempos y sus currencias y sus corrientes. Ustedes me entienden; espero me explique.
Tocante a Santa Bárbara he conocido un caso que se me repitió luego con otra Santa Virgen. Se trata de la confusión popular entre la Virgen (la Virgen Madre de Dios, Ntrª Srª, María Santísima) y las Santas Vírgenes del Santoral. Claro que me refiero a devociones de elementalísima religiosidad popular, de esa que a las imágenes llama y conceptúa "santos" in génere, y por el estilo; almas cándidas y bautizados con apenas más talento cristiano que el mínimo necesario (que ya es mucho y muy apreciable sea el que sea, si es, aunque sea poquito).
Lo que ocurría es que Santa Bárbara era la patrona del pueblo, y la gente decía "la Virgen Santa Bárbara"; hasta aquí correcto. Lo incorrecto eran otros "detalles". Por ejemplo cuando querían que el cura le cantara la Salve a la Virgen (Stª Bárbara); o cuando en el camino de la romería de Mayo paraban la carreta con el estandarte de la Santa a las doce en punto y se empeñaban en rezarle el Ángelus a la Virgen (Stª Bárbara). De la primera impía-piadosa pretensión el cura se libraba entonando el himno de la Santa con mucho incienso y la oración de Santa Bárbara (en latín, of course); de lo del Ángelus se escapaba no yendo jamás a la susodicha romería ni a requirimiento de la alcaldía, ni con piquete de la Guardia Civil (todos "piadosamente" implicados en el intento).
Claro que el cura, buen católico, se extendía en los sermones, catequesis, fervorines y peroratas varias, todas las que venían a pelo, en explicar en qué términos y bajo cuales diferencias Santa Bárbara era "virgen". Y la gente decía que sí, que faltaría más, que ellos sabían, que sí, que lo entendían, naturalemente. Pero el cura recogía evidencias, pequeñas e flagrantes huellas y pruebas de la confusión.
Al final el cura decía a Santa Bárbara: -"Apáñate tú con ellos, que eres la Patrona". Y, también, el cura le decía al Señor: -"¡Que no saben lo que dicen ni entienden lo que rezan! Pero tuyos son, mios no: ¡Miserere omnium!". Y así.
Con las secularizaciones de las costumbres, y los sindicatos, y los seguros laborales, y la ministresa del ejército (todavía me parece mentira) etc. la devoción a Santa Bárbara ha decaído mucho. Y no es lo mismo, que ni siquiera viene en el Misal, con lo que fue Santa Bárbara antiguamente, veneradísima por todos sitios, pintada y esculpida por los mejorcitos. Yo digo lo que decía más arriba: Que Virgen y Mártir no está de moda ser, no se lleva. Y por eso, más que nada.
Claro que, bien mirado, tiene la ventaja de que como son menos los devotos, cabemos a más en la intercesión de la Santa; no hay mal que por bien no venga.
Deus qui inter ceterae tuae mirácula etiam in sexu frágili victoriam martyrii contulisti, concede propitius ut qui Beatae Barbarae Vírginis et Martyris tuae natalitia cólimus, per ejus ad Te exempla gradiamus. Per Dóminun Nostrum Ies.Xtum... Amen.
Ex Voto.
+T.
Lo de la ley represora del internete y sus circunstancias
La canalla marxista proletaria roja libertaria está que trina porque le "roban" por internete. Y yo feliz con que se cabreen y estén emberrechinados. Me divierte ver a la piara alterada, ya saben ustedes, todos esos que han medrado en los años de la dictadura sociata en su sub-mediocridad. Cuando empezaron su basura ni se imaginaban que un día controlarían ellos a la controladora SGA, esa invención que se excede para usufructo de tan pocos y a costa de tantos, de tantísimos.
Me gusta ver cómo ponen en el potro a Zp y sus ministros y ministresas. Si los verdugos son de la misma piara, más diversión. Y que vayan dando vuelta al torno, lentamente (o de prisa): Una vuelta más, otra más, y otra. Así. ¡Qué bonito!
Pero, en un segundo momento, recapacito y siento una enorme repugnancia: ¿Por qué un "manifiesto" de libertades de uso y usufructo internetero pesa más, mueve más y consigue más que un manifiesto pro-vida? ¿Por que una panda de cabreados del sistema que son ellos mismos la mayoría del sistema son capaces de movilizar y de ser escuchados? Ayer noche y esta mañana salían todos, con sus caritas de sociatas cabreados con sociatas, todos post-modernos, todos manifestados hiper-crispados en las redes sociales. Los cincuentones y cuarentones rejuvenecidos como cuando llevaban pancartas por las universidades; los imberbes y fifty-fifty con sus looks de marcas imaginando que hacen revolución generacional. Ellos son así.
Porque son los mismos. Son los mismos, los de la misma piara, tribu, cuartel, familia y casa. Es como una "crisis interna", que sí importa, que sí afecta porque son ellos mismos contra ellos mismos. Perro contra perro, lobo contra lobo, zorra contra zorra, víbora contra eadem, cabrón contra cabrón.
La paradoja es que no pueden ganar los dos, tienen que "pactar". Un pacto entre perros, entre lobos, entre fieras. Entre malos. ¿Qué puede salir de ahí? Nada bueno. Pero mientras se despedacen, todo es bueno. Que se destrocen, que se rompan, que se descuarticen, que se hagan trizas. Bien.
Yo veo todo el rifirrafe desde este rincón de internete, como el que mira una pelea de dos borrachos desde la ventana, sin meterme por medio, no sea que me arreen un botellazo de efecto colateral.
¿Que dimite la Sinde? Mejor. No debiera haber sido nombrada ministresa, conque si le dan la patada y la tiran al basurero, es lo que se merece. Y va bien pagada. ¿Que le da una crisis a Zp? Dos, que le den dos, o tres en una, total, ya puestos, hay que aprovechar.
Claro que al final, entre la ley del pan-abortadero, lo de los Crucifijos que van a quitar y esto de la ley represora del internete, los medios tele-radio-prensa-redes están distraídos y no se habla, por ejemplo, de los 4.000.000/cuatro millones de parados (y paradas).
Así que no me extrañaría que les traiga cuenta el follón y se hayan preparado el distraimiento con la colaboración de los que se quejan, los manifestantes, que al final son de los suyos, de la piara, los mismos.
En la repugnante España del papá de las dos góticas, todo esto es tan posible como real: Prensa rosa para el proletariado marujero y movida en la red para las clases conectadas.
Quousque tandem?
Pues yo diría que va para largo, visto y revisto el panorama y las "alternativas" (que son más de lo mismo, pero con Sorayas y babiecas de media barba y lengua floja). No hay más.
Sorry.
&.
martes, 1 de diciembre de 2009
Minaretes
Un minarete es un edificio exótico. Los primeros que recuerdo son unos que venían pintados en las cajas de polvos de maquillar que usaban mis tías: Maderas de Oriente. Mis hermanas, desde chicas, sentía una irresistible atracción por la sustancia de tocador, y en cuanto se descuidaban las titas se empolvaban del flequillo hasta los pies. También había un minarete en los botes de perfume de la misma marca, que traían dos maderitas dentro del bote, un misterio que yo pensaba que era la clave de aquel persitente aroma.
Después, ya de más mayor, me enteré de que la Giralda había sido un macizo y aburrido minarete, hasta que Hernán Ruiz lo remato airosa y graciosamente en cristiano, con sus campanas, sus alegorías, y el Giraldillo de bronce. Y ya nunca más fue minarete, gracias a Dios.
Siento cordial antipatía y tengo especial manía a los minaretes postizos de Santa Sofía de Constantinopla, ominosa recordación de la caída del Trono de los Basileus, Dios confunda al turco for ever.
Y sin embargo reconozco que la estampa de Estambul con sus minaretes es atractiva si se hace la abstracción de que aquello es algo extraño, ajeno a nuestras cosas. Un minarete más allá de Estambul, vale, muy bien, muy bonito, muy típical islamish o como se diga. Yes. Pero un minarete más acá del Bósforo es un horror o un error estético-histórico. Que pregunten en los Balcanes. Que pregunten en Chipre.
Tener minaretes en la vecindad es el síntoma de una afección anterior y originante. Es como la caca de perro que se pisa, que no es una caca espontánea, sino causada por el can cagador, valga el ejemplo (sin segundas).
Lo de Suiza me ha parecido estupendo, como una especie de acto que crea jurisprudencia. Me ha parecido cortito, escaso, ese 56% de anti-minaretistas; yo hubiera querido más, más. Para que no quepan dudas.
Si hubiera pasado aquí, no sé qué hubiera pasado. Porque aquí, por obra y gracia de la dictadura de las siniestras gobernantes y la corrección política de la oposición de antón-pirulero, aquí se reglamenta una tolerancia que no existe y se impone un gusto que no hay.
La gente corriente es tan poco aficionada a la morería como lo hemos sido habitualmente. Incluso más, porque antes los moros sólo se veían en la Guardia de Franco y en Marbella, pero ahora andan por todos sitios. Pregunten si gustan, y les dirán un sí de esos de encuestas de la calle; destapen las cacerolas, sin embargo, y verán qué se guisa en los magines de los opinantes, que no son adictos a la morería más allá de las Mil y Una Noches y las Maderas de Oriente y el viajecito a Estambul (nombre impío de Constantinopla, que es como se llama Bizancio).
Esto, si sigue, explotará. No sé cómo ni dónde ni cuándo. Pero si es a los gitanos, que son nuestros de aquí, y no los tragamos y de vez en cuando se arma una reyerta entre payos y gitanos que arde Troya, a ver cómo vamos a aguantar a los moros cuando empiecen los moros a sacar los pies del plato (o de la alfombra). Un horror que se ve venir y que llegará si siguen llegando moros con el gusto gustosísimo de nuestros des-gobernantes.
Tiene toda la gracia que se esté lidiando con la "violencia de género" del macho ibérico made in Spain, hasta con una ministresa para el caso, a la vez que se recargan las bombardas con metralla y pólvora prensada del más puro machismo islámico; véanse y cuéntense los velos y sáquense conclusiones.
A mí me entran escalofríos si me imagino un minarete en el perfil-paisaje de mi pueblo, pongo por ejemplo. Me dan repeluses y se me revuelven las tripas y se me afilan los nervios.
No sigo, pues. Aquí lo dejo y ustedes concluyan. Espero que no entre a leer en este blog ningún carajote (o carajotesa) de los que dicen (piensan?) "¿por qué no?" si se les pregunta si los minaretes.
Vuelvo al principio: Que a mí los minaretes me gustan en las cajas de polvos de Maderas de Oriente. Y poco más. Nada más.
&.
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