jueves, 3 de diciembre de 2015

El Triunfo de Javier


Nuestra Parroquia de San Francisco, cuando me hice cargo de ella, no tenía una imagen digna del Santo Titular, En cuanto pude, me procuré una, preciosa y digna. Además, hace año y medio, compré muy barato (fue providencial, creo yo) un viejo y bonito cuadro representando la muerte de Javier. Debe ser de del XVII-XVIII, no sé decir si bávaro o napolitano. Es muy 'jesuitón', pues representa propiamente la estampa de la muerte de Javier muy difundida por la Compañía de Jesús:

El Santo Javier agoniza bajo un pobre chozo, tendido sobre un montoncillo de heno, rígido, con los ojos muy vivos vueltos al Cielo; tiene un crucifijo en la mano derecha, y la izquierda abierta sobre el pecho; de la sotana desabrochada sale una llamarada. A su derredor hay un libro abierto, un pequeño icono de la Mater Dolorosa, un rosario y una calabaza. En el ángulo derecho, entre las olas, a toda vela, está la nave en la que Javier ya nunca embarcará. Sobre el Santo, cinco Querubines miran el tránsito del misionero, abriendo los Cielos que le esperan.

El chozajo y la paja recuerdan el pesebre de Belén. Los ojos mirando a lo alto y la imagen de la Virgen Dolorosa parecen un eco del Calvario. El velero, un alegoría de las venturas y desventuras del mundo.

A las puertas de China, con el ansia insatisfecha del misionero, lejos de todo y todos, también del capitán Ignacio, bajo cuya guía profesó con los otros primeros socios, un día de la Asunción en Montmartre, dieciocho años hacía, con cuarenta y seis años intensamente entregados, estragado, cansado, tantas veces frustrado por los hombres y animado sólo por Dios, el Señor que impone su providencia al impaciente Javier.


Estos cuadros hagiográficos son una estampa para el arte, un medio para la piedad y un motivo para el examen espiritual. Si se le quiere decir 'triunfo' sólo lo es desde el paradigma de la Cruz. Según esta clave sí es victoria. Según el mundo, no, por mucho que se pinten querubines para adornar un gran fracaso.

Con esta escena javieriana he estado esta tarde dando vueltas a unos papeles con un cuestionario de evaluación de la parroquia según el esquema del análisis DAFO, un método para análisis de empresas. Con buena intención - supongo - se pretende que sigamos las pautas del DAFO y las apliquemos a la parroquia, el arciprestazgo, la diócesis. Me pregunto si también a la Iglesia Santa y Católica.

¿Analizar lo divino con metros tan humanos como los que se usan para calibrar empresas?

¿Hemos perdido la conciencia de la esencia y sobrenaturaleza de nuestro negocio, de nuestra empresa?

Me refiero, claro, al negocio y la empresa de Javier.


+T.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿porque le llaman impaciente al Santo Javier?

Terzio dijo...

Fue hombre apasionado, muy determinado, impaciente por ver realizada su misión de propagar la fe. En plena 2ª república española, cuando ya empezaba la persecución religiosa, José Mª Pemán estrenó su famoso drama 'El Divino Impaciente', inspirado en la vida de San FcºJavier.

Anónimo dijo...

Lindo cuadro, muy parecido a los que vemos acá en Hispanoamerica del periodo barroco (odio la palabra latinoamerica, con su tufillo marxistoide). No me extraña lo del analisis DAFO, se usa también en las Universidades, pero siempre es triste ver como se impone el criterio humano en la Iglesia.

¿Cuándo acabará esto?, dijo...

Don Terzio, si ha terminado ya el cuestionario de evaluación de su parroquia
podría indicarnos si "progresa adecuadamente" hacia el misericordismo, con más o menos reticencias,
o no lo hace y "necesita mejorar".

Sabemos que san Francisco Javier está suspendido por fundamentalista:
No respetaba la religión de quienes conoció en Asia, y se dedicó a bautizar a la gente.
Con lo bonito que es el respeto. Además, era impaciente.

Carlo dijo...

No tiene nada que ver con el post ni con el tema principal del 3er comentarista, pero quisiera comentarlo. El problema del término "Hispanoamérica" es que excluye la América Lusitana (Brasil) y la Francesa (Quebec, casi que un país distinto al resto de Canadá). Lo que noto en muchos hispanoparlantes (yo no lo soy, no como lengua madre por lo menos) es que se olvidan que la América Católica es más grande que la española, no fue solo España que trajo el Cristianismo al Nuevo Mundo.

Anónimo dijo...

Debemos reconocer que Sud América ha sido el blanco del Protestantismo desde fin de los 1950's. El Padre John Harden, un teólogo Jesuita Norteamericano, dijo que él había asistido a una reunión del Consejo Mundial de Iglesias alrededor de 1957, en algún tipo de cargo oficial para el Vaticano. En esa reunión, el liderazgo del Consejo Mundial de Iglesias exhortó a los misioneros protestantes a dirigirse a Sud América con una agresiva campaña de proselitismo para ganar conversos. El CMI estaba bien al tanto que Sud América era abrumadoramente católica, y el objetivo del CMI era quebrar la fortaleza de la Iglesia Católica en América Latina.

La segunda razón:
El Sr. Nelson Rockefeller, el multimillonario globalista y humanista, emitió un informe entre 1969/1970. El informe de Rockefeller pretende que en América Latina, la Iglesia Católica NO ES aliada de los Estados Unidos — y que, por lo tanto "nosotros" deberíamos promover las varias sectas evangélicas no — católicas en América Latina.
Y créanme, Rockefeller fue capaz de proveer una masiva cantidad de fondos para propagar el Protestantismo en América Latina.

Así , estos dos trozos de información indican que América Latina fue blanco de una agresiva, organizada y bien fundada campaña de proselitismo protestante para debilitar a la Iglesia Católica; y para arrastrar a las almas lejos de la verdadera Fe. Y esto nos lleva a la tercera razón:

Nosotros debemos reconocer que esta campaña nunca pudo haber sido exitosa si la Iglesia Católica en Sud América hubiera podido resistirla fuertemente; si el clero y los laicos hubieran desplegado la bandera de la Iglesia Militante y emprendido, a su vez, una vigorosa campaña de contra reforma.

Pero algo ocurrió, que llevó a que demasiados de nuestros influyentes hombres de iglesia abandonaran el concepto de Iglesia Militante; que hizo que demasiados de nuestros influyentes clérigos se avergonzaran de comprometerse en la actividad contra — reformadora. Y el hecho trascendental que mató la marcialidad católica verdadera y mató la actividad contra — reformadora, y dejó a la Iglesia abierta de par en par a los estragos del Protestantismo fue el Vaticano II y el nuevo espíritu de ecumenismo.




http://www.fatima.org/span/crusader/cr87/cr87pg58.asp