viernes, 20 de noviembre de 2015

De los Caídos


La palabra 'caído' tiene rango y emoción. y a los que doblamos el cabo de los cuarenta nos llena la memoria de los amigos que se quedaron eternamente jóvenes. La palabra es a la vez sencilla y grave, y resiste con entereza el uso indebido, el floripondio hipócrita y hasta la calderilla sentimental. Es moneda eterna y dura que no puede sufrir desgastes. Así, caer significa morir.

Rafael García Serrano. Diccionario para un macuto.


Mi primer acto político que recuerdo es cuando iba con mis padres a la Misa de los Caídos y después salíamos a la plazoleta para cantar el Cara al Sol y poner las cinco rosas al pie de la Cruz y la lápida con los nombres de nuestros Caídos. Creo que era el .único niño que iba; algunos años vino también mi hermano, más pequeño. Tengo por ahí una foto en la que se ve en primer plano a mi madre, con mi hermano de la mano. Y detrás el alcalde, el comandante de puesto de la Guardia Civil y el cura párroco; un poco más detrás va mi padre conmigo, y entre el grupo se distinguen algunos amigos más, todos camino del Monumento a los Caídos.

Mi padre vestía para aquella Misa la camisa azul con la corbata negra. La última vez que ví a mi padre y a mi madre con la camisa de Falange fue cuando fueron al Valle de los Caídos para el entierro de Franco. Recuerdo que mi madre dijo una vez algo así como que aquel día enterraron también su juventud.

Yo todavía les recuerdo el 20 de Noviembre con la Misa, por los Caídos, por José Antonio, por Franco, por los Caídos de mi familia y por todos los que dieron su vida por Dios y por España.

Me suena bien esa gloriosa intención, cada vez me sabe mejor: Por Dios y por España.

Caer así, sí tiene sentido. Un glorioso e inmortal sentido.


+T.

5 comentarios:

Carlo dijo...

El Valle de los Caídos, uno de los poquísimos monumentos modernos de profundo espíritu cristiano. No puedo imaginar mejor manera de honrar y pedir el descanso eterno de todas las víctimas de la sangrienta guerra civil española (pues sí, hasta los que eligieron el bando equivocado pueden considerarse víctimas, engañados por doctrinas que seducen cada vez más gente en los últimos siglos, y es cada vez más difícil, por inúmeros motivos, conocer la verdad, parece que hasta la mismísima Iglesia no la defiende más en las últimas décadas). Si algún día voy a España, obligatoriamente tengo que visitarlo.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: Gracias por su recuerdo en este dia, D.Tercio.

Un gañán en el campo, dijo...

Qué verdad es que la palabra "caído" por Dios y por España no puede ser superada.
Es una palabra imperecedera, y aunque nuestros compatriotas la desprecien, el Señor la conoce y la valora. Así nos lo enseñaron nuestros mayores. ¡Bravo don Tercio!
España, escribía Gabriel Albiac -que se confiesa ateo-, es un concepto cuasi teológico.
¡Cuánta razón tiene!

Anónimo dijo...

Entre las muchas gracias que la Divina Providencia me ha concedido figura, y entre las mayores, haber visitado el Valle de los Caídos y hospedarme por cuatro día en la Hospedería benedictina. También tuve la gracia de hablar en el hermoso anfiteatro de la Hospedería en ocasión de unas "Conversaciones en el Valle" organizadas por la Hermandad del Valle de los Caídos, en mayo de 1997. Fueron días imborrables y sobrecogedores al respirar ese aire de cristiana reconciliación y de genuina paz.
El Valle es un símbolo que el mundo de hoy (y con él esta España desmantelada e invertebrada que tanto nos duele a quienes la amamos como propia aunque no hayamos nacido en ella) no puede entender y menos soportar. Es un contrasentido. Dios quiera que permanezca a pesar de tantos y fieros ataques y que esa inmensa Cruz del Valle siga protegiendo a España.
Mario Caponnetto

Father Karras dijo...

Me pregunto si el pusilánime de Rajoy ha ido recientemente a la Basílica y al Memorial. El estado de ciertas instalaciones da pena, y todavía están ahí los necios que quieren juzgar (como a Formoso) a José Antonio y al Caudillo. ¡Qué afán de seguir sepultando la verdad en la estupidez! Pues yo, 40 años después, grito: Franco, Franco y Franco. Y a seguir por Dios y por España.