Seguramente comparto bastantes opiniones católicas con el Emmº Leo Burke, el Cardenal que destaca entre los cardenales. Hoy me he alegrado de saber que el Reverendísimo no admite cleriguillas trasvestidas de monaguillas; yo tampoco, of course. Por eso han arremetido contra el Cardenal, por no prestarse a la confusión de quienes bajo la manta de las niñas de altar esconden la pretensión de una futura hembra ordenada.
Conozco el caso de un cura que mandaba a los monaguillos a unas convivencias que organizaban en la Delegación de Pastoral Vocacional. Hasta que comprobó que a esas convivencias también iban y admitían niñas. Cuando llegó la siguiente ocasión, volvió a interesarse preguntando en directo a uno de los responsables -¿Irán niñas 'monaguillas'? El responsable, un poco extrañado, respondió -'Bueno, sí; si vienen niñas, como otras veces, también estarán en la convivencia'. -'Ah, entonces no mando a los monaguillos. No me gustan estas confusiones. Si son convivencias con sentido vocacional-sacerdotal, no deberían Uds. prestarse a la confusión'.
En el blog 'Messa in Latino' comentan que el autor del articulete de Vatican Insider que arremete contra el Cardenal Burke, un tal Gianni Gennari, es un cura renegado, casado, militante comunista y ahora periodista de vanguardia des-católica (estilo 'religiondigital', para entendernos). Poca credibilidad católica y visceral anti-catolicismo de pluma hiriente y tinta corrosiva, en suma.
El ex-cura filo-monaguillas arguye contra Burke aquella desgraciada y desafortunadísima disposición permisiva que se ha ido extendiendo, según tendencia vaticanosecundista que generaliza y universaliza una concesión bastante restringida. El último documento - creo recordar - que se refiere al caso es la Instrucción Redemptionis Sacramentum, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, del año 2004, con el Cardenal Arinze de prefecto:
" 47. Es muy loable que se conserve la benemérita costumbre de que niños o jóvenes, denominados normalmente monaguillos, estén presentes y realicen un servicio junto al altar, como acólitos, y reciban una catequesis conveniente, adaptada a su capacidad, sobre esta tarea. No se puede olvidar que del conjunto de estos niños, a lo largo de los siglos, ha surgido un número considerable de ministros sagrados. Institúyanse y promuévanse asociaciones para ellos, en las que también participen y colaboren los padres, y con las cuales se proporcione a los monaguillos una atención pastoral eficaz. Cuando este tipo de asociaciones tenga carácter internacional, le corresponde a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos erigirlas, aprobarlas y reconocer sus estatutos. A esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del Obispo diocesano y observando las normas establecidas."
El texto mantiene y alaba la consideración vocacional del ministerio acolital de los niños, y sólo al final concede la posibilidad de las féminas sujeta al juicio del los Obispos en sus respectivas diócesis. El caso es que pocos obispos han reglamentado formalmente el supuesto de niñas-monaguillas, como si importara poco. Al final las cosas se aceptan sin más problema que las quejas de los recalcitrantes católicos, anclados en otros usos de otros tiempos. Usos genuinamente católicos de tiempos más católicos, tradicionalmente vivos, sin necesidad de hermenéuticas.
Lamentablemente ya no vige el cánon del antiguo Códex, tan claro:
"Can. 813. § 2. Minister Missae inserviens ne sit mulier, nisi, deficiente viro, iusta de causa, eaque lege ut mulier ex longinquo respondeat nec ullo pacto ad altare accedat."
El ministro que sirve en la Misa no sea mujer; a no ser faltando un hombre, por justa causa, asista con la obligación de responder (las oraciones del Misal que reza el monaguillo en respuesta al sacerdote celebrante) a distancia y no se acerque al altar por razón alguna.
La tendencia de conceder poco a poco algunas cosas, además de hipócrita contemporización con la dictadura del feminismo, supone actuar según una corrección política incompatible con la doctrina, el credo y la tradición de la Iglesia respecto a cosas esenciales. En el fondo, lo de las 'monaguillas' es jugar con algo tan sagrado como el Sacerdocio, cuya esencia no es un capricho de la historia sino parte fundamental-constitutiva de la Iglesia de Cristo tal y como la quiso Cristo y sus Santos Apóstoles nos la transmitieron
El resistirse a admitir 'monaguillas' no es escrúpulo de Burke. No es un detalle menor: Es un síntoma de algo muy grave, aviso de la descomposición que sufre el catolicismo desde hace cincuenta años. Medio siglo de crisis crónica, con el Sacramento del Orden especialmente afectado y amenazado.
+T.
5 comentarios:
El Cardenal Burke afirma que resistirá al Papa si da forma legal a ciertas tendencias sobre el matrimonio y la familia:
http://www.adelantelafe.com/el-cardenal-burke-declara-que-resistira-a-francisco-si-persiste-en-esta-direccion/
Gennari scrive con lo pseudonimo di Rosso malpelo su Avvenire.....per quanto riguarda le convivenze fra maschi e femmine nelle case vacanza parrocchiali, in Italia sono prassi comune e nessuno trova niente da dire, sono ritenute 'formative'e se si prova a dire qualcosa si è tacciati di bigottismo anacronistico......non so come funziona in Spagna.Don Terzio le chiedo una preghiera per me e la mia famiglia che siamo in difficoltà, la ringrazio. Laudetur Jesu Christus.
Si el Papa persiste en su línea, Burke le resistirá.
El problema es otro: entra una, luego dos, luego tres... y al final los monaguillos se retiran a un lado porque "es cosa de niñas". No es rápido, pero lo he vivido en primera persona...y en cinco o siete años lo que era tener unos acólitos no busques un seminarista entre los servidores del Altar.
Saludos,
Santi.
PS. Me temía que hubiera sido usted misericordeado a la hispalense forma después de días con el blog sin actualizar. Me alegro no haya ocurrido.
PPS. Curiosa visceralidad de los sacerdotes secularizados, como arremeten. El reconocimiento de la falta a una promesa tan grave debe llenarles de resentimiento... y buscan acomodar la Iglesia a su situación.
Me contaron la anécdota de que el anterior director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia de la CEE, en sus clases vendió como un logro y un paso hacia la ordenación de mujeres que Roma permitiese "monaguillas".
Padre Juan Mª Canals Casas CMF y autor de aquel articulillo que debieron de retirar: "¿Dos formas para un solo Rito?, a propósito del regreso de la Misa Preconciliar."
Recuerdo yo bien de chico como las mujeres increpaban a una niña que era monaguillo conmigo... hará pues... mucho tiempo. Yo, claro, ni pajolera idea por aquel entonces.
Salutem.
J. Zancajo
Publicar un comentario