miércoles, 31 de diciembre de 2014

La pastoral del prelado


De vez en cuando recuerdo que los católicos estamos tan faltos de líderes, que levantamos en peana al primero que entona un simple pío-pío. Por eso algunos se han apuntado a la claque del prelado de Alcalá, a punto de encenderle velas en vida. Y yo no le veo el mérito; más bien discuto la oportunidad de temas y referencias, lo que otros le aplauden, precisamente.

Casi medio siglo después de Franco, todavía supervive un catolicismo español que no ha digerido que aquello pasó, que no existe un estado católico ni un partido político de bases católicas que represente a unos electores católicos. A estas alturas, quejarse en una pastoral de que Rajoy se comporte como uno más entre los presidentes de gobierno de la Europa del 2014 y su entorno político-social me parece, fifty-fifty , tan ingenuo como insensato.

Si Rajoy hubiera profesado el juramento anti-modernista antes de emprender su curriculum político, si hubiera prometido a la CEE un determinado programa, unos objetivos, habría cierta razón para llamarle la atención, pero Rajoy - que se sepa - no se comprometió a nada con los Obispos ni con los católicos españoles, no consta.

¿O acaso hubo algo? Si hubo, cuéntese con pelos y señales. Si no, evítese el esperpento sagradoescrituresco de trasmutar a Rajoy en Esaú en una disertación limitada a un determinadísimo sector católico que - me temo - ya ni siquiera recuerda o sabe la historia del potaje de lentejas y las triquiñuelas de los hijos de Isaac y Rebeca.

Quienes nunca hemos depositado esperanzas en Rajoy ni en su peperío, no nos sentidos ni defraudados ni traicionados con él ni con su tropa. No merecen una pastoral de obispo, no hay materia ni lugar.

Lo necesario, lo urgente, lo oportuno, lo conbativo sería una pastoral de obispo - de Alcalá o de la Cochinchina - apuntando al Sínodo, a sus fautores, a lo que está en juego moral-doctrinal, a quien maneja el timón y a la mar procelosa que amenaza a la barca.

Esa sí que sería una pastoral valiente de un obispo aguerrido, esgrimiendo el báculo, con la mitra bien puesta, precaviendo, defendiendo, denunciando y advirtiendo.

...pero lo de las lentejas de Rajoy, aguachirle (aunque algunos se lo hayan tomado por alquitarado destilado de esencias).


+T.

9 comentarios:

Gumersindo Caído del Guindo dijo...

Creo que ya le he entendido, Don Terzio. Y le doy la razón: Rajoy no es primogénito de nada y nunca los católicos debimos esperar nada de él. Y de las canalladas que está haciendo, la mayor parte -y especialmente las peores- las hace de muy buena gana: no hace falta que le sobornen ni que le amenacen. Una sopera de lentejas la pagaría él de su bolsillo si hiciera falta para que le dejasen hacerlas.

Chestertoniano dijo...

Cierto que habría que hablar de lo otro. No digo que sea un héroe. Pero en España los católicos tienen que despertar políticamente. Tu y yo no, vale. Pero la mayoría si, y esto vale para que despierten.
Además sí miras su trayectoria, verás que no es el obispo más amigo del PP. Yo soy murciano y aquí al PP no le gustó mucho su oposición a los mafiosos de la UCAM. Vale, lo del Sinodo debería estar siendo denunciado por todos los obispos fieles al Señor, y mientras no lo haga, se queda corto, pero aún así creo que el comentario anterior no le hacia justicia.
De todas formas, gracias por el blog y sus contenidos.

Narciso dijo...

Pues a lo mejor lo que hace falta es un obispo que declare formalmente el cisma en la Iglesia. O sea, se declare independiente del marasmo divorcista, homosexualista, herejías diversas, etc. y declare fuera de la Iglesia a todos estos personajes, con lo cual nos podíamos quedar unos pocos en la Iglesia convenientemente depurada, y que los demás sigan con su fiesta. Es cuestión de tiempo, aunque no sé se habrá algún obispo dispuesto a cumplir con su obligación.

Y en cuanto a los clérigos que se dedican a hacer incursiones en críticas a la política y los políticos….. es un terreno peligroso, desde luego. El aborto, por ejemplo, es un crimen abominable y cualquier pastor católico tiene la obligación de denunciarlo, señalando culpables, como Dios manda. Pero a mí lo que me alucina, por ejemplo, es que a estas alturas salga algún clérigo con las neuronas reblandecidas y grite ¡Viva el Rey!. Es que verdaderamente hay algunos clérigos que parecen empeñados en que los católicos les mandemos definitivamente a hacer puñetas.

boix dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con usted pero por desgracia el modernismo está metido hasta el tuétano en las almas de los católicos y muy pocos serán los que vean así la dichosa "pastoral", que más debería llamarse "mundanal". Feliz y Santa Navidad y que el Niño que acaba de nacer le siga iluminando durante el 2015. Deo Gratias.

Terzio dijo...

Narciso, no seas torpe ni juegues a jacobino comecuras: No sólo digo ¡Viva el Rey! con este rey, también digo ¡Viva el Papa! con este Papa. No renuncio, a pesar de los pesares, ni al uno ni al otro. No sé si aprecias sutilidades, témome que no.

A los demás comentarista les comento que el argumento remoto del articulete podría ser que es muy fácil dar baculazo al político y soslayar otros frentes donde batallar, siendo estos campos de batalla más urgentes, más eclesiales y más trascendentales.

A mí me importa poco que Rajoy - un poner - cometa adulterio con la Cibeles o fornique con los leones de las Cortes. Pero me importa, en cambio, mucho el panorama eclesial, el sinodal y el episcopal. Por eso me repatea un mitrado que alardea y le hace la guerra al enemigo de fuera y no arremete contra el enemigo de dentro, que debiera ser el verdaderamente preocupante para un prelado católico consecuente.

Espero que me haya explicado y Uds. me entiendan.

Salutem!

'

Alfonso dijo...

Don Terzio, es ud. un poco injusto con Don Juan Antonio.
Por defender lo que creía que debía defender, la diócesis que tenía encomendada, Cartagena Murcia, se enfrentó con quién tuvo que enfrentarse.
Y además, como dijo Sanjurjo, no es Napoleón, pero para lo que hay...
Juvenal.

Flectamus Genua dijo...

Tal y como están las cosas, no hoy día sino desde hace tiempo, pero especialmente hoy día, yo mas bien diría ¡Viva la monarquía! antes o mejor que ¡Viva el rey!, mas que nada porque los fulanos de turno de un tiempo a esta parte son básicamente antimonárquicos ellos mismos, entre otras cuantas cosas mas. Idem papado, por la parte de monarquía que le toca.

Con lo que dice el páter en el artículo, completamente de acuerdo. De hecho el señor mitrado en cuestión es, según mi enfoque, de lo mas representativo de lo que le oí acertadamente decir al p.Ceriani alguna vez, a saber: la extrema derecha del extremo centro. Muy conservador, peleonero, etc... pero modernista al fin y al cabo, de corazón diría yo. Jamás dirá nada de lo que tendría que decir, creo yo que no por falta de valor o por entender que sería lo prudente, sino porque está encantado con todo ello, solo que del adefesio, que es el problema original, hace su interpretación lo mas conservadora posible, pero sin salirse del redil. Y está claro, aquí hay que estar con el corazón y con la mente o fuera o dentro, no hay término medio y esa es la cuestión para cada uno.

Que tengamos todos un santo año, porque siendo santo entonces necesariamente será feliz venga lo que venga. A cultivar la vida espiritual, pues, que es lo único que no nos pueden quitar (y no es poco) sin nuestro permiso.

Anónimo dijo...

Más claro, el agua.

Santi

Anónimo dijo...

http://www.catapulta.com.ar/archivos/14026

Un furibundo lector me anoticia, en términos bastante soeces, sobre un librejo del Arzobispo “Tucho” Fernández, rector de la ex Universidad, ex Católica, ex Argentina, Sáname con tu boca – El arte de besar, aparecido en 1996 y que la Editorial publicita así:

“En estas páginas, el autor destaca la importancia del beso como sostén de las relaciones tanto amorosas como afectivas, a la vez que enseña al lector a besar mejor”, agregando un comentario del mismo “Tucho”:

“Te aclaro que este libro no está escrito tanto desde mi propia experiencia, sino desde la vida de la gente que besa. Y en estas páginas quiero sintetizar el sentimiento popular, lo que siente la gente cuando piensa en un beso, lo que experimentan los mortales cuando besan. Para eso charlé largamente con muchas personas que tienen abundante experiencia en el tema, y también con muchos jóvenes que aprenden a besar a su manera. Además consulté muchos libros, y quise mostrar cómo hablan los poetas sobre el beso. Así, tratando de sintetizar la inmensa riqueza de la vida, salieron estas páginas a favor del beso. Espero que te ayuden a besar mejor, que te motiven a liberar lo mejor de tu ser en un beso”