jueves, 10 de julio de 2008

De Cristóforo, o San Cristobalón.

Cuando la poda del Proprium de Sanctis del antiguo Misal, quedaron fuera del nuevo devociones arraigadas desde tiempo inmemorial en la piedad popular. La iconografía suple con creces el expurgo de los pérfidos liturgistas: Suprimieron a los Santos del Misal, pero no pudieron borrar ni destruir ni ocultar el riquísimo patrimonio de la imaginería sacra.
Uno entre las víctimas fue San Cristóbal, que se celebraba el día 25 de Julio (junto y detrás de Santiago Apóstol). No tenía Misa propia, y se tomaba del común de "Unius Martyr non Pontifex" y la Misa "In virtute". Como en el caso de otras populares devociones, el expurgo del Misal supuso el cambio del calendario, y se trasladó la memoria de San Cristóbal al 10 de Julio, para que lo celebraran los devotos de donde fuera. Pero en el Misal de Pablo VI, no cupo.

El desatino es grande, porque San Cristóbal es uno de los grandes. Estaba entre los Catorce Santos Auxiliadores ***, una de las devociones populares más extendidas del Medievo cristiano. Se recurría a San Cristóbal como protector en los viajes, tempestades y epidemias de peste, y su patrocinio se conocía por toda Europa.

Su historia, resumida, es esta: Nació pagano, cananeo, y se llamaba Réprobo. Cuentan que medía 12 codos reales, y que parecía un gigante y que la gente se aterrorizaba con verlo. Consciente de su fuerza, anduvo por el mundo buscando al rey más poderoso, para ponerse a su servicio. Le dijeron que el más potente era el demonio, y se puso a sus órdenes. Pero un día, yendo con el ejercito del diablo, vió como el demonio huía despavorido y gritando cuando vio en el cruce de un camino una Cruz de piedra. Preguntó que era aquello y le dijeron que la Cruz es la señal de Cristo, y que los demonios huyen ante ella. Convencido de la debilidad del demonio, dejó sus filas y se puso a buscar a Cristo, otra vez viajando por el mundo.

Se encontró con un viejo ermitaño, que le instruyó en la fe y le bautizó con el nombre de Cristóforo (el que lleva a Cristo). Para que hiciera méritos, le aconsejó que se fuera a la orilla de un vado peligroso para ayudar a los peregrinos a cruzar el rio. Y así estuvo Cristóbal varios años, llevando sobre sus poderosas espaldas a los peregrinos que necesitaban vadear el rio. Un día, desde la orilla, un niño pequeño le llamó y le pidió ayuda para cruzar. Cristóbal se echó el niño al hombro y, cuando estaba en medio de la corriente, sintió de pronto como si llevara todo el peso del mundo a cuestas, y el rio crecía y parecía que él mismo, tan gigantón, se hundía. Miró hacia arriba, y vió que el Niño llevaba en sus manos la bola del mundo, y que le sonreía y bendecía. Al punto, llegaron a la orilla; hincó en tierra el varal que llevaba para apoyarse, y al instante el varal floreció convirtiéndose en palmera. Miró otra vez al Niño, que le bendijo de nuevo y desapareció. Después sigue la historia contando otras peripecias de Cristóforo, hasta que por fín, por defender a unos cristianos, fué él mismo apresado, juzgado y martirizado, dando gloria a Dios. Amén. (para más detalle, léase la Legenda Áurea).


Como decía, la iconografía de San Cristóbal es muy rica. Se suele representar el momento en que el Santo lleva al Niño de Dios en sus hombros. Se le pintaba grande, como su estatura. Y era costumbre poner a los San Cristóbal cerca de las puertas de las catedrales e iglesias, para que la gente que iba a rezarle no molestara a las Misas y demás celebraciones. Tenía muchos devotos porque se decía que el que le rezaba, no se moría aquel día.

En Sevilla - ciudad y diócesis - tenemos bien representada la iconografía de San Cristóbal. No había iglesia que no quisiera tener el suyo. A pesar de todos los que se perdieron cuando la desamortización o destruyeron los republicanos y marxistas entre el 31 y el 36, todavía nos queda una buena colección. Entre los de la capital, dos monumentales: El de Mateo Pérez de Alesio en la Catedral, en la Puerta del Príncipe, junto al cenotafio de Colón (Don Cristóforo guardado por su Santo), y el de Martínez Montañés en, la Colegiata del Divino Salvador.
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El de Pérez de Alesio es italianizante, manierista de dibujo y color, enorme; parece (ex profeso?) un gran tapiz, con todo el detalle de la iconografía cristoforista, incluso el ermitaño con su linterna y la palma floreciendo (más un loro guacamayo, muy realista, junto a la firma del pintor).


El de Montañés es una de las mejores esculturas de toda Sevilla (y de todo el mundo, pues). Representa al gigantón Cristóbal, barrigón y fuerte como un atlante, mirando admirado al Niño, que le sonrie y bendice con el orbe en sus manitas (el Niño es uno de los más simpáticos y originales de toda la imaginería sevillana...y del mundo entero, claro). Fue titular de la hermandad del Gremio de los Guanteros.

En los años '60 le reorganizaron la hermandad, pero como patrón de automovilistas, y sacaban al Santo sobre una plataforma tirada por un coche; fue algo tan poco concorde con el gusto sevillano, que duró lo que duraron sus ideístas, y en los setenta dejó ya de salir tan atípica y motorizada procesión. Hoy el San Cristóbal está quieto, imponente, en un altar barroco precioso, en la recién restaurada ex-Parroquia y Colegiata (colegiata sólo de nombre, no de hecho ni de derecho, que quiera Dios conserve el culto para el que se la hizo, y no la servidumbre "cultural" con esa novelera "fundación" a la que le falta piedad y le sobran "proyectos").



Bien. Para que la semblanza cristoforina sea completa, me permito un poemita encantador de Machado (Antonio). Lo aprendí en el colegio, oh!



. Sobre el olivar
. se vió a la lechuza
. volar y volar.


. Campo, campo, campo...
. entre los olivos
. los cortijos blancos,
. y la encina negra
. a medio camino
. de Úbeda a Baeza.


. Por un ventanal,
. entró la lechuza
. en la Catedral.


. San Cristobalón
. la quiso espantar
. al ver que bebía
. del velón de aceite
. de Santa María.
. La Virgen habló:
. - "Déjala que beba,
. San Cristobalón".


. Sobre el olivar,
. se vió a la lechuza
. volar y volar.
. A Santa María,
. un ramito verde
. volando traía.


Pues vaya todo esto por y en honor de San Cristóbal, que le tengo devoción, para que ruegue y nos alcance mejorías. Amén.

*** Los 14 Santos Auxiliadores son: Ss. Acacio, Blas, Ciriaco, Cristóbal, Dionisio, Erasmo, Eustaquio, Gil, Jorge, Pantaleón, Vito y las Stªs. Bárbara, Catalina, y Margarita. Amén.


&.

4 comentarios:

Joaquín dijo...

A todos los conductores
mi voz sirva de compañía.
Al ritmo de los motores
por vuestras rutas de España.
Y le pido a San Cristóbal
nuestro patrón tan divino,
que con sus manos os guíe
salvos a vuestros destinos.
Precaución, amigo conductor.
La senda es peligrosa,
y te espera tu madre o esposa
para darte su abrazo de amor.
Precaución, amigo conductor,
tu enemigo es la velocidad.
Acuérdate de tus niños
que te dicen con cariño:
No corras mucho papá.

Pulso firme en el volante.
Al peligro desafía.
Su lema : siempre adelante
sin descanso noche y día.
Pero al fin de la jornada
te esperan con alegría.
Y te llenarás de orgullo
al decir: misión cumplida.
Precaución, amigo conductor.
La senda es peligrosa,
y te espera tu madre o esposa
para darte su abrazo de amor.
Precaución, amigo conductor,
tu enemigo es la velocidad.
Acuérdate de tus niños
que te dicen con cariño:
No corras mucho papá.

Homenaje a mi amigo conductor.
Es mi cante un homenaje.
Le deseo de corazón
buena suerte y buen viaje.
Y vaya en gracia de Dios.


(olé)

Terzio dijo...

Oh!

Esto no lo esperaba.

Me has traumatizado el blog con esta "perla".

No sé qué decir...

:W

'

Mendrugo dijo...

Se me ocurre que Colón fue también un gigante, devoto del santo, muy orgulloso del nombre de Cristóforo, y que que cumplió lo que significa. Llevó a Cristo allende el océano, y ese era su mayor orgullo. Lo único explícito de su enigmática firma es precisamente "Xpo. ferens". No sé si fue un santo de altar, era terciario... Pero ha tenido un papel colosal en la historia de la salvación.
Uterque Christophore, orate pro nobis

Terzio dijo...

Oh! Ese "uterque" es un honor, gracias! Colón, tan "medieval", seguro que era devoto y conocía bien la historia de su Santo; y ciertamente es uno de los "grandes" de la Historia, mal que les pese a los que les pesan tanto las grandezas de España en la Historia, que son muchas. Pero conste que Colón no es santo de altar, y conviene no confundir. Conque más vale encomendarse al Santo indiscutible, y a Colón dejarlo, siquiera, en mero participante de la Communio Sanctorum (que tampoco es poco).

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