viernes, 24 de junio de 2011

Casos de España


Son cosas que pasan en La Mancha, ese lugar de cuyo nombre etc. Cosas de allí con manchegos como protagonistas, pero con repercusión más allá de las fronteras del lugar de cuyo nombre etc. Me refiero a dos anécdotas, dos episodios, dos casos, según se mire y se evalúe su importancia. Juzguen ustedes:

1) La recién electa (¿ha jurado (o prometido?) ya el cargo???) Maria Dolores de Cospedal (podría haberse apocopado el nombre y llamarse, llanamente, Lola Cospedal, que suena más racial, más manchego, nombre que suena a hembra de rompe y rasga). Ella, iba diciendo, dió el campanazo en Toledo presentándose ataviada de mantilla española en la Misa del Corpus, en la Catedral Primada, que para eso es ella autoridad mayor, y merece sillón circa presbiterium, en primera fila.

La mantilla es prenda que adorna a la más fea, tiene esa gracia; si la que la lleva es agraciada, doble efecto de embellecimiento, pues. Quiero decir que la Cospedala iba la mar de bien, con ese empaque de tronío castizo-goyesco que enviadiarán las extranjeras (comparen ustedes un sombrerillo inglés o un pamelón de Ascot con una mantilla y su peina, y deduzcan efectos: si el sombrerillo ridiculiza y el pamelón frivoliza, la mantilla marca distancias de imponente dignidad (en los matices secundarios de cada porte y su portadora no me meto, sería un mundo)).

Total, que iba diciendo que Doña Lola Cospedal fue al Corpus de mantilla, muy bien puesta. ¿Algún problema? Ninguno, salvo la comisión de un patente sacrilegio, con todo Toledo de testigo, siendo el Primado de España el testigo mayor. Pues resulta que según cuentan, parece ser que Mari Loli Cospedal se acercó a comulgar, y le dieron la Comunión, y comulgó. Némine discrepante.

¿Pasó algo? ¿Se cayeron al suelo los galeros de los Cardenales de Toledo? ¿Se revolvieron en sus tumbas las osamentas de los Primados? ¿Sonó espontáneamente la campana gorda de Toledo, aquella que cuando fue sonada hizo malparir del susto a la Reina, que estaba en El Pardo???

Nada de eso, que no pasó nada. Nada de nada. Doña Mariló Cospedal comulgó, y no hubo nada. De internis neque Ecclesia, que se dice, y es sentencia muy socorrida para estos casos. Pero el caso no fue de internis, ¿verdad señores canonistas? Y siendo en Toledo, y siendo Doña Mari Lola la comulgante, y siendo en Toledo y por el Corpus la Comunión, el suceso es sobremanera de externis, público y notorio. Escandaloso, digámoslo ya.

Porque la susodicha Mari Dolorcitas es malcasada, divorciada, vuelta a rejuntar con divorciado, y hasta se dice, se cuenta, se sabe que fue inseminada (con perdón). Y no digo más ni más detalles porque este blog es decente y lo leen gente decente (y algunos indecentes, reconozco, que se me cuelan y no controlo porque no puedo, ¡¡cachiss!!).

¿Y ahora qué? Se pregunta la España Católica, ¿y ahora qué? Porque la Periquita, la Mindurreta, la Dominguina, la Pablita y la Pepilla, que son de mi pueblo (y el de usted) no son menos que la Cospedala, estando incursas en iguales irregularidades y pecados públicos como la Presidenta Manchega. ¿Y ellas no y la otra sí? O, dicho de otra manera, ¿ella sí y las otras no?

Llegados que hemos a este dilemático cruce de cuestiones, aparece en escena el que hacía falta pa completar el duro:

2) Segñoras y segñores, el Pepe, el Peeepe Bono, hagce saber dos cosas que son dos, dos cosas que dice el Pepe que egcuchen ugtedes con toda la consideración que ugtedes sabrán tener, dice el Pepe, a saber:

- que en Egpaña "...el que crea que el divorcio es algo de relevancia moral, es que no está en estos tiempos"

- que en Egpaña "...quien no está divorciado no es mejor persona que quien se ha divorciado"

- que en Egpaña "...hasta quien va a ser Reina de España es una mujer divorciada"

(ver aquí gacetilla del suceso)

Y dichas estas tres verdades, el animal (político), se ha quedado tan Pancho-Sanza (sic), con los ojos de sapo de la noche/sapo cancionero, y la boca en reposo momentáneo para recuperarse del triple exabrupto (con la eg intercalada).


Y ahora, señoras y señores mios, el lio. Porque la pelota está en el tejado y a ver quién le pone el cascabel al gato (que una es gata, en este caso). Que son dos cascabeles (sin segundas significaciones): Uno es frenar en seco a la devota comulgante, ¡sooo mula! Y el otro es dar tapabocas al oráculo manchego, ¡quieeeto borrico!

¿Y habrá Primado, Presi de la CEE, portavoz delegado de la comisión episcopal de medios, que se atreva a decir, a poner los puntos sobre las ies, a clavar dos buenos rejones a sendas reses berrendas?

¿A que no? ¿A que todo se queda en nada? ¿A que la vida sigue igual, como la copla del otro?

Dos excursus, con la venia:

a) De todas formas, sea lo que sea, contémplese el caso desde una perspectiva positiva y considérese que ya estamos en España como en los USA de los EEUU, con el dilema de las Comuniones de politicones y politiconas, si se puede o no, si se debe o no. Para que luego digan que estamos en crisis, si lo que estamos es cada día más cerquita del american way of life, y todo aquello.

b) Aunque el Bono sea un animal (político), el tercer pildorazo, el que canta por fandango la situacion de la futura Queen of Spain (aujourd'hui Principesa Asturianesa) es un pincho de tortilla española de los que hay que pasar con vino tinto y gaseosa, para no atorarse.

Ea. Pues a esperar. A ver qué pasa, si pasa.

Con la JMJ a la vuelta de la esquina.

Y con estos calores in crescendo, señoras y señores mios.

&.

miércoles, 22 de junio de 2011

¿Sí o No? ¿Y por qué sí? ¿Y por qué no?


Ya he confesado alguna vez que mi ideal episcopal, el obispo ideal que tengo en mente, es un obispo mártir con el importante matiz del martirio consumado. Por ejemplo, al que se ha celebrado hoy, San Juan Fisher de Rochester, le tengo una gran simpatía. A los demás, si son santos, les profeso la veneración debida, a unos más, a otros menos, a algunos la mera formalidad exigida por su inscripción en el Santoral; incluso hay Santos Obispos a los que ni siquiera conozco y meto en la Communio Omnium Sanctorum, y se acabó. De todas formas, estos prelados Santos no suelen ser problemáticos. Los problemáticos son los vivos y activos, los que ejercen actualmente el ministerio episcopal. Esos son los preocupantes, para la Iglesia en general y las almas en particular.

Por ejemplo, vean qué jaleo, qué lío, qué confusión, qué contradicción en menos de un mes:

1) Rouco dice que la 'Ley de muerte digna' no es una ley de eutanasia

2) Blázquez opina también que el anteproyecto no es una ley de eutanasia

3) La Conferencia Episcopal advierte de que la Ley de Muerte Digna, podría encubrir prácticas eutanásicas


Como Rouco y Blázquez son perros viejos (perdón: prelados con mucha experiencia, obispos con muchas tablas, he querido decir); como están duchos en el arte del capotazo, la verónica, el natural y el pase de pecho, dijeron eso pero dejaron abierta la gatera con alguna excusa (Rouco dijo que si él no había estudiado con detenimiento el texto, que sus colaboradores tenían una primera impresión, etc; Blázquez decía y seguidamente remitía a un ulterior estudio-documento de la CEE, etc...) La declaración de Rouco fue noticia el 26 de Mayo; la Blázquez es del 28 de Mayo, y la sospecha de la CEE se ha publicado esta tarde mismo, 22 de Junio.


Comentaban los avispados que la suspensión de hostilidades Rouco-Zp (es decir, Obispos-Gobierno sociata) se debía a la JMJ, para no enrarecer el ambiente, para no meter chinas en el zapato, para no crispar, en suma. Con la JMJ encima, a dos meses del evento, no convenía armar guirigays.

Pensábamos los conscientes - tampoco sin detenernos a estudiar la letra menuda del proyecto de ley, sólo conjeturando, desde nuestras primeras impresiones - que la ley de Zp era una ley eutanasista, con todas las flexibilidades, trampas, excepcionalidades y encubiertos, para que funcionara de hecho y con derecho como una ley de eutanasia. Adelantaba, además, pormenores escalofriantes como el aviso de que no se permitiría la objeción de conciencia de médicos y personal sanitario-hospitalario, detalle este suficientemente alarmante, a nuestro corto entender. Si yo lo conocía, seguro que Rouco y Blázquez también lo debían saber. Pero dijeron que no, que no había problemas con la ley, que de eutanasia nada. Eso dijeron.

¿Qué ha pasado? ¿No conocían bien el borrador de la ley de Zp y ahora sí? ¿No habían estudiado detalladamente el anteproyecto de ley y ahora sí? ¿Qué ha sucedido en estas dos-tres semanas? ¿Porqué la CEE sospecha y advierte ahora?

Pues resulta que ha sucedido que un seglar, con dos pares, ha publicado una estupenda, contundente y bien argumentada crítica a la ley de eutanasia encubierta de los sociatas de Zp. Algunos de ustedes habrán leído el artículo de Ollero, que corre por internete desde hace ya una semana:

Reflexiones ante el anteproyecto de ley español sobre el final de la vida

Se publicó en prensa nacional. Y a los pocos días se incluyó en uno de los boletines de Zenit, el enlace que he puesto.

Andrés Ollero Tassara es un señor, un sevillano, católico practicante, un reputado y experto jurista, un catedrático de los de verdad, de los que son conscientes de lo que supone semejante grado docente. Merece la pena leer su texto, aunque no se tengan rudimentos de jerga legal, porque se entiende con claridad lo que dice desde el principio, con sus argumentos. Aunque nos conste su fe, no arguye desde la fe, sino desde la razón y el derecho. Es un maestro exponiendo, examinando, distinguiendo, considerando, concluyendo.

Ha dado a nuestros mitrados (y a sus colaboradores, y a sus expertos) una sustanciosa lección de altísima competencia moral. Pienso.

Lo que las mitras no decían (por circunstancias, por accidentalidades, por malentendidas discreciones, por espúrias prudencias...???) lo ha dicho alto y claro Don Andrés Ollero, un señor que entiende.


¿Y ahora qué? ¿Dónde quedan las impresiones y el primer diagnóstico de las primeras cabezas de nuestra Jerarquía? ¿Se retractarán debidamente, entonarán un mea culpa? ¿Explicarán por qué aquella primera impresión? ¿Desconocían la mente del legislador, era la primera vez que se enfrentaban a una ley sociata encubierta o flagrantemente contraria a la Moral Cristiana, a la Ley de Dios? ¿Pensaron que esta, sobre materia tan delicada, iba a ser diferente? ¿No habían seguido los capítulos del serial de la crónica de una eutanasia anunciada en la agenda de Zp? ¿Desconocían las pre-legislaciones de cuño eutanasista gestadas, tramitadas y aprobadas en algunas regiones autónomas?

Triste, desalentador. Escribo todo esto en torno a la fiesta de Juan Fisher de Rochester, obispo y cardenal, y de Thomas More, ex-canciller, jurista, esposo y padre, los dos Mártires de la fe y la conciencia católica frente a una legislación inicua y el injusto poder de un criminal infatuado.

Si este pequeño episodio (que se olvidará) ha tenido como sub-episodio de fondo la JMJ (que también se olvidará), sería digno de más atento exámen y registro. Tal y como están las cosas, al nivel en qué están los procesos, el dia menos pensado le abren causa de beatificación a alguno de los implicados.

No me figuro que sirviera para mucho, desgraciadamente, como en otros casos (recientes casos). Pero a los conscientes nos recordará por qué no somos complacientes, por qué no aplaudimos, por qué no vitoreamos, por qué nos retiramos con displicencia, y no vamos, y no estamos, y no alentamos.

¿Me siguen Uds.?


+T.

martes, 21 de junio de 2011

¿Un arte capaz para ilustrar la Fe?



Una de las experiencias más irritantes que recuerdo es la de mi primer visita a los Museos Vaticanos, cuando pasé de las Stanze y la Sixtina al horror alucinante de las colecciones de arte contemporáneo. Lo entendí (e intuyo que muchos otros habrán hecho esta misma lectura) como una elocuente exposición plástica del desnivel sufrido por la Iglesia de después del Vaticano 2º; lo que nos legó la Iglesia Romana hasta 1964 y lo que expresaba la crisis de la Iglesia Católica desde Pablo VI hasta Juan Pablo II y la entrada del tercer milenio.

Para mayor contraste, parte de las colecciones se expone en las salas de los Borgia, con la paradoja de que los frescos exquisitos del Pinturicchio ilustran la fe católica y los Misterios de la Salvación en las bóvedas de aquellas salas, mientras en las paredes y el suelo de las mismas se expone el caos de una fe entendida como crisis, descomposición y parcialidad, según la mente del arte enfermo del siglo XX. El denostado Alejandro VI Borgia, a pesar de su legendaria mala fama, supo exponer la fe, pero los entusiastas pontífices del Vaticano 2º y sus secuelas sólo han podido/sabido/querido ser los testigos y exponentes del turbión post-conciliar. Conste que hablo de los Musei Vaticani, no de otros temas.

Visitar esa sección de los Museos Vaticanos es recibir una impactante (y traumatizante) lección de Historia de la Iglesia. In situ.

En otra parte del mismo recinto del Vaticano, fuera de los museos, en una de las plantas del Palacio Apostólico, se encuentra lo que podríamos señalar como el legado estético-artístico más definitivo del pontificado de Juan Pablo II, me refiero a la capilla Redemptoris Mater, obra del artista moderno Marco Ivan Rupnik.

Dos interpretaciones/presentaciones de la Capella Redemptoris Mater (una 'oficial' de la mano del funesto ceremoniero de JP2º, Mons. Piero Marini; y la segunda del ex-decano del Teresianum, el ya desaparecido carmelita valenciano p. Jesús Castellano) dan una idea de todo lo que se quiso expresar en los mosáicos de esa capilla papal. Quizá demasiado contenido para tan limitada expresión plástica. Pero séase generoso y no se corten las alas a la explicación, probablemente hipertrofiada respecto a la realidad que comenta. Habitualmente, en el arte contemporáneo suele ser así: Una discutible obra minimalista acompañada de una sobreabundante y petulante palabrería justificativa. Este sería un caso, tal que una especie de apología de la capilla, como si se adelantaran al impacto de la obra y preparasen con un prospecto al desprevenido espectador.

La obra de Rupnik en el Vaticano es una estridente composición, farragosamente dispuesta, con un diseño figurativo elemental y un abigarrado cromatismo. Remotamente, podría reconocerse cierta influencia iconográfica de los modelos coptos y etíopes; en particular el tipo de las figuras con grandes ojos, cánon irregular y esquemático dibujo. Otra probable influencia, podría ser la de los iconos contemporáneos de Kiko Argüello (con las dependencias iconográficas de este, a su vez). El resultado son esos murales inconfundibles, ingénuos, de cierta impronta naif, expresivamente impactantes, rutilantes hasta el deslumbramiento (desagradable?) si se muestran iluminados (como suelen enseñarse), provocando en el espectador un shock visual-iconográfico, por efecto de la intensa estimulación propiciada por los mismos elementos: Formas, color, luz, presentación.

El éxito de Rupnik y su obra ha sido muy grande. Actualmente funciona como un taller, con múltiples encargos de todos sitios. Es, quizá, el artista cristiano más reclamado de estas últimas décadas, con obras repartidas por todo el mundo.

Esa popularidad con marchamo papal no supone que el estilo y los encargos de Rupnik sean aceptados sin resistencia, al contrario. Suele suceder que las novedades de Rupnik vayan acompañdas de una intensa polémica sobre la oportunidad de los encargos, el mérito artístico de sus diseños, y sus elevados costes. Como botón de muestra, recuerden la polémica en torno a la cripta construida en San Stefano Rotondo, para exponer la urna con el cuerpo del Padre Pio, un caso que rozó el escándalo.

Hace unos días publicaban una presentación de la - supongo - más significativa obra de Rupnik en España: La capilla de la Conferencia Episcopal Española

La obra se presenta debidamente explicada, razonada y justificada, como dije más arriba. Si cito la vieja sentencia jurídica 'excusatio non petita, acusatio manifiesta', entenderán ustedes el sentido que le encuentro.

Se podría añadir una crítica más si preguntásemos por qué recurrir a un artista extranjero con una obra previsible, repetida y archiconocida. Aunque considerando otros posibles encargos a artistas españoles, me detengo y suspendo el juicio. A estas alturas, una capilla encargada a Barceló, o a Tápies, o a Mariscal o a alguno de nuestros genios del des-arte contemporáneo, sería temible. Y no quiero con eso decir que lo de Rupnik no lo sea, por su parte.

Si tuviera que reconocer algo en favor de Rupnik, valoraría que se mantiene dentro de la tradición iconografica cristiana al escoger y representar los Misteria Vitae Christi y otras temáticas anejas, casi todas correspondientes a modelos y descripciones bien contrastadas en la muy rica secuencia del Arte Cristiano.

¿Expresa una espiritualidad? Yo diría que sí, una espiritualidad bastante rastreable, como las influencias que denota su estilo. Una obra como la de Rupnik no se entiende sino enmarcada en las coordenadas generales de la Iglesia post-conciliar.

Ahora mismo coinciden dos o tres eventos que muestran la revolución de las formas del arte cristiano a propósito de las reformas e innovaciones propicidas por el Vaticano2º. Por ejemplo, lean este artículo para entender el prólogo de lo que vendría luego: Henri Matisse y el arte cristiano contemporáneo



Destaco que esta obra 'revolucionaria' de Matisse se termina diez años antes de la apertura del Concilio V-2º. Recalco el dato para dejar patente que las tendencias ya existían y estaban bien definidas y activas (lo mismo que la teología, la eclesiología, el ecumenismo, las innovaciones litúrgicas y todo lo que estallaría durante y después del Vaticano-2º).

El estilo Rupnik representa una etapa posterior a la de Matisse. La sensibilidad cristiana actual no se siente satisfecha con un minimalismo simbólico, muchas veces dificil (o imposible) de deslindar de la subjetividad religiosa (o no) cristiana (o no) del artista. Se busca un arte que exprese el Misterio sin ocultarlo, sin reducirlo a un patrón dependiente de determinados postulados plásticos insuficientes o inadecuados para exteriorizar formalmente la belleza de la fe. En este sentido, Rupnik marca una diferencia con sus precedentes, valga ese ejemplo de Matisse.

De todas formas, la crisis conceptual (primero es el concepto, después la forma; y, en este caso, primeramente, antes que el concepto, la doctrina y la fe ), persiste. Miren, por ejemplo, este anuncio de una próxima exposición con motivo del 60ºaniversario de la ordenación sacerdotal de Benedicto XVI:



El promotor de esta 'exposición-regalo' al Papa es el inquietante Cardenal Ravasi. Ante la iniciativa y las obras que se expondrán cabría hacerse conceptos a posteriori. Es la consecuencia final del proceso:

1º la fe/la doctrina/la idea
2º la inspiración conceptual
3º la expresión formal
4º la contemplación de la obra
5º la lectura (conceptual) de la obra





Confieso que me gustaría ver y comentar-me esa exposición, en directo, in situ. También reconozco mi inquietud por lo que esa exposición conmemorativa de los LX años sacerdotales del Papa pueda expresar. En estos casos, tan significativo es lo que se dice como lo que se calla, lo que se expone como lo que no se enseña. Todo (supongo) en torno al sacerdocio católico. ¿O no?

Timeo danaos et dona ferentes (lo digo por Ravasi, Uds. me entienden).


+T.

domingo, 19 de junio de 2011

Displicencia de énesima potencia


No sé quiénes me causan más repugnacia, si los indignados con su mugre pseudo-político social o los periclitantes auto-degenerados que sienten aberrante proclividad, simpatía, comprensión, cercanía o intrínseca vergonzante comunión con esa masa damnata. No sé quienes son más infectos, si los veinteañeros prostituídos a la vanagloria de sí mismos o los cuarentones, cincuentones, sesentones y demás provectos que desahogan sus rijosidades indecentes con el sueño impúdico de volver a la turbia viridiscencia perdida y ya podrida. No sé qué es más nauseabundo.

Pero reclamo la displicencia arrogante de un arístócrata del Ancién Règime, de un abbè refractario, de un nóbile nero romano, de un archiduque ruso para desmarcarme de esa chusma doble, la que desfila y acampa en las plazas y la que aplaude, anima y/o se identifica (aunque sea un átomo) desde el sillón de casa.

Me revisto de toga displicente contra-plebeya, invoco la púrpura de dictadores, déspotas y tiranos, la espada inexorable de la represión, la gloria de la reacción más integrista, el cañonazo contra-revolucionario, la implacable carga anti-populista.


Y me retiro a mi Aventino más enriscado, of course.

No están los tiempos para bajar a la calle.


&.

viernes, 17 de junio de 2011

Premiando oscuridades


Un premio suele ser un invento de gente que quiere ser premiada. Y organizan un premio, con la esperanza de que ya les llegará a ellos. Otra modalidad es la de los padrinos: Idean un premio para sus ahijados, con intenciones segundas. Otra clase de premio es la que se instituye para hacerse propaganda, darse a conocer, presentarse en sociedad o entrar en determinados ambientes y/o relaciones, con el premio como coartada circunstancial. Una elaborada variedad es la del premio que se piensa para premiarse a uno mismo en los premiados, alternativa rentabilísima en la mayoría de los casos.

De cual de estos sea el premio que le han dado a Olegario (sobra el apellido), no sabría decir. Lo que sí digo es que se está premiando a un teólogo turbio, neblinoso, para nada claro. Si el paradigma a aplicar fuera el joánico de que la verdad se acerca a la luz, a Olegario le hubieran debido dar como premio una paletada de carbón de encina.

Ayer comentaba con un amigo (un cómplice, claro) que la Cristología es el corazón de la Teología, que una Cristología sana supone una teología sana en consecuencia, porque la Teología Cristiana, resumiendo, es sobre todo y ante todo Cristología. Y desde la Cristología, todo lo demás.

¿Y si falla, si no es buena la Cristología? Si sucede esto, toda la teología, en consecuencia, quedará afectada, descompuesta, con más o menos gravedad, pero siempre corrompida y devaluada, con riesgo de heterodoxia (el desarrollo de la heterodoxia que haya estado afectando a la misma Cristología).

Olegario no es un genio, ni es original. Es un castellano aplicado que estudió en España y en Alemania y en otros sitios. También existió una emigración 'teológica', en los mismos años en que nuestros trabajadores se iban a currar a Alemania, a Suiza, a Francia, a Inglaterra, a Bélgica. Lo mismo. Hubo unos años en que se emigraba a Tubinga, a París, a Lovaina, a Friburgo. A donde fuera, pero fuera, no en España, con ese despego que consideraba que lo de fuera era lo mejor y en el extranjero estaba la salvación. Ni siquiera Roma parecía suficiente, se quería una catarsis extra-española cuanto más radical mejor.

Nuestros teólogos volvían de Tubinga y de Lovaina con la misma cara de catetos mesetarios que se llevaron al dejar sus respectivas diócesis españolas con Ñ. Pero entraban en España pisando fuerte, con clergyman, con corbata los más descarados. Y Rahner en la maleta. Y los demás. Y el espíritu del Vaticano 2º como el que volvía de Munich con el tatuaje de una rubia en el brazo. Lo mismo; mutatis mutandis, lo mismo.

Al premiar a Olegario han premiado todo eso. Es como si hubieran dado un óscar al Alfredo Landa de 'Vente a Alemania, Pepe', pero en teología. Teología mesetaria, tripa de Castilla la Vieja con relleno de salchicha muniquesa. Algo así.



Todo esto lo digo con admiración por Alfredo Landa y la peli aquella y lo que representaba, también con mis respetos (muchos) para los valientes que dejaban España buscando mejor curro en Alemania. Pero lo digo, por otra parte, con mi más visceral antipatía por Olegario y lo que representa.

Un libro de Olegario es un tostón, que además de pesado rezuma dudas de buena doctrina por todos sus índices. De mala doctrina, es decir. O mejor dicho: De medida y equilibrada mala doctrina. Quiero decir que - por comparar, sin más intención, conste - si Olegario fuera hereje-hereje, sería medio-hereje: Un semiarriano, un semipelagiano, un 'semi'. Se ha cuidado mucho de bailar bien en la cuerda floja, de hacer malabarismos en el alambre, manteniendo el equilibrio. En eso es un maestro.

La voz capona, chillona, la chaqueta de mezclilla, el chaleco de cuello de pico y la corbata, ese look, ese estilo, ese hocico fruncido que mira con desafecto displicente de remilgado en cátedra, de sabihondo en estrado.

Nunca le he visto siquiera de clergyman; la sotana supongo que la tendrá en el más recóndito baúl de sus recuerdos. Tampoco he visto jamás una foto suya celebrando Misa, ni una grabación de una predicación, de algún sermón. Nada. Entrevistas, muchas, escritas y habladas, en prensa, radio y televisión. Y artículos.

Con ese complejo también característicamente español de acojonarse ante uno que te dicen que ha estudiado en Alemania y lee y se cartea en alemán con nosequiénes de nosedónde, Olegario (que no es corto de genio ni tímido para los saraos de nivel) se ha convertido en el teólogo por antonomasia, gloria de España. Y por eso, imagino, el premio. Pero están premiando un error. Un semi, como acabo de decir.

La cara del Cardenal Ruíni comentando el premio y al premiado ha sido el colofón, el mascarón de imprenta del finis coronat opus. A tal señor tal honor.

Lástima que el nombre de Ratzinger se vea enredado en todo esto, en este premio. Aunque, después de todo, considerándolo, puestos a recapitular...En fin. Y corramos el tupido velo, que es lo más discreto en estos casos.

Un tupido velo, eso es precisamente. Como el que dice San Pablo que cubre las mentes de los judíos que no reconocen a Cristo y su Gloria, eso podría decirse de la obra y el personaje, de Olegario y su premio: Un velo que tapa, que cubre, que impide, que no deja ver ni entender. Por mí como si se quiere poner dos, dos velos, uno encima del otro.

Lo que me parece perverso es que se vayan colocando velos por ahí, empañando la fe de la gente.

Y lo que me parece estúpido es dejar que te pongan el velo. El Velo de Olegario, quiero decir.

No obstante el premio.

+T.

jueves, 16 de junio de 2011

La Reina de Jerusalén



Me ha llegado este vídeo con una escena de religiosidad popular en el corazón de Tierra Santa, imágenes que recogen la sencilla devoción de los humildes y la fe de los pobres que miran al cielo. Todo lo que tiene que ver con Ella, me emociona; especialmente el Misterio de su Asunción, por eso me ha gustado el breve reportaje.

La procesión es casi de tipo 'colegial', de colegio de niñas, como las que organizan (¡organizaban!) las monjas con las alumnas para la fiesta de la Niña María, el 21 de Noviembre. Esta ingénua procesión de Jerusalén la celebran el 31 de Mayo, para cerrar el mes de la Virgen.

Se imagina uno esos mismos rostros infantiles encarnados en las escenas y las personas de los Santos Evangelios. Deben ser especialmente simpáticos a Dios, que se hizo hombre tomando esa carne y no otra. Suscita una ternura espiritual incorporar al imaginario de la composición de lugar los ojos, las sonrisas, los movimientos de esas niñas, tan cercanas carnalmente a la Niña de Dios.

Llevar una imagen de la Asunción por las calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén es re-imaginar el Misterio in situ, in ipso loco. Portan el icono de la Asunta con la ingenuidad despreocupada del que convive con el Misterio y lo celebra desacomplejado. No es liturgia solemne, no es rito sacro, sino sencilla expansión de lo que se cree, se ama y se espera.

Los franciscanos de la Custodia añaden su nota seráfica. En los Santos Lugares, los hijos del Poverello se ven inmersos en una geografía de gracia que les rejuvenece y a la vez les madura la vocación. Empezando por la re-toma del hábito, que visten desde que pisan Tierra Santa, como si lo estrenaran. Para muchos (casi todos) los Santos Lugares son un sanatorio del alma franciscana.

Todos asisten felices, todos los que ven pasar la procesión de la Reina de Sión, portada por sus hijas, con sus niñas entorno, sonrien y dejan algo de su corazón, que en un momento habrá sido tocado por la vista iconografiada de esa Pureza que asombra a los Ángeles, por la Virginidad que admiran los Arcángeles, por la Gracia que alaban los Nueve Coros.

Desde el Cielo celeste a las túnicas y los velos celestes de las niñas de Jerusalén se habrá fraguado un tramo del camino constelado de estrellas, que existe abierto para la subida al Cielo de los hijos llamados a seguir la estela de la Madre del Señor.

¡Qué bella es, qué bella la Hija de Jerusalén! Nimbada con diadema de estrellas dejó este mundo y subió al Trono donde impera como Rey de Reyes el Hijo del Altísimo, y se sienta como Reina a su diestra.

¡Ruega por nosotros! Recibe piadosa y clemente las preces de los pecadores que gemimos en este valle de aflicciones y anhelamos llegar al Reino de Cristo, tu Hijo, que con el Padre y el Espíritu Santo es Un Sólo Dios y vive y reina por los siglos de los siglos.


Para ver en formato mayor, enlace aquí


+T.

martes, 14 de junio de 2011

Entusiasmos, excesos y nuevas formas de culto



Me han enviado este youtube con el que abro el articulete. Ni sabia que existía el movimiento que organiza esas movidas ni tampoco que hubiera algo como esos actos llamados 'cielo abierto'. Echen ustedes un vistazo al youtube, y háganse algún juicio.

Aparte la estrámbotica introducción que hace el 'predicador' al comenzar el video, con gestos y expresiones bastante estudiados (no sé si ritualizados) el reportaje que sigue es de por sí elocuente: Escenario, músicos, cantantes, fieles-espectadores, obispo y sacerdotes celebrantes, animadores. Parece ser en torno a la celebración de una Misa, y luego la custodia con el Santísimo expuesto. Hasta aquí, lo que llevo apuntado podría valer como resumen de una Hora Santa, un turno de Adoración Nocturna o un Jubileo de las Cuarenta Horas. Sin embargo, la composición de lugar, las formas y la estructura, digamos, celebrativa del 'cielo abierto' difiere tanto del culto tradicional católico que no es exageración si deducimos que estamos ante una nueva forma de culto.

Si es una nueva forma de culto, ¿implica también un nuevo concepto de fe? Me refiero a la aplicación del principio lex orandi-lex credendi, se reza lo que se cree y se cree lo que se reza. ¿La fe y la doctrina sobre el Santísimo Sacramento se ven alterados por esas formas que suponen una apreciable variación de la forma tradicional del Culto Eucarístico?

Desde su aparición la Iglesia distinguió muy claramente el culto al Santísimo Sacramento de otras manifestaciones cúltico-devocionales: El Sacramento expuesto tiene un ritual propio, con cantos, preces y rúbricas que distinguen este culto de otros.

Contrastando con lo que se ve en el youtube del 'cielo abierto', en la exposición del Santísimo Sacramento se enfatiza la centralidad atractiva del Corpus Domini expuesto en la Custodia (o contenido en el Copón, si se trata de exposición menor), de tal manera que el ministro (sacerdote o diácono) apenas tienen otro 'protagonismo' que el de servir al acto de culto en sí, como ministros, en su cometido estrictamente litúrgico. A lo sumo, en caso de celebrarse el Manifiesto en o durante un acto de culto 'marco' (una novena, un octavario, una rogativa, un turno de Adoración Nocturna, etc.), el sacerdote podrá predicar o platicar o dirigir una meditación, pero todo ello con la contención devocional que impone el Sacramento expuesto y siempre en referencia a la Presencia del Señor Sacramentado.

Sin embargo, en ese acto del 'cielo abierto' intervienen personas que 'descentralizan' el culto al Santísimo al imponer de forma muy destacada su participación en el acto, ya sea cantando, ya tocando instrumentos, ya animando a los fieles presentes.

El silencio y el recogimiento adorante que tradicionalmente caracteriza a los actos de exposición del Santísimo Sacramento se han transformado en una explosión sentimental, con ambietación musical y efectos escenográficos. ¿Qué se imita, en qué modelos se inspiran? Obviamente no en las formas litúrgicas católicas.

El escenario, la música, la iluminación, el ambiente, la misma estructura del recinto y su espacio entorno, todo se asemeja a modelos no-litúrgicos. El efecto es el mismo que el que podemos encontrar en una sala de espectáculos, un auditorio de música pop, incluso uno de esos llamados 'conciertos' rock. Viendo la grabación, casi se espera que los presentes enciendan sus mecheros y se balanceen al ritmo estupefaciente de la música, con las llamitas encendidas. ¿Esas formas son compatibles con ese culto, un culto al Sacramento?

Una dimensión inherente a todo culto religioso es su intencionada y deliberada separación de las formas profanas, no sagradas, para demarcar y resaltar el hecho sagrado en sí, que no debe confundirse con los elementos de la vida y el mundo profanos. Adoptar formas, maneras, elementos, estructuras que previamente se identifican con actos muy determinados y reconocibles (espectáculos, música, artistas) inducen a la confusión. Una confusión que incluye ciertos mensajes implícitos que devaluan lo sagrado al degradarlo al plano de lo profano.

Todo vale y todo es apto. Este es uno de los postulados que fundamenta gran parte de las desviaciones y abusos litúrgicos del post-concilio, con la consecuencia de la adopción/aceptación de cualquier cosa, medio, circunstancia, ocasión, etc. y su incorporación a la liturgia católica. Nada se excluye, todo sirve.

Esta tesis hace que la muy problemática reforma litúrgica post-vaticano2º no cese y continue activa, con las desgraciadas consecuencias que se pueden comprobar en escenas y actos como el del youtube que comento. Item más: En cuanto tales supuestos se han asumido y son el santo y seña de los liturgistas en acción, la expansión de la degradación se ha quasi institucionalizado, como una de esos demenciales partidos que se definen institucionalmente revolucionarios.

El otro mal que acompaña a esta demodelora tendencia es el protagonismo patológico que suele afectar a nuestros obispos, quizá otra mala influencia del juanpablismo: Un obispo católico del siglo XXI necesita darse baños de multitud, de juventud, de escenario. Si no, no se ven 'realizados' como obispos. Y por eso la complacencia episcopal para este tipo de actos de culto-espectáculo de masas, y su propagación.

De la parte logística, de lo material, de lo financiero, de costos y gastos y cuentas y esponsors y demás, no hablaré. No hablo porque no sé. Pero me imagino horrores tras los escenarios, sordideces y enredos de folletín negro. Muy oscuro, quiero decir.

Para rematar el articulete con una muestra autóctona, made in Spain, les atormento (con la venia) con otra muestra JMJ, para que vean ustedes el concepto de 'parroquia ideal' que late en las mentes pastorales de nuestros obispos:



Es el ensayo parroquial de una 'propuesta de himno jmj'. Miren al de la guitarra, miren al cura, miren al coro, miren a los niños, a sus papás y sus mamás, a la abuelita de la silla de ruedas. Miren qué ambiente, miren qué comunidad, miren qué espiritualidad, miren qué Iglesia.

Y búsquense un hombro para llorar un buen llanto católico (preferiblemente el hombro de un cura-cura con sotana, fajín y birreta, si tienen ustedes esta gracia a su alcance (y si no, ¡¡¡búsquenla!!!!)).


+T.